Viñateros de Raíz, el proyecto familiar del enólogo Sergio Hormazábal acaba de lanzar al mercado su primera Touriga Nacional. Aquí todos los detalles de por qué hay que probar.

Todo comenzó con la idea de tener un pequeño viñedo en casa, pero no cualquiera: uno que pudiera recorrerse caminando entre planta y planta, nada de largas hileras separadas por cables y soportes. Este capricho lo tuvo Macarena Guzmán, la señora del enólogo Sergio Hormazábal, desde su mirada de paisajista. Por eso, el año 2015 plantaron en el jardín de su casa, 1.000 estacas de Cabernet Sauvignon con el sistema típico del Ródano (llamado echelas) y del Douto. El que conduce los brotes de una misma planta amarrados a un palito estirados hacia arriba. A fines del año pasado (2019) sumaron a este jardín 400 plantitas más; esta vez de Touriga Nacional. Además plantaron flora nativa en el cerro y alrededores del viñedo.

Y como es de pensar acertadamente, el nuevo vino de la familia, de la cepa Touriga Nacional no viene aún de este jardín. Sergio nos contó que el material, lo estuvo buscando por tres años, y viene de un vivero en los pies de la Cordillera del Valle de Cachapoal. Y que sí, les dio las uvas para hacer su primera cosecha de Jardinero 2019 Touriga Nacional. También supimos que no habrá de él cosecha 2020 pero que para 2021 ya su propio jardín debería tener la primera cosecha propia.

Promisorio, cómo no, ya es este primer Touriga Nacional tinto que al menos yo pruebo de Chile. El primer Touriga en versión Rosa nacional, recuerdo haberlo probado aún como experimento de Chateau Los Boldos: una viña que nació de manos de franceses pero que hoy está en manos de Sogrape, un gran grupo de bodegas portugués. Y claro, la Touriga, cepa nativa de Portugal, tenía que ser parte de su viñedo en Chile. Googleando hoy di con la noticia de que Sogrape contó a www.thedrinkbusiness.com en septiembre recién pasado que habían lanzado su primer tinto con ella. Obvio que queremos probar.  Para probar el otro del cual supimos existencia una vez que publicamos esta nota,  y que debería ser el primer tinto  Touriga Nacionl año 2018, habrá que esperar más. Lo hizo Juan Nuñez, de OWM Wines,  y fueron apenas 303 botellas con uvas de un tercero, bajo la marca experimental «Creado por un viticultor». Y, sí, se acabaron todas.  Hoy, nos cuenta Nuñez,  ya plantó una hectárea en su campo de Lolol. Muy cerca también, ya habría también algo más que veremos reflejado en los Catastros SAG 2019 y 2020.. Mientras los esperamos a verlos hechos vino, les cuento más del que sí he probado y ustedes también podrán si se  ¡apuran!

Pero antes, algo más sobre la Touriga en Chile. Lo que sabemos es que hay muy poco: 3,25 hectáreas en total según Catastro SG 2018. Luego, que una parte de ellas están en Viñedos de Alcohuaz, en el Elqui, y otra parte importante en el Maule. Entre Cachapoal y Colchagua, para el 2018 había aún menos de media hectárea plantada.

Siendo la primera vez que Sergio vinificaba Touriga en toda su vida, lo hizo con mucho cuidado. Y tal vez por eso, esta primera cosecha es una seda en boca. Su vino está lleno de fruta negra, con un cuerpo medio a ligero. Es ciertamente tinto que se deja beber demasiado fácil y no porque sea ligero o sin carácter. Vaya, vaya. Una delicia que además podrá seguir mejorando con el tiempo. ¿Otra buena noticia? Es un excelente vino en su relación precio calidad a $11.000.

«Me fui muy tranquilo porque no sabía que podía salir; hice su vinificación muy poco extractiva, y salió el vino muy amable. Luego lo dejé macerando un poco más para tener más fuerza, y agregué un 15% de Malbec de los vecinos de Puangue… Al final, tuvo crianza por un año en barricas de 4 años», nos cuenta Sergio. Se hicieron en total dos barricas, las que dieron 500 botellas. Así es que sí, hay poco.

En el mismo camino, pero ya con más cuerpo y fuerza, y mayor confianza por conocer ya mejor la variedad, es el otro Jardinero de Viñateros de Raíz. El que viene en su mayoría de las 1.000 plantitas de Cabernet del jardín de la casa, más un pequeño porcentaje de Malbec de unos vecinos amigos con viñedos en la zona de Puangue. Un lugar que Sergio delimita como el límite del Maipo más costero. 2019 es la segunda versión de esta mezcla tinta que tiene además un pichintún de Syrah. Para mi está mucho mejor que 2018, en el que sentía alguna nota de TCA o humedad ensuciando su fruta. Para evitar cualquier duda futura, Sergio decidió usar ahora corchos técnicos.

El Syrah de Puangue, por cierto, comenta su hacedor, es el mismo que usan para el primer vino con que se aventuraron a emprender el año 2006 junto a unos amigos que nada tenían que ver con el mundo del vino. Se llama Aureo y en el mercado ahora está su cosecha 2019. Si bien ahora lo hacen Macarena y Sergio 100%, no tiene mucho que ver con los otros dos vinos de Viñateros de Raíz. Aureo da como primera sensación haberse quedado en esos tiempos pasados, cuando la gran extracción y mucha madera estaban de moda.

Aureo, dice Sergio, busca ser un vino más voluptuoso, potente que tiene ya un club de fans y para los cuales lo siguen haciendo. ¿Goloso en exceso entonces? Para nada, sí potente. Claramente su enólogo sí ha avanzado como las modas y ha cosechado ahora sus uvas antes, buscando más frescura. Su valor es $13.000, otro tremendo gran precio/calidad de todas maneras por tanto.

Los tres vinos pueden conseguirse en la tienda on-line www.vinaterosderaiz.cl y también en RRSS (con despacho a domicilio), además de las tiendas de La Cava del Sommelier, Bocanariz, La Cava del  Barrio. Allí también, encontrarán el fortificado Espíritu Ambar de Garnacha y Monastrell que hacen en conjunto con las uvas de Viña del Señor, ¿recuerdan? Elegido recién, por cierto, como el mejor fortificado de Chile por la guía de La Cav 2021 y Vino Revelación en la guía Descorchados.

Los invitamos a ver el live junto a Macarena y Sergio, donde además conocimos a sus dos hijos, Amelia y Pedro, quienes también firman las etiquetas de los Jardineros, porque son parte del equipo de trabajo. Sigue el link https://www.instagram.com/p/CG8j5QUnau2/.

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