SAN JAVIER ENCUENTRA PIEZA CLAVE EN SU CRUZADA POR SER CAPITAL PATRIMONIAL DEL VINO DE CHILE
Documento con fecha 06 de abril de 1596, fue presentado en celebración del Día Nacional del Vino en la comuna. Además se premiaron iniciativas asociativas del Maule.
Durante la celebración del Día Nacional del Vino en la comuna de San Javier, hubo un invitado especial llegado desde Santiago: Andrés Figueroa Kocksch, joven historiador encargado de descifrar un valioso documento. Con fecha 06 de abril de 1596, éste hallazgo en el Archivo Histórico Nacional se trata de un contrato de arriendo de una hacienda en Longomilla (hoy Loncomilla) con viñedos, bodega y tinajas propiedad de Jerónimo de Molina y Herrera (Alcalde de Santiago en 1596). El documento protagonista de la ocasión, se ha convertido en pieza clave para determinar la antigüedad de la actividad vitivinícola en Chile, y específicamente en su comuna de San Javier (Valle del Maule); especialmente en su camino para consolidarse como Capital Patrimonial del Vino de Chile.
En este mismo camino, con una propuesta estratégica diseñada bajo la dirección del Alcalde de la comuna Jorge Silva Sepúlveda, la celebración tuvo además como invitado a su par de la comuna pisquera de Vicuña, Rafael Vera Castillo, para celebrar juntos el nuevo estatus de San Javier como Municipalidad Turística de Chile.
“Estamos muy contentos, porque hoy no solo celebramos el Día Nacional del vino, también recibimos el Sello de Distinción de Municipalidad Turística por parte de Sernatur. Con este reconocimiento, San Javier se convierte en el tercer municipio de la Región del Maule en recibir esta distinción, sumándose a Parral y Chanco”, dijo el alcalde Jorge Silva Sepúlveda.
Reconocimientos a la asociatividad maulina
Además, en la ocasión que tuvo como escenario el parque Jerónimo Lagos Lisboa, se entregaron reconocimiento a tres asociaciones que han colaborado en el desarrollo vitivinícola de la región. Entre ellas las dueñas de las marcas colectivas VIGNO (creada en 2011) y Almaule (nacida en 2021), y la más antigua Asociación Ruta del Vino del Valle del Maule, creada hace 24 años. Junto a ellas, el reconocimiento también fue para la naciente agrupación enfocada en el enoturismo patrimonial Hijos del Secano, creada gracias al acompañamiento de la municipalidad de San Javier y el departamento de fomento productivo.
Los detalles sobre el documento de 1596
El sommelier Mario Astudillo, actual Director del Programa de Desarrollo Vitivinícola de la Municipalidad de San Javier, explicó a WiP que ya tenían buenas razones para convertir a San Javier en la capital Patrimonial del vino de Chile. “Es la comuna con la mayor cantidad de viñedos en Chile, así como con la mayor cantidad de viñedos de cepa País, y con la mayor diversidad de cepas. Además, es la comuna de Chile con mayor cantidad de hectáreas plantadas con Carignan, y mayor cantidad de Torontel”. Seguros de que el foco del trabajo municipal debía estar en el patrimonio vitivinícola local, después de realizar cabildos abiertos con la misma comunidad, la nueva pregunta entonces fue: ¿desde cuándo están los viñedos en la zona? Así aparece como regalo divino, el documento fechado en 1596.
“Tuvimos la suerte que la directora de la Fundación Aldea, Soledad Díaz, es de acá, y un día me manda un documento que menciona las respuestas. Se trata de un contrato de arriendo de una estancia de 1596. El dueño se compromete a hacerse cargo de los vinos y de la viña y a plantar 5.000 cepas más, y cercar la viña con ciruelos. Este relato ya no es de 200 años, sino de 450 años. No me interesa la pelea de quién es más antiguo, sino las bases de nuestra tradición”, nos detalló Astudillo.
Para hacer el análisis del documento, el equipo de la municipalidad invitó a Andrés Figueroa Kocksch, Licenciado en Historia y Magíster en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural. Especialista además en transcripción histórica de documentos en español antiguo, su trabajo minucioso de investigación, permitió dar lectura, transcribir e interpretar el texto original y a la vez evidenciar antecedentes inéditos.
El análisis del documento histórico
El análisis del documento fue posible, explicó a WiP a Figueroa, porque su experiencia le permite ir reconociendo el tipo de caligrafía, la que va variando de acuerdo al siglo correspondiente. “La caligrafía del siglo XVII es distinta y van variando las simbologías y uno va aprendiendo a reconocer que, por ejemplo, la R es una P… Siglas particulares van dando cuenta de cuáles son las letras y los significados que tiene también la frase… En mi caso, lo aprendí de manera completamente autodidáctica. Fui practicando en el tiempo, afinando el ojo para poder entender los detalles puntuales. Es una cosa que cualquiera puede hacer si se da el tiempo de leer el documento una, dos, cincuenta, sesenta veces, hasta que finalmente lo terminas entendiendo”. Figueroa trabaja actualmente de manera independiente en el Archivo Histórico Nacional de Santiago, donde ofrece transcripciones del siglo XIX hasta el siglo XVI.
Su trabajo para la Municipalidad de San Javier consistió en la revisión del Volumen 22 del Fondo Escribanos de Santiago, desde mayo hasta junio 2024, en microfichas guardadas en el Archivo Histórico Nacional.
Según explicó Figueroa, el documento fue redactado en Santiago, por el escribano Melchor Venegas, el 6 de abril de 1596. «Son cinco forjas, donde se hace una descripción de una estancia concedida por Jerónimo de Molina a Alonso López de Eslava, concediéndole arriendo, usufructo y redacción de la carta compromiso».
Del documento supieron inicialmente por un libro de un autor de apellido Manouchehri, donde había un extracto muy pequeño. «Lo que yo me fui dando cuenta es que de repente se equivocan, porque hay palabras que omiten. Mi aporte es que voy complementando , por ejemplo, en el texto de Manouchehri se mencionan las tinajas, que es algo fundamental dentro de la elaboración del vino. Se van complementando ciertos conceptos que en este texto reducido no aparecen y que luego dan muchas más luces».
“El documento complejo de entender permitió interpretar históricamente. La fuente tiene una letra especial, repite cosas, pero es propio del lenguaje de la época. Se explica que pareció y parecerá Alonso López de Eslava a quien le fue concebida la facultad de redactar una carta compromisoria que le permitiera arrendar una hacienda a Jerónimo de Molina, uno de los emplumados que llegó con Pedro de Valdivia, en los primeros años de la conquista de Chile a partir de 1541″. En resumen, explicó, se trata de la real antigüedad de la industria del vino en Chile, en la zona del Maule y en San Javier.
El documento, detalla el joven historiador «menciona las casas, las bodegas, las tinajas y también se ve que existen incluso indígenas que trabajan ahí. Recordemos que ésta era la época en que los indígenas trabajaban para los hacendados a cambio de recibir la justa doctrina religiosa… Un tema que sale resaltado en el documento, es el compromiso que hace Alonso López de Eslava al momento de arrendarle por 200 pesos en oro a Jerónimo de Molina. En el documento, Eslava suma también 600 pesos que estaban destinados a comprometer los distintos aspectos que pretendía mantener Jerónimo de Molina al momento del arriendo”.
Para comprender la importancia histórica del contrato, Figueroa contó durante la ceremonia del Día del Vino en San Javier, datos relevantes sobre Jerónimo de Molina y Herrera (1536-1603).
“Jerónimo de Molina y Herrera nació en Almagro, Extremadura, fue hijo de Carlos de Molina y Elvira Herrera, nieto paterno de Antonio de Molina, vecino de la ciudad real, La Mancha, Castilla La Nueva. En 1567 se le hizo merced de El Salto en Santiago.
En 1578 participó activamente de la defensa del Valparaíso, puesto en jaque por los piratas Drake y Cavendish. Tuvo su primera casa en el lugar que actualmente ocupan los jardines del congreso. Fue juez de bienes de difuntos en Santiago en 1581 y Alcalde de Santiago en 1596. Corregidor entre 1588 y 1592, ocupando este cargo le tocó dirigir personalmente el desbaratamiento del pirata flamenco Rodrigo Giraldo, en Valparaíso.
En 1583 instaló una fábrica de tejidos en El Salto. Levantó también en Vitacura, una industria de botijas, tinajas y loza; y tuvo una tienda de comercio en Santiago.
En 1590 edificó su casa en la actual calle Agustinas, esquina suroriente de Ahumada, en manos de su descendencia durante 339 años. En 1593 es dueño de la estancia de Catentoa en Maule.
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