SOMMELIER_DATE, 2DA PARTE

Publicado el 24 julio 2019

Más de 400, entre Sommeliers y Bartenders, asistieron al llamado. Aquí nuestros hallazgos en la feria que contó con los vinos de 42 viñas chilenas.

Sommelier_Date se llamó el primer encuentro de los profesionales del servicio del vino organizado por la Asociación Nacional de Sommeliers de Chile (ASCL). La convocatoria fue este lunes 22 de julio a las 17:30 horas en Hotel Plaza San Francisco. El mismo salón, impecablemente armado previamente, serviría para realizar antes la gran final del Concurso Mejor Joven Sommelier (ver nota acá) y entre medio, su premiación. Así fue como una vez terminadas las pruebas de rigor a los tres finalistas, al salón entraron los representantes de 42 viñas chilenas para ordenar sus vinos y mostrarlos a más de 400 profesionales del servicio, entre sommeliers y bartenders. Ambas profesiones, por cierto, cada día más de la mano. No es casualidad pareciera, que ambas Escuelas ya son vecinas, pared con pared, desde hace algunos meses en el barrio de Ñuñoa.

Además, en paralelo, dos interesantes seminarios se llevarían a cabo en el mismo Hotel Plaza San Francisco a propósito de este primer Sommelier_Date. WiP.cl estuvo en el primero «Casos exitosos de D.O. en Chile«, del cual hay mucho que compartir (ver nota acá). El segundo, tendría el título «Vino Chileno, desafío a la diversidad»; no fuimos, lo siento, preferimos ir a degustar la diversidad de vinos presentes en la sala.

Por supuesto el tiempo de 19:30 a 21:00 horas no daba para probarlo todo, pero en el recorrido alcanzamos a descubrir nuevas etiquetas, cosechas y proyectos, entre saludar a viejos amigos, alumnos, y enterarnos de novedades importantes, como sobre los avances en la reunión de productores de vino con la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados de Chile, realizada apenas horas antes.

Aquí nuestra editora comparte las novedades. Todos invitados a compartir vuestros hallazgos en esta primera feria Sommelier_Date, en la sección comentarios al final de la nota.

Nueva línea de vino de Viña Veramonte, Gran Reserva. Bajo esta nueva marca o categoría que por ley exige guarda en madera (aunque no precisa el cuánto), esta bodega hoy en manos del grupo González Byass (España) sumó tres vinos nuevos. Un Chardonnay de Casablanca, 0% maloláctica. La idea es que el vino tenga madera, pero no pierda frescura, nos dijeron. Lo que se logra a medias, pues la madera lamentablemente sí le resta frescura. También lo hace en el Carmenère, que es mezcla de uvas de Marchigüe y Apalta. Mi favorito fue el Cabernet Gran Reserva de cuerpo medio, con mucha fruta negra, muy dulce pero a la vez rica acidez. Precio de la línea: $8.900.

Nuevo Cepa País de Viña Las Veletas. Cosecha 2017 es el nuevo País de esta bodega de Loncomilla, con un tesoro enorme de parra viejas de País en sus campos del secano de Loncomilla. El vino, nacido de un verano cálido, tiene muy rica fruta roja, casi licorosa, es ligero, de acidez justa y muy sabroso final. Para beber con platos en base a chancho; como pichangas, sí, costillitas a la plancha, malayas y por supuesto costillares.

La viña descubrimiento: Ravelo & Rabelo. Presentaron cuatro vinos, todos 2017. El más llamativo seguro del grupo fue el País, de Colchagua, llamado País de Pihuchén, zona ubicada detrás de las laderas que flanquean el camino hacia Marchigüe en dirección Sur. El vino llama la atención por su cuerpo, denso, taninos suaves y muy profundo color. No parece País sin duda. Sí parece de Colchagua Entre Cordilleras, por la madurez y dulzor de la fruta. Sus hacedores, los primos Ravelo y Rabelo, nos contaron que la uva viene de viñedos de más de 130 años, en el secano. En estricto rigor (el del Decreto 464), el nombre de esta variedad no debería aparecer en la etiqueta junto a la D.O. del Valle Colchagua, pues no es cepa noble. Y la D.O. Secano Interior, que sí permite usarla, no queda en Colchagua tampoco. Ojo ahí. Küllay es una mezcla de este País con Cabernet, Syrah y Malbec; y  San Joaquín también mezcla, de Cabernet, Syrah y Carmenère. Quilico, por su parte, es un Carmenère 100% del Sur de Vichuquén. De los cuatro vinos, es el Quilico el que más me gustó, por lo fresco y sin dejar de ser especiado.

En busca de la nobleza para el País y la San Francisco. No fue por el País de Ravelo & Rabelo por cierto, sino por Maturana Wines, que supimos de la reunión de productores de vino con la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados de Chile, donde Juan Ignacio Maturana -nos contó- pidió elevar a noble la cepa País, junto con otras de las cuales ya hay vino (como la San Francisco, con la cual él mismo hace su Negra). Pero, como no poseen tal categoría, no se les permite aparecer en las etiquetas junto a sus D.O. La petición, supimos, quedó ingresada con muy buena mirada de ODEPA como medida para subir el valor de las uvas. Aunque, sabrán que habrá que cambiar la ley para solucionarlo; pero no importa, ya sabemos ahora que las leyes sí se pueden modificar cuando hay ganas.

La madurez como exceso, no siempre. Sentimos muchos vinos en la cata de la cosecha 2017, cargados hacia la fruta negra, muy madura, muy dulce, a veces, mucho, demasiado. Como siempre, ya vimos que hay excepciones, y muy importante: para estos vinos nacidos del calor es imprescindible el servicio a temperatura correcta. Es el mundo de diferencias. Otro ejemplo de que el dulzor no es malo siempre, fue el Montes Twins 2016 (2016 sí), un vino que no probaba hace mucho, a temperatura perfecta (entre 16 y 18ºC) se mostró muy sabroso y a la vez lleno de fruta negra fresca.

Laura Hartwig, más Colchagua. Pude probar el nuevo Petit Verdot 2017 de la viña que siempre es un imperdible; aun con una larga vida por delante,  que mejor guardar, no descorchar hoy, pues es otro goloso negro, muy intenso aún en sus taninos. Insuperable es su hermano mayor la mezcla Edición de Familia 2017; otro vino negro, de taninos muy suaves, y muy elegante en su final. Listo sí para beber hoy y, con su precio (cerca de los $25.000) que invita a guardar. ¿Otro para beber ya y económico? Su Merlot Laluca.

El debut de Aureo y Jardinero, del proyecto familiar Viñateros de Raíz. Es el proyecto del vitivinicultor Sergio Hormazábal con su señora, Macarena. Aureo 2018 es 100% Syrah, de viñedos ubicados en la frontera del Maipo con Casablanca. Con mucha fruta negra, pero me hubiera gustado que tuviera más la frescura del lugar y la tipicidad de la cepa. Jardinero, lamentablemente estaba acorchado, y varias botellas, por lo tanto, a pesar de que se sentía un vino de muy suaves taninos, prefiero esta vez no opinar. La joyita de la casa es un fortificado de la cepa tinta Garnacha, con un color carmín pálido, de allí que le digan tipo Tawny. Se trata de una sociedad con la Viña del Señor. No tiene año porque mezcla varias cosechas, y no tiene etiqueta porque aun no sale al mercado. Pero atentos a su llegada, ya hace falta para la compañía junto a postres con chocolate amargo, crema y frutillas.

¿Lo nuevo de Baron Philippe de Rothschild Chile? Había leído que venían  cambios en la mano, y me atreví a probarlo. Pero no sé si fue por el aire de la noche, o la temperatura de servicio, pero tanto el Chardonnay (de etiqueta blanca) como la mezcla tinta 2017, me resultaron dulces y pesados, como suelen ser. Una visión fome de Chile que ya sí merece una renovación.

Lindas sorpresas de la noche. PS Garcia Bravado 2017, del Itata, más liviano y amable que en sus versiones anteriores, servido a temperatura perfecta. También los dos vinos menos importantes de la Viña El Principal, con su enólogo Gonzalo Guzmán ahora además como gerente general: Calicanto 2017, y Memoria 2015. El primero más fresco y elegante. El segundo, más goloso y especiado. Segundos vinos que bien pueden ser primeros, por esa suavidad de taninos del Maipo Andes es admirable. Entre blancos: el curioso Goutte d’Argent de Viña Marty, un Sauvignon Blanc 2018 fermentado con levaduras de sake en barricas francesas, toda una rareza, y de un volumen en boca impresionante (no está en Chile, pues es pensado para el mercado asiático, precio aprox $20.000).

Otro lindo blanco fue el Riesling 2018 de Viña Pandolfi Price, de muy buen volumen y frescura a la vez, con la tipicidad de ejemplar de la  cepa, con notas a pera y lima, de divina acidez y buen volumen en boca; gran muestra de lo que viene en 2018 para esta joven viña del Itata.

En busca del Romano (ver nota acá sobre su historia). Es ya la 3era versión, nos dijeron, del Romano de Casa Silva, cosecha 2017. Si es así, realmente el tiempo ha pasado volando. Pareciera que fue ayer cuando la cepa tinta no estaba siquiera en el listado de variedades nobles. Su vino es de color intenso, oscuro, igual que los aromas de sus frutas, y en boca de tanino firme. Difícil darle una identidad propia. Aún sumando el tinto Romano de Casa Donoso. Me encantaría probar todos juntos, más el de Santa Carolina, que no tengo en mi memoria, y en vertical, todo para empezar a definir su perfil en Chile y sumarlos a su nueva vasta diversidad.

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2 comentarios

  1. […] les hablaremos de la feria (2da parte Especial Sommelier_Date 2019) y el Seminario Casos de éxito de D.O. en Chile, pero primero veamos los detalles de cada prueba […]

  2. […] el Sommelier_Date, el lunes 22 de julio en Hotel Plaza San Francisco. Donde, a pesar de haber una feria de vinos en paralelo a menos de 20 metros, la sala estuvo llena. La idea del tema, no me extrañaría que […]

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