“HOY PUEDO EXPRESAR MI LADO ARTÍSTICO EN EL VINO”

Publicado el 07 marzo 2025 Por Maria Estela Girardin @estela_girardin

María Estela Giradín conversó con el motor, alma y pincel de Viña Casa Romero en el Valle de Casablanca. Angélica Romero, referente indiscutible del colectivo Casablanca Off.

 

¿Cómo nace Viña Casa Romero?

Esto partió alrededor del 2005 como un sueño de mi papá Raúl Romero, con la idea de hacer una viña chiquitita para invitar a sus amigos. Mi papá es ingeniero civil mecánico, o sea, venía de otro mundo y derivó al rubro del vino trabajando con Carlos Cardoen. Dice que fue un flechazo…que eso de ver las parras, los valles, todo lo enamoró. Primero compró una parcela en Pomaire, pero no le gustó. Después buscó en María Pinto y de ahí, el 2010, sacamos nuestros primeros vinos con el nombre Viña Casa Romero. Mi papá quería que llevara el apellido familiar.

¿Es un tema familiar entonces?

Sí, todos vivimos de alguna forma lo que pasa en la viña, aunque mis dos hermanos menores disfrutan el vino, pero no trabajan en la viña. Mi papá es un hombre al que le gusta contar historias, así es que al principio recibía a quienes venían a visitar la bodega. Y resulta que mi papá se adueñó de una barrica que tenía medio escondida, donde los enólogos iban metiendo todo el vino que quedaba en las botellas después de las catas. Cuando venían las visitas y le preguntaban qué vino toma el dueño de casa, él los llevaba hacia el fondo, les sacaba vino de esa barrica y decía que era el ensamblaje del dueño de casa. ¡La gente se iba encantada! Mi mamá, María Angélica Núñez, también es una mujer power pero en un sentido más espiritual, es la matriarca, reza por nosotros, nos apoya en todo y disfruta cada vino que sacamos.

Y a Casablanca, ¿cómo llegaron?

Tiene que haber sido el 2009. Mi papá buscaba un enólogo y por ahí llegó al fundo de Filomena Narváez en Casablanca donde estaba Teddi Barahona haciendo unos vinos con Erwin Sepúlveda. Todo se dio de forma muy espontánea: mi papá les pidió si le podían hacer el vino y ellos aceptaron maquilar. Pero necesitaban estanques y buscando llegó al sector de Mundo Nuevo donde se suponía que un señor vendía estanques. En realidad, vendía una bodeguita, que eran unos 60 mts. con 6 estanques grandes. ¡Lo pensó un poco, se la compró y ahí ya nos lanzamos! De ahí salieron nuestros primeros vinos Viento Puelche con 5 mil botellas de Pinot Noir, Syrah y Malbec.

 

¿En esta historia familiar, cómo llegas tú a ser la cara visible de Casa Romero?

Parece que la gente cae en el mundo del vino porque se enamora de esto. ¡Y a mí me pasó lo mismo! Yo me fui metiendo para tratar de entender y me enamoré. Todo empezó el 2014 cuando mi papá llega con la producción. Necesitaba a alguien que le hiciera las etiquetas, que le viera la estrategia de marketing y me pidió que le hiciera un dibujito. Yo soy publicista de la Universidad del Pacífico y arquitecta de la Finis Terrae y acepté hacerlo. Empecé haciendo las etiquetas y aquí sigo a cargo de todo.

¿Qué tanto de ese enamoramiento sigue hoy en Angélica Romero?

¡Estoy más enamorada que antes! Porque cuando una toma un proyecto desde un principio lo toma como un desafío personal. No es como tener un hijo –  yo tengo 2 – pero es parte tuyo, es raro, pero lo interiorizas como un desafío personal que quieres que salga bien y que funcione. Yo cuando saco un vino me lleno de orgullo porque queremos que esté a la altura y cuidamos cada detalle, desde cortar la uva y ponerla en gamelas. Es algo que nace de mí, de tus deseos, de todo lo que estás pensando y sintiendo. Es un arte.

 

Ya estás en el mundo del vino, pero sin negar tu veta artística, ¿cómo te defines hoy?

Siempre he sido artista. Me fui a una parte más comercial porque mi papá nunca aceptó mi lado artístico. ¿Cómo le dices a un ingeniero que quieres ser artista? Incluso me gustaba el teatro, y estudié en La Batuta con Mateo Iribarren y su hermana Pancha antes de entrar a la universidad. Mi papá es un referente súper fuerte, porque es un hombre súper exitoso y eso como hija mayor es como una pesada mochila, porque tienes que estar a la altura. No es como ahora que los niños estudian lo que quieren. Hice una vuelta larga buscando algo que me hiciera feliz a mí y a él. Hoy sé que mi papá está orgulloso, me lo dice siempre.

¿El vino que sale hoy de Casa Romero, a quién representa? ¿A ti o tu papá?

A mí, porque al final ya llevo 11 vendimias y yo decido qué sale y qué no sale.  Yo ya soy una winemaker. Además, para entender esto del vino, el 2011 entré al Diplomado del vino chileno en la Católica. Al final, hoy me puedo expresar en el vino y en mi lado artístico.

Viento Puelche fue la primera etiqueta, ¿cómo te vino la inspiración?

“Yo ya tenía 2 vinos listos – el Syrah y el Malbec – y empecé a pensar en Chile, la cordillera y en algo característico que abriera los sentidos. Ahí se me ocurrió lo de Viento Puelche porque el viento te hace recordar, trae aromas y era una forma de volver al vino. ¿Cómo representar este viento? Con este árbol ladeado. El Syrah tiene un toque morado, el Malbec rojo y el Pinot Noir tiene toques grises y negros. Lo más lindo es que estas etiquetas siguen tal cual hasta el día de hoy y se han ganado premios nacionales e internacionales, gracias al trabajo que hicimos con Ártica Impresores.

¿Y la etiqueta de Sauvignon Soul?

Sauvignon Soul nació el 2016 y queríamos transmitir algo liviano como es el Sauvignon. Me acordé que yo tenía una pintura mía en la casa, que no tenía ni título, la tomé tal cual y la puse en la etiqueta. Después con la diseñadora Nanya Ruiz le pusimos un sombrero de copas, un reloj, algunos dibujos…algo más gráfico.

¿El Infiltrado, tu Carmenere, cómo nació?

Fue casual. Un día, conversando con nuestro enólogo le digo medio en broma “este vino va a ser como un infiltrado” y ahí se nos ocurrió que era un buen nombre porque son uvas que no vienen de Casablanca, venían de Aconcagua, y ahora de Maipo Alto. Teniendo el nombre, pensé en la imagen de algo tránsfugo como el mapache. Es un animal que tiene un antifaz, que anda escondido y por eso es que se oculta entre las flores de la etiqueta.

Ampliemos la mirada, con tu experiencia, ¿cómo ves hoy al Valle de Casablanca?

Cuando nos vinimos, Casablanca tenía muchas proyecciones pero siento que ahora está de capa caída. Como que le falta cariño, innovación y unión. Hay que decir que también ha estado con problemas de agua y eso a la gente la tiene medio desanimada. Muchos han vendido. Pero nosotros seguimos con fe en el valle. Al final, cuando te haces parte de un valle, tú lo sientes. No te puedes ir no más. Te la juegas. Por eso los que estamos acá, tenemos que poner nuestro esfuerzo.

¿Y Casablanca Off qué está haciendo por revertir esta situación?           

Casablanca Off, esta unión de viñas boutique que creamos el 2018, nace por aportar y mostrar justamente que Casablanca se estaba renovando. Creo que algo reflejamos no sólo de Casablanca sino de lo que estaba pasando en todo Chile, porque todos llegamos más o menos en la misma fecha. Partimos juntándonos como un grupo de amigos y nos dimos cuenta de que teníamos una visión del vino y del enoturismo parecida que nos unía. Todos trabajamos a pequeña escala y en familia. Son dos formas distintas de mostrar el vino, ambas son válidas pero distintas. Yo fui parte de la ruta del vino con las grandes así es que también vi ese otro lado.

Para terminar, ¿hay alguna primicia de Casa Romero para el 2025?

Estoy emocionada porque acabo – 3 de marzo – de tomar la administración de Viña La Recova por 2 años y estoy cerrando la compra de la viña de David Giacomini. Por otra parte, quiero reforzar la parte enoturística a Casa Romero así es que se integrará una persona nueva al equipo para dedicarse a eso, y también mejoraremos nuestras instalaciones para que la visita nos represente mejor. Desde Casablanca Off, el 5 y 6 de abril estaremos en la Fiesta de la Vendimia de Casablanca y, en agosto, también haremos nuestra tradicional fiesta «Fogata y Vino».

 


 

María Estela Girardin Baigorrotegui (@estela_girardin) es periodista de formación y consultora de contenidos chilena, autora del blog ww.whereismeg, el podcast Manda Fruta y el libro con audios “Bitácora de Turismo Emprendedor” www.estelagirardin.com . Titulada de Comunicación Social de la UCAB, en Caracas, Venezuela -sí, fue compañera de estudios de nuestra editora-. Además, es egresada de la Maestría en Literatura Latinoamericana de la USB. Fue jefa de prensa y RRPP del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber (MACCSI) y del Museo de Bellas Artes de Caracas, todo ello en Venezuela. Becada de la Agencia de Cooperación Iberoamericana para trabajar en el Ministerio de Educación y Cultura, subdivisión de Museos Estatales y posteriormente en la Coordinación de Comunicación del Museo de América de Madrid.  Como si todo esto fuera poco, es Diplomada en Desarrollo Organizacional de la Universidad de Chile y acaba de finalizar el Diplomado en Comunicación de Vinos en el Campus Creativo de la UNAB – Chile. Ha colaborado con las Revista In e In Wines de la aerolínea LATAM y en la sección Viajes de La Tercera. Actualmente escribe para @revistafondo y Revista Canal Horeca de ACHIGA. Apoya regularmente a la Sociedad de Turismo Mapuche, Vinos de Proa, Al Aire Libre Expo y otras pequeñas formas de asociatividad. Desde 2021 es parte de la Academia de Emprendedores de ADN Radio Chile.


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