INFORME VENDIMIA WIP 2024 VALLE DEL MAIPO
Tiempos de cosecha muy dispares e interesantes datos dentro del mismo valle donde reina el Cabernet Sauvignon, nos dejan un informe especial dedicado 100% a la zona.
Entre la primavera más fría de los últimos 25 años y un verano dentro de los más cálidos de los últimos 20 años.
Para conocer los detalles en el Valle del Maipo, consultamos a Sergio Hormazábal, enólogo de Viña Don Melchor. Hormazábal nos da sus impresiones basado en la revisión de datos de cepas tintas desde Puente Alto a Melipilla, donde tiene su familiar personal Viñateros de Raíz. Destaca la primavera del 2023, entre octubre a noviembre, fría, incluso de las más frías de los últimos 25 años; y muy similar a 2011. A parte, agrega, llovieron 400 mm entre agosto a octubre. «Ese suelo frío atrasó aún más todo: el brote, floración, y finalmente la cuaja que fue a fines de diciembre, inicios de enero. La pinta, que ocurre normalmente en enero, fue a fines de febrero. Pero en verano, a partir del 10 de enero, fue cálido y con más peaks de altas temperaturas en febrero y marzo. Fue, destaca, en promedio, de los veranos más cálidos de los últimos 20 años. Esa condición apuró la cosa, o por el contario, podría haber bloqueado la madurez. Lo que fuera, dice, no fue suficiente para retomar lo que venía atrasado. Para el 12 de abril, la madurez aún estaba lenta pero estaba llegando”.
2024 fue raro, concluye Hormazábal, «porque viendo para atrás, los años fríos y lluviosos en Maipo han sido 2011, 2013, 2016, y los años cálidos 2017, 2020 y 2023, pero este año 2024 fue una mezcla de ambas condiciones. Los grados potenciales de alcohol, al final fueron equivalentes al 2011, 2013 y 2016, ello a pesar de que el verano fue cálido, tan cálido como 2023 o 2020. Estas condiciones, agrega, no son normales».
La primera semana de abril, ya había cosechado las cepas Touriga Nacional, Malbec, Garnacha y Syrah en la zona más costera del Maipo. En Don Melchor, Puente Alto, con mayor foco en Cabernet Sauvignon, estaban para la misma fecha en el epicentro de la vendimia, con el patio lleno de gamelas. «En conclusión, dice Hormazábal, buen año pero muy atípico. Madurez tarde pero buena. Además, en vendimias como estas recibes uva y no deben hacer correcciones. ¡Los análisis son de libro!… Las uvas llegaron también sin golpes de sol, y buen equilibrio, sin excesos de grado potencial de alcohol. La calidad pinta para buena. Todo lo que he visto de uva está buena».
Lluvia bendita para suelos intoxicados por sal.
Hormazábal destaca a su vez que gracias a las lluvias de invierno, el suelo estaba con agua; lo que fue muy bueno, ya que se comenzó a regar recién en noviembre, lo que es tarde. “Un invierno como el del año pasado, destaca, es perfecto, porque no heló y llovió mucho. Estuvimos sin riegos, hasta la brotación. Si tuviera que elegir 2024, lo elijo».
Además, explica, en los últimos años de sequía las aguas para riego venían con más sal y estaban intoxicando los suelos. Entonces, el agua lavó las sales. «Como no necesitamos regar hasta tarde, no le metimos más sal al suelo tampoco». Hormazábal destaca que viñedos que había visto con problemas de salinidad ahora están bien.
¿Cosechas atrasadas o normales?
Cristián Aliaga enólogo de William Fèvre, comparte la sensación de que 2024 fue una vendimia tardía, aunque no tanto, y lenta. En Maipo arriba y bien arriba, donde están los viñedos de la bodega, dice estuvo todo atrasado. «Estábamos mal acostumbrados a últimos 3 años, metiendo uva en febrero a la bodega. Pero si comparas con 8 años atrás, un año normal entonces, estamos solo a una semana atrás; y si comparamos con los años recién pasados que fueron muy cálidos, serían tres 3 semanas de atraso. El susto entonces, para mediados de abril ante los pronósticos de lluvia, explica, fue una madurez muy lenta.
A mediados de abril 2024, en tanto, llegó el frío y un clima bastante irregular. “Incluso los muestreos de uva, que ves semana a semana, y que siempre ascienden, ahora subían y bajaban. Dependía de donde sacabas la muestra, lo que complicó la medición. Con varios enólogos vinificando en la bodega de William Fèvre, Aliaga cuenta que le pedían hacer un espacio para recibir sus uvas, pero con los muestreos del mismo día, me decían no, para, estoy demasiado bajo todavía, no puedo cosechar”.
A nivel de rendimientos, en general destaca Aliaga sacó Syrah, que siempre rinde, un 5% más arriba, y el Cabernet un 10% más abajo. Destaca, los racimos están más livianos y chicos. “No he visto muchos problemas de sanidad, explica, aunque el oídio pudo pegar porque hay humedad y frío”. Destaca, como nos mencionaron en el Informe Cosecha WiP 2024 de la Región de Aconcagua, que dependerá de si te adelantaste aplicando protección contra los hongos. El problema es que puedes aplicar el azufre solo hasta cierta época, y si calculaste mal quedaste descubierto”.
En resumen dice Aliaga, el gran problema de este 2024 fue decidir cuándo cosechar, pues costó entender que no había que esperar mucho más, porque aunque no había grado al final ibas a vas a perder más que ganar.
Al 12 de abril en William Fèvre llevaban recién 40% de la cosecha. “Mi experiencia a esta fecha con este clima, mi cabeza me dice empieza a cosechar y en bodega vemos qué hacemos, porque en Cabernet ya había empezado el hongo negro, y cuando es mucho, los vinos quedan metálicos, yodados. No conviene seguir esperando.
Aliaga destaca los 250 mm de lluvia que acumularon a diciembre 2023, lo que significó el doble que en los últimos años. Esto permitió que se acumulara nieve. «Si seguía así íbamos a estar con problemas para regar en verano. Con los resultados estoy contento y tranquilo», concluye.
Cerca de allí, Marco Puyo enólogo asesor de Viña El Principal, en el pie mote de Pirque, destaca que también comenzaron la cosecha bastante tarde, alrededor de 10 días, debido a la primavera entre octubre y diciembre que acumuló 15% menos de Días Grado, que es lo que mide la acumulación de temperatura. Las calidades muy buenas, dice, para todos los tintos de ese lugar; con bajos alcoholes y muy buena acidez.
Atrasada también sintió la cosecha Stefano Gandolini, asesor y enólogo del Cabernet Las Tres Marías, con viñedos hacia el sector de Alto Jahuel. Los Cabernet de Maipo Andes dice, vienen concentrados con niveles bastantes bajos de azúcar por lo que la graduación alcohólica será más baja respecto a los últimos años, en torno a los 13.5 y 14°A, según cuarteles. Destaca de 2024 haber sido un año de gran complejidad por lo tardío. Para mediados de abril, cuando aún no terminaba cosecha, veía difícil anticipar más información.
Los que ya habían cosechado todo a mediados de abril.
Felipe de Solminihac con viñedos en Macul, pie de cordillera de Viña Aquitania, ya había terminado la cosecha a mediados de abril, una semana antes de lo normal. Explica que fue una cosecha en cuanto a sanidad buena, pero poca en volumen. De Solminihac no ve la baja en rendimientos por la primavera fría, sí declinando la producción por sus plantas viejas, con 34 años, que tienen enfermedad de la madera. Para solucionarlo están en un plan de replantar el viñedo masal con plantas clonales. “El frío no lo sentimos como dañino, porque no tenemos heladas, claro que las cuajas con días muy fríos se hacen mal. Pero acá, al mediodía ya se calienta el suelo, no como en otras partes más planas donde el frío se mantiene”. Por la misma razón, explica, los golpes de calor se notaron menos. “Acá baja mucho la temperatura desde las 4 pm, y como estamos tan pegados a la cordillera, el sol no sale antes de las 10 de la mañana en el verano. Estamos como en un cono de sombra, por lo que las horas de calor son menos”.
En cuanto a las lluvias, registró unos 350 mm, como un año normal de antes, «lo que es muy bueno porque aquí tenemos que regar mucho el suelo, que es muy permeable, con bastante piedra, y muy poca arcilla que retenga agua. La lluvia -destacó De Solminihac, al igual que Hormazábal- lavó lo salino, entonces tendremos menos calcio en las aguas y menos calcio en los viñedos”.
Héctor Rojas, viticultor de Viña Tabalí con viñedos en el sector de la Cordillera de la Costa dentro del Valle del Maipo, ya tenía también todo cosechado para mediados de abril. «Maipo, explicó a WiP, obedece a la condición general de lo que puede haber sido la gran mayoría de Chile donde hubo un fenómeno de El Niño muy fuerte, y las precipitaciones fueron abultadas en invierno e incluso llegaron a octubre, noviembre. Lo que hizo tener un invierno alargado que trajo también una brotación y un proceso un poquito más tardío en todo el estado fenológico, sobre todo en primavera en el viñedo de nuestros Cabernet Sauvignon. Este retraso, totalmente opuesto a cómo venía Limarí, destaca, se mantuvo prácticamente hasta todo diciembre. Luego, relata, las temperaturas, donde estamos nosotros, se alzaron recién el 12, 14 de enero, cuando tuvimos los primeros regímenes térmicos sobre 30°C. Luego, en enero, y febrero sobre todo, tuvimos muchos días tranquilos en términos de temperatura, donde no hacía mucho calor, cerca de los 28- 29 °C, pero paralelamente aparecían dos, tres días por semana cuando las temperaturas golpeaban arriba, con 32 o 33°C. Es un fenómeno que ya lo habíamos vivido en 2017, y lo teníamos más o menos registrado. Es un fenómeno de madurez en las bayas muy distinto a lo que estábamos acostumbrados. Son eventos puntuales, pero que se empezaron a repetir mucho en enero y febrero. Eso generó que en lugar del retraso que nos hizo pensar que íbamos a estar cosechando todo en abril, se adelantó o se puso al día con respecto a las fechas normales. Comenzamos a cosechar los últimos días de marzo, pero rápidamente toda la fruta ya estaba lista, así que ya la semana del 10 de abril ya teníamos todo afuera”.
Qué fue lo que pasó… una teoría.
Ante las diferentes miradas de lo visto en Maipo, Sergio Hormazábal, destaca al igual que Gandolini, que fue una vendimia heterogénea, porque había sectores que se cosecharon en fechas normales y otros mucho más tarde. «Mi teoría, dice, es que la primavera lluviosa, dejó estanques llenos y los viñedos tuvieron vigor, y con buena carga hídrica, por lo tanto los suelos con más arcilla, con más retención, tuvieron procesos más lentos. Por el contrario, los sectores con más arena y piedra, tendieron a tener una fecha de cosecha más normal». El atraso destaca, no fue problema, porque no hubo lluvias terribles, sino por el contrario un buen clima. «La última milla, fue de un clima impecable: noches frías y días despejados».
Por otro lado, agrega Hormazábal, hubo algunos viñedos, clonales sobre todo, que dieron más uvas de lo esperado. «Vi varios sobre lo ideal, y ahí puede ser que el año no haya sido de vinos con tanta concentración. Salvo esas excepciones, creo estará todo con buena concentración, buen pH, lindos colores». Un año sí, destaca, que había que leer bien. Los análisis grados días llevaban a un año temprano, pero con todos los otros factores no fue así y se comportó como año frío.
Lo que viene… 2024-2025.
Con algunas cubas todavía fermentado y toda la cosecha dentro, Hormazábal destaca que la lluvia de 15-20 mm que cayó a fines de abril no significó nada grave. Sí destaca las lluvias abundantes de los últimos días (tercera semana de mayo), cuando ya no había fruta en viñedos. Dice: «No había una lluvia así en mayo desde el 2013, después hay que remontarse al 2002. A la fecha, este 2024 han llovido 110 mm del año 2024, lo cual es una maravilla».
Hormazábal destaca que los modelos predicen que se termina El Niño (con lluvias abundantes) y viene La Niña (con frío pero sin lluvias). Sin embargo, comenta lo ha discutido con el experto Fernando Santibáñez: Los modelos de El Niño y La Niña explican un porcentaje de lo que ocurre, el 80%, pero hay otras cosas que pasan que no son ni uno ni otro y de repente te desarman los pronósticos. «Esta lluvia de mayo ningún modelo de ningún tipo lo había previsto; ninguno hablaba de 100 mm de superávit en la Región Metropolitana. Que llueva en mayo es normal pero no tanto. Yo opino, teniendo esta lluvia en el suelo y la nieve en la cordillera profunda, mejor pájaro en mano… Ya está, por lo tanto es una buena base, si llueve o cae más nieve se va a acumular más. Lo veo positivo por todos lados pensando en 2025″.
Foto Porta Viña Aquitania Mayo 2024.
Artículos relacionados: