Las Fiestas Patrias nos dejaron dos favoritos descorchados junto a la parrilla. Tintos, cada uno a su precio, que no pueden dejar pasar.

Antes de las Fiestas Patrias viña Odfjell invitó a la prensa para mostrar su nuevo vino, su VIGNO 2014. Lo que aprendimos entonces, fue que el VIGNO de Odfjell ($24.900), ahora con etiqueta negra mucho más elegante, pasaba a ser el Carignan de la familia destinado a la larga guarda. Implícitamente la viña nos decía otra cosa, que el Carignan Orzada 2016 ($13.450), ya disponible en el mercado, era todo lo contrario: para beber ya. Eso fue lo que hicimos entonces apenas llegamos a Rubaiyat, lo vinos en la carta ($27.500) y nos decidimos a pedir dos cortes de res a la parrilla (entraña y picada summus).

La primera sensación al probar el Carignan Orzada 2016 es que algo raro ocurre en él; deja un cosquilleo en la boca que llama la atención, y no precisamente para bien. Acaso está refermentando? Auxilio… por ese precio… Pero no, el vino llega al final de boca, junto con las cosquillas, dejando una estela de frutas negras frescas, jugosas. En tanto, encantan sus notas florales, a guayaba y membrillo frescos, también moras y frambuesas. Llega la entraña ($19.500), a su punto, y otro sorbo del Carignan vuelve a acompañarnos;  esta vez con menos cosquillas… y cada vez menos… hasta que desaparecen. Igual como desaparece el vino en las copas. Qué manera de dejarse beber.

Apenas unos días después, otro Odfjell (esta vez de la línea Armador)  llega a la mesa en casa de unos amigos. Su color es profundo, igual que el Carignan Orzada 2016; con menos cuerpo, pero misma sensación de cosquilleo. Esta vez ya sabemos que pronto desaparecerán. Y eso ocurre.  En boca queda la fruta negra, jugosa, tan fácil de beber que juro que es un Carmenère. Pero no lo es. Es un Cabernet Sauvignon 2015 ($7.9000). Todos los comensales quedan locos con el vino. No habrá nada igual, ni que lo supere, en el resto de las fiestas.  Ahí uno se arrepiente de no haber comprado la caja.

Conversando con su enólogo Aranud Hereu, supimos que la madera va en retroceso, como Satanás, en esta bodega con instalaciones en el Maipo. En cuanto al carbónico, nos explica el enólogo, lo deja en el vino intencionalmente para ayudar a su sensación de frescor. Ademas, en el caso particular del Carignan que tiene solo guarda en cubas de acero, dice Hereu, sacar el carbónico dañaría el vino. Sí, mejor dejarlo así, no tocar, tanto mejor!

Araud Hereu es una enamorado del Carignan, nos cuenta que no conocía la cepa antes de llegar a Chile, aunque tampoco, dice, en Chile había referencia con ella de estilos. “No sé por qué fue por tantos años una uva de baja Categoría en Chile. Fuimos ciegos al inicio».

En Odfjell cuenta Hereu, partieron vivificándola gracias a Paul Hobbs quien les recomendó el año 2000  que salieran a buscar nuevas variedades. «Entonces, dice, hacíamos vinos de mucha acidez y mucha madera, pero el 2005 cambié el switch. Ese año, cuenta Hereu, tuvimos un Carignan maravilloso con un aroma increíble y no quise taparlo. Así es que comenzamos a  bajar la guarda en barricas de apoco, hasta que el Orzada 2012 no tiene nada de madera. Con la cosecha 2014, nos dice, ahora vamos a tener un segundo Carignan, un VIGNO, con madera, así agrega, tendremos los dos estilos». A lo que nosotros agregamos, uno para beber hoy, el Orzada, otro para guardar por varios años más, el VIGNO.

Los vinos de Odfjell están a la venta, entre otros lugares, en tiendas El Mundo del Vino, incluida su página web, donde encontramos la mezcla tinta Capítulo, otra delicia de Odfjell, a un precio increíble.  Yo les diría, tampoco  la dejen pasar y compren por caja.