EL ARTE DE HACER VINOS, BY EL RETA
Descorchamos los primeros vinos personales del famoso enólogo Marcelo Retamal y conversamos con él sobre su nueva vida como productor en Chile y España.
Ya han pasado varios meses desde que Marcelo Retamal dejó atrás sus 25 años al mando de los vinos de Viña De Martino, para ser su propio jefe. En este tiempo, ha lanzado sus tres primeros vinos hechos en Chile, y con ellos, ya ha cosechado nuevos premios; también, ha viajado dos veces a España, donde no solo vinificó la cosecha 2021, sino que compró viñedos.
Es de mañana y la sombra se siente deliciosa en la terraza de casa de Marcelo Retamal en Santiago. No es casualidad que allí mismo estén resguardadas del sol las plantitas de tomate que siembran para la venta sus hijas menores. Sobre la mesa hay tres copas Zalto y tres vinos. Son las tres nuevas etiquetas que llevan su nombre, Reta; o mejor dicho el nombre que desde hace más de 25 años fue responsable de los vinos de Viña De Martino, vinos que se atrevieron a romper esquemas. Los más rupturistas de todos, y que han dejado ya profunda huella en la era moderna del vino chileno, tal vez sus dos Viejas Tinajas: Cinsault D.O. Secano Interior y Moscatel D.O. Itata.
Hasta entonces (2011), dentro de la llamada industria del vino sólo Pablo Morandé (en los 90), se había atrevido a usar la cepa tinta Cinsault al 100% en un vino chileno y ponerla en la etiqueta. Tampoco se fermentaban ya las cepas blancas, ni tintas, en tinajas de greda. Tampoco, en esta nueva era moderna y tecnológica, nadie se atrevía a fermentar cepas blancas con sus pieles; y sólo un par de audaces no usan nada o muy poco sulfuroso para proteger sus vinos. Todas esas cosas las hizo juntas el Reta y como hazañas, bien fructificaron.
No sólo Viña De Martino de su mano logró grandes vinos y reconocimientos; también este enólogo chileno logró levantar todo un Valle, el Itata, y a la Cinsault, hoy su cepa estrella, del olvido. Y aunque no se crea, en todos estos años, el mismo Reta no ha conseguido cerrar compra alguna de un viñedo de parras viejas en esta zona al Centro-Sur de Chile.
¿Por qué les cuento detalles del pasado? Son importantes para entender por qué tras su bien reprogramada salida de Viña De Martino, originalmente post cosecha 2018, el Reta tiene desde este 2021 tres vinos chilenos con su nombre. Aunque, sí, ninguno es todavía del Itata.
LOS PRIMEROS VINOS DE RETA CHILE
Para entender qué lugares y variedades eligió para este su proyecto más personal, y que por cierto, ya está todo vendido por allocation (pre-venta asignada) a precios que van desde los $34.900 a $59.900, hay que volver atrás a Viña De Martino; donde tuvo a la vez la oportunidad de recorrer todo Chile probando y comprando las mejores uvas para hacer, entre otros, la impresionante línea de vinos llamada Single Vineyard; la que también saca grandes aplausos.
Sus lugares favoritos para los Single Vineyard, entonces fueron Quebrada Seca en Limarí, y Limávida en el Maule. Dos vinos que justamente ya no existen en De Martino. El Chardonnay Quebrada Seca porque simplemente el viñedo se secó tras la mega sequía de final de la década pasada, y se reemplazó por uvas de Malleco. Por eso, cuando el dueño del campo que originalmente tenía 25 hectáreas plantadas, llamó a Reta para que le ayudara a vender las 4 hectáreas de Chardonnay que había logrado mantener y revivir, Marcelo le dijo: “Te las compro yo”. Así nació Reta Chardonnay Quebrada Seca 2019 ($34.900).
De muy cerca, pero más costero aún, viene el Reta Quebrada Chalinga Pinot Noir 2020, nacido de uvas de manejo orgánico y que compra a Viña Tabali, de su campo estrella, Talinay. Estas uvas las conocería después, cuando en De Martino ya hacían con ellas su Pinot Legado (ojo ahí con el dato). Lo que le gusta al Reta de este campo en Limarí Costa, nos dice es que su suelo es mitad calcáreo y mitad granito, y que está cerca de la costa, lo que aporta bajos rendimientos, tensión y su acidez natural. Además, lo muñequea Héctor Rojas. Con todos esos factores nos dice: «No puedo tener uva mejor».
Quebrada Chalinga Pinot Noir 2020 ($34.900), a diferencia de su Chardonnay 2019 es un vino muy pero muy fino, para beber ya hoy con liviandad, estructura y garra muy amigables, también para beberlo crecer en ojalá en al menos 5 años más. “Un vino, además, nos dice, que nace apretado”, por eso el primer año, 2019, más bien parecía un rosado, por lo que lo guardó 6 meses más en barricas. Algo que le cayó re-mal. Por eso 2020, es su segunda versión y finalmente el primero que embotelló para el proyecto Reta.
A diferencia de Quebrada Seca, las uvas del campo Talinay nos dice el Reta sobran, porque “sí hay un lugar donde hay agua en este desierto, es aquí». Eso, porque es el fin de todas las quebradas y ríos antes de desembocar en el mar. El otro campo donde sobra agua en el Norte Chico, nos dice con una sonrisa, es e Viñedos de Alcohuaz (su otro proyecto personal nacido en 2010), donde por el contrario, recién nacen las aguas de las quebradas que correrán río abajo.
Quebrada Seca Chardonnay 2019 en tanto, sí es volumen, estructura y mucha fruta blanca madura. Ya los expertos ingleses le dicen que es como los Corton Charlemagne Grand Cru de Borgoña: cuya fama se debe a que son más tintos en boca que blancos. Y así es, este primer Reta Chardonnay: de gran volumen en el paladar, muy intenso en sabores de frutas bien maduras y estructura, y con “ese punto de dulzor que da el sol”. A la vez vibrante en su acidez, como ningún otro Chardonnay que hayamos probado de Quebrada Seca.
También sin duda, con su guarda en madera por 24 meses, la tiene bien presente, cosa que para su hacedor no es tema. “Tiene que estar”, dice el Reta, son 4 hectáreas de Chardonnay en Quebrada Seca nos explica, que en un año glorioso produce apenas entre 4 a 5 mil kilos por hectáreas; de allí el nivel de concentración de sus uvas chicas y muy ácidas. Además, su viña tiene más de 30 años. De hecho, explica, es la viña más vieja de Chardonnay del valle del Limarí, porque fue una de las cepas que le asignaron plantar a su productor (ex-cooperado de Capel), para su suerte, con el fin de crear el proyecto que sería Viña Francisco de Aguirre.
El tercer vino de esta trilogía nace de Limávida, el origen de otro gran Single Vineyard de Martino. Éste es un viejo viñedo ubicado en la costa del Maule, antes de Curepto. Cuando De Martino decidió dejar de elaborarlo, Marcelo quiso comprar el campo a su dueño, y este le dijo: “No vendo, yo compro”. Hoy, son Marcelo y su ex compañero en De Martino, Eduardo Jordán, quienes compran mitad y mitad sus uvas con le fin de potenciarlo. Eduardo hace con ellas el nuevo vino de Miguel Torres Los Inquietos Field Blend del Maule 2019; otro tremendo tinto, cortado por tijeras muy parecidas. ¿Por qué les gusta tanto Limávida? Porque es un viñedo en secano, en su mayoría con Malbec, y 100% parras viejas, y sus vinos, como no, son atómicos.
Para este potente vino tinto, Reta eligió el nombre Romelio, en honor al encargado del campo que por tantos años lo cuidó. Romelio, a pesar de su nombre, es tal vez la etiqueta más personal del Reta, aunque no parezca. Y no lo parece porque vemos un caracol dibujado con fechas. ¿Qué fechas son?
- 1945: año cuando se plantó la viña de Romelio
- 1960: año cuando nació Maradona, ídolo del Reta
- 1992: año del primer concierto al que fue Reta de Iron Maiden, es su gran fan, fue en Argentina
- 1996: año cuando se casó el Reta
- 2000: año cuando por primera vez el Reta vinificó las uvas de Limávida
- 2019: año de la primera cosecha de Romelio para el proyecto Reta
- 2021: año cuando Romelio salió a la venta.
Romelio 2019 ($59.900) tuvo 27 meses de guarda en barricas de Borgoña, esta vez no se siente la madera. Lo que hay es una nitidez de fruta, frutas negras y rojas, muy sabrosa, de gran estructura, muy nervioso. De un año en el cual cayeron 280 mm de lluvia, en una zona en la que deberían ser 600 mm. Probablemente, además, la cosecha más temprana que haya hecho allí. A fines de febrero, aún así le dio 13,4°A. Delicia de tinto, limpio, neto. Cristalino como los otros dos, para beber hoy y guardar por más de 10 años.
Así llegamos a la pregunta que muchos seguidores del Reta se deben hacer. ¿Los Reta son con o sin sulfuroso?
“Puedo hacer vinos sin agregar sulfitos, nos dice, pero necesito prerrequisitos: Tener vinos ácidos, nacidos de cosechas tempranas, tener muy limpias tinajas, y en el minuto de embotellado la máquina debe estar impecable”. Romelio es un buen ejemplo, dice, y nos cuenta que tuvo una crianza bien movida y sin mayores controles de temperatura, desde Curicó hasta el Limarí, donde los está embotellando, y aún así la uva resistió.
“Si quiero hacer un vino sin sulfito en diez años debe estar bueno. … porque un vino con más de 3 años con defectos, me produce la misma lata que vinos con alto alcohol o con mucha madera”, dice el Reta.
MÁS ALLÁ DE CHILE… RETA ESPAÑA
Marcelo Retamal es hoy, además socio y enólogo de Viñedos de Alcohuaz, su gerente general. Un cargo que no le gusta de nombre pero que le lleva además a liderar su comercialización para crecer con nuevos clientes cada año. Además, en los últimos 4 meses, el Reta ha estado dos veces en España: en vendimia y post vendimia de sus propios vinos y viñedos.
Las primeras compras de parcelas ya las hizo en la llamada Sierra de Francia (hoy renombrada Sierra de Salamanca), un lugar que conoce porque allí tiene su origen parte de su familia. Pensando en vino fue, miró y compró pequeñas parcelas. Juntas, a partir de siete unidades, explica, sumó 1,5 hectáreas.
“España es relindo, y Sierras de Francia de los viñedos más lindos del mundo. Llueven 1200 mm en invierno y en verano también. El paisaje es como del bosque nativo antiguo, de cordillera”, cuenta el Reta.
Las variedades que tiene son Rufete, la cepa del lugar; Calabrés o Garnacha y Aragonés o Tempranillo. Este 2021 hizo ya una mezcla cofermentada de su viña plantada en 1905 junto a otros viñedos de 40 y 60 años. Además, hizo un vino de Calabrés puro, de más de 100 años plantado sobre un suelo de granito con cuarzo arriba; y un Rufete 100%. Los tres se vinificaron con racimo entero, en lagares abiertos y sin sulfitos; guardó en barricas usadas de Borgoña, donde ahora reposan. ¿Bodega propia? No todavía. Por ahora vinifica y guarda en El Bar de Dios, bodega de un amigo, ubicada en un pueblo cercano, donde su mano derecha en la enología de Alcohuaz, Rosario Fillol, este año hizo además vendimia.
Reta España, nos dice a diferencia de Reta Chile, es un proyecto inmobiliario, porque espero rentabilizar la inversión con la venta de los vinos. «En Chile llevaba ocho años tratando de comprar; cómo rentabilizas una viñedo de 69 o 80 millones de pesos». Y es que lo más importante de hacer vinos, nos dice, más allá de que los vinos sean buenos, es tratar de tener un proyecto sustentable en sus números.
Alejado de la Sierra de Francia, el Reta también tiene el foco en Sanlucar de Barrameda (Jerez), donde cada año va de veraneo con su familia, y ya cerró una asesoría/sociedad para hacer vinos con velo de flor de pagos que le enamoran. También en Rioja Alavesa, de la mano de un primo.
“Al final van a ser 4 o 5 vinos en España, más otros 4 o 5 en Chile, trabajando con misma red de distribución. El problema, enfatiza, algo de lo que suele hablar su viejo amigo Pedro Parra, “no es producir, sino vender, sobre todo a estos precios”.
Sus vinos españoles los vamos a tener en Chile, nos dice, seguro de la mano de Grandes Terruños, igual que los Reta Chile. Mientras, explica, está construyendo ya bien su marca en España, especialmente en restaurantes de la mano de distribuidores.
Si miras hacia atrás, qué dirías, le preguntamos al Reta.
«Que todo pasa por algo, después de todo lo que he hecho, ahora estoy cosechando, nos dice. Me encanta lo que estoy haciendo. Lo paso genial, pero no tengo el tiempo que pensé iba a tener. Mucha gente me ha llamado por cosas, no para ayudar en el estilo de los vinos sino para comercializarlos… pero mi foco ahora es Alcohuaz y Reta».
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2 comentarios
LORETO RUIZ NOS PRESENTA LOS VINOS DE RETA ESPAÑA - WIP WIP dijo:
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VDA 7, EL NUEVO VINO DE VIÑEDOS ALCOHUAZ - WIP WIP dijo:
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