ES ÚNICO Y ES DE CHILE

Publicado el 31 diciembre 2021 Por Mariana Martinez @reinaentrecopas

El desafío del nuevo año ya no será volver a la normalidad, sino seguir navegando con viento a favor entre la fuerte competencia que no deja de crecer y empujarnos hacia arriba en este fascinante mundo del vino. Aquí las tareas pendientes.

Cuáles son los grandes desafíos del año que ya llegó es la pregunta que nos hacemos desde WiP.cl, después de haber observado por doce meses la continua actividad en el mundo del vino de Chile y más allá de fronteras.

¿Cuáles son los desafíos ante una pandemia que aún no se termina, y ante un mundo cada vez más globalizado, no sólo en la forma de comprar y vender, sino cuando todos están haciendo lo mismo para ser diferentes?

¿Cuántas veces este año hemos escuchado contar, y como nunca, que: somos del secano, de parras viejas, que somos somos vinos naturales, somos limpios… Pero a que pocas veces hemos  escuchado explicar el profundo sentido que tiene cada uno de estas complejas realidades; además de cuál es ese valor y qué costo tiene.

¿Cuáles son los desafíos ante un mundo que padece de climas cada vez más extremos, con sequías, incendios, inundaciones…

La respuesta antes tantas preguntas que nos depara el futuro, parece ser una sola: mirar hacia adentro, descubrir qué nos hace únicos y actuar.

No estamos faltos creatividad ante la respuesta, sí estamos llenos de esperanzas porque todo lo que soñamos para el vino de Chile y que está en la puerta. Aquí nuestra mirada para ser un país de vinos únicos.

Primero, lo primero: Valorar Chile ¿Cuándo hemos escuchado a un argentino decir que lo suyo no es lo mejor… poniendo a un lado su política o economía? En cambio, cuántas veces escuchamos chilenos diciendo que algo nuestro es tan bueno, que no parece Chile. No se trata de que no seamos autocríticos, sino de darle valor a lo que sí tenemos. Hoy sumamos una diversidad en nuestros vinos nunca antes vista: de paisajes, suelos, variedades, de productores… celebrémosla.

Segundo. No seamos parecidos a, seamos únicos. ¿Empiezan nuestros vinos a sobresalir entre los más grandes del mundo? Pensemos ahora: por cuántos años nos quejamos que nuestros vinos eran iguales entre sí y al resto de buenos bonitos y baratos. ¿Cuántas veces nos quejamos de que Chile no tenía identidad dentro de su territorio? Ahora que la vamos descubriendo, porque al fin abrimos los ojos y aprendimos tantas cosas, celebremos su diversidad. Celebremos que estamos escalando a lo más alto, no que nos empezamos a parecer copias de los mejores. Claro que los críticos internacionales buscan referencias entre sus registros, para eso estudian,  catan y catan… viajando alrededor del mundo. ¿Pero, es eso lo que queremos? ¿Parecernos? O ser únicos. La próxima vez que un vino les emocione y vayan a decir: este vino se parece a… Piénsenlo dos veces: No se parece, es único, es de Chile.

El camino de los vinos naturales, un camino nada seguro. Muchos pensarán que el camino de los vinos naturales es el camino para diferenciarse entre la masa de vinos sin identidad. Y lo es sin duda, cuando están bien logrados. El problema es que cuando tienen defectos, porque no hay cuidado por los microorganismos en bodegas, nos hacen volver al mismo punto de partida: ser todos iguales, pero por lo que tal vez es peor, por ser igual de malos. Un dilema, porque los vinos naturales, sin la menor intervención posible de productos químicos en viñedos y bodegas, será cada día más una obligación; aunque sin olvidar el camino del sentido del vino, ser sabrosos, bebibles, dar placer.

El camino de lo sostenible. La prioridad será hacer vinos que puedan tener sentido de continuidad en el tiempo. Nos referimos a ser sostenibles económicamente, sin olvidar las condiciones extremas del calentamiento global. ¿Cómo podemos aportar en ese camino? Qué puedo hacer en mi viñedo para ser más eficiente en el uso del agua, para integrar y fomentar biodiversidad en mi monocultivo; cómo usar menos productos nocivos para la flora y fauna, qué puedo hacer para aportar a mi comunidad y ella me aporte a mí. ¿Cómo crecemos juntos, más justos? Ya han avanzado mucho en esta dirección, pero faltan más; siempre faltará más.

La asociatividad como camino. El punto anterior nos lleva a la asociatividad. Y no sólo entre productores para potenciar territorios, sino para potenciar las comunidades y potenciar Chile. Este año vimos nacer en pandemia nuevas asociaciones de productores de vinos. Sabemos que la unión es la fuerza para llegar más lejos, y también la forma de recibir más y mejores fondos del Estado para dar esos saltos que solos no se podrían. ¿Pero cuántas de ellas serán sostenibles en el tiempo? Lo serán las que estén unidas por su trabajo en pro de un fin en común a largo plazo, sea éste local, regional, o nacional, y con una mirada en positivo.

Paridad de género. Este año hemos visto como nunca el empoderado rol de la mujer en el mundo del vino. Se han atrevido a ocupar lugares de poder como nunca antes, y también se les ha premiado por sus logros. Una tendencia que sólo puede seguir creciendo hasta tener la paridad que las mujeres merecen /merecemos. Cómo se logra, con trabajo, trabajo y trabajo, y por supuesto, abriéndoles las oportunidades.

¿Nuevos formatos? Que si botellas de papel, que si en latas, que si en bag in box. En 2022 veremos de seguro también nuevos formatos para guardar vinos pensando en las nuevas generaciones y el futuro de su planeta; también más vinos para el día en latas. Pero la botella de vidrio seguirá siendo la reina. Lo qué cambiará será su peso, pensando en ser, una vez más, mucho más sostenibles. El problema es ¿Cómo borrar la idea forjada por años de que mientras más pesadas, mejor el vino en su interior? Tarea para 2022.

El vino en restaurantes post pandemia. Es uno de los sectores de seguro más golpeados por COVID-19, y uno de los que más fructifican de la industria del vino. La relación, por supuesto debería ser de win-win, pero aún no lo es. Y los consumidores, los que podrían ser los más beneficiados, tampoco lo son. A ver si este año empezamos a buscar soluciones en esta dirección. Que tal precios más justos por lo ofrecido, no sólo en vino, sino en comida, y a la vez mayor presencia de sommeliers o garzones conocedores de vinos en salas, para poder recomendar las novedades llegadas a la carta. Porque el mundo cambió y las cartas de vinos también deberían haberse ya moverse en esa dirección.

Vinos más frescos, en todo sentido. No sólo con cosecha de las uvas más tempranas, y con menos madera en el vino, el vino debe ser refrescante en sabor y a la vista. Sin duda todavía nos queda mucho consumidor tradicional, que no cambiará por nada sus viñas y etiquetas clásicas, pero hay otro segmento, el que crece y no es sólo millenial, que busca conexión con la imagen y la historia detrás de la etiqueta. ¿Qué tan profunda es esa relación? Depende de qué tan abierto esté ese consumidor a profundizar en el cuento, porque siempre habrá dos caminos y debemos saber cómo darle el empujón para que profundice o cómo ser más frescos en cómo comunicamos. Sí, otra gran tarea para 2022.

No, no es el fin de la madera. Por más que llevamos más de una década quejándonos de los vinos con madera, y las bodegas dicen que cada vez compran menos, las cifras dicen que cada año se venden más barricas en el mundo. Los hechos además, muestran que aún hay mucho vino con madera, y hay consumidores a los que todavía les gusta. Lo que vemos desde WiP.cl es que efectivamente no a todos los consumidores le gusta, y que hay mucho viñatero que todavía no sabe comprarla ni ponerla, pero que cuando la madera es buena y está bien puesta en las uvas correctas, sus vinos siguen siendo insuperables.

Las RRSS, siguen creciendo. Es suficiente ver un par de documentales sobre cómo funcionan las RRSS para entender su poder de captar el tiempo de los consumidores. Es suficiente ver cómo salimos adelante en pandemia gracias a la tecnología, para agradecer su existencia. Saber cómo sacarles el mejor provecho a ambos, sin -por favor- considerarnos tan tontos, es también una gran tarea para 2022.

Un País más justo. Esa vez no nos referimos a la cepa, nos referimos a las elecciones 2021 han dicho que Chile quiere ser un país más justo. Lo que sigue a esta decisión es cómo será también el mundo del vino chileno podrá ser más justo. Y como sería una nueva Constitución más justa para el consumidor del vino de Chile. Lo que debía haberles llamado la atención, es que del Maule al Sur, donde existe la mayor cantidad de viñedos en Chile, se votó en mayoría por un país más seguro. Esta es una generalidad que pocos entenderán. Lo tenemos claro, y es que el gran reto del 2022 para todo el país: tratar de ser más objetivos ante las ideas diversas y ante las soluciones. También, trascendiendo de la ideología política, el reto es ser más consecuentes entre lo que decimos, queremos, hacemos y por supuesto lo que bebemos y comemos.

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Un comentario

  1. Fernando Andrés Ramírez dijo:

    Buenísima columna….cómo será el vino en lata??….yo creo que una buena alternativa, para despeinar un poco el vino.
    Precio justo en los restaurant….SI POR FAVOR…vendría bien a fomentar el consumo del producto nacional.
    Ojalas eliminen el ILA, no tiene sentido.
    Saludos desde Antofagasta…..