LLEGÓ LA HORA DE NUEVA LEY DE ETIQUETADO
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A sólo días del 7 de julio de 2024, cuando entrará en vigencia la ley 21.363 de Comercialización y Publicidad para bebidas alcohólicas, Pauly Sánchez nos resume cómo fue que llegamos hasta aquí y qué implica.
Inocuidad Alimentaria: La Razón de la Ley de Etiquetados.
El contexto
¿Quién tiene miedo de comer alimentos envenenados? Y no, no es lo mismo que alimento en mal estado, podrido o pasado de fecha. Me refiero directamente a que contenga algún componente totalmente nocivo para la salud humana, como la SALMONELLA.
En Estados Unidos, y como una manera de disminuir los contagios con salmonella, se tuvo que prohibir su VENTA legalmente. Es decir, se debió crear una ley que dijera específicamente que no se puede vender alimentos con adulterantes como, por ejemplo, SALMONELLA, entre otros. Curioso, ¿no?
La salmonella ha sido reconocida como un patógeno peligroso durante mucho tiempo, pero el incremento de los contagios en Estados Unidos entre 1998 y 2020 asociados a este “bicho”, requirió regulaciones con medidas más claras y específicas para proteger mejor a los consumidores de las enfermedades transmitidas por alimentos. Por lo tanto, debió ser incorporada LITERALMENTE en la regulación. Para que no quede duda. Y aunque usted no lo crea, esto se oficializó recién en abril del 2024 para que empiece a regir en 2025.
La Ley de Etiquetado a Nivel Mundial
Siguiendo esta tendencia, las nuevas regulaciones en materia de etiquetado y publicidad de bebidas alcohólicas en Chile reflejan un compromiso a nivel global con las buenas prácticas de seguridad alimentaria. Asegurando que los productos cumplan con estándares mínimos que protejan la salud del consumidor. Estas medidas buscan informar sobre los riesgos asociados al consumo de alcohol y también proporcionar información nutricional clara, promoviendo una mayor transparencia y responsabilidad en la industria alimentaria.
La implementación de advertencias claras y visibles en las etiquetas es un paso significativo para garantizar que los consumidores tengan acceso a la información necesaria para tomar decisiones informadas, estableciendo un «desde» en términos de seguridad alimentaria.
En el mundo mundial actual, la transparencia y la claridad en la información sobre los alimentos que consumimos son más importantes que nunca. Las etiquetas de los productos han evolucionado de simples indicaciones hace décadas atrás a herramientas cruciales para la salud pública hoy por hoy.
Las etiquetas no solo informan sobre los ingredientes, sino que también son la pieza fundamental que advierte sobre riesgos para la salud de cualquier persona, ayudándonos a tomar decisiones más informadas.
A nivel mundial, las iniciativas de etiquetado de alimentos han cobrado gran relevancia. La historia de estas tendencias tuvo sus orígenes consolidados en 1972, cuando la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano en Estocolmo reconoció la importancia de proteger al consumidor mediante la entrega de información alimentaria, marcando uno de los primeros esfuerzos globales en esta área.
En 1985, la comisión conjunta de la FAO y la OMS, conocida como Codex Alimentarius, adoptó sus primeras directrices generales para el etiquetado de alimentos que eran tan simples como la obligatoriedad de la información clara y legible, y la prohibición de información engañosa.
El avance continuó en 2004, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó la Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud. Esta estrategia incluía recomendaciones sobre el etiquetado frontal de advertencia, promoviendo dietas saludables y la prevención de enfermedades no transmisibles.
En 2015, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicó la Guía para el Etiquetado Frontal de Advertencia de los Alimentos y Bebidas Preenvasados en las Américas. Esta guía proponía un modelo basado en sellos de advertencia para indicar altos niveles de nutrientes críticos como azúcares, grasas saturadas y sodio.
El año en que todos se pusieron de acuerdo
Las regulaciones del etiquetado de los productos han tenido siempre los mismos objetivos base desde al menos 1972:
- Protección de la salud de los consumidores por medio de la proporción de información clara y precisa sobre los alimentos para facilitar la identificación de alimentos potencialmente riesgosos y permitir elegir alimentos que se ajusten a sus necesidades nutricionales específicas.
- Armonizar las normas de etiquetado a nivel internacional para evitar prácticas comerciales desleales y proteger a los consumidores de productos alimenticios inseguros o de baja calidad provenientes de otros países.
- Responder a la creciente demanda de los consumidores de tener información que los empodere.
La evolución de las directrices continuó en 2018, cuando el Codex Alimentarius revisó sus directrices sobre etiquetado nutricional, reforzando las recomendaciones para el etiquetado frontal de advertencia. Ese año marcó un antes y un después en la forma en que entendemos las etiquetas de los alimentos.
Fue un momento clave en la tendencia global hacia etiquetas más claras y transparentes, impulsado por varios factores.
- Primero, la salud pública se convirtió en una prioridad. Con el aumento de enfermedades como la obesidad, diabetes y problemas cardíacos, la gente comenzó a preocuparse más por lo que comía. Esta mayor conciencia sobre la importancia de una buena alimentación llevó a los consumidores a exigir más información.
- Segundo, los consumidores se volvieron más exigentes e informados. Querían saber exactamente qué contenían los productos que compraban y rechazaban etiquetas engañosas. Este interés por alimentos saludables y naturales creó una demanda por información clara y accesible.
- En tercer lugar, organismos internacionales como el Codex Alimentarius, la OPS y la OMS publicaron directrices y recomendaciones para armonizar las normas de etiquetado a nivel global. Estas acciones ayudaron a establecer estándares más uniformes y comprensibles.
Desde 2018, la tendencia hacia un etiquetado más robusto y claro ha seguido creciendo. Cada vez más países adoptan estos sistemas, y los organismos internacionales continúan refinando sus directrices. Aunque aún queda mucho por hacer, el esfuerzo conjunto de gobiernos, la industria, la academia y la sociedad civil está logrando que los consumidores tengan acceso a información clara y precisa, permitiéndoles tomar decisiones informadas y saludables sobre su alimentación.
En Chile
Varios países pioneros, como Chile, México y Brasil, implementaron sistemas de etiquetado frontal de advertencia. Estos países demostraron la efectividad de las etiquetas claras para ayudar a los consumidores a tomar decisiones más saludables, generando un efecto dominó en otras regiones.
En 2016, Chile se convirtió en uno de los primeros países en adoptar un sistema de etiquetado frontal de advertencia con la Ley de Etiquetado de Alimentos 20.606. Esta ley utiliza sellos octogonales negros para alertar a los consumidores sobre altos niveles de azúcares, sodio y grasas saturadas en los productos. La medida no solo mejoró la información disponible para los consumidores, sino que también se convirtió en un modelo a seguir para otros países.
En 2021, dimos otro paso significativo con la promulgación de la Ley N° 21.363, que incluye advertencias sobre los efectos del alcohol en la salud. Esta ley prohíbe la publicidad de bebidas alcohólicas dirigida a menores de edad y establece restricciones adicionales para proteger la salud pública.
Y aquí estamos hoy, a sólo días del 7 de julio de 2024, fecha en la que entra en vigencia la ley 21.363
¿Cómo era el etiquetado antes de las regulaciones (pre 1970)?
Antes de la década de 1970, el etiquetado de alimentos era un panorama diverso y en gran medida desregulado, con variaciones significativas entre países e incluso entre empresas dentro de un mismo país.
Proveían la información mínima, las etiquetas se limitaban al nombre del producto, el fabricante y la fecha de caducidad. Las etiquetas las utilizaban principalmente como herramienta de marketing para destacar las características del producto y atraer a los consumidores con nombres atractivos y dibujos impactantes (para la época). Proveían poca o nula información nutricional y una completa ausencia de advertencias sobre riesgos porque no existían requisitos para incluir alertas sobre alergias o alto contenido de ciertos nutrientes o posibles efectos adversos.
Todo lo anterior resultaba en confusión para los consumidores, dificultades para la comparación de productos y altos riesgos que podrían poner en peligro a consumidores con alergias, intolerancias o condiciones de salud específicas.
Antes de 1972, regía un sistema fragmentado y poco informativo, que no brindaba a los consumidores la información que necesitaban para tomar decisiones saludables.
La década de 1970 marcó un punto de inflexión hacia un etiquetado más claro, transparente y estandarizado, con el objetivo de proteger la salud de los consumidores y facilitar la toma de decisiones informadas.
El etiquetado como herramienta de marketing: un viaje desde la simplicidad hasta la sofisticación
El uso del etiquetado como herramienta de marketing ha experimentado una evolución significativa desde sus inicios hasta la actualidad. Antes de la década de 1970, y como ya mencionamos, el etiquetado se centraba principalmente en la información básica del producto. Coca-Cola, por ejemplo, utilizaba su icónica botella y logotipo como elementos centrales del etiquetado, con poca información adicional sobre el contenido del producto.
A partir de la década de los 80, hubo un aumento en la preocupación por la salud y la nutrición de los consumidores, principalmente debido a la mayor variedad de productos y competencia entre marcas. Y a medida que los avances tecnológicos permitían mejores técnicas de impresión y uso de mejores materiales para los empaques, las regulaciones gubernamentales se fueron fortaleciendo.
Los consumidores comenzaban a ser más conscientes de la relación entre la alimentación y el bienestar, y exigían información clara sobre el contenido nutricional de los alimentos que consumían.
En 1986, M&S (Marks and Spencers, una cadena de retail del Reino Unido) lanzó su gama de comidas listas para consumir con información nutricional detallada, incluyendo el contenido calórico, en un lugar prominente en el empaque. Esta estrategia buscaba responder a la creciente demanda de los consumidores por una mayor transparencia y una alimentación más saludable, lo que ayudó a establecer un nuevo estándar en la industria de alimentos.
Esta estrategia los posicionó como líderes en responsabilidad social corporativa y transparencia. Al proporcionar información clara y accesible sobre el contenido calórico, M&S fortaleció la confianza de los consumidores y fomentó decisiones de compra más informadas. Esta estrategia fue un éxito y llevó a otras marcas a seguir su ejemplo, adaptando prácticas similares para satisfacer las expectativas de los consumidores conscientes de la salud.
Nuevas Normas en materia de Comercialización y Publicidad de Bebidas Alcohólicas y otras que indica. O coloquialmente llamada: Ley de Etiquetado de Vinos y Bebidas Alcohólicas.
Las estrategias de marketing a través del etiquetado se han diversificado y existen distintos estilos de etiquetado.
El etiquetado limpio enfatiza la simplicidad y claridad de la información, utilizando un lenguaje sencillo y un diseño minimalista. El etiquetado emocional utiliza imágenes, colores y mensajes que evocan emociones positivas en el consumidor, como felicidad, salud o bienestar. El etiquetado experiencial invita al consumidor a una experiencia interactiva con el producto a través de elementos como códigos QR que dan acceso a recetas o videos. Por último, el etiquetado personalizado adapta la información a las preferencias y necesidades específicas de grupos de consumidores. Y es acá donde la mayoría de las etiquetas de vino están.
La estandarización de la Información al consumidor a nivel Mundial
Cada mercado tiene algunas particularidades y demandas específicas, desde las estrictas regulaciones de la Unión Europea hasta los requisitos únicos de Brasil, y cada uno de ellos tienen fechas específicas para su obligatoriedad. (Consulte con su importador si necesita más detalle o directamente a ProChile, también pueden orientar).
Pero la información estándar que una etiqueta debe tener, y que la Unión Europea ya tiene en vigencia, según la recomendación del Codex Alimentarius mencionado más arriba para la mayoría de los mercados es:
Información en Etiqueta Física:
- Nombre del vino, variedad, categoría y cosecha.
- Lista de los alérgenos. Pueden estar indicados en lenguaje simple. Por ejemplo: “Contiene Sulfitos”
- Advertencias Sanitarias
- Información Valor Energético
Información en Etiqueta Digital
Todo lo de la etiqueta física, más:
- Lista de ingredientes (uva, mosto de uva concentrado, alérgenos, aditivos substitutivos o reguladores de acidez, gases de embotellado)
- Información nutricional de Calorías, Grasas, Azúcares, Carbohidratos, Proteínas y Sodio.
- Opcional pero MUY deseable: puede tener la imagen de la botella, para que el consumidor reconozca que el vino de la etiqueta digital es el mismo que el que tiene en la mano.
- No puede tener ninguna herramienta de rastreo (pixel de meta, de google ads, etc.) ni tampoco puede contener promoción o publicidad, ni ningún link que lleve a otro lugar.
Existen apps creadas sin fines de lucro o según se promocionan a precio razonable, que ayudan a completar todo lo que se debe informar. Con una rápida búsqueda en internet, pueden encontrar algunas que son reconocidas por la industria y como herramientas válidas para cumplir la norma. Todas, son opciones viables y que funcionan correctamente. El valor diferenciador está en la interfaz y en el servicio al cliente. La sugerencia es pedir una demo antes de contratar cualquiera y asegurarse que tenga una carga de información fluida y sencilla y que los van a guiar en el proceso.
Un compromiso ineludible pero un dolor de cabeza para las viñas.
¿Cómo van a meter el relato de la marca, más las notas de degustación, más los consejos de servicio, más la información del productor, más las certificaciones sustentables, etc., en un espacio de 9cm x 12cm?. Si han diseñado etiquetas, saben de qué hablamos.
Tal como ocurrió en décadas pasadas, estas nuevas regulaciones se dictan bajo el amparo de la tecnología y para disminuir la carga de contenido en las contraetiquetas se ha considerado el uso de etiquetas digitales con acceso por medio de un QR que contenga la información necesaria para cumplir con la normativa.
Afortunadamente e inspirados por las tendencias internacionales, la etiqueta de un vino ya no se limita a la botella física, sino que permite extenderla a la esfera digital con una gama de información aún más detallada y accesible. Pero solo con información de su composición y sellos legales. No puede ser usada como una página web.
La Normativa del 7 de julio de 2024
No es la primera normativa de etiquetado a la que la escena vitivinícola se ve enfrentada. Por lo tanto, la normativa es relativamente simple en lo que a etiquetado significa.
La regulación entrega directrices más específicas para la promoción y publicidad de las bebidas alcohólicas, que ya viene siendo regulado desde hace años.
Para el etiquetado físico SE AÑADE a lo que ya está regulado el valor energético indicado claramente y acompañado de advertencias sobre los riesgos del consumo de alcohol, especialmente para grupos vulnerables como menores de edad y las embarazadas. Estas advertencias deben ser visibles, legibles y ocupar una porción significativa de la etiqueta, sin posibilidad de ser removidas o alteradas. Y es en este punto en donde se han generado la mayor cantidad de confusión, tal como pasa con cada nueva implementación regulatoria
La Etiqueta Digital
En Chile, tanto la Ley 21.363 como el Reglamento Sanitario de los Alimentos (RSA), se centran principalmente en las advertencias sobre el consumo nocivo de alcohol, la información calórica y la publicidad.
No se menciona específicamente la obligación de incluir una etiqueta digital para bebidas alcohólicas, incluidos los vinos. Tampoco se menciona la información que debe estar contenida en esa etiqueta digital. Sin embargo, existe en el Reglamento Sanitario de Alimentos una obligación general, es decir para todos los que venden alimentos, de rotular alérgenos en alimentos para proteger la salud de los consumidores.
La idea de la etiqueta digital surge a partir de la normativa detalladamente reglamentada de la Unión Europea. Su ley entró en vigor el 8 de diciembre del 2023 y tienen todo normado siguiendo las recomendaciones del Codex Alimentarius.
Pero, si han decidido usar etiqueta digital para incorporar aquella información que no cabe en la etiqueta, deben tener en cuenta que no se debe usar como una web. NO DEBE SER UNA PAGINA WEB y no puede mostrar contenido promocional ni usar rastreadores ni siquiera el relato de marca que usualmente ponemos los de marketing.
Lo que si debe tener es lo mismo que en la etiqueta física MÁS los valores nutricionales del vino por cada 100ml, (Energía, Grasas, Hidratos de Carbono, Proteínas, Sodio). La normativa es relativamente estricta y en Europa las multas por no cumplir con la misma van de los €14.000 a los €40.000..
Estas reglas también extienden las advertencias sanitarias a todas las formas de publicidad, garantizando que los consumidores estén bien informados sobre los riesgos asociados con el consumo de alcohol. Sin embargo, una disposición reciente del Senado permite la comercialización de productos sin estas etiquetas hasta el 7 de julio de 2024, brindando un respiro a los pequeños productores y distribuidores que ya tienen stock. Esta medida, apoyada unánimemente, busca evitar costos adicionales y proteger la economía de los productores locales, destacando el equilibrio entre la regulación y el sentido común.
Esta importantísima norma publicada recientemente beneficia a sectores relacionados con la oferta gastronómica y turística, permitiendo que el stock existente de bebidas alcohólicas se venda sin incurrir en nuevos gastos de etiquetado.
Te invitamos a leer con más detalle la Guía Práctica para entender la nueva normativa de etiquetado y promoción de alcoholes.
¿Y qué pasará si un productor, distribuidor o tienda tiene stock sin las advertencias?
El 24 de junio de 2024, la Sala del Senado de Chile aprobó una norma que permitirá la comercialización de bebidas alcohólicas distribuidas antes de la entrada en vigencia de la nueva regulación de etiquetado el 7 de julio de 2024, incluso si no cumplen con las advertencias de salud en sus etiquetas. Esta medida resuelve el vacío legal para los productos ya comercializados y distribuidos, eximiéndolos de la obligación de etiquetado impuesta por la Ley N° 21.363.
La norma publicada beneficia a sectores relacionados con la oferta gastronómica y turística, permitiendo que el stock existente de bebidas alcohólicas se venda sin incurrir en nuevos gastos de etiquetado. Pero aún no sabemos cómo serán las reglas de la fiscalización de esta ley. Por lo pronto, un buen resguardo puede ser pedir una carta firmada, como una Declaración Jurada Simple de parte del productor/importador que indique la fecha de embotellado y/o etiquetado del vino que están adquiriendo, o un Certificado de Fecha de Embotellado y/o Etiquetado que tan comúnmente es entregado en una operación de exportaciones.
Maridando: ¿Invasión de QR?
El etiquetado vinícola no debería ser simplemente una cuestión de cumplimiento normativo. Debería también reflejar el compromiso de la marca por entregar un producto que no va a dañar a nadie. Por eso las advertencias, por ejemplo, sirven para recordar al winelover que el consumo de alcohol debe ser responsable, para mayores de 18 años, no apto para mujeres embarazadas y no hay que conducir bajo los efectos del alcohol.
La tecnología ayuda mucho, y no sería nada extraño encontrar que las personas pasan más tiempo en los pasillos de los vinos, escaneando QRs para averiguar qué vino tiene la menor cantidad de azúcar residual o mejor pH o acidez, sin siquiera saber qué significa aquello en el sabor del vino.
¿Será un aporte? ¿Qué crees? ¡¡Cuéntanos tu opinión en los comentarios!!
Recuerden, 7 de julio de 2024… ¡queda poquito!
Pauly Sánchez es consultora y comunicadora experta en growth marketing. Ha liderado por más de 25 años equipos de trabajo multidisciplinarios, a nivel nacional e internacional, fortaleciendo marcas. Los últimos 11 años se ha dedicado a la comunicación y desarrollo comercial del sector vitivinícola, tanto en asociaciones gremiales como en bodegas. Actualmente, dirige FotoyVino y PlanCpas, ambas empresas con foco en la planificación, el análisis y el marketing estratégico.
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Un comentario
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[…] Las regulaciones de las normas de seguridad alimentaria no son nuevas. Te invitamos a leer como se ha desarrollado este proceso siempre con el objetivo de proteger a los consumidores de los r… […]