ACTUALIDAD Y FUTURO PARA EL VINO EN LA ARAUCANÍA

Publicado el 11 noviembre 2024 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Conversatorio organizado en el Centro de Investigación INIA Carillanca destacó entre las oportunidades de la Macrozona Sur el clima, paisajes y la interculturalidad. Aquí lo que aprendimos de expositores y viñateros.

 

Con la asistencia de 130 personas, cuyos protagonistas fueron los viñateros regionales, la actividad llamada “Interculturalidad y Tecnología para impulsar el desarrollo vitivinícola del sur de Chile” buscó generar instancias de conversación sobre un rubro que apenas comienza a echar sus primeras raíces en la zona; y a la vez con grandes oportunidades, especialmente, bajo el contexto del cambio climático. La actividad fue ejecutado por INIA Carillanca en colaboración de  INDAP y la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).

La actividad tuvo su apertura con las palabras de Dra. Claudia Osorio, Directora Regional de INIA Carillanca, quien abordó el desarrollo de la vitivinicultura en la región  como un sector que hace 30 años parecía inalcanzable. Osorio destacó cómo los desafíos del cambio climático pueden transformarse en oportunidades para el crecimiento productivo, resaltando la importancia de la interculturalidad y el turismo en la creación de un producto vitivinícola único. “Tenemos la oportunidad de ofrecer un producto que puede ir a mercados extremadamente exigentes, enlazando tres grandes ejes para construir un nuevo producto: no solamente con la calidad, sino también la cultura y el turismo», dijo Osorio.

En sus palabras de apertura, Marco Rebolledo, representante de FIA, destacó lo novedoso del enfoque de la actividad y manifestó el interés de sea el inicio de una conversación un poco más profunda y más estratégica que significa articular por un lado los productores y por otro lado la institucionalidad. “Porque la región tiene que desarrollar un soporte para que la actividad pueda crecer y porque es una actividad donde confluyen un conjunto de institucionales ministerios… Esperamos, enfatizó, que sea el inicio de una propuesta mucho más estratégica”.

Entre tanto Pablo González, Director Regional de INDAP, subrayó la necesidad de fortalecer la identidad cultural y la diferenciación de los vinos de la Araucanía frente a los de otras regiones. “La identidad cultural y la multiculturalidad, dijo González, es fundamental a la hora de decir cómo puede resurgir una industria como el vino y particularmente en la mano de la agricultura familiar campesina en esta región». También, agregó, puede que el pueblo Mapuche de la Araucanía hoy no conozca el vino, pero conoce el territorio, conoce la tierra, conoce los ciclos lunares que tienen que ver también con la producción. Y esa identidad, y ese conocimiento ancestral también se lo podemos colocar a la tecnología. Eso es diálogo de saberes”, concluyó González.

Los expositores

El conversatorio contó con invitados especiales como expositores. Entre ellos, el investigador del INIA Carillanca Gastón Gutiérrez, quien aportó datos científicos para diseñar proyectos futuros en base a oportunidades. El agrónomo de INDAP, Francisco Flores, en tanto presentó los logros junto con los primeros viñedos de comunidades mapuches.

Alejandra Soto, encargada de proyectos I+D de Vinos de Chile, compartió el trabajo que se está llevando a cabo para mejor el material vegetal en la zona centro. La sommelier  Nadia Parra, fundadora del bar de vinos Wine Rebels, por su parte,, detalló la importancia de entender los vinos  que se están produciendo en La Araucanía y su mercado, dentro del segmento de los vinos de nicho y producciones limitadas.

Claudio Castro, fundador de bodega Quimey tuvo la responsabilidad de cerrar las exposiciones del conversatorio que vendría despúes, compartiendo sus experiencias como emprendedor viñatero en la Araucanía. Aportando recomendaciones desde la compra de insumos hasta la selección del  equipo de ventas. También, al igual que el resto de expositores, planteó los desafíos y puntos necesarios para desarrollar este nuevo rubro junto con el enoturismo pensando en el futuro.

Lo que aprendimos de las exposiciones

El primer expositor de la jornada fue el investigador del INIA Carillanca,  Gastón Gutiérrez, quien presentó los datos que confirman que el cambio climático ya está en la región, así como los desafíos que implica. Entre ellos, el estrés térmico y el aumento de enfermedades en viñedos. También mencionó Gutiérrez las oportunidades, como el potencial para nuevas variedades y la producción de espumantes. Ver todos los detalles de su exposición en este link.

Francisco Flores Reyes.

A continuación, Francisco Flores Reyes, agrónomo de la Universidad de Talca, presentó el trabajo realizado de la mano de INDAP con las  comunidades indígenas para el desarrollo de proyectos vitivinícolas, en particular en la comuna de Buchahueico. Flores detalló que el programa de desarrollo indígena con asesoría INDAP comenzó en 2011 con 23 usuarios, para sumar actualmente 28. Desde 2017 a la fecha, en tanto, han crecido de 6 a 9 viñedos, en una superficie común de 23 hectáreas.

Flores especificó que la D.O. Valle de Malleco comprende por Decreto 464 de 1994 las comunas de Angol, Collipulli, Ercilla, Los Sauces, Lumaco, Purén, Renaico y Victoria. Dentro de ésta, se encuentra a su vez desde 2002 la D.O. Traiguén, delimitada por la comuna del mismo nombre. Sería en esta ultima donde en 1992 plantó los primeros viñedos con variedades de clima frío Felipe de Solminihac.

Un poco más de historia sobre el vino moderno en la Araucanía…

La actividad vitícola de la mano de INDAP, destacó Flores, comenzó el año 2013 apoyando a 4 pequeños agricultores con media hectárea de vides cada uno. En 2015 comienza el proyecto junto a Viña San Pedro y el asesor vitícola Pedro Izquierdo (actualmente uvas que dan origen al Pinot Noir Tayú de Viña San Pedro). Más adelante, en la comuna de Purén, en 2018 se conformó la asociación de Viñateros de la Araucanía con 12 viñas de la región, la que ya tiene propia Ruta del Vino activa.  En 2023 INDAP realizó el primer encuentro de viñateros indígenas de la región, y comienza el programa de fortalecimiento de la productividad de los viñateros de la Araucanía. En la actualidad, se desarrollan 17 proyectos de pequeña viticultura en la región, con superficies entre 0.5 y 1 hectáreas cada uno.

Basado en la experiencia ya acumulada, Flores destacó la importancia de desarrollar el turismo cultural de la mano del enoturismo. “El relato como hilo conductor es indispensable para transformar una simple visita a una viña, en una experiencia enoturística inolvidable;  donde el visitante despierte sus sentidos para convertirse en el protagonista”. En esta línea destacó, los sitios de conservación de la región, incluso dentro de los campos, deben convertirse en destinos de interés”.

¿Qué falta?

Flores destacaría entre lo que aún falta, es más asesoría especializada para el rubro vinicultura, así como infraestructura y desarrollo de capacidades de gestión. Así como generar capacidades de comercialización y administración de proyectos vitícolas; desarrollar la infraestructura turística necesaria y las capacidades de quienes reciban al visitante.

Un llamado a no cometer los errores del pasado

Alejandra Soto, encargada del programa I+D de Vinos de Chile, presentó el trabajo que se ha realizado para el mejoramiento del viñedo y recursos genéticos para el futuro. Soto compartió al finalizar la presentación la necesidad de mejorar la calidad de las plantas en todo el territorio, incluso en la Araucanía, y por ello, aprender de los errores del pasado.  “Las problemáticas son muy parecidas, obviamente las condiciones son distintas, pero ustedes tienen una ventaja que nosotros no tenemos: el paisaje y la interculturalidad. Eso creo que es fundamental, pero también pueden aprender del resto de cosas que nosotros hicimos… Ustedes tienen una oportunidad maravillosa, dijo Soto, que es partir no cometiendo los errores que ya se cometieron en la zona central”.

Soto destacó además la pronta firma de un Convenio Marco junto con el INIA de Carillanca, lo que les nos abrirá una ventana para poder trabajar en conjunto para desarrollar en beneficio de la zona.

La importancia de entender los vinos de nicho y su mercado

Nadia Parra, fundadora del Wine Bar Pop-Up  Wine Rebels y  autora de la Guía Vinos de Nicho,  resaltó la oportunidad de ofrecer productos con una identidad y relato ligados a su territorio. Segmento de nicho que tomó particular fuerza, explicó,  con la pandemia y el desarrollo de la compra de vinos directamente a los pequeños viñateros a través del e-commerce.  También destacó,  la importancia de “Nunca perder de vista que el segmento objetivo de los pequeños productores, pues está completamente diferenciado del segmento que es el vino industrial». Asu vez explicó,  «un importador de vino de pequeña producción va a ser muy distinto a un importador de vino del gran retail. Casi siempre el gran retail solo se va a manejar por precios. El importador de pequeño productor se va a interesar en el relato, en la historia de la producción y muchas veces eso va a trascender el precio base».

Finalmente Parra hizo un llamado a «no solo conocer sus productos, sino también conocer la cultura del mercado de destino y siempre complementar la estrategia de mantención de este mercado con activaciones comerciales».  Parra destacó que debe haber un ámbito de profesionalización, una diferenciación dada por el relato, identidad local y la asociatividad como clave, pero además y tal vez lo más importante: “Tienen que comprender su producto y comprender quiénes son, enamorarse de eso, no de algo que se parezca a otro. Ustedes, ahora, como valle emergente, no pueden seguir cometiendo el mismo error de seguir promoviendo un producto disociado en su territorio, porque eso nos llevó a un estigma del vino bueno, bonito, barato que nos ha costado tremendamente sacarnos a nivel nacional y a nivel de mercados internacionales y que nos pesa hasta el día de hoy… Invertir en la Araucanía, concluyó, es apostar por el vino del futuro”.

El pequeño empresario viñatero con camino recorrido

Claudio Castro, fundador de Bodega Quimey

El invitado que representó  a los viñateros emprendedores de la Araucanía, fue Claudio Castro, fundador de Bodega Quimey, quien contó como sus viñedos nacieron de la búsqueda de diversificar la actividad agrícola tradicional. “Después de producir cervezas, por una iniciativa de INDAP, pusimos la primera parra en 2017. Comenzamos esa actividad en vitivinícola con una hectárea, entre Chardonnay, Gewürztraminer, Pinot Noir y Merlot. ¿Por qué Merlot? Destacó: porque se nos ocurrió siendo una fruta de maduración temprana en la zona central, podía comportarse como una fruta de maduración tardía en nuestro campo. Siete años después, les puedo comentar que no estábamos equivocados, nos costó, costó mucho, pero salió un merlot bastante bueno, bien competitivo. En 2021 abrimos la primera botella. Fue un gewürztraminer».

«Aquí, destacó Castro, hay muchas oportunidades porque tenemos un clima diverso y diversidad de paisajes. Lo he escuchado en toda la exposición, y eso es muy cierto, tenemos que convencernos de eso. Hay un enorme potencial de crecimiento, hay reconocimiento a nivel nacional y a nivel internacional de la calidad de los vinos que aquí se están produciendo. Y es una región que está en un proceso de consolidación. Hay muchas oportunidades, hay mucho que aprovechar pero también ha mucho en que innovar en el vino».

Es importante innovar, agregó Castro porque es necesario  incorporar tecnología tanto en el cultivo y en la vinificación. “Cada vez hay consumidores más informados y que exigen más cosas, las generaciones millennial y  zeta, ellos son los que definen el mercado, hay que explorar eso, y hay que reducir el impacto ambiental, porque los nuevos consumidores también lo exigen. Hay que implementar certificaciones veganas o medioambientales, y diseñar productos asombrosos… Sabemos todos que el mercado está saturado, pero como pequeñitos, podemos implementar estrategias más rápidas».

“Al principio, yo decía nuestros clientes son todas las personas. Todos los que compran vino. Y vamos a vender vino barato. Y vamos a vender vino de calidad más barato. Pero la verdad es que no estaban ahí nuestros clientes, explicó Castro. Porque el producto que logramos era un producto que estaba un poco más allá. Entonces, definimos un segmento un poco más alto y distinto.»

Castro destacó que en el proceso cometieron muchos errores, como elegir botellas más livianas, que nadie quería porque estaban asociadas a vinos baratos. También se equivocaron con los corchos y en cómo tratar de conseguir proveedores. El equipo de ventas también tiene que ser muy potente. “Tiene que ser alguien que esté preparado y también que esté encantado por el vino. Hay que pagarle buenas comisiones. Ellos son los que finalmente terminan articulando el cómo consigo nuevos clientes”. Con respecto a esta venta por e-commerce, a mí en particular, cuando no me cubren el envío, no compro. El proveedor debe incluir  el costo del envío dentro del precio final, yo no me doy cuenta, pero finalmente eso es lo que termina decidiendo cada persona.

Respecto al equipamiento, dijo «nosotros como ya veníamos del mundo de la cerveza, no tuvimos que hacer mucha inversión. Hoy estamos haciendo destilado de uva, hicimos vodka y rápidamente le pusimos 12 botánicos y sacamos un gin. Nuestros productos siempre se adaptan a la demanda, entonces incluimos la lata, porque es fácil de enfriar, fácil de vender y liviana».

 Entre sus consejos, destacamos:

  • Si no te educas, no puedes tener un producto de calidad.
  • Genera un plan de negocio con un objetivo estratégico y financiero.
  • Las parras requieren mucho cariño y tiempo y requieren mucho esfuerzo.
  • Crea redes con otros productores, con distribuidores, con su familia, con las redes sociales, con influencers
  • Disfruta el proceso, es largo, pero muy entretenido.
  • Crear vino es un arte y un negocio también. La parte del negocio todavía no la veo, pero el arte sí.
  • Asegúrate de pasarlo súper bien, eso es importante.
  • El éxito no es inmediato, viene con el trabajo.
  • Y la máxima, la mayor de todas: No tomarse el vino, recuerden hay que venderlo.

Las reflexiones de Castro hablan de la realidad de los pequeños productores de la Araucanía. Conversamos con algunos de ellos,  para saber más de su experiencia hasta ahora.

La experiencia de los viñateros mapuches

Isolina Huenulao fudadora Viña Wuampuhue.

Isolina Huenulao fundadoraViña Wuampuhue, nos comentó sobre sus años como viñatera. ”Ha sido trabajo, esfuerzo, sacrificio y ganas de seguir progresando. Porque aquí hay harto trabajo. Quiero decir, el año pasado no me fue tan bien, tuvimos heladas y hongos en el viñedo. Si te olvidas de echar fungicidas, te queda una ventana y en esa ventana entra el hongo”. Isolina destaca que no vive solo de los viñedos. “Sería imposible… Tengo manzanas y saco vinagre que se vende bastante pero yo no podría vivir de las manzanas tampoco. Tengo cabañas, con agüita temperadas en tinajas, alojamientos, quinchos para hacer degustación y todo eso”.

Juan llanquinao y señora, fundadores de Viña Pukem.

Juan llanquinao, fundador de Viña Pukem, plantó en 2020 unas 1.600 plantas con un proyecto INDAP. Hoy le quedan 500, porque en el camino se le quemaron algunas, explica.  “Tradicionalmente, cuenta, cultivamos con mi señora trigo, lupino, papa, arvejas, porotos… pero desde cuando empecé con la viña ya no pude, no me dio el tiempo para lo demás. Yo no sabía cómo era la cosa…Ya me gustó y empecé a trabajarlo con amor. La primera cosecha casi no había resultado, en el segundo año produje 1.800 kilos. Ahora son 2.000… 2.500. Entregamos el vino en el Casino Temuco, y en una botillería en San Martín, también en Temuco». ¿Va a seguir, le preguntamos. «Sí uno quiere algo no lo ve difícil. Pero a mí me gustó, así que voy a seguir y quiero plantar más”.

Los vinos de la Araucanía en mano de pequeños viñateros

Dentro de las actividades realizadas en el marco del conversatorio “Interculturalidad y tecnología para impulsar el Desarrollo Vitivinícola en la Macrozona Sur”, se realizó un análisis sensorial de distintos vinos producidos en los valles vitivinícolas de Malleco y Cautín. El panel del análisis sensorial estuvo compuesto por Juan José Alvear, Francisco Flores Reyes, Gastón Gutiérrez Gamboa, Nadia Parra Monroy y quien escribe esta nota.

Los resultados demostraron que la mayoría de los vinos tuvieron una buena calidad organoléptica con ciertas variaciones de acuerdo al productor. Es importante destacar que la mayoría de los vinos no presentaron defectos y además tenían un alto nivel aromático, lo que permite concluir que el potencial de la uva para la elaboración de los distintos productos vitivinícolas es alta.

Se describe a continuación cada uno de los vinos de acuerdo a la evaluación sensorial realizada.

Viña El Tesoro, Pinot Noir 2023 Valle del Malleco. El vino posee un color rojo violáceo, limpio, de profundidad media. De aromas suaves a frutos rojos y negros y alta intensidad de aromas proveniente de la madera como roble y café. Es un vino de acidez y astringencia equilibrada. El vino revela aromas muy intensos a madera que enmascaran los aromas frutales del vino, opacando la delicadeza que posee la variedad.

Viña Quimey, Gewürztraminer, producido en el Valle del Cautín. El vino posee un color amarillo pálido, color plata, limpio y de profundidad baja. De aromas complejos, especialmente florales y frutas cítricas. Es un vino que en boca posee un buen balance. En el retrogusto, el vino revela un cierto dulzor que puede perjudicar la complejidad del vino.

Chardonnay, añada 2023, Valle del Cautín. El vino posee un color amarillo pálido, plata, muy claro, limpio y de profundidad media. De aromas complejos, especialmente a frutas tropicales. Es un vino que en boca posee mayor balance entre dulzor y acidez. Cabe señalar, que en el retrogusto, el vino revela un perfil aromático interesante que puede potenciar la complejidad del vino.

Sauvignon Blanc, producido en el Valle del Cautín. El vino posee un color amarillo pálido, plata, limpio y de profundidad baja. De aromas suaves a hierbas frescas. Es un vino que en boca persiste una gran acidez.  El vino revela un perfil aromático resta  complejidad al vino.

Viña Meley Newen Pinot Noir 2024 Valle del Malleco. El vino posee un color piel de cebolla, pálido, limpio, de profundidad baja. De aromas suaves a frutos rojos. Es un vino de acidez equilibrada. Su leve astringencia que puede contribuir a la complejidad del vino. Es un vino equilibrado, agradable y refrescante.

Viña Pukem Pinot Noir 2023,  Valle del Cautín. El vino posee un color rojo violáceo, limpio, de profundidad media. De aromas suaves a frutos rojos, y negros, tales como arándano y ciruela. Es un vino ligero, de taninos sedosos. En su conjunto es un vino equilibrado. Una leve  nota acética que afecta su calidad sensorial final.

Viña Wampuhue Pinot Noir, Valle del Cautín. El espumante posee una burbuja persistente que aumenta la sensación de frescor. De aromas suaves florales y a frutos rojos y cítricos. Es un espumante de acidez equilibrada y fácil de beber. Su  interesante perfil aromático contribuye a la complejidad del vino. De gran potencial.

Viña Trayenko. Pinot Noir,2020 Valle del Cautín. El vino posee un color rojo granate, limpio, de profundidad media. De aromas suaves a frutos rojos, y negros, tales como arándano y ciruela, además de ciertos aromas terrosos. Es un vino ligero y equilibrado. Poca pequeña complejidad y rusticidad afecta su calidad sensorial final.

 

Artículos relacionados: 

ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO, DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES EN LA ARAUCANÍA

 

Deja un comentario

Un comentario

  1. […] el INIA de Carillanca (Temuco), cerca de 150 personas se dieron cita para asistir al encuentro  “Interculturalidad y Tecnología para impulsar el Desarrollo Vitivinícultura en la Macrozona Sur”.  La actividad ejecutado por INIA Carillanca en colaboración de  INDAP y la Fundación para […]