REFLEXIONES ANTE NUEVAS REGULACIONES
Renata Moreti, sommelier profesional, abogada y especialista en ética y compliance, repasa las regulaciones de publicidad de alcohol o alrededor del mundo. Y, por qué también quedaron para quedarse en Chile.
A la luz de la nueva Ley de Etiquetado de Alcoholes en Chile (Ley 21.363), me parece crucial compararla con la de otros países; examinar las tendencias en la publicidad y consumo de alcohol; y reflexionar sobre nuestro rol como profesionales del vino en este contexto.
La verdad es que Chile no es el único país que propone regulaciones más estrictas en torno al alcohol. Esto viene en el rastro de innumerables estudios científicos sobre los riesgos del consumo de bebidas alcohólicas y recomendaciones de organismos de salud pública como la Organización Mundial de la Salud (OMS). El que, desde el 2018 viene reiterando que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol. Esto sumado a una tendencia generacional en la que la Generación Z está consumiendo menos alcohol y demanda más información sobre lo que consume.
Todos sabemos y coincidimos que el consumo de alcohol sin moderación es perjudicial y puede traer graves consecuencias no solo a nivel individual sino también para la salud pública. Basándose en esta premisa, legisladores de muchas partes del mundo están proponiendo – y aprobando – numerosas restricciones sobre cómo se comunica y se promueve el alcohol.
En general, las leyes se basan en tres principios:
- Protección de menores: fuertes restricciones a la publicidad dirigida a menores de la edad legal para consumir alcohol.
- Promoción del consumo responsable: mensajes claros y expresos sobre la moderación y prohibición de la asociación del alcohol con éxito social, sexual o deportivo.
- Restricciones de horario, localización y contenidos: limitaciones en los espacios publicitarios para reducir la exposición irrestrictica de bebidas alcohólicas.
Empecemos nuestra gira por los países más restrictos. En Noruega, por ejemplo, desde el 1975 se encuentra vigente una prohibición casi total de la publicidad de alcohol: no se permite publicidad en las calles ni en ningún medio, lo que incluye los digitales y sociales. Esto significa que una persona con una cuenta de redes sociales registrada en Noruega no recibirá publicidad de alcohol. También existen limitaciones al auspicio de eventos deportivos por marcas de bebidas alcohólicas. Además, la misma regla se aplica a productos sin alcohol que lleven la misma marca de un producto con alcohol – lo que suele ocurrir comúnmente en productos 0.0. La publicidad solo es permitida cuando la marca vende exclusivamente productos cero alcohol.
Aunque todavía no haya reglamentos específicos sobre el etiquetado, desde el 2018 el Gobierno noruego discute una nueva estrategia y se espera que se aprueben propuestas más estrictas en los próximos años.
Pero, qué pasa en países productores, donde el ‘lobby’ de la industria es más fuerte, así como el argumento de que este tipo de legislación podría afectar fuertemente la economía local.
Vamos entonces a uno de los más grandes países del vino a nivel mundial: Francia. La Ley Evin es considerada una de las primeras y de las más restrictivas del mundo en este ámbito. En vigor desde 1991, cuando muchos países siquiera discutían este tipo de regla, restringió la publicidad permitiéndola en espacios bien definidos en la legislación (como prensa, desde que no dirigida a menores de edad, publicidad en puntos de venta, radio en horarios específicos, entre otros), sin cualquier glorificación del consumo de alcohol y solamente con la exposición de informaciones objetivas en relación con el producto.
En una decisión del año pasado, la Corte Judicial de Paris ha condenado Instagram (a través de su controlador Meta) a remover publicaciones de influencers que asociaban el consumo de alcohol a una imagen social positiva o inducían al consumo. En otra decisión, se consideró que una sencilla mano sosteniendo una copa era ‘inducción al consumo’, en un cartel de una feria de vinos.
La legislación francesa también establece reglas con relación al etiquetado. Además de las informaciones tradicionales sobre Denominaciones de Origen, volumen de alcohol y alérgenos, incluye un mensaje de salud obligatorio, alertando sobre el consumo de alcohol por personas embarazadas mediante una frase o una imagen.
Pero no se puede hablar de etiquetado sin pensar en la reciente ley de la Unión Europea, vigente desde finales de 2023 (y esta es complementaria a las leyes locales, prevaleciendo la reglamentación más estricta que no contradiga la normativa europea). Por la ley de la UE, todos los vinos vendidos en los países miembros deben contener listado de ingredientes, información nutricional y alergénicos (como sulfitos y productos derivados de leche y huevo). Esto, además de las informaciones tradicionales, como datos del productor, procedencia, volumen de alcohol, informaciones acerca de Denominación de Origen y alertas sobre el consumo excesivo. Aunque cervezas y bebidas espirituosas no estén contempladas en la ley, muchos productores ya están incluyendo estas informaciones, adhiriendo de manera voluntaria a la reglamentación.
TOMAR MENOS Y TOMAR MEJOR
Como se puede ver, la legislación chilena no es única en el mundo y, aunque sea bastante estricta, llega tras una ola mundial de regulación. Si bien el cuestionamiento y el debate son siempre saludables, las leyes se cumplen y nosotros, los profesionales, debemos ser los primeros en hacerlo.
Además, sin duda, caben reflexiones sobre nuestro rol en la promoción del consumo de alcohol y cómo podemos abrazar el ‘positive drinking’ de las nuevas generaciones y adaptarnos a los nuevos tiempos, educando e innovando para cambiar el ‘tomar más’ por ‘tomar mejor’.
Y, si tanto se habla del ‘slow food’, de la importancia de la comida de verdad y de la relevancia de que el consumidor sepa que su paquete de pan no es solo harina, agua, levadura y sal ¿por qué no valorar la bebida de verdad, entregando información clara de los ingredientes que están en las botellas que consumimos?
Todo cambio trae desafíos y oportunidades, y aquí les dejo la provocación para abrazar la última a través de la educación, la transparencia y la sustentabilidad. Y siempre recordemos que los legisladores no están en las salas de los restaurantes, no fermentan uvas, no destilan. Nuestro rol también es de acercarnos a ellos y alzar nuestras voces, mostrarles la realidad del consumo, fomentar discusiones positivas y trabajar para que las futuras legislaciones sean razonables, equilibradas y justas para todos.
Referencias:
https://www.worldfinance.com/special-reports/is-the-alcohol-industry-drying-up
https://eucam.info/regulations-on-alcohol-marketing/france/
https://www.thedrinksbusiness.com/2023/02/court-ruling-cracks-down-on-influencers-promoting-booze/
https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/PDF/?uri=CELEX:32021R2117&from=EN
Renata Moreti es Sommelier Profesional graduada en la Escuela de Sommeliers de Chile, abogada y especialista en ética y compliance. Con más de 20 años de experiencia profesional, de los cuales más de 7 están dedicados a la industria de bebidas alcohólicas. También, es miembro del Comité de Ética y Compliance de Association Internationale de la Sommellerie (ASI), donde contribuye a la promoción y mantenimiento de prácticas éticas dentro de la profesión.
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