CARMENÈRE DE LAS ALTURAS DE APALTA
Ventisquero sorprendió con Obliqua, nuevo gran vino nacido de las laderas más altas de su viñedo en la nueva D.O. Apalta. Aquí todos los detalles, junto a una instructiva comparación, jamás odiosa.
En el transcurso de una semana se presentaron en Chile, dos grandes Carmenère de Colchagua. No queremos entrar en comparaciones, pero sí es una genial oportunidad para destacar sus estilos tan diversos como sí son sus orígenes. Lo que ayuda a aportar información valiosa para entender cada vez mejor la cepa que hemos tomado como emblema de Chile. Muchos más allá de que ambos están inaugurando además nuevas D.O.
Si recordamos el Carmenère S7 presentado la semana pasada por Casa Silva ($25.000) debemos destacar que su origen, el lote llamado S7 está a los pies de la Cordillera de los Andes, en la nueva D.O. Los Lingues. Sobre un suelo con una importante cantidad de arcilla (de al menos 25%); condición que (según han aprendido en Casa Silva) asegura la suficiente humedad en las raíces para que esta variedad de madurez tardía madure sin problemas y de forma muy pareja. ¿Otra particularidad? El vino es 100% Carmenère, como se explicara durante el lanzamiento para destacar su particular suavidad de sus taninos y su carácter herbal; además de demostrar su potencial de guarda en solitario.
Obliqua Carmenère 2017, el vino que se presentó esta semana con una gran producción audiovisual en estudio de TV, por su parte, proviene de la nueva D.O. Apalta, en la llamada zona Entre Cordillera. Una zona con menos amplitud térmica debido a su mayor lejanía de los pies de los Andes. Sin embargo su viñedo en La Roblería, el lote 23, sí está en lo alto de las laderas, pues corresponde a un brazo que baja desde la cordillera hacia al mar; delimitando el valle de Colchagua por el Norte. Lo que determina que este lote 23 (se ubique a unos 485 metros sobre el nivel del mar. Una condición que, curiosamente, aporta, según contó el viticultor Sergio Hormazábal, más cantidad de milímetros de lluvia durante el año que en la parte baja, a unos 200 msnm. Efecto climático que de seguro contrarresta con su suelo, el cual posee menos porcentaje de arcilla y más cantidad de piedras. Entre ellas, hablamos del granito que caracteriza estos brazos que bajan desde los Andes al mar, y de piedras coluviales que se han ido desprendido desde la cima del cerro.
Según explicara Felipe Tosso, el enólogo el jefe de Ventisquero, el granito aporta al vino la garra, la fuerza en boca, que caracteriza a Obliquia. Y que sin duda han buscado intencionalmente. Tanto, que su mezcla además tiene un 4% de Cabernet Sauvignon y un 2% de Petit Verdot. Pero además… hay un trabajo muy intencional, a su vez, con la guarda en fudres de 2000 litros, en busca de reforzar esa fuerza.
Para demostrar el aporte marcador del fudre ya con un año de uso, se enviaron a las casas de los invitados al lanzamiento, junto con Obliqua 2017, dos pequeñas botellas con el mismo Carmenère cosecha 2019 guardado en dos recipientes diferentes. Uno en barricas francesas de 300 litros y el otro en los fudres de 2000 litros; ambos recipientes con un uso anterior. Las diferencias entre ambos realmente fueron asombrosas: el de barrica se sentía mucho más suave y fresco; el de fudre más cálido y robusto. 70 barrica -30% fudre resultó la fórmula 2017. Podríamos imaginarnos la mezcla al revés, pero al parecer no será necesario el esfuerzo; pues Tosso dio a entender que hacia allá irán con los próximos Obliqua. ¿Cuantos más hay hechos? 2018 y 2019; aunque también se vinificaron con la intención de tenerlos las añadas 2014, 2015 y 2016, pero no llegaron a lo que querían. Eso es un vino que estuviera a la par del otro grande de la bodega y que también tiene su origen en Apalta, hablamos del Syrah Pangea. De ahí su precio cercano a los $45.000.
Si se lo han preguntado, les contamos que Obliqua estará a la venta en un par de semanas. Sobre su nombre podemos decirles que sí tiene relación con la madera; pero no la de su guarda, sino con la del gran roble que se encuentra dentro del viñedo 23. Es un roble chileno, especie nothofagus obliqua, con cerca de 80 años de edad. Es su maravillosa copa vista desde abajo la que ilustra su etiqueta.
Otra diferencia con S7, sin querer ser odiosa, sin duda es la añada. Obliqua nace de un año cálida, incluso según consideran sus hacedores, más cálida y seca que 2019 y 2020. Por lo que ya espero probar Obliqua 2018, para mí, y no me canso de decir, la mejor añada de la década pasada.
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