RUTERO, UN VINO PARA PARÁ

Publicado el 17 junio 2022 Por Mariana Martinez @reinaentrecopas

Hoy les contamos la historia de esta deliciosa mezcla que nació a los pies de los Andes, y que elegimos para rendir homenaje a los papás en su día.

Después de recorrer las bondades del Maipo Andes y hablar de cuáles han sido históricamente son mejores vinos, les pregunto a mis alumnos qué cepas plantarían si tuvieran la oportunidad de tener un viñedo en éste lugar de fama mundial. La respuesta suele ser Cabernet Sauvignon; es la respuesta que espero. No hacerlo sería como ponerse a hacer vinos tranquilos en Champaña, porque esta cepa tinta originaria de Burdeos, es la estrella solitaria en muy pocas zonas vitivinícolas del mundo. Y por lejos, es la estrella del Maipo Andes nos dice Germán Lyon, enólogo en jefe de Viña Pérez Cruz, Bodega donde, por cierto, Germán es jefe enológico desde el 2001 y aprendió a hacer Cabernet. Por eso hoy, si se lo preguntan, dirá que Cabernet es lo que sabe hacer.

Lo curioso es que después de varios años trabajando en Pérez Cruz, junto a su suegro Juan Enrique Gaete compraron una parcela para construir sus casas y cuando llegó el momento de decidir qué cepas plantar para tener sus propios viñedos, German eligió Syrah. Su suegro no lo cuestionó, al contrario, lo apoyó.

Para entender su respuesta inesperada, hay que viajar donde Germán estudió enología, el Ródano Norte, y donde se enamoró de su cepa estrella la Syrah. Los vinos más fascinantes y complejos que he probado, dice, son de Syrah. Pero… sí, cuando 4 años después de plantar Syrah debieron elegir qué otra cepa poner en la misma parcela, decidieron que sería Cabernet.

Así nacieron en 2012 los primeros dos vinos del proyecto familiar Lof, nombre que en mapudungun significa Clan. Eran los Lof Cabernet y Lof Syrah, ambos con el objetivo de mostrar fruta por sobre la madera; una tendencia que en aquel entonces no estaba tan marcada como hoy.

Recién este año 2022, se sumó un nuevo vino al clan Lof, se trata de Rutero, un hermano mayor en precio, y que como dice Germán marca la ruta que quieren seguir, aunque cada año el resultado puede cambiar y cambiará. Rutero 2019 ($23.490 en Santiago Wine Club y dos por $40.000 en la pagina web de Lof), el primero, es 50% Syrah y 50% Cabernet. Y nació como un homenaje a Juan Enrique, su suegro y amigo, quien falleció el año pasado. Las montañas dibujadas por su puño, y que ahora le dan vida a la etiqueta de Rutero, les mostraba dónde quería descansar por siempre.

Lo que me encantó de Rutero, además de la historia de confianza y amistad entre suegro y yerno que hay detrás, es su elegancia y frescura, a pesar de tres factores en contra:

  • Haber nacido en un año cálido como 2019
  • Haber tenido guarda en barricas nuevas
  • Y haber nacido de un sector del viñedo cosechado más tarde que los demás.

Lo curioso, es que justamente cuando hablamos de vinos que recién salen al mercado y están aún muy jóvenes, rara vez elegimos a los que más madera tienen dentro de un portafolio. Y eso se debe a que ésta suele estar demasiado presente. No es el caso de Rutero 2019, la fruta negra y roja brilla con tensión y suavidad; acompañada de peso y elegancia. Sin duda un vino de gran equilibrio y sabia madurez en su enología.

Un lindo regalo para papá es su día, definitivamente.

Y si quieren ir un día ir a conocer donde nacen los vinos de LOF serán bienvenidos. Justo en pandemia terminaron de construir su preciosa bodega que a la vez es el taller de cerámica de Francisca, la mujer de Germán. Quieren saber más, síganlos y escríbanles a @vinos_lof en IG.

Bodega Lof en Paine. Visitas y eventos empresas previa reserva a @vinos_lof

 

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