Conversamos con María Elena Cerna Coopman, Co-fundadora y gerente de Bacoring, Empresa de Envases Premium en Madera. Con ella damos pie a una nueva serie de entrevistas dedicadas a conocer a las mujeres empresarias del mundo del vino de Chile.

Apasionada por el arte, la historia y la filosofía,  Maria Elena Cerna Coopman llegó al mundo del vino pensando en una pyme que le exigiría media jornada de traba.  fue hace más de 25 años, cuando junto a su hermano Pablo ( dos años menor) se embarcaron en la idea de producir cajas de madera para vinos.  Entonces ninguno de los dos estaba familiarizado con el mundo de la producción en serie, ni con la elaboración del vino. Tampoco, sabían cómo,  siendo de mentes tan distintas,  trabajarían juntos. El tiempo no ha pasado en vano. Hoy se reconocen como un perfecto complemento, tal como las cajas de madera lo son para los vinos premium.  Conversamos con Maria Elena, para saber más sobre Bacoring, un exitoso emprendimiento Hecho en Chile.

¿Por qué, cómo, dónde parte el negocio de las cajas de madera, por qué para vinos?

Es una pregunta recurrente, sabemos que somos casi una aguja en un pajar, porque partimos desde cero, sin mucha idea del rubro. La idea fue de nuestro papá (Sergio Cerna A.). Hace algunos años atrás le preguntaron lo mismo unos amigos y entonces él contó que fue durante la época en la que trabaja con una compañía auditora escocesa en Chile y en sus múltiples visitas a empresas, de distintos rubros, detectó que faltaban cajas de madera. Esa necesidad la vio mucho antes incluso de que conociera a nuestra mamá, y nosotros (mi hermano Pablo y yo) no éramos ni proyecto entonces… Ahora ¿por qué cajas para vinos? También visión de él, porque durante la época que partimos había pocas marcas de vinos más o menos conocidas y él vio que estaban entrando más participantes al juego. Tuvo siempre la fe en que Chile por sus características de clima y geografía, sería un gran productor de vinos premium. Nos propuso la idea a hermano y a mí un día normal, comiendo en la casa luego de las clases en la universidad -y aquí hago un paréntesis, porque yo creo que ese día nos notó más dispuestos, volando bajo o más aventureros-  y nos propuso la idea de confeccionar cajas de madera para vino. El gancho fue que sería medio día. En mi caso era porque estaba instalada con mi taller de pintura clásica renacentista y así podría tener recursos para mis insumos. Para Pablo, como estaba terminando Ingeniería Comercial, le venía bien para incorporar sus conocimientos. Esto ocurrió en 1998, plena Crisis Asiática. Nadie entonces hablaba de pymes y menos de crear una empresa. La idea nos gustó, pero no entendíamos mucho, así es que nos dedicamos un tiempo a mirar que había en el mercado. De a poco conversamos con Pablo cómo se podrían fabricar, y cómo mejorar lo que había. Lo que nos abrió los ojos fue que existía el espacio y tanto por hacer. Pero con solo la idea no bastaba, y así es que nuestra mamá (Elena Coopman) un día nos dice que nos presta un monto para partir. Por cierto, ella sigue trabajando con nosotros. Con ese aporte arrendamos un pequeño lugar, compramos unas máquinas chinas que era lo más alcanzable en ese minuto y contratamos 4 trabajadores. Un 21 de diciembre de 1998 partieron nuestras operaciones de Bacoring.

Pablo y tú siguen al mando, esa orientación familiar de Bacoring ¿qué influencia crees ha tenido en el desarrollo de la marca y sus productos a lo largo del tiempo?

Nuestra forma es trabajar con valores; que exista un desarrollo hacia la excelencia, hacer el bien es una definición de cómo somos y eso ayuda a que las relaciones sean más francas, con un espíritu de superación y trabajo en equipo. Es un trabajo de años que vamos tratando de engranar tanto a nivel interno como externo. Además, nuestros clientes o la gran mayoría de las viñas con que trabajamos, son viñas familiares, que han sido desarrolladas más menos en la misma época que nosotros partimos. Entonces se da un lenguaje y forma de trabajar similar, más amable. Se comparten experiencias y aprendizajes, lo que hace más enriquecedora esta industria. Todos queremos evolucionar y creo que eso es una buena señal. Por otro lado, en lo personal, Pablo y yo somos muy distintos, nos complementamos, pero nos costó entenderlo. Por ejemplo, yo pasé por estudios de Derecho, Filosofía, Historia y Arte;  Pablo estudió Ingeniería Comercial, pero su pasión son las máquinas. El ve también lo comercial, y tema numéricos y estructura, pero desde chico le han movido son las máquina. Al final es el complemento siempre lo que andamos como buscando, para potenciar mejor las cosas y llegar al equilibrio de la vida.

¿Cuál es el legado que Bacoring quiere transmitir? O en otras palabras, cómo podríamos diferenciar una caja vuestra de las otras?  

Hablar de legado es como muy grande, más bien diría que es un apostolado del día a día, en buscar la excelencia en las cajas de madera premium, y todo lo que rodea para poder realizarlas y que cumplan lo que nuestro cliente busca. Nos esforzamos siempre en cumplir tiempos, calidad, look y servicio. Que el producto y su presentación potencien y aumenten sus ventas porque van en una caja de madera premium.

Todas nuestras cajas llevan en láser las  Normas NIMF15 (*) y FSC (**) además de nuestra querida bandera chilena, nuestro nombre y la fecha de fabricación. Así aseguramos la trazabilidad. Usamos las mejores tecnologías de impresión y branding para expresar la identidad y marcas de nuestros clientes lo mejor que podemos… Hay algo mágico y palpable en cada una de ellas. Se podría decir que tratamos de agregar cariño y preocupación por lo que hacemos, y que junto con el producto sean una super experiencia.

Que la calidad sea pareja desde la primera caja hasta la entregada 5 meses después. Que puedan estar tranquilos porque vamos a cumplir con el estatus de calidad que necesitan. Son cajas hechas a medida y eso requiere una dedicación y concentración esencial y especial, un compromiso con cada uno…Aunque suene a locura, somos así de detallistas.

Las claves del éxito.

En términos de crecimiento comercial, ¿cuál ha sido la clave para lograr una expansión en el mercado nacional?

En estos 25 años hemos aprendido mucho, yo también hice el Diplomado del Vino, y creo que comprendemos y valoramos el trabajo de los procesos productivos de la elaboración y los manejos que están involucrados para conseguir los vinos de alta gama.

Sabemos todo el esfuerzo y pasión que hay detrás. También sabemos que a muchas marcas de vino y productos les cuesta aumentar su valor. Por eso, nos adaptamos a las historias y desafíos de nuestros clientes. Nos gusta trabajar en equipo con ellos, desarrollar sus ideas y buscar cómo plasmar su identidad para que se logre potenciar su marca, su vino, licor o alcohol premium, sin timideces.

Para lograr buenas cajas, contamos con buenas máquinas. Invertimos mucho en maquinaria con tecnología, para expresar mejor las cualidades de la madera. Nos gusta que la madera brille, que las impresiones estén preciosas, que los detalles e historias de nuestros clientes destaquen. Otro punto relevante son las entregas en los plazos acordados, porque sabemos que es vital para que nuestro cliente crezca y esté contento. Además, tenemos espacio para lograr nuestros propósitos, que son los propósitos de nuestros clientes en nuestra planta nueva que ya está funcionando. Los pilares de nuestros productos son: Belleza, Funcionalidad, Firmeza y Sustentabilidad.

¿Tienen proyecciones para Bacoring a nivel internacional?

Claro. Nuestras proyecciones son poder ingresar con nuestras cajas a mercados en donde se producen vinos, licores y destilados y que necesitan una alternativa de cajas de madera, como Argentina, Uruguay, Brasil por decir algunos, porque sabemos, aunque no lo decimos mucho, es un trabajo de más de 25 años produciendo buenas cajas de madera y que son premium.

¿Qué rol tiene la sostenibilidad para Bacoring?

Nos tomamos en serio nuestra responsabilidad de mantener nuestro planeta verde y saludable, por que reconocemos y valoramos el lugar que habitamos, no son solo palabras somos hechos, hay un compromiso real de todos estos años. En Chile partimos nosotros con las certificaciones para madera, en nuestras cajas premium para vinos; con la norma PEFC (***) y FSC. Quiere decir que aportamos nuestro granito de arena para proteger el medio ambiente al sustituir el plástico normal por una madera que es sostenible y sustentable.  Además, las cajas de madera son seguras, durables y reciclables. Es nuestra forma de protección al planeta.

Han sabido que en países europeos prefieran cajas de cartón por ser más ecológicas que las de madera. ¿Como responderían a esta preocupación?

EEUU y Europa por lo general van siempre más adelante en tendencia. Italia y Francia, manejan un marketing fabuloso y simple. No he sabido que prefieran cartón, y aunque hay que reconocer que el cartón es bueno para algunas cosas, no acompaña la guarda de vino, ya que no dura suficiente tiempo, tampoco lo protege de los cambios de temperatura y a veces no aguanta las presiones de la cadena de distribución. Sin duda, las buenas cajas siempre se guardan, no se botan, ayudan a la permanencia de marca y a asociar buenos momentos. Los mejores vinos merecen la mejor presentación en cajas de madera de clase mundial.

Mirando hacia el futuro.

A nivel general, ¿cuál es vuestra visión de la industria de la producción de cajas premium en Chile y cómo creen que seguirá evolucionando?

Creo está aún el desafío de mejorar el conocimiento sobre las distintas variedades de nuestros vinos, a nivel sensorial y de cómo plasmar esas identidades en la venta  y en sus empaques. Nuestros clientes son productores top de línea de vinos a nivel mundial, pero creo muchas veces son tímidos por un tema cultural o porque no se creen el cuento.

Me refiero a cómo aportar para contar su historia en el vino y en la caja, con la elegancia que merecen y con esos toques diferenciadores de cada uno. Por eso, los instamos a que sean menos tímidos y más atrevidos en colocar la información en la caja, que sean más orgullosos de lo que hacen, de su tierra y valores. Creatividad y calidad, lo que hay de sobra en los vinos y licores. Tengo que destacar en este punto, que el enoturismo está ayudando a reforzar la identidad de que los vinos chilenos están a nivel mundial. Esto ha ayudado a perder el miedo a potenciar y valorizar los vinos y el esfuerzo, en forma de experiencias, desarrollo de marcas.

¿Cuál es vuestra visión de la industria del vino en Chile, hacia dónde va, va bien, cómo debería crecer, mutar, fortalecerse?

Hay mucho que hacer, y desde nuestra vereda de proveedores de la industria del vino un aporte ha sido invertir en mejorar toda la tecnología necesaria para la fabricación de cajas de madera desde el año 2005 en adelante. Orientados siempre hacia potenciar y a valorizar la imagen del vino chileno en el desarrollo de vinos de alta gama, premium e iconos, con sustentabilidad, con un alto standard de fabricación, con calidad.

Las viñas deben ir en ésta dirección para lograr ser sostenibles y toda la cadena de valor debe estar alineada a ello. Esa es nuestra postura, y que nuestro país siga avanzado sin pausa en ello, aunque a veces más lento.  En otro ámbito más local, ya lo mencioné, creo tenemos el desafío de mejorar el conocimiento y educación de las distintas variedades que se producen en nuestro país, a nivel sensorial y en el cómo poder plasmar  esas identidades en nuestra cultura y contribuir al orgullo nacional.

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(*) Norma NIMF15: norma internacional para medidas fitosanitarias N° 15 que regula el embalaje de madera utilizado en el comercio internacional y que describe las medias fitosanitarias para reducir el riesgo de introducción y/o dispersión de plagas relacionadas con el embalaje de madera (incluida la madera de estiba).

(**) Norma FSC (Forest Stewardship Council): certificación forestal para confirmar que el bosque se está gestionando con el máximo cuidado de manera que preserva la diversidad biológica y beneficia las vidas de las poblaciones y los trabajadores locales, asegurando al mismo tiempo que también sustenta la viabilidad económica). Según un estudio comparativo realizado por la organización WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) FSC sigue siendo la máxima garantía a la hora de asegurar la gestión forestal sostenible.

(***) Norma PEFC (Program for Endorsement of Certification Systems):  significa que éste proviene de un bosque con certificación PEFC. Un bosque con certificación PEFC es un bosque que se gestiona de acuerdo a los requisitos ambientales, sociales y económicos más estrictos.

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