Viejo Mundo y Nuevos Mundo tienen sus claras diferencias al momento de vender sus vinos.

Cuando vas a comprar vinos en Chile o el resto del Nuevo Mundo, de seguro lo primero que buscas es el precio, lo segundo será la variedad con que fue hecho. La variedad, como ya vimos en Cuestión de ADN, nos habla de qué características debería tener un vino. Si bien elegir los vinos por su variedad, ya nos es normal, esta costumbre no tiene más de 40 años. Ni en Chile ni en resto del Nuevo Mundo. Antes, los vinos eran identificados sólo como blancos o tintos, y si alguien quería da un paso más allá, los asociaba al nombre de un lugar famoso del Viejo Mundo. Por eso por ejemplo en Chile teníamos Champañas, Pajaretes, Chablis y Xacoli;  y si se le ponen frutillas a un vino tinto hoy aún tenemos Borgoñas.

Antes los vinos solían ser producto de la mezcla de diferentes variedades, blancas o tintas, incluso rosadas. Lo de monovarietales o mono-cepa tiene su auge en Chile recién en los años 80, cuando se empiezan a embotellar vinos de una sola cepa luciendo su nombre en la etiqueta. Cuenta la historia reciente, que gracias a la llegada de la viña española Miguel Torres con toda la nueva tecnología del acero inoxidable.

Si volvemos al origen de los viñedos entonces, donde las cepas se cruzaban entre sí para dar origen a nuevas variedades, debemos reconocer que los vinos de mezclas o ensamblajes no son invento de nuestros días, sino el origen mismo del vino más antiguo (ver field blend).

La gran diferencia en cómo nosotros identificamos nuestros vinos de los europeos, se basa precisamente en que aquí identificamos el vino por la variedad, y ellos por el origen. Es así como cuando estamos ante vinos franceses, los encontraremos identificados por nombres de lugares, como Champaña, Burdeos, Borgoña, Chablis, Ródano… en lugar de las variedades con que fueron hechos, como son Cabernet Sauvignon, Merlot o Chardonnay.

Cómo llegaron los europeos a identificar sus vinos con el nombre del lugar tiene que ver con que alguien primero, y otros varios después, comenzaron a hacer un vino excepcional en un lugar determinado. Lugar común que con el tiempo fue tomando fama. Como humanos somos, no tardaron en aparecer quienes decían producir vinos del mismo lugar, sin serlos. Con el fin de proteger y asegurar que los vinos fueran efectivamente de donde se decía que eran, se crearon por órdenes reales las primeras delimitaciones geográficas.

Cuál fue la primera delimitación es tema de discusión. Jancis Robinson en el libro Oxford Wine Companion, atribuye las dos primeras regiones legales delimitadas a Chianti y Carmignano en el año 1716, por orden de Cosimo III de’ Medici, el gran duque de La Toscana. Tokaj, en Hungría, también lo reclama, para su emblemático vino Aszu, sin embargo su delimitación data de varios años después, en 1737. El Douro, en Portugal, también es una de las más antiguas delimitaciones decretadas en el año 1756.

Las famosas delimitaciones geográficas de Francia tuvieron sus primeros intentos formales de crearse en 1905, debido a la cantidad de fraude que se estaban realizando entonces en sus bodegas y vinos. Las iniciativas fueron lideradas por las zonas de Chablis y Burdeos, un esfuerzo que culminó en el sistema actual de Apelaciones de Origen Controladas (AOC), llamadas desde el año 2008 AOP por la “P” de protegidas. Este sistema no sólo delimita geográficamente, sino que también establece reglas que cumplir para definir estilos de vinos. Todo lo que regula la INAO.

Ejemplo de AOP es Champagne, la que además de limitar geográficamente su área protegida, establece que todo vino que quiera llamarse Champagne o Champaña debe estar producido dentro de sus límites. Además deber ser sí o sí un espumante cuyas burbujas son producto de la segunda fermentación en botella. Además la AOC establece qué variedades utilizar y los rendimientos mínimos de producción por hectárea.

En Chile, tenemos sólo delimitaciones geográficas, llamadas Denominaciones de Origen (DO). Existen desde el año 1994 gracias al Decreto N°464, de la Ley 18.455. A diferencia de las AOP o DO de europeas se refieren sólo a la delimitación del lugar, sin establecer recetas o reglas para la elaboración de los vinos que allí se produzcan.

Hay que destacar, que en Chile para que un vino luzca su DO en la etiqueta, su uva debe provenir al menos en un 75% del lugar identificado y que este lugar a su vez debe estar dentro de los nombres asignados por la ley con dicha categoría.

El mayor acercamiento que hemos tenido a una Apelación Controlada de Origen con una zona geográfica delimitada y reglas que cumplir es VIGNO.

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