Mientras la OIV dice que el consumo de vinos rosados sube en el mundo, nuestra editora asegura que no ha visto a nadie en Chile pedir alguno en restaurantes. Aquí nos da una buena razón para subir las cifras locales. 

¿Con sed? Paciencia algo de cifras primero. Según la Organización Internacional del Vino (OIV), el consumo mundial de vinos rosados aumentó un 20% desde 2002 al 2014. Siendo Francia y Estados Unidos los principales consumidores. Lo curioso, según el informe de tendencias de la OIV, es que sólo unos pocos países están bajando su consumo de vinos rosados, y estos son precisamente aquellos que históricamente los han bebido, como Italia, España y Portugal. La conclusión que sacan es que el consumo de rosados se globaliza y el número de nuevos países aumenta, especialmente de Europa del Norte, incluyendo Reino Unido (+250% desde el 2002), Suecia (+750%), Canadá (+120%) o Hong Kong (+250%).

¿Por qué tanta cifra como preámbulo para presentarles este nuevo rosado de viña Estampa se preguntarán? Es que nos encantaría saber dónde está Chile si de consumo de vinos rosados se refiere. Todos los años por esta época y ya desde primavera, los medios empiezan a hablar de ellos, pero la verdad nunca, créanme, nunca he visto a nadie pedir un vino rosado en restaurantes. Menos comprarlo en un supermercado o tienda.

Razones puede haber muchas. Que si son dulzones, que si son para señoritas, que si dan dolor de cabeza. Todas mentiras, por lo menos al año 2016. De que el color es femenino, lo es. Pero cuantos chilenos que se dicen bien machos he visto lucir poleras rosa, bien rosa. En fin. Aquí les presento un Rosado o Rosé, como ustedes quieran llamar, para atreverse a probar y disfrutar. Porque si simplemente tienen tantos perjuicios, es una lástima. Ustedes son quienes se lo pierden, mientras el resto del Nuevo mundo hace subir las cifras.

Estampa Fina Reserva Rosé Syrah – Cabernet Sauvignon 2016, Paredones.

Es lógico que todo productor serio de vinos en Colchagua haya partido a comprar fruta en otros valles de climas fríos si quería hacer blancos y Pinot Noir con rica acidez natural. Muchos lo hicieron y siguen haciendo. Otros tomaron el camino más largo y difícil: plantar viñedos en las zonas costeras del valle, nunca antes exploradas, como Paredones. Viña Estampa fue una de ellas, ya casi diez años atrás, y este Rosado muestra el evidente cambio a un estilo al fin realmente fresco, sin perder su volumen en boca. Sí, porque los rosados, no tienen que ser livianos y con la acidez filosa de un Sauvignon Blanc. Así lo muestran los mejores de Provenza, donde son capos para mezclar cepas, zonas y distintas maneras de vinificación para lograr grandes ejemplares que incluso mejoran en la botella. Y que sí, son deliciosos de beber fresquitos en el verano.

Lo que me gustó de este Rosado, hecho por la dupla femenina Johana Pereira -en la bodega-  y Ana Salomó -en los viñedos-, es que se siente ese trabajo por hacer algo bien hecho. Frescura, con la mayoría de uvas de Paredones + volumen en boca de una minoría de Marchigüe = un rosé para beber sin descanso, ya sea como aperitivo o para seguir un almuerzo veraniego, con ceviches, ensaladas de verdes, y carnes blancas asadas o a la parrilla. Más gastronómico imposible. Sirvan fresco. Tan frío como un Sauvignon Blanc, la temperatura del medio ambiente se encargará del resto. Por cierto, yo lo destapé (viene con tapa de rosca) junto a dos varones que aman los tintos corpulentos y no dejaron gota en la botella.

El precio es de $7.990 y se vende exclusivamente en tiendas El Mundo del Vino, Supermercados Jumbo, en la bodega de Viña Estampa  en Colchagua. Venta directa en ventas@estampa.com o al teléfono: +562 2202 7000.