LA PIU BELLE DEL CACHAPOAL

Publicado el 06 abril 2021 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Nuestra editora comienza una nueva gira por el Valle del Cachapoal con la mezcla que cree más linda hoy de Viña Vik, la bodega más ambiciosa pensada y ejecutada desde el viñedo hasta la experiencia de sus visitantes en el Chile del siglo XXI.

Soñar en grande, implica actuar en grande. Y eso es lo que hicieron el noruego Alexander Vik y su señora Carrie, cuando pusieron los ojos en Millahue, Valle de Cachapoal; al soñar hacer algún día aquí el mejor vino de Chile. En las 4.300 hectáreas de cerros y valles que compraron -sí, un campo gigante, más grande que la Polinesia Francesa- plantaron los viñedos de lo que sería más adelante la espectacular bodega Vik, diseñada el destacado arquitecto chileno Smilian Radic. De seguro, por cierto, esta es la bodega más ambiciosa pensada y ejecutada desde el viñedo hasta la experiencia de sus visitantes, en el Chile del siglo XXI. Al menos… hasta ahora.

Plataforma interior superior de la bodega de vinificación de Vik en Valle del Cachapoal. Arquitecto Smilian Radic.

Todo partió en 2006 con estudios de suelos para cada lugar sector del campo, pensando en el ideal para cada cepa tinta y sus clones; sumando a cada uno diferentes portainjertos en busca de una paleta de colores para sus mezclas más amplia y certera. El aprendizaje de cómo manejar y entender cada sector, como es natural, llegaría con los años por venir.

Bajo el alero de Patrick Vallete, un experto enólogo y asesor de Burdeos, se gestó el proyecto, desde la idea incluso de elegir Chile como país para hacer los vinos de Carrie y Alexander. Pero, tras la partida de Vallete, fue Cristián Vallejo, el mismo que había desarrollado la plantación de los viñedos y conocía el campo como la palma de su mano, quien tomó el timón de este lujoso buque que suma además bosques nativos, un gran embalse, unas 300 hectáreas de viñedos, bodega, hotel, dos restaurante, varias residencias y una fabulosa huerta orgánica.

En plena pandemia, desde el año pasado, el trabajo de Cristián Vallejo ha ido mucho más allá del campo y la bodega; donde ya se había atrevido, como les contamos tiempo atrás a innovar, a diseñar tinajas con greda del lugar y barricas tostadas con los robles de sus bosques. Lo que es a mi, no me deja de impresionar cómo Vallejo, quien creía introvertido, ha tomado el rol de dueño de casa como nunca he visto hacerlo a un enólogo chileno. Vallejo es la imagen de Vik en todos sus Zoom, a la hora del idioma que sea, y sin descuidar el rumbo que le ha querido dar a sus vinos. Por cierto, con él hablaremos hoy martes 06 de abril en la serie de Live que realizaremos junto a la Ruta del Vino de Cachapoal. Todos invitados vía cuentas @reinaentrecopas y @vik_wine a las 19:30 Chile.

También, el mismo Vallejo me recibió unos días atrás, para mostrarme en qué van, durante una ventana que se abrió para visitar el Valle; todo, como parte de un proyecto Corfo O’Higgins desarrollado por la Ruta del Cachapoal. Será el mismo proyecto, por cierto, que me llevará a elegir para WiP.cl un vino de cada una de las seis bodegas que participan, durante las próximas semanas, desde ahora. Así es como aquí les voy a hablar de Pui Belle 2017, mi elegida de Vik.

LA MÁS LINDA DEL CACHAPOAL

Piu Belle no es ni el primero, ni el segundo vino de Vik en importancia; sino un mundo aparte. Y así fue desde su concepción, cuando le pusieron el nombre por ser la más linda entre toda una colección de botellas pintadas que había realizado el artista plástico chileno Gonzalo Cifuentes, para la habitación que él mismo diseñó para el Hotel de Vik en Millahue. Un hotel, por cierto, donde cada habitación tiene un look diferente, creado, por un artista de renombre.

Piu Belle se pensó que fuera el vino de estilo Nuevo Mundo de la bodega, con inspiración francesa, y particularmente de Burdeos, origen de mi muy querido Patrick Vallete. Mientras, el primer vino, VIK, y su segundo, Milla Cala (o la introducción a Vik como le gusta llamarlo hoy a Vallejo), debían ser el reflejo del Viejo Mundo. En simple: Nuevo Mundo se refiere al carácter frutal y joven de un vino; el Viejo, en cambio, a la elegancia ante todo, sobre todo con el paso del  tiempo.

Varias veces he ido a Vik y ésta última, en pandemia y plena vendimia, debo decir (entre tanta info por absorber, en cada visita) es la primera que asimilo que las zonas frescas del viñedo, son las que dan la espalda a Colchagua, porque están en lo alto de los cerros. Por eso, estos viñedos son ahora los  responsables de darle la elegancia tanto a Vik ($120.000) -el cual será sólo mezcla de los Cabernet Sauvignon y Franc desde 2018-; como a Milla Cala ($29.900) el cual seguirá sumando los dos Cabernet, además de Carmenére, Syrah y Merlot. Y sí, también, el por qué del origen de Piu Belle ($49.900) esta ahora en las zonas bajas, las más protegidas y cálidas.

A la par, para entender por qué se han refrescado los vinos de Vik en los últimos años, no hay que olvidar que desde las primeras cosechas de Vik hasta hoy, muchas tendencias han ido cambiado en el mundo del vino, y sus tres etiquetas (perdón cuatro, porque Piu Belle ya tiene una fresca hermana Rosé) también han sabido ir en esa dirección. Ello, gracias a cosechas más tempranas y el uso menos impactante de la guarda en barricas de madera nuevas. Por eso mismo, aunque Piu Belle sigua teniendo su origen en la zona más cálida de Millahue, su última versión 2017 es la más fresca de todas. Ok, ¡hasta ahora! Para qué decirles lo que será la cosecha 2018 que aún no sale al mercado! Y sí, también Piu Belle, es de los tres tintos de Vik, el que está más listo para beber ya. Efectivamente… bien Nuevo Mundo.

Piu Belle 2017, nacida además de un año cálido, es mezcla de 52% Cabernet Sauvignon, 34% Carmenère y 14% Syrah. Con su preciosa botella, siempre obra del artista plástico chileno Gonzalo Cienfuegos, el vino seduce con aromas y sabor a frutas negras que recuerdan a la mora, así como notas a rosas rojas y especias dulces. Su perfil más fresco, y mucho más vibrante, que versiones anteriores, está sí listo para beber hoy, aunque se podrá guardar esperando una complejidad mayor, sin problema por una década más. Hoy, su mayor atractivo, es lo voluptuoso que se siente en boca, gracias a su gran cuerpo, además de muy largo y profundo final.

Ella, la extrovertida de la casa, tiene además a su hermana, el Rosado Piu Belle 2020 ($14.900), de también preciosa botella, esta vez diseñada por el artista plástico argentino Javier de Aubeyzon. La versión 2020 del Rosé Pui Belle, ya en el mercado, es también mucho más fresca que la anterior, con deliciosas notas de mandarina en nariz, diría que por la guarda que tuvo en madera, además de liviano y jugoso, con justa acidez e ideal para acompañar, servido entre 13° y 15°C, junto con carnes blancas o rojas frías o ensaladas con hojas verdes y cosas ricas. Piu Belle 2017, en cambio, servido a 16°C pide carnes rojas de sabor intenso, como cordero y ciervo, al horno o a la parrilla; y cómo, no, quesos maduros.

Para probar los vinos de ViK si están en Chile, es obligada una visita a la bodega, aunque si hay bolsillo que resista, obviamente una estadía en el hotel (con todo lo que incluye) sería lo máximo. Atentos pues, a sus tour que no son tan caros, porque la experiencia va mucho mas allá de degustar rodeados del encanto de su origen y conocer un lugar que se pensó desde cero, como único. Por algo está entre las 50  mejores bodegas de vino para visitar del mundo, con el número 10. Más información en www.vikwine.com.

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2 comentarios

  1. Buenas tardes
    Junto con saludarlos, busco trabajo para un joven de habla francófona,es posible en sus viñas?
    Agradecería respuesta

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