Claire Manvieux y Paz Fuentealba nos cuentan más detalles de un nuevo espumante elaborado con frutas que no son uvas. Se trata de I+D que llega desde el Ñuble.

No es que las persigamos, pero en La etiqueta del vino las historias de mujeres fuertes e innovadoras se multiplican. Esta semana nos lo demostró Verónica Barra quien, junto a sus hijos Pedro y Enzo, tomó la cooperativa cuando su esposo Aldo Milanese partió. Esta cooperativa procesaba arroz y uva principalmente, desde la voluntad de fomentar la labor de productores regionales y favorecer el empleo en la zona. La misión que Verónica se impuso, no solamente fue mantener a flote el emprendimiento familiar, sino que enriquecerlo con la producción propia de vinos y espumantes, e introducir una novedad: el arándano. Con este fruto producen hoy una refrescante y novedosa bebida fermentada, además de un vinagre.

El asesor de este proyecto llamado Milanese, y que además tiene bajo su paraguas vinos de Chardonnay, País, Cinsault y Malbec, es el enólogo de la zona, Edgardo Candía. Bajo su dirección se cosechan los arándonos entre fin de noviembre y fin de enero para elaborar la estrella de esta nota, el espumante Elato. Después de su primera fermentación, la segunda en busca de atrapar las burbujas dentro de cada botella a través del método tradicional, se desarrolla por 12 meses antes de su degüelle.

Con sus primeras botellas de la cosecha 2017 y su fuerza de voluntad, Verónica ya viajó a Japón y Estados Unidos, para presentar orgullosamente estos productos de calidad que la región del Ñuble es capaz de producir.

El espumante Elato ($9.990) es de un color igual al de los arándanos, azul profundo, denso. Las burbujas en la copa forman un rosario bien marcado. Las primeras notas aromáticas recuerdan a la misma fruta, sobre una trama de bollería dulce y toques ahumados. En boca sorprende la acidez alta que hace olvidar sus 30 gramos de azúcar residual. Sus sabores concuerdan con la nariz y se expresan en un velo sedoso sobre la lengua.

Para nosotras es un espumante que a la par beneficiarnos por su alto poder antioxidante, puede servirse tanto como aperitivo como terminando la comida, reemplazando el postre… En la mesa lo vestimos de celebración y lo servimos junto a un lomo de ciervo con salsa demi-glace de arándanos y arroz blanco.

Encuéntralo en www.milanese.cl y @bodegamilanese.

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