DIAM TIENE NUEVA CASA EN CHILE

Publicado el 03 noviembre 2022 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Grupo Altasur Sudamérica, inauguró nueva planta para su producto estrella en la comuna de Quilicura, consolidando su presencia en Chile y Sudamérica.

El Grupo argentino Altasur, representante en Sudamérica de la famosa corchos Diam, inauguró oficialmente su nueva planta en Santiago, con la presencia de enólogos, gerentes de viñas, jefes de compra y abastecimiento y prensa especializada.

Inaugurada por Grupo Altasur en la comuna de Quilicura, es una moderna planta de 2.500 metros cuadrados, donde trabajan 60 personas. La inversión suma US$3.000.000. 

Los socios del Grupo Altasur y su equipo en Chile. De izquierda a derecha: Alejandro Karnincic, Carolina Montenegro, Leandro Benedetti, Aurelio Sesto y Angelo di Caro.

Durante la inauguración a fines de octubre de este año, los tres socios transandinos Alejandro Karnincic, Aurelio Sesto y Leandro Benedetti, repasaron la historia de Grupo Altasur, y el impacto que ha tenido especialmente su marca Diam en el rubro de los corchos técnicos en Chile, Bolivia, Brasil, Perú, Uruguay y por supuesto Argentina, donde tienen su centro de operaciones desde el año 2007.

Diam, marca francesa denominada “el guardián de los aromas” se ha ido posicionando como la solución para el defecto del corcho ocasionado por contaminación de anisoles (entre ellos el TCA, siglas del Tricloroanisol 2,4,6), responsable de los olores a moho o cartón mojado en los vinos. El Grupo Altasur, representa además otros corchos naturales (aglomerados a partir de la corteza del alcornoque)  especialemente para espumantes y vinos orgánicos, en cuya elaboración se utiliza como pegamento cera de abejas.

El enólogo Aurelio Sesto, explicó que los corchos Diam, se elaboran a partir de la corteza del árbol de alcornoque, la cual como primera etapa se somete a un tamizado que permite separar su parte dura de la blanda, para extraer de la segunda la suberina: materia que le otorga al corcho natural la elasticidad para que se expanda luego de ser comprimido para ser insertado en la boca de la botella. Esa masa de suberina, luego se limpia al aplicarle CO2, en estado crítico, con lo que se elimina 150 moléculas, entre ellas el TCA que ningún vino quiere tener. Luego, a esta pasta limpia se le incorporan microesferas que potencian la capacidad homogénea del tapón para expandirse. De esta forma, se ejerce fuerza sobre la pared del cuello de la botella y así se asegura su total hermeticidad, para que no haya trasferencia de aromas externos al vino y que tampoco se escapen los aromas propios del vino en cuestión.

Diam posee diferentes formatos, según el tipo de vino a proteger: los que va desde los Diam Brío a Diam 30, estos últimos destinados a vinos desarrollados para guardar al menos por 30 años.

Diam en sus diferentes versiones para diferentes tipos de vinos.

Conocida es la propuesta de la marca francesa de indemnizar por un millón de euros a la bodega que presente TCA en sus vinos después de usar Diam. Nunca, a propósito, han tenido un reclamo entre los 1.200 millones de corchos técnicos vendidos hasta ahora en el mundo.

 

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