CORRECTOS, PERO… YA NO SORPRENDEN

Publicado el 03 diciembre 2021 Por Rodolfo Plass Larraín @rodofodie

Rodolfo Plass fue al restaurant Don Carlos de Isidora Goyenechea, donde pudo reservar de manera muy simple a través de internet. El plan: disfrutar de su mayor apuesta, la carne.

 

Al llegar fuimos muy bien recibidos y acomodados en una terraza muy agradable. Partimos la velada con un glorioso (me tomé dos) Maracuyá Spritz, que llegó antes de que pudiera meterme al celular. De verdad, realmente rápido; la tónica del restaurant.

Ceviche de vidriola en Don Carlos
Ceviche de vidriola en Don Carlos

De entrada pedimos un correcto tiradito de vidriola, una provoleta (para el mañoso) y un tártaro de filete. Este último, tenía en su base aceto balsámico que invadía todo y terminaba por arruinar un poco el plato.

De fondo, a lo que íbamos: la carne. Pedimos el ojo de bife y entraña. Ambas llegaron en su punto (el ojo levemente pasado). Y es aquí donde empieza mi cuestionamiento existencial. No sé si ya no me está gustando tanto la carne, ya que es difícil hacerla entretenida o es que el nivel de los cortes de las tiendas especializadas han demostrado que no es necesario ser un gran chef para no arruinar un trozo de animal. O quizá, los restaurantes no se empeñan en innovar en sus preparaciones.

Tal vez en otros lugares la experiencia cárnica es superlativa, aunque pareciera que en este tipo de restaurantes que ya tienen su público cautivo no les interesa innovar en platos más arriesgados.

Punto a parte. El vino. Don Carlos de Isidora Goyenechea tiene una carta muy amplia con etiquetas raras que lo hace muy entretenido. Pero se cae, al no tener un sommelier que haga que la experiencia termine de cerrar, porque que esas etiquetas desconocidas son un arma de doble filo porque te obligan a ir a lo seguro para evitar arruinar la velada. Porque si eres un avezado conocedor de vinos sabrás cuál elegir, pero el ciudadano promedio no.

Punto aparte son los postres que estaban bastante bien. Todos bien presentados al igual que el resto de los platos.

En resumen: Don Carlos me pareció un restaurant correcto pero que no sorprende. Para un caballero que le gusta lo tradicional está bien. Muy bien atendido, con una amplia oferta de platos y además muy veloz.

Una estrella. Si anda por ahí pase.

¿Volvería? La verdad es que no. Creo que hay restaurantes más excitantes.

Y a ustedes ¿ Les pasa que la carne asada ya no los sorprende? ¿Recomiendan algún restaurante o parrilla que sí lo haga?

Restaurantes Don Carlos


Rodolfo Plass Larraín (@rodofodie) es amante de  los placeres gastronómicos, de familia con tradición cocinera y obsesionado por los momentos perfectos. Escribe críticas con el ojo del ciudadano común que aprecia la buena comida. Desde un restaurante de lujo hasta un puesto de comida callejera, para él lo fundamental es que haya sabor, intención, respeto por los alimentos y las personas. Hace  un año se aventuró con su perfil de instagram @rodofoodie, donde ha podido expresar su anhelo por compatir con otros y hacer comunidad en torno a los placeres de la vida.


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