OIV DEFINE LA EDAD DE VIÑEDOS CONSIDERADOS «VIEJOS»
La edad se ha basado en investigaciones realizadas por The Old Vine Conference, The Old Vine Project, The Old Vine Registry y el Censimento Vecchie Vigne.
En la 22ª Asamblea General de la OIV, los delegados adoptaron la Resolución OIV-VITI 703-2024 la cual define recomendaciones de la OIV sobre «vides viejas» y «viñedos viejos» en el sector vitivinícola.
Según la OIV: “Este importante logro fue el resultado de un extenso debate entre los expertos de la Comisión de Viticultura de la OIV y se basó en una consulta oficial específica entre los Estados miembros de la OIV”.
Se crearon dos definiciones estándar. En primer lugar, una vid vieja debe ser “una sola planta oficialmente documentada que tiene 35 años o más, independientemente de cualquier otro factor”.
En el caso de las plantas injertadas, “la conexión del injerto entre portainjerto y vástago debería haber permanecido intacta durante al menos 35 años”.
Por su parte, se considera viñedo viejo como “un bloque de terreno de viñedo, continuo y legalmente delimitado, donde al menos el 85% de las vides responden a la definición anterior”.
Sarah Abbott MW, cofundadora de The Old Vine Conference, comentó: “Este es un hito para el movimiento de la vieja vid a nivel mundial. En Europa, la Comisión de la UE debe considerar las recomendaciones de la OIV al desarrollar nuevas reglas para que esto pueda tener un verdadero impacto en futuras regulaciones y programas de desarraigo. Nos gustaría agradecer a nuestros miembros y seguidores por su patrocinio, defensa y solidaridad en la misión compartida que ha contribuido colectivamente a este trascendental anuncio”.
Old Vine Conference continúa su programa Old Vine la próxima semana con su segunda Old Vine Wine Week del 18 al 24 de noviembre. También albergará la Conferencia Old Vine 2025, que tendrá lugar en California.
2 comentarios
Humberto La Cruz dijo:
Al no ser mi área de expertiz solo opino desde mi sentido común…. creo que la principal característica de una parra vieja con respecto al posible vino que puedan dar sus frutos (sacando por un momento al manejo de la ecuación) se resume en equilibrio, esa raíz profunda, ese conocimiento de su entorno que la experiencia de los años le dio a esa planta, hace que esta se equilibre, que resista enfermedades, aprende a protegerse de ciertas plagas, sabe como actuar en sequías porque en su memoria tiene un archivo detallado del historial climático de su hábitat y sabe bajo qué piedras puede encontrar la humedad que necesita en años secos. Me gustaría saber desde la parte técnica ¿cuanto tiempo necesita un injerto para adaptarse completamente a su porta injerto? Si el porta injerto es de 100 años ¿cuanto más puede aportar a un huésped nuevo? Si dejamos que la definición «parra vieja» sea exclusiva de Cepas de pie franco ¿cuantas hay en el mundo? Tal vez podría haber una categoría especial de parra vieja para las injertadas, donde el porta injerto sea mayor a 35 años y el injerto tenga la cantidad de años necesaria para que la variedad conozca su nueva raíz, al final, la raíz aporta la savia bruta y el injerto será el que aportará la savia nutritiva con la fotosíntesis de sus hojas, algo me dice que esa sinergia necesita un tiempo para generar un vínculo entre injerto y raíz.
Mariana Martinez dijo:
Interesante análisis Humberto. Lo curioso es que al año de injertada una vid ya da frutos. Uno podría deducir que la cicatriz ya sanó. y que el año siguiente una nueva yema, no una vieja, dará frutos. Mundo fascinante tan diverso al de los humanos, o no tanto?