INFORME VENDIMIA WIP 2024 REGIÓN DE ACONCAGUA

Publicado el 14 mayo 2024 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Avanzamos hacia el centro en nuestro recorrido por los valles vitivinícolas de Chile, para saber cuáles fueron las condiciones y qué se espera de las vendimias desde el Valle de Aconcagua hasta Casablanca.

De un invierno templado en el Norte Grande y Norte Verde (entre Iquique y Choapa), seguido de un verano extremadamente cálido, llegamos a la Región de Aconcagua. Con sus principales valles en la costa, las lluvias sí llegaron a este territorio para relajar la presión en las reservas para el riego, aunque a unos más que a otros. Y aunque después del invierno, la primavera fue fría para todos, no a todos dejó racimos más chicos y/o livianos por igual. Este es el informe de sus viticultores,  enólogos y viñateros, con bajas de hasta 54% en producción comparado con la productiva cosecha  2023. Sabiduría de la naturaleza, ante bodegas llenas de vinos 20023, dicen algunos.

En la D.O. costera Zapallar

Comenzando por la D.O. Zapallar, Rodrigo Barría (viticultor de Viña Montes, recién premiado como Viticultor del Año en informe Tim Atkin 2024) contó a WiP que en el sector Hacienda Catapilco,  por primera vez tuvieron un invierno sin heladas; acumulando en consecuencia menos horas de frío. Después, la primavera fue seca, con una brotación homogénea, pero en floración tuvieron mala cuaja, debido a lo fresco que fue desde fines de noviembre hasta enero 2024. En febrero, en cambio, llegaron olas de calor, justo cuando -nos recuerda- ocurrieron los trágicos incendios en la ciudad de Valparaíso. «Entonces, veníamos muy atrasados en madurez, pero con este cambio nos compensamos y a las variedades blancas y Pinot Noir, de ciclos más cortos, les sirvió mucho para retomar y así finalmente cosechar todo más o menos con 10 días de adelanto;  empezando para espumantes después el 6 de marzo, y terminando el 10 de abril con Syrah». Barría destaca que debido a este  invierno más templado y la floración no tan buena, tuvieron menos peso de racismos, lo que dejó  54% menos de producción con relación a 2023, año a la inversa de alta producción y racismos grandes. Además, debido a menos lluvias (180 mm. versus 190 mm.) tuvieron que restringir aún más el riego. Eso sí, tal como ya nos adelantaron en el informe sobre cosecha 2024 en el Norte, Barría destaca de lo poco, viene muy bueno.

Las cepas tintas en El Escorial subieron demasiado rápido la acumulación de azucares, mientras madurez fenólica quedó atrás.

Valle de Aconcagua entre las dos cordilleras

Victor Vargas, enólogo de Viña El Escorial con tres viñedos dentro del valle, destacó a WiP,  que este 2024  en Aconcagua fue una vendimia muy distinta. «Hubo que estar atentos a las condiciones de la naturaleza, algunas las pudimos prever, pero otras no, y cuando no, tuvimos que cambiar algunas cosas en la vinificación. En ese sentido, 2024 fue más desafiante, más creativo».  En el detalle, explicó que en San Esteban, a 1.600 msnm, la madurez se adelantó dos semanas, con una mayor radiación solar que lo normal. El segundo viñedo de El Escorial, en Panquehue de suelos profundos, aluviales, depósitos del cerro La Giganta, donde se manejan tradicionalmente canopias mayores por un tema aromático, este año los viñedos soportaron mejor las altas temperaturas, por lo que -contrario a los 1.600 msnm- aquí se atrasaron dos semanas en cosecha. El tercer viñedo, en el mismo lugar, pero con viñas más nuevas y con menos canopia, se vio más afectado por calor y por radiación. En términos generales, explicó Vargas, también debido a la primavera más fresca tuvieron un retraso en el desarrollo vegetativo, y después en pleno verano, como en muchos lugares de Chile hacia el Sur,  llegaron temperaturas más cálidas. Aquí, «con un peak  de calor en enero,  tuvimos mucha acumulación de azúcares pero sin el tiempo suficiente en el mes previo a cosecha para desarrollar las últimas condiciones de tanino«.

Con estos peaks de días cálidos, explicó, Vargas,  las plantas cerraron sus estomas y no avanzaron madurez. «Ya en bodega, con menos antocianos y taninos en pieles,  tuvimos que recurrir a maceraciones post-fermentativas altas en las cepas tintas.  Esto afectó especialmente a los viñedos que  tenían canopias  normales  o que por algún efecto de la planta no se había podido desarrollar bien. En tintas, las más afectadas, de pieles más delgadas, fueron Sangiovese, Zinfandel  y Petite Sirah». Se dieron mejor, en tanto, sus Syrah, Petit Verdot, Cabernet Sauvignon y Carmenere; Malbec en un punto intermedio. Los blancos, destaca Vargas,  sufrieron incluso con las canopias mayores. En este sentido, dijo, el frescor de la canopia no ayudó mucho, por tanto tuvieron que modificar vinificaciones también en blancos,  en busca de dar a los vinos más bocas que aromas. Además, destacó Vargas, en vinificaciones se tuvieron que adaptar al oídio que afectó viñedos en prácticamente  todo Chile hacia el Sur. Para el cierre, los primeros días de mayo ya estaban terminando la cosecha para su vino dulce de Moscateles.

Como una temporada verdaderamente insólita, por su parte describió 2024 en la zona de Panquehue, Mauro Von Siebenthal, fundador de Viña Von Siebenthal. De hecho, destacó, «el clima aparentemente no fue lo ideal para la viña. En algún momento la madurez se frenó y entonces regresamos a los tiempos de algunos años atrás cuando se cosechaba a fines de abril o en mayo. Pero a pesar de eso, la acumulación de azúcar no fue de los niveles de la cosecha pasada, cuando fácilmente  superaban los 14°.5  de alcohol. Dicho eso, lo curioso, explicó a WiP,  es que acá en Aconcagua, como en otras regiones del país,  este 2024 ya tuvimos un invierno anticipado porque cayeron 48 milímetros de lluvia en mayo, lo que es diríamos excepcional. «En 25 años no había visto caer 45 mm. de lluvia la primera semana de mayo. Acá llegan en junio, en julio, quizá un poco en agosto ¡pero en mayo nunca! Además de que nevó muy fuerte en la Cordillera de los Andes,  también llovió mucho en la Cordillera de la Costa, lo que es bastante insólito en esa temporada. El resultado es que tenemos un invierno anticipado y sacando la última uva, la carmenere, al 9 de mayo, con una cosecha bien atípica».

Von Siebenthal destaca la calidad  de 2024 como buena, con un menor alcohol reflejo de la temporada y confirma también rendimientos muy bajos en sus uvas. «Y cuando digo muy bajos, destaca, te habla alguien que tiene rendimientos que rigurosamente no superan los 8 mil kilos por hectárea, a veces mucho menos que eso. Pero este año tenemos un 20-25% menos de uva y de cosecha. Entonces, concluye,  2024 fue un año muy atípico, muy raro.  Creo que a nivel mundial, agrega, este 2024 no va a ser un gran año porque la situación en primavera en Europa ha sido también bastante catastrófica: helada, mucha lluvia…»

Para los registros de la vecina Viña Errázuriz,  las cifras no son tan drásticas en rendimientos. Emily Faulconer, nueva enóloga en Jefe de  Errázuriz Family Vineyards con viñedos desde Panquehue (Aconcagua Entre Cordilleras) hasta Aconcagua Costa, destaca en términos generales la primavera muy fría, registrando la suma térmica más baja que los promedios históricos durante octubre, noviembre y diciembre (2023).  Faulconer también destaca que llovió en la zona más que otros años durante el invierno 2023. «Fueron sólo 150 mm, que no es mucho, pero para nosotros fue bueno y dejó mucha nieve, lo que sígnico a la vez disponibilidad de agua para riego».  Si de rendimientos se trata, su variedad más relevante, Cabernet Sauvignon, explica Faulconer, tuvo una baja de solo 2% de acuerdo a lo buscado. En términos de crecimiento vegetativo, destaca que tuvieron buen crecimiento, por el agua que había en el suelo,  y sin problemas de hongos como oídios, ni botrytis. La maduración sí, destaca, fue súper lenta, atrasada como 10 días más o menos, a pesar de que en enero se volcó a cálido y hasta marzo registraron promedios históricos. Resultó en general, comenta al igual que Von Siebenthal, con una acumulación de azúcar en bayas más baja;  «en promedio como un grado más bajo que en años anteriores;  con vinos entre 13.5 y 13.8 ° de alcohol; además de muy buenos pH, bonitos colores, alta intensidad de fruta».

En el Valle de Aconcagua hacia el mar

Tomás Muñoz, a cargo de los vinos de Errázuriz en Aconcagua Costa, Chilhúe, destaca que aquí a diferencia del valle interior, estuvo mucho más atrasado en madurez dependiendo de los sectores. Su parámetro, detalla, es el cuartel madre del Chardonnay Pizarra, el que cosechan en años normales  entre el 14 y 15 de febrero. En los años más fríos, después, y los años que son más cálidos, antes. “Este año 2024 con toda la primavera fría, más fresca, y un febrero más cálido, partimos cosechándolo el 10 de febrero”. El resultado de acumulación de azúcar  fue baja y con 12, 5 de alcohol. El resto del campo, en general, sin embargo, pasó a cosecharse 5 a 7 días después, incluso tres semanas más tarde algunos sectores». Por esta condición, destaca,  fue año súper ordenado «que nos dio mucho tiempo para visitar los cuarteles todas las veces que queríamos, e ir sectorizando, así a la vez ir recibiendo en la bodega cada variedad bien separada». En cuanto a sanidad, destaca, «estamos muy contentos porque  para nosotros fue súper sano, a pesar de que la presión de oídio y botrytis era alta por las características del año. «En nuestro caso hicimos unos pequeños cambios en los planes de control y aumentamos las frecuencias de las aplicaciones. Si uno flaqueaba en el programa, te saltabas algunas fechas o te atrasabas por algún motivo, la presión era importante. Así pudimos mantener desde el principio la presión y nos ayudó muchísimo a terminar con uva en buenos puntos de madurez, y luego, con la fermentación impecable. En cuanto a los vinos, los perfiles están netos, limpios, con la acidez en general impecable, como es bien típico de esta zona, pero creo que fue un poquito más pronunciada«.

En la costa del Valle de San Antonio

En el Valle de San Antonio,  Viviana Navarrete, enóloga de Viña Leyda, destaca que llegaron a acumular 480 milímetros de lluvia en el invierno, cuando lo normal estaba siendo 250 mm. “Ese superávit de agua fue buenísimo, porque partimos la temporada con muy buena humedad en los suelos, con mucho vigor, lo que también se convirtió en un desafío y accionó manejos en el viñedo. Veníamos pues todos contentos y un poco relajados, diciendo ya, esta temporada va a empezar más tarde, sin mucha presión». Pero las fechas de cosecha no se atrasaron tanto como pensaban. Lo que pasó, explica, “fue que debido a la primavera tan fría, las cuajas no fueron las idóneas, entonces tuvimos rendimiento más bajos a lo esperado. En Pinot Noir tuvimos un 35% menos de rendimiento, y en algunas selecciones masales fue algo más drástico. Si normalmente los racimos de Pinot Noir pesan 90 gramos, llegaron a pesar 60; los racimos eran chiquititos, de bayas muy pequeñas y livianas, por eso mismo, agrega, también ayudó a que fuera una añada sana”.

Navarrete destacó que las bajas en volumen variaron según variedades y sectores, lo que se repetirá veremos en otros valles hacia el Sur de Chile. A estas alturas (destacaba un mes atrás) ya terminaban de cosechar casi todo. El Syrah que es la última cepa que les quedaba, esperaban cortarla la última semana de abril. «Ahora, como los días han estado tan helados ya no está aumentando mucho el alcohol potencial o grados brix, así es que yo creo que va a ser un Syrah de bajitos alcoholes”.

En general, destaca Navarrete, será una temporada muy fresca. “A mí me gustan mucho los años así, porque los precursores aromáticos son súper intensos, dan origen a vinos que son mucho más expresivos, y vinos crujiente y persistentes. Entre los blancos, destaca, los Sauvignon están atómicos, me tienen muy contenta y los Pinot también. Lo malo, es que vamos a estar con bajos rendimientos, pero bueno la naturaleza sabia pues también nos lleva a equilibrar un poco este exceso de stock de vinos que tenemos de las añadas anteriores, así que naturalmente nos vamos a ir a ordenar con los enlaces”.

Para Felipe Tosso y Alejandro Galaz, enólogos de Viña Ventisquero, por la misma fecha, en San Antonio aún les quedaba por cosechar el Syrah. Con rendimientos más bajos, destacaron,  están en Chardonnay y Pinot Noir.  En los valles costeros, explican, las mañanas tuvieron rocío y luego gran parte del día permanecía nublado. Galaz destaca que vieron productores con mucho oídio, en esta época de humedad, antes de que pintaran las bayas. Tengo mi teoría, dice Galaz: muchos productores en vez de pasar cada 8 ocho días aplicando azufre, pasaron cada 15, el azufre no es caro pero te ahorras el petróleo del tractor, y por menos aplicaciones se les metió el oídio. Una observación que nos recuerda las medidas mencionadas por Muñoz en Aconcagua, ante la presión de enfermedades fungosas.

En Lo Abarca, en tanto, una de las zonas más cercanas al mar, Felipe Marín, enólogo de Viña Casa Marín, destaca la bendición de las lluvias porque venían arrastrando una sequía importante, lo que permitió además partir la primavera sin tener que regar. “Esa es una calidad de agua mucho mejor que cuando uno riega. En cuanto al clima, cree que la primavera fue poco fría pero después se arregló todo en verano, y en comparación con el histórico estoy bastante bien. No fue una temporada calurosa ni fría, coseché dentro de los días, algunas cepas un poco antes, otras cepas un poco más después, pero dentro de lo normal. Así que las calidades están súper bien. Los blancos y Pinot estaban ya todos adentro de bodega a mitad de abril». Lo único que le faltaba por cosechar para entonces era Syrah y algo de Garnacha. Este año, destaca Marín “tenemos vinos frescos, en la bodega tienen buen color, así que estamos felices». El rendimiento sin embargo se afectó mucho presume, porque este año implementaron la viticultura regenerativa. Este paso les permitió llegar a cosecha con mucho pasto, y la viña muy verde, con mucha actividad, pero apenas empezaron a madurar los racimos, tuvieron ataque importante de pájaros y conejos. “Pero bueno – concluye Marín sabiendo que no fueron los únicos que tuvieron este tipo de ataques-  todos los años hay algo, siempre hay algo que aprender”.

 

Sauvignon Blanc de muy rica acidez promete vinos vibrantes en los valles fríos este 2024.

En el Valle de Casablanca

En Casablanca, Ricardo Baettig enólogo de Viña Morandé, destaca que fue un año muy bueno, “como eran antes”. Sí, acota, una primavera muy fría y nublada hizo que hubiera menos cuaja y por ende menos kilos de uvas, especialmente en variedades como el Malbec. También destaca los peaks de temperaturas altas en pleno verano. Pero en promedio, destacó,  fue año más fresco en el sentido que la sumatoria térmica fue más baja. En tintos, cosechó Syrah, Malbec, Merlot, Cabernet Franc con 13°A e impecables.

Angela Mochi de Vinos Attilio & Mochi, ubicada en el sector Orrego de Casablanca, tradicionalmente más ventoso, con noches más frías y mucha luminosidad, explicó a WiP.cl que sumado a estas condiciones la primavera aquí fue aún más fría y con mucho viento, por lo que también tuvieron una mala cuaja y alto porcentaje de corredura.  «Después, se vino un verano con picos de temperatura muy altos para nuestro sector, con temperaturas que llegaron a 31°C , lo que es algo que no estamos acostumbrados, porque en general aquí llegamos a 28 o 29″. Las noches en tanto,  siguieron muy frías, tanto que en febrero tuvieron incluso una helada, lo que fue algo como absolutamente fuera de lo normal, y quemó un poco del viñedo, en particular algo de su Cabernet Franc. En función de estos días calurosos, explica Mochi, la cosecha se adelantó unos 15 días versus a un año normal. Mochi destaca que la producción sí bajó mucho y no sólo por mala cuaja.  «Nunca hemos visto tantos pájaros como tuvimos este año. Tuvimos una pérdida  de entre  25-30%. Como el viñedo es muy pequeño, y en general los pájaros comen por los bordes,  cuando tienes muchos bordes representa una cantidad bastante grande de la producción». Por todo ello, explica, tuvieron una menor producción histórica. «Así es que ha sido un año duro. Eso sí, la uva está de buena calidad, así que uno se anima un poco por la calidad del vino que se viene», concluye.

Gonzalo Bertelsen,  nuevo enólogo en jefe de Viña Veramonte, destacó «Las calidades excepcionalmente buenas debido a la menor acumulación térmica en el verano, con buenas acideces y alcoholes equilibrados. La uva y pieles muy sanas y firmes. Estas condiciones me recuerdan a los años memorables e inolvidables«.  Aunque el invierno no fue tan frío como otros, producto de las condiciones de El Niño, destaca que sí fue más lluvioso, con 280 mm en su sector. También, observaron que la primavera inestable afectó la cuaja en Sauvignon Blanc; en cambio tuvieron un 20 % arriba de lo esperado  en Chardonnay , y según presupuestado en los Pinot Noir. En cuanto a heladas, en Casablanca, menciona solo registraron un par con apenas  con -1 °C  por algunas horas y pudieron ser controlarlas. Es posible, destaca, que en zonas bajas del valle hayan tenido menor temperatura.
Aparte de estar cansado (como con razón deben estar todos quienes trabajan en bodegas  por estas fechas, sobre todo los que comenzaron en febrero por el Norte),  Marcelo García, enólogo en jefe de Viña TerraNoble  nos dice estar bien contento con 2024.  «En general, destaca, en nuestro caso fue por decisión un 30% más chica que el año pasado, ello debido al stock que había en bodega;  además de ser un año complicando para poder vender la fruta,  porque no fue un año fácil. Pero enológicamente contento,  con  muchas cosas  todavía fermentando en la bodega. Estaba revisando, comentó García a WiP la semana pasada, tengo más de 40 cubas en fermentación.  Espero terminar en dos semanas todos los descubes  y empezar ya a eliminar los turnos».
En cuanto a Casablanca, donde Terranoble comenzó la cosecha entre 14 y  21 días antes de lo normal, hay vinos, destaca García,  muy interesantes. «Los blancos Chardonnay,  Sauvignon, Pinot Blanc, están con bajos alcoholes, acidez muy punzante, muy vibrantes y  muy rica fruta, pero sobre todo me encanta la acidez«. Destaca en tintos el Pinot Noir: «cada día me sorprende más la calidad de un cuartel  del  colón GA04 que me lleva a pensar que podríamos hacer un Pinot más arriba, aparte del que tenemos en la línea  Algarrobo». Lo último que cosecharon en Casablanca, destaca fue Tempranillo y Syrah  un poquito más temprano, destaca «sus vinos ya con la acidez más alta, aunque tal vez no tanto peso en boca, pero es un vino muy largo. El Syrah como todos los años, muy interesante,  yo creo que tiene un poquito menos de notas a aceituna este año,  es bastante graso, como aceitoso en boca. Así que bien contento con Casablanca», concluye García.
Alberto Guolo, enólogo de Casas del Bosque, viñedo en la zona fría de Las Dichas, vecino a Terrnoble, destacó a WiP  la baja importante de kilos, sobre todo en Sauvignon Blanc. «No sabemos bien con qué está relacionado, lo vamos a investigar. Es algo común a todo el Valle de Casablanca,  tiene que ver creo que con la época de cuaja y con el clima en esa época del año», explicó. A su vez  destacó  que la cosecha 2024 fue bastante atrasada,  dentro de lo normal que es Casablanca. Cosecharon casi todo en abril, como lo vienen  haciendo hace tres o cuatro años. «Es como que todo madura al mismo tiempo, y desde un punto de vista logístico fue aún más desafiante y muy complicado, especialmente  por el retraso del Cabernet Sauvignon Maipo,  porque entró al mismo tiempo que el Sauvignon Blanc,  entonces todas las cubas estaban con algo fermentando».

El sabor amargo  de 2024

Mientras la naturaleza o las mismas viñas según stock han decidido tener cosechas más chicas este 2024, incluso muchos pequeños que compran uvas a terceros han decidido directamente no hacer vino, sabemos que este año  los  viticultores y productores de uvas han sido muy golpeados. Y no sólo por el oídio,  sino por no poder vender sus uvas a precios razonables y así cubrir sus costos de producción. «Lo que ha sucedido este año es terrible para todos, menos para los especuladores y graneleros. En el Valle de Casablanca se vendió uva a 120 pesos el kilo» comentaron a WiP.
Artículos relacionados: 

Deja un comentario

Un comentario

  1. […] aunque el oídio pudo pegar porque hay humedad y frío”. Destaca, como nos mencionaron en el Informe Cosecha WiP 2024 de la Región de Aconcagua, que dependerá de si te adelantaste aplicando protección contra los hongos. El problema es que […]