La cepa tinta del pichintún se está democratizando. Hoy les presentamos una versión del Maule costero que saca aplausos.

En las últimas ferias de vinos Bocas Moradas y Chanchos Deslenguados, en medio de las nuevas-viejas  estrellas  País, y Cinsault, ha aparecido una nueva fuerza:  la de la Petit Verdot. Una cepa tinta que ha estado en nuestros viñedos desde ya décadas, pero que tradicionalmente solo se ha usado un pichintún,  por su descontrolada fuerza de taninos y acidez. La conocimos  dándole  fuerza  y frescura a grandes Carmenère  de Colchagua, como el Purple Angel de viña Montes y el Incidente de Viu Manent . También  para hacer los  hozados monovarietales Toknar de Von Sibenthal ($42.000) y Chaski de Perez Cruz ($22.990).  La conocemos porque es una de las secundarias que forman la mezcla de los grandes tintos de Burdeos, en segundo plano siempre, para dejar delante al Cabernet Sauvignon  y al Merlot.

Lo interesante y que nos encanta,  es que ahora  comienza a parecer en Chile cada vez con más frecuencia en las etiquetas de pequeños viñateros como única protagonista y a precios más accesibles, como lo son los rudos y deliciosos Tringario Vastardo Petit Verdot 2015  ($12.900) y el Vultur Globo Petit Verdot 2014 ($10.000)  ambos de Colchagua,  junto con el más amable Villa Señor Kenos Petit Verdot 2014 de Cachapoal  ($12.390). 

Por qué aparece ahora con más fuerza y accesible,  y no antes,  es una buena pregunta. Responderla nos lleva a pensar en el importante, aunque pequeño  grupo de curiosos que está siempre en busca de lo nuevo y diferente. Para ellos, estaba, pues, la Petit Verdot lista para ser protagonista con su gran fuerza de taninos y muy rica acidez;  dos cosas que son importantes cuando se quiere hacer un vino que pueda resistir los años de guarda en su botella,  pero no necesariamente vinos para beber y disfrutar ahora.

Edgard Carter, productor de Los Despachos, el gran Petit Verdot  ($19.500) que es nuestro vino de la semana – tras probarlo en la feria Bocas Moradas este finde recién pasado– nos cuenta que si no hay fruta que le de cuerpo al vino de la Petit Verdot  que  aguante toda su acidez y fuerza de taninos, no tendremos  algo agradable de tomar. Ni siquiera, agregó yo, en el largo plazo.  Acidez y taninos juntos son reactivos, se potencian, dice Carter.  Los Despachos ha conseguido ese equilibrio perfecto, sin perder frescura.

Carter destaca de este vino su suelo granítico, de origen volcánico, rico en fierro, en Los Despachos, un poblado en la zona costera del Maule, al sur de Cauquenes. Con temperaturas más bajas que el promedio del valle en Entre Cordilleras.  Sea el clima o el granito  el culpable, Los Despachos tiene un intenso carácter de grafito que se une a las notas de frutas negras, como arándanos y maqui que llenan la nariz y la boca.

Los Despachos Petit Verdot es el primer vino de Edgar Carter y su señora Karine Mollenhauer,  también agrónoma-enóloga, cuyo proyecto  en conjunto se llama Carter Mollenhauer  y ya suma un segundo vino, el también delicioso Carignan Carignan de Name ($14.500);  porque su origen está en la Ciénaga del Name, también  en la costa del Maule. “Son dos vinos que tienen ese algo especial que queríamos hacer, dice el joven enólogo quien estuvo trabajando por varios años en las viñas  Seña, Carmen y más recientemente Oveja Negra de Vía Wines.

La primera cosecha de Los Despachos, la 2014, es la que está hoy en el mercado, y tuvo 21 meses de guarda en barricas 50% nuevas. Claramente los dos años que ya lleva en botella le han hecho más que bien, pues le hace el más sabroso, nervioso, potente y aunque parezca mentira, equilibrado de todos los Petit Verdot que haya probado últimamente.

En el sitio web http://cmwines.cl pueden encontrar más detalles sobre el proyecto. Los vinos ya los pueden encontrar en más de 10 tiendas a lo largo de Chile, entre ellas  Mosto Vinoteca en Arica, Santo Vino en Iquique y Vinomio y Patache en Santiago, Al fierro en Curicó, De blanco a tintos en Chillán, las Cavas del Pescador en Viña y Concepción y también en Cava Don Hernando en Punta Arenas.