La unión hace la fuerza, y eso es lo que buscaron los Centinelas del Itata al registrar dos marcas propias. De su Brutall 100% Moscatel a la venta en Tiendas Alma del Itata, les contamos hoy con lujos de detalles en WiP.

¿Saben ustedes la sed de quién sacian los vinos que se producen cada año a partir de las 3.550 hectáreas de viñedos plantadas con Moscatel de Alejandría en la Región del Ñuble?

Aunque nunca hayamos hecho la comparación antes, se trata casi, casi, de la misma cantidad de hectáreas que existen plantadas en el Valle de Casablanca de la también cepa blanca Sauvignon Blanc, destinada a vinos finos. La diferencia de fondo entre ambos territorios y contextos, es tremenda y sólo requiere una pregunta para develarla:

¿Cuántas botellas de vinos de Moscatel con D.O. Itata vemos en los anaqueles de nuestros supermercados o en los supermercados del mundo?

Se habrán hecho seguro esta pregunta alguno de los más de 4.000 pequeños propietarios de viñedos para vino que suma la Región del Ñuble; y se habrán dado cuenta que en el Valle de Casablanca los propietarios de viñedos para vino, suman apenas 288 en total (según Catastro SAG 2019).

Comparar los poco más de 30 años de historia fermentado uvas que llevan en Casablanca, con los más de cuatro siglos que suman en Itata, se escapa también de toda lógica. Fue tal vez por eso, que un grupo de 13 pequeños productores del Itata se unió para darle valor a sus uvas de Moscatel junto a otras variedades que también dejaron de tener importancia en el vino chileno y del mundo durante muuuuchas décadas. (Ver detalle sobre historia del vino en Itata acá).

De esa iniciativa llamada Cooperativa Centinelas del Itata, nacieron dos marcas colectivas que son de su propiedad: ellas son Brutall e Itata Profundo.

Esta vez vamos a hablar de Brutall, la marca que nació para darle identidad en particular a sus espumantes, elaborados tradicionalmente con el método tradicional.

Fue justo en 2014 cuando Brutall tuvo sus primeros vinos espumantes, nos cuenta Gonzalo Nova, quien es dueño de la bodega Puertas del Itata, y socio de Viña Rankül en el sector de Paso Hondo, junto a Joel Neira y Leticia Fernández.

Neira y Nova asesoran a la cooperativa Centinelas del Itata en la elaboración de sus espumantes. Por eso, hoy nos cuenta Nova que aquellos primeros Brutalles fueron varios al mismo tiempo, eran de la misma cosecha y nacidos de varios viñedos diferentes, con firma de diferentes productores. Hasta que con la cosecha 2018 decidieron era necesario tener un solo espumante, uno muy bueno, y que hablara por todos. Las ganancias de su venta se distribuyen por igual entre todos.

En aquellos primeros años nació el Brutall de Lucía Torres, un espumante que llamó la atención en concursos y también la atención del sommelier del Celler de Can Roca. Hoy la señorita Lucía, tiene su propia marca de vinos, Viña Mirador del Valle, y bajo ésta, su propio espumante Alma Verde ($9.700).

No fue la primera vez que bajo una misma etiqueta ha habido varios productores, y no es la primera vez que diferencias de estilos y calidad en este tipo de marcas colectivas generan confusión en los consumidores. Pasó algo así con los vinos de Ayllu y con la cooperativa que busco reivindicar al Pajarente del Norte Chico.

Es así como llegamos a Brutall 2019, un espumante método tradicional 100% de Moscatel de Alejandría cosechado de un solo campo, de Joel Neira en Guariligüe (Valle del Itata). El vino lo hace Neira en su bodega en Bularco y luego la toma de espuma o el llenado de las botellas con su licor de tiraje) para inducir la segunda fermentación se realiza en Paso Hondo. Allí, en la gran bodega de Nova, bajo antiguos techos de madera y gruesas paredes de adobe se guardan las botellas llenas hasta que se les hace su degüelle para limpiar borras y agregar el final licor de expedición. Un licor de expedición, explica Nova, que varía en dulzor según lo pida el comprador; pues el degüelle se hace poco a poco.

El Brutall 2019 es la cosecha que está hoy a la venta; se llegaron a producir más de 20 mil botellas. Las primeras con su degüelle ya están a la venta en la tienda Alma del Itata, y es de estilo de Brut. Su baja cantidad de azúcar agregada con el licor de expedición se siente en equilibrio con su justa acidez.

Lo que encanta de este espumante Brutall, más allá de su brillante y dinámica burbuja, son sus aromas a flores blancas y membrillo; ideal como aperitivo y también junto a platos de ingredientes frescos, vegetales grillados, carnes blancas o mariscos gratinados con queso.

Lo que se agradece de éste a su vez, es que demuestra que cuando se le pone cariño a la Moscatel del Itata salen vinos lindos, dignos de estar en supermercados, tiendas especializadas, restaurantes locales o de lujo; el Celler de Can Roca… donde lo soñemos…

Brutall 2019 tiene otro gran plus: el del valor agregado por su método tradicional. De lo que debemos convencerlos ahora a ustedes, es que  paguen con gusto el precio que merecen buenos vinos de pequeños productores del Itata,  para que se puedan renovar con frecuencia sus etiquetas en los anaqueles.

Brutall vale $8.000 en Tienda On-line Alma del Itata (el envío a vuestra casa pueden calcularlo en la misma compra on-line). La caja de seis vale $48.000. En la bodega de Nova la caja tiene un precio menor: les pasamos el dato aprovechando que en estos días el Valle del Itata ya está reabriendo sus puertas y ustedes pueden hacer entre tantas cosas el tour llamado Espumantes bajo las Estrellas, el cual incluye la visita a dos bodegas (Cucha Cucha y Puertas del Itata), un viñedo centenario con antorchas encendidas y degustación de vinos junto a cosas ricas locales en cada parada de todo el recorrido; hasta, incluso, el cierre del paseo en la misma Tienda Alma del Itata en el pueblo de Ránquil.

¿Hacen otros vinos juntos los 13 pequeños productores que forman Centinelas del Itata? La respuesta es sí, pero el último tinto, tuvo tal éxito, que ya se les acabó. De la cosecha 2021 en tanto, cuenta Nova, hicieron un País colaborativo con otras siete empresas del Ñuble, las que sumaron unos 270 mil litros de País. La idea era una vez más, darle valor a sus uvas, siendo tan bajo el precio para esta cosecha (rodeando los $120 pesos el kilo). El vino se hizo en Hacienda Cucha Cucha con todo su soporte técnico e infraestructura. Ahora, en invierno, esperan un comprador interesado. Precio, por si acaso: $14.000 la arroba más IVA (impuesto de vino a granel).

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