1ER SEMINARIO DEL CARIGNAN CHILE 2019. 1ERA PARTE

Publicado el 02 agosto 2019 Por Mariana Martinez @reinaentrecopas

¿Qué aprendimos y qué vinos catamos este martes en Santiago? Les contamos de un día 100% en torno a la cepa tinta protagonista de VIGNO.

Tal como se había previsto desde hace meses, durante la mañana de este martes 30 de julio, se dio inicio en la mañana, en HUB Providencia a lo que sería el 1er Seminario Internacional dedicado a la cepa Carignan. Una cepa de la cual si bien hoy hay relativamente poco en el mundo (52.000 hectáreas), aunque antes hubo sí mucho más, de seguro tiene todas las cualidades, en la nueva era del calentamiento global, para convertirse en protagonista.

En este intento de resumen del Seminario, que incluyó una segunda parte en la tarde, les contaremos todo lo aprendido y los vinos degustados junto con invitados internacionales y eminencias locales. Con la presentación especial además, de Nico Alemán, organizador de las Premium Tasting. Vamos…

 

Matt Naumann, Kelli White y Morgan Twain-Petersen  (MW), los invitados norteamericanos.

SEMINARIO INTERNACIONAL DE CARIGNAN /STGO JULIO 2019

La primera presentación, sobre la historia de la Carignan en el mundo, estuvo en manos de Fernando Almeda (español radicado en Chile, y fundador de VIGNO, con su vino Cordillera de Miguel Torres), fue el encargado de hacer un catastro de toda la información que de ella se sabe a través de la más diversa bibliografía. Así supimos, entre otras cosas que es una cepa tinta de ciclo de madurez tardío, muy sensible al oído, cuyo origen se presume está en la región que lleva su nombre (o al revés) Cariñena. Otras teorías, sin embargo la vinculan con Cerdeña y Aragón, al Norte de España, donde tendría alguna relación con la Aramón. En este país suma 6.700 hectáreas (10% de la plantaciones del mundo). En Francia, en tanto, fue la variedad tinta más plantada del siglo pasado (antes que la Merlot tomara su lugar), dominando especialmente en la región de Languedoc-Roussillon. Hoy hay en Francia 33 mil hectáreas, superficie que representa el 60% del total mundial. Esta es a su vez una variedad asociada a Argelia, donde existen 3.000 hectáreas. En superficie le siguen Italia con 1.600 hectáreas, Marruecos con 1.400, Estados Unidos con 1.000 y Chile, según Catastro 2017, con 851 (la mayoría de ellas concentradas en el Maule, con 707). A Chile, explicó Almeda, no se sabe con certeza aún cómo llegó, pues hay dos teorías diferentes. Una habla de su llega a finales del siglo XIX e inicios del XX con una colección de variedades, la otra sería más tarde, posterior al terremoto de Chillán de 1939.

Parte de las averiguaciones de Almeda, le llevaron a descubrir además que en Francia existe desde el año 2013 una agrupación semejante a VIGNO, llamada «Carignan Renaissance«. Ademas, supimos que es la cepa número 26 en listado de las más plantadas de mundo.

Otro dato de gran relevancia, para el evento en torno a ella, tiene relación con el valor de sus vinos, en referencia a valor FOB caja; el cual en promedio es de US$78, mientras el promedio en Chile, actualmente es cercano apenas a los 29 US$. Lo que sin duda enmarca el gran valor que le ha dado VIGNO como proyecto al valor de las uvas del Carignan del Maule.

La siguiente presentación sería del viticultor Renan Cancino, fundador de VIGNO, quien explicó la razón por cuál muchos se refieren a la zona del Carignan, en el secano del Maule, como Secano Interior (sin ser lo mismo que la D.O. Secano Interior). Cancino lo definió como una zona agrícola en el Centro Sur de Chile que mira al Valle Central, pero que se encuentra separada del secano costero más cercano al Pacífico, con un clima mediterráneo templado, con una pluviometría cada año menor, entre los 500 y 600 mm anual, concentrada en invierno, sobre suelos graníticos. Lo que se hace ahí desde siempre, dijo, es una viticultura tradicional que comienza en otoño eliminando sierpes (sacar los brotes del tronco, con el azadón). La segunda labor es la poda, la cual debe ser corta con un pitón y un cargado, depende del vigor de cada planta. Luego, hay que enterrar mugrones, para reemplazar plantas muertas y hacer rotura de suelo. Lo que se hace con caballos, sin embargo, aclaró, es necesario avanzar en la mecanización para poder realizar estos trabajos. Cancino destacó además la necesidad urgente de dejar de usar como fertilizante el glifosato.

Posteriormente, explicó, se retira la tierra de los camellones, y se vuelve a pasar la rastra. Finalmente se sella el suelo y eliminan las malezas, para recibir las últimas lluvias de primavera. Cancino destacó en su presentación la necesidad de transmitir el oficio, porque hay muchos viñedos viejos difícil de manejar de manera moderna. Además destacó que no le gusta la palabra rescate, «sólo es necesario empujar».

El siguiente expositor sería Derek Mossman, socio de Garage Wine Co., quien tenía la tarea presumimos de llevar un productor de Carignan al evento pero que no lo logró. Explicó, porque viven en el campo a un ritmo distinto del nuestro. Cuántas veces, dijo, los he molestado para saber cuándo van a empezar a podar sin respuesta. Pero basta que empieza a subir la luna para que ellos aparezcan a podar. Para Derek, el proyecto VIGNO y el alto precio que como consecuencia tienen hoy las uvas de viejos viñedos Carignan del Maule permite pagar los complejos trabajos del campo, a mano, a caballo… El desafío de los pequeños campesinos, hoy, dijo, es que los papeles para obtener la D.O. son un lío, tanto como para que los camiones entren a recoger las uvas en los campos. La preocupación, agregó, es por las próximas generaciones: ¿qué vamos a hacer, ya hay pocos que saben bien cómo podar, porque además hay gente que tiene el don y otros no. «El único que gana con plantas viejas, que se están muriendo, es el fotógrafo», concluyó .

A continuación, sería el turno de Yerko Moreno quien expuso el trabajo de Investigación de la Universidad de Talca que compartimos en WiP.cl tiempo atrás, con el  fin de validar por qué son mejores los viñedos que comenzaron a rescatar los Vignadores del Carignan a través de VIGNO. Entre estos datos, recordó Moreno que en la zona del Maule el Carignan puede estar en dos tipos de suelos muy pobres, uno derivado del otro. El primero es un suelo de granito con mucha arcilla y cuarzo. El otro, material de relleno erosionado del suelo anterior. El primero, a su vez, menos vigoroso que el segundo. Diferencias sutiles, con semejante composición, que no fueron relevantes para establecer grupos diferenciados. Estas diferencias sí las encontraron en los Carignan de diferentes climas: los más cercanos a la costa más fríos; los más alejados, los más cálidos.

Otros datos interesantes: el 98% del Carignan en Chile está en cabeza; 96% a pie franco, y tienen tanto como 95% de autenticidad varietal (es decir que en sus viñedos están muy poco mezclados con otras cepas); el mayor porcentaje sería mezclado con la cepa País.

En cuanto a sus mostos poseen alto niveles de antocianos, y poco de nitrógeno, lo que obliga a corregir para que no se paralicen las fermentaciones. En cuanto a sus vinos, sus aromas son poco expresivos, de mucho color y marcada acidez natural.

La sommelier y escritora norteamericana Kelli White siguió con las presentaciones, destacando lo contradictorio que resulta que hoy se trate a los países del Nuevo Mundo como nuevos, cuando sin embargo Estados Unidos y Australia, por ejemplo tienen al menos 300 años de historia vitivinícola. Además, debido a que recibieron viñedos europeos antes de la filoxera, muchos países del Nuevo Mundo, tienen más cantidad de viejas parras que el Viejo Mundo. A su vez, destacó como muchas áreas del Nuevo Mundo han creado proyectos especiales para proteger  estos oasis de viñedos viejos con más de 35 años, como VIGNO; mientras en Europa la mayoría de las veces no hacen distingo entre viñedos nuevos o viejos en sus Denominaciones de Origen. Hay países, dijo, donde ha sido más fácil identificar la edad de las parras viejas, como en Sudáfrica, donde existen todos los registros, pero no así en Estados Unidos.

Lo curioso dijo, es que estas iniciativas creen que las parras viejas tienen un valor mayor y dan valor a la calidad del vino. Lo que a su vez impulsa a los productores de uva a ser el foco de la atención, ya sea en RRSS o en reportajes. También, por supuesto, eleva los precios de sus uvas, lo que les incentivará a mantener la producción y mejorar la calidad.

Que el precio de las uvas sea sostenible en el tiempo es una necesidad, dijo, pero no podemos apelar a la nostalgia para siempre. Las vieja parras necesitan cuidados mayores, y son económicamente más vulnerables. No es coincidencia que los proyectos que buscan rescatar estas viñedos nacieron después de la crisis financiera del año 2000. Tampoco que hoy en Sudáfrica los viñedos se están reemplazando por manzanos, porque son económicamente más rentables. En California, se están reemplazando por zonas comerciales o habitacionales.

«El problema, agregó White, es que cuando un viñedo viejo se arranca, no sólo perdemos vinos excepcionales, también se pierde el vínculo cultural».

Pero no sólo se trata de romance y alcohol, agregó, también hoy en la era de calentamiento global, los viejos viñedos nos dejan grandes lecciones. En California, las parras viejas sobreviven mejor a la sequía y al calor que las parras jóvenes. Sus canopias entregan más sombra y mejor protección a las altas temperaturas, lo que produce a su vez mejores vinos que requieren menor manipulación en la bodega. Y mientras el agua se convierte en un tema cada vez más complicado, modernas bodegas están inclinándose por desarrollar viñedos de secano (dry farming). Conozco varios productores de grandes Cabernet de Napa, que han estado en el Priorato o Australia últimamente para aprender cómo manejar viñedos de secano. Este compartimiento es alentador, dijo, porque nos muestra que el mundo está dándose cuenta de la sabiduría que hay detrás de estos viñedos y está repensando la vitivinicultura del futuro.

«Hoy vemos como nuevos viñedos se están plantando en cabeza y en baja densidad. Y hay una razón mayor: estos viñedos en secano, con rendimientos naturalmente más bajos, requieren de menos poda, menos agua, y también menos fungicidas. Y aunque la mano de obra que requieren los viñedos viejos debe ser más calificada, también exige menos horas de trabajo».

En Sudáfrica, dijo White, hay empresas que están ofreciendo entrenamiento para aprender a manejar viñedos viejos; lo que aporta mayor valor a la mano de obra, sobre todo de zonas de bajos recursos. Que es donde por lo general se pueden encontrar los viejos viñedos. Porque no los vamos a ver en zonas conocidas de gran prestigio, como Napa, allí veremos las clásicas cepas de Burdeos en espalderas; sí los veremos en zonas más deprimidas económicamente. No quiero decir que los viñedos en espalera de Cabernet Sauvignon, aclaró, no sean buenos, sino que el mundo está lleno de esos vinos.

Lo que es más interesante hoy, agregó, es el Zinfandel de parras viejas de California, o el País o Carignan de Chile; el Syrah o Grenache de Barossa en Australia, o el Chenin Blanc de Sudáfrica. Y lo que es fascinante es que están hoy mostrándonos los vinos que bebían nuestros ancestros en los siglos pasados. Es así como los viejos viñedos nos conectan con el pasado y nos alimentan, concluyó White su presentación.

A continuación se degustaron los primeros 12 vinos del seminario. Entre ellos 6 Carignan VIGNO más el fantástico Carignan fortificado de Viña Morandé llamado Espíritu del Maule. Este último por cierto,  presentado por su propio hacedor, y también pionero del Carignan, Pablo Morandé. Además, se degustaron 6 Carignan extranjeros, dos de España, dos de Italia, uno de Estados Unidos y uno de Argentina. Aquí el listado.

 

Cata AM /Seminario Carignan STGO 2019

  • Morandé VIGNO 2017 (90% Carignan, 8% Syrah y 2% Chardonnay). De la cálida zona de Melozal, y cálido año 2017, el vino mostró una asombrosa frescura. Color rojo, de capa media a baja, y nariz austera, frutal y limpia, con notas a ciruela roja. En boca muy liviano, jugoso, de tanino suave y acidez media. Se buscó frescura en su vinificación y se alcanzó. Bravo! Bienvenido este nuevo estilo de Carignan, más fresco y amable.
  •  Bouchon Family Wines VIGNO 2016 (100% Carignan). También de la cálida zona de Melozal, aunque de un año menos cálido. Posee un color más intenso, violeta, y en boca un cuerpo medio, de sensación dulce y cálida. Es más profundo, de taninos suave pero con fuerza. Potente pero no tanto.
  • Emiliana VIGNO 2015 (100% Carignan). Bonito color púrpura, con notas a grosellas, hierbas y maquis. Su boca esta llena de frutos negros, pero resulta muy cálida por su alto alcohol. Resulta incluso abrasivo en su final, aunque su acidez es sabrosa.
  • P.S. García VIGNO 2015 (100% Carignan). Otro VIGNO potente y abrasivo. Con un color muy profundo, y notas herbales en nariz. Su enólogo Felipe García, diría «nadie critica el alcohol de los vinos del Priorato, por qué criticar el de éste». Yo lo critico, pues hay algo allí, al igual que en el vino anterior, que molesta en su balance. No así, en el segundo vino del Priorato que degustaríamos después. ¿Qué falta? Balance, nada más y nada menos.
  • Valdivieso VIGNO 2011 (65% Carignan y 34% Mourvedre). La idea, imagino, era mostrar el potencial de guarda del Carignan, y se mostró, junto al estilo que para algunos va quedando atrás: el de la sobre extracción y madurez. Hay fuerza de taninos y acidez aquí, pero la fruta ya está cansada, se siente mermelada y el tanino secante en su final.
  • Miguel Torres VIGNO 2016 (100% Carignan). Con esta cosecha, dijo su nuevo enólogo Eduardo Jordán, se comenzaron a inclinar por la frescura, para una variedad que muestra especial sensibilidad al calor. El vino viene de Huerta del Maule, zona cálida, y se siente el calor, en su nariz y boca. Tiene mucha fruta negra, madura, y una nota herbal, aunque aun es algo secante en su final. De todas maneras, es algo más fresco y amable que P.S. García.
  • Morandé Espíritu del Maule 1998. Yo lo dejé para el final, para un cierre dulce y sumamente complejo. Pablo Morandé, su hacedor, lo presentaría junto a un poema. Y es que este fortificado lo es. Para más detalles  seguir el link en su nombre.
  • Cellers Joan D’Anguera L’hostal 2014. (DO Montsant, España). Este español es 100% Carignan y refleja, como dijeron un año complicado. De bonito color carmín oscuro, hay en sus aromas notas a tierra mojada, frutos rojos, tempera, cuero viejo, brett! Su boca es cálida, de tanino firme pero muy suave; con un largo final con sabor a frutas secas, negras, muy sabrosas. En su equilibrio de conjunto el carácter animal le aporta complejidad, sin molestar. El vino es largo, muy largo y profundo. Otra dimensión sin duda para el Carignan.
  • Miguel Torres Perpetual Priorat 2016 (DOQ Priorat, España). Esta mezcla 95% Cariñena y 5% Garnacha tinta, es sólo un par de años más joven que el anterior, y muestra un estilo muy diferente. Más típico del Priorato dice Marcelo Retamal. Se siente si más la madera, más la madurez, pero a la vez muestra ya el cambio hacia más frescura. No por ello el vino deja de ser voluptuoso, ni cálido. En conjunto, su tanino suave si le vuelve seductor. De muy sabroso final. Balance es la clave.
  • Cantina Sardus Pater Arruga Carignano del Sulcis Superiore 2014 (DOC Sardegna, Italia). Proveniente del Sur de Italia, muestra un color rojo muy evolucionado, igual que en su nariz. Hay notas animales molestas y en boca posee un tanino muy secante, abrasivo en su conjunto. Su origen está en una cooperativa, formada a inicios del siglo pasado, y nos deja la sensación de haberse quedado allí.
  • Mesa Buio Buio Rosso Isola Dei Nuraghi 2015 (DOC Sardegna, Italia). Este Carignan 100% nos muestra un estilo completamente diferente al anterior. Con más fruta, también más madera, pero más fresco. Sin dejar de ser cálido, si hay en el más equilibrio. Es sólo un año más joven que su par italiano, pero entre ambos hay un mundo de diferencias.
  • New Found Carignan Colombino Vineyard 2017 Redwood Valley (CA, EEUU). Presentado por su hacedor, Matt Naumann, supimos que su viñedos fueron plantados con el fin de hacer brandy. El vino sorprende por ser liviano en boca, elegante en su tanino, y con aromas licorosos y a medicina. Su enólogo, Matt, usa 100% racimo entero. Para un año cálido como este, dijo, 2017 el vino es un milagro. Estamos de acuerdo!
  • 432 Hz Valle de Uco (Chacayes) 2017 100% Carignan. El vino que cerró la serie fue un Carignan, plantado por el agrónomo Francisco Evangelista, quien se enamoró de la cepa en un viaje al Priorato el año 2014. Y no perdió tiempo. Plantó la variedad en su campo en Chacayes, Valle de Uco, zona no tan fría, y este es su primer vino. Para serlo, está más que bien. No tiene mucho color, sí mucha fruta roja, un cuerpo medio a liviano pero con fuerza en su final. Nada en exceso. Rica fruta roja. Buen inicio.

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Un comentario

  1. […] No hubo nuevos datos por conocer sobre el proyecto, cierto, más allá de los compartidos en el reciente encuentro Internacional en Santiago. Lo novedoso es que era la primera vez que sus hacedores (Vigñadores)  cruzaban la Cordillera para […]