VIÑA PRADO, VINOS Y COMIDA A FUEGO EN PORTEZUELO
Cristina Rivas, nueva colaboradora de WiP, nos presenta la «Mejor Viña Emergente 2024» en Premios Enoturismo Chile. Bodega que invita a sumergirnos en el corazón del Valle de Itata.
¿Se imaginan dejar la vida citadina en Europa para zambullirse en el Itata profundo? Suena complejo si le ponemos la lupa. Para Soledad Prado significó en plena pandemia volver a sus raíces y mantener el legado familiar. Es la cuarta generación de esta familia y apoyada por su padre Miguel, dejó a un lado los planos, edificios y su profesión de arquitecta en Alemania, para dedicarse 100% a este legado con 30 hectáreas de viñedos, en su mayoría centenarios.
Desde su regreso a Chile, Soledad ha trabajado incansablemente para restaurar y poner en valor la antigua bodega y posicionar el Valle de Itata como un destino enoturístico, a nivel nacional e internacional. Un crecimiento que cree solo es posible de manera colaborativa. Su misión, incluso junto a Bruno, su mascota que no la desampara, acaba de lograr un gran hito para su familia, la que durante cuatro generaciones han hecho de la pasión por hacer vino una forma de vida. Y es que Viña Prado, acaba de ser elegida Mejor Viña Emergente de Enoturismo Chile 2024 en Nuble.
En Portezuelo, un rinconcito del Valle de Itata profundo, Viña Prado, nos invita a un viaje que combina el fuego, el vino honesto y la autenticidad de una tierra rica en historia y sabor.
Viña Prado es un espacio para todos
La recién estrenada propuesta enoturística de Viña Prado, se basa en poner en relieve los 5 siglos de historia del Valle del Itata, a través del recorrido por sus viñedos centenarios, la bodega de adobe de 180 años, sus cubas de raulí y el museo, el cual alberga una colección de objetos agrarios, vitivinícolas y una exposición de cuadros que son Premio Regional y Municipal de Artes 2023. Todo ello, sumado a comida, alimento que nos mueve a todos.
El elemento diferenciador es que abrazan la tradición para enaltecerla de una manera innovadora. Tanto vinos, como gastronomía, buscan transitar esa delgada línea entre la tradición y la innovación poniendo por delante valores como la agricultura orgánica, la sustentabilidad y la economía local.
Para lograrlo, inauguraron recientemente una sala de catas, espaciosa, iluminada, con detalles que buscan profesionalizar aún más la oferta ecoturística del Valle. Este espacio de aprendizaje y degustación ofrece una cuidada selección de vinos y platos, una oportunidad para adentrarse entre aromas y texturas.
Cada detalle ha sido pensado para rendir homenaje a los antepasados, sin pretensiones y con opciones accesibles. Además, una huerta orgánica en pleno proceso de desarrollo permitirá que la comunidad –incluidos niños y adultos mayores– participen en talleres educativos, fortaleciendo los lazos con la región y promoviendo una cultura de sostenibilidad. Para el futuro, incluso ofrecerán paseos a caballo, para los más pequeños.
La propuesta gastronómica en marcha: Entre vino y fuego
José Marín (en la foto) es quien pone las manos al fuego. Chef con experiencia en restaurantes de cocina de alta gama en la capital, dio un total y rotundo sí en Portezuelo cuando estuvo a punto de partir al sur con otros proyectos. Para él, el despertar culinario está muy alejado de Santiago y este reto sin duda alguna es un encuentro con su filosofía, pero sobre todo es su nuevo amanecer. Se sumó -me contó en la visita- para lograr un encuentro en las cocciones lentas sobre fuego, las que recrean los antiguos rituales de comida en el campo. Allí, donde trabajadores de la viña compartían en la olla a cucharadas, desde el charquicán hasta el chancho en piedra. Cada bocado creado por Marín, en Viña Prado honra a la tierra y a sus productores locales, en un maridaje natural con vinos elaborados sin intervención de agroquímicos, una honestidad que destaca las bondades de su terruño.
¿Se imaginan ahora la parrilla prendida a toda mecha? La variedad de proteínas entre mar y tierra que pasan desde la Cordillera hasta la Costa, verduras y carbohidratos de la temporada, a la parrilla, grilladas, granos o legumbres, todos alimentos cremosos, frutales, con contrastes, hacen babear. Esto es lo rico, cada uno puede armar su propio menú, bien sea para partir con una ensalada verde, una copa de vino y directo al postre, o comer plato de fondo y tomarse 3 copas también. La dinámica está preparada para cumplir nuestros deseos.
Entre las alterativas fijas, está el más maridaje (5 copas, c/u con bocado $25,000 cl p/p), almuerzos para familias, amigos e incluso eventos privados. También está el menú degustación de 6 tiempos. Todos incluyen el recorrido por la viña y su bodega ($75,000 cl p/p).
La carta abierta de “Vino y Fuego” en Viña Prado, se basa en platos diseñados para compartir. Los precios oscilan desde los $5,000 clp hasta los $12,000 clp. Sus vos vinos para el maridaje son:
- Surcador Ensamblaje con Cabernet Sauvignon 70%, Carignan 30%
- Surcador: Naranjo de Moscatel de Alejandría.
- Surcador Pipeño de cepa País
- Aviador del Itata de cepa País
- Silvestris, la mezcla Moscatel de Alejandría y Chasselas
- Musas, un Rosado de País
- Raro de Raros, un Moscatel de Alejandría bajo velo de flor que necesita una mayor explicación, porque nació de forma natural y espontanea bajo crianza biológica de velo de levaduras (o velo de flor). Experimento sin intención con excelentes resultados, que salío de lo tradicional para Don Miguel, quien lo puso en dudas por sus nuevos aromas y sabores, pero del gusto de muchos.
- PetNat de la variedad País, fresco y ligero, ideal para el verano.
Precio por botella: desde $10.000 clp hasta $15.000 clp. Y si eres de los que prefieren vino en copa, desde los $3.500 clp hasta $4.500 clp.
La inspiración de los vinos de Viña Prado
Las etiquetas son retrato de las personas que integran la viña. Por ejemplo, Musas nació inspirado en las hijas de Miguel Prado, Daniela y Soledad. Hecho por ellas en honor a las mujeres del vino que desde la antigüedad trabajan arduamente, así como su abuela paterna Haydee Pertermann. Ambas tenían el deseo de crear este rosado de País. Y el Aviador del Itata, inspirado en el mismo Don Miguel, quien a su vez es piloto aviador, y el Prado vivo más antiguo en la viña.
Invitación al Valle de Itata
El premio como Mejor Viña Emergente 2024 no es solo un reconocimiento, sino una invitación a descubrir un destino enoturístico que combina historia, naturaleza y una cocina de enfoque territorial. Visitar Viña Prado es sumergirse en el corazón del Valle de Itata, donde cada copa de vino y cada plato cuentan la historia de una región llena de vida y autenticidad.
En la Viña Berta en Chillán Región de Ñuble, Viña Prado fue premiada el pasado martes 12 de noviembre por Enoturismo Chile como la Mejor Viña Emergente de Chile 2024. Lugar en donde, recordemos, se reconocieron también iniciativas destacadas de enoturismo en Chile, como la Viña Concha y Toro en la categoría de Mejor Experiencia Enoturística con su místico Tour Nocturno Casillero del Diablo + Cena; y en la categoría de Mejor Guía de Enoturismo, María Ignacia Mery, de Viña Requingua.
Novedades y reservas IG @vinaprado_cl, o al teléfono +56 9 32428254. ¡Vinos honestos y comida a fuego en Portezuelo!
Cristina Rivas Botero (@criiiisrivas) es periodista con mención en Audiovisual. Diseñadora Gráfica y Formada como Sommelier en la Escuela de Sommeliers de Chile. Recientemente se graduó de la segunda edición del Diplomado en Comunicación de Vinos de la Universidad Andrés Bello. Cofundadora de Wine On! y la Feria Interactiva de Vinos en Chile, también, creadora de Sobremesas, experiencia de maridaje diseñada para disfrutar de la buena compañía, despertar los sentidos y fomentar la buena conversa.
5 comentarios
Maria Eugenia Molina dijo:
Que lindo relato, me dan muchas ganas de ir.
Mariana Martinez dijo:
WiPWIPHurra!
Mónica González dijo:
Anda … No te arrepentirás
Andrea dijo:
ojalá conocer este y otros lugares contigo.
Maria Jose Irarrazaval dijo:
¡Qué buen reportaje! Dan ganas de tomar el auto ir partir a Itata AHORA. Felicitaciones a Viña Prado por el reconocimiento en Premios Enoturismo Chile 2024, y también a Cristina Rivas, autora de este excelente artículo que hace salivar …! Salud!