ESE VINO ESPECIAL PARA PAPÁ

Publicado el 19 junio 2020 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Las nuevas generaciones de las familias Undurraga, Montes, Morandé, Espinoza, Bouchon, Paredes, Astaburuaga, Siegel y Cousiño, entre otras, nos cuentan qué vinos les regalarían a sus papás. Viajes, amigos, logros juntos, son algunas de las emotivas razones. 

Nota publicada originalmente el 14 de junio del 2019

Cada vez es más frecuente ver como las hijas e hijos de las grandes personalidades del vino chileno de este siglo, han ido siguiendo los pasos de sus padres y comienzan a trabajar en los proyectos familiares. WiP.cl les pidió a algunos de ellos, unos más conocidos o consagrados que otros, que nos contaran qué vinos les regalarían a sus padres y por qué. Aquí están sus respuestas llenas de anécdotas, complicidad y admiración.

Aurelio Montes del Campo, hijo de Aurelio Montes Baseden (fundador de Viña Montes), y actual jefe enológico de la bodega con casa principal en Apalta, le regalaría a su padre Presidente de Vinos de Chile, un vino de la bodega Quintessa en Napa (California). Por lo que significa para él Napa, explica Aurelio. Una zona que ha querido desarrollar, que le gusta, que admira, que le gusta el estilo de los vinos. Y Quintessa, por lo que representa para él Agustín Huneeus (fundador Viña Veramonte y de Quintessa): un gran amigo, gran consejero, con una amistad que lleva muchísimo tiempo».

 

Eduardo de Solminihac, es hijo de Felipe de Solminihac, uno de los socios fundadores de Viña Aquitania. Eduardo trabaja en el área comercial de la viña ubicada a los pies de los Andes, dentro de Santiago. «Conociendo a mi papá, nos dice, se que le encantan los vinos elegantes, entre ellos obviamente Châteaux Margaux, que hacía su gran amigo y socio Paul Pontallier. Pero de esos tiene varios en su colección, así es que no necesita más, dice riendo. Ahora, desde que hacemos el Sol de Sol Pinot Noir (de Traiguén), mi papá se ha transformado en un fan de esta variedad, y cada vez que prueba algo bueno lo emociona y comenta que hoy en día es su variedad favorita. Si me preguntas qué vino le regalaría sería pues un rico Pinot Noir de la Borgoña. Bodegas hay hartas, más aún en precios aquí en Chile obviamente hay que gastarse sobre 50.000 o 70.000 euros para poder disfrutar de algo rico. Ahora lo que definiría el regalo más que nada sería la cosecha. Hay algunos años que han sido notables como 2005 y 2009 que están envejeciendo de maravilla. Ahora también puede ser  algo más nuevo, un 2014 o 2015, cosechas que salieron muy buenas también».

Verónica Cousiño, hija de Carlos Cousiño, presidente de Viña Cousiño Macul, nos cuenta que le regalaría a su padre algún vino del Château de Burdeos llamado Smith Haut Lafitte. Desde siempre, con mi hermana Isidora, hemos admirado lo que se hace acá, el enoturismo, producción vinícola y su hotel y spa Les Sources de Caudalie (ver video aquí). Creo que es un ejemplo de lo que se logra trabajando en familia y de lo que se puede lograr cuando uno piensa outside the box, algo que mi papá nos ha enseñado desde que somos chicos».

 

Cristóbal Undurraga, el hijo menor de Alfonso Undurraga Mackenna y el primer enólogo de la familia que fue hasta hace algunos años dueña de Viña Undurraga, y hoy está a cargo de elaborar los vinos del nuevo proyecto familiar llamado Viña Koyle. Desde Hong-Kong nos cuenta que a su viejo le regalaría un vino con historia de algún lugar que él haya visitado. «Cuando estuve trabajando en Château Margaux el año 2002, me fui a verlo con mi mamá. Ese vino le regalaría, para tomarlos juntos eso sí».

Daniela Gillmore, es la hija mayor de Francisco Gillmore, agrónoma y amante de los animales, quien siguió los pasos de su padre (fundador de Viña Gillmore) en el amor por el campo y el vino. Si tuviera que regalarle un vino a su padre, quien hoy ve la viña desde la distancia (pues la dirige Daniella y su marido Andrés Sánchez), ella nos dice: «Que difícil pregunta… pero sin querer ser auto referente, le regalaría nuestro Cabernet Franc 1993, porque fue con el que partimos, fue el inicio del sueño; el que dio pie a toda la locura y todo lo que hacemos hoy en día. Sigue siendo el hijo prodigio, que se guarda con un cariño muy especial. Es el que tiene un simbolismo por lo que significa, por cómo nos definimos y porque nos llevó a hacer los vinos que hacemos hoy, más allá de la botella de vino». Este Cabernet Franc sigue existiendo pero bajo una nueva marca de Viña Gillmore, Hacedor de Vinos.

Un par de hermanos que están a cargo de la viña J.Bouchon que fundara su padre Julio Bouchon en 1977, son Juan y Julio Bouchon. El primero de ellos, al preguntar por el vino que le regalaría a su padre y por qué, nos respondió: «Cuando se acerca el día del Padre siempre se nos vienen aquellos recuerdos cuando éramos jóvenes comenzando en el vino y el viejo nos sorprendía con algún vino o alguna experiencia en torno a éste. Abrir una gran botella de alguna denominación clásica como Burdeos, decantarlo y esperar horas a que éste se abriera; también maridajes clásicos como Sauternes y foi gras, son aquellos momentos que se quedaron intactos en la memoria. En el día del Padre la idea es devolverle la mano al viejo y mostrarle algo que él no tenga en sus registros o que nunca le dio mucho boleto. Alguna denominación que por años estuvo menospreciada como Jura o Beaujolais y él mismo decía que vinos de esa zona no eran interesantes. Compartes una botella con él y le ves la cara de sorprendido; como lo fue el País de Maule o el Cinsault de Itata, las que por años fueron variedades rezagadas en la escena local y hoy comienzan a tener la importancia que merecen». «Ahora hay que buscar el vino», agregó Julio, en la cadena de correos, muy de acuerdo con las palabras de su hermano.

 

Isabel Paredes es ingeniero agrónomo, hija de Álvaro Paredes, el arquitecto que junto con su hermano Javier están a cargo de la Viña Torreón de Paredes, en Cachapoal. Isabel lleva dos años trabajando junto a su padre y su tío, en la viña que fundó su abuelo, don Amado Paredes en 1979. Antes de partir esta semana a EE.UU. por trabajo, Isabel (primera con la carrera de enóloga en la familia) nos contó que éstos han sido años de mucho aprendizaje, y que si bien tuvo experiencia antes trabajando en varias viñas en Francia y Nueva Zelanda, no hay nada como trabajar con la familia en cuanto al conocimiento que se puede obtener. «Mi papá es un hombre muy exigente, nos cuenta, pero a la vez un hombre con una gran sabiduría, y si bien es Arquitecto de profesión, la viticultura y enología se han constituido como su gran pasión de vida, siendo hoy quien lidera el equipo enológico por su experiencia. Por eso, para él, más que un vino en sí, le regalaría una experiencia, ya que cuando él más disfruta el vino es en familia. Él goza cuando está con sus 4 hijas almorzando, comiendo rico, hablando y riendo, y si es con un Amarone del Valpolicella y un trozo de queso Grana Padano mucho mejor!»

 

Pablo Morandé Desbordes es hijo de Pablo Morandé Lavín (fundador de Viña Morandé y pionero del valle de Casablanca) y actualmente elabora los vinos junto a su padre en el proyecto familiar llamado Bodega RE, en Casablanca. Cuando le preguntamos qué vino le regalaría a su padre, nos dijo: «Podría ser un House of Morandé 97 o un Don Melchor o Marqués (de Viña Concha y Toro) de los años en que los hizo él, para poder escuchar todo el relato que hay dentro de cada botella o añada. Siento sí, que en estos momentos tan rápidos en que vivimos hoy todos los seres humanos, me gustaría que el vino fuera acompañado de tiempo, en el sentido de poder seguir escuchando, de poder seguir aprendiendo toda esa cantidad de historias y anécdotas que hay dentro de cada uno de esos vinos… Creo que eso, el tiempo, es lo más importante. Para poder aprender cómo se hacían los vinos en ese entonces, qué era lo que había, porque que cada vez que descorchamos una botella juntos da para largo. Escucharlo a él, es poder sentir lo que él plasmó en el vino en ese momento y lo que él está sintiendo cuando lo está degustando».

 

La agrónoma-enóloga Magdalena Mendoza, hija de Patricio Mendoza (quien representa la letra P del proyecto P.S.García) nos cuenta que su padre es un hombre de sueños, «algunos alcanzables y otros que probablemente no serán más que ilusiones». Y que fue justamente en parte, para ayudar a cumplir uno de esos sueños, la razón de que acelerara un vuelco en su vida, el que consistió el año pasado en dejar su trabajo como parte del equipo de Viña TerraNoble y optar por los proyectos de la familia en el campo: Piedra Lisa (Biobío). También nos cuenta que justo ahora, sus padres se fueron a vivir por un tiempo (supone…) a un pequeño pueblo rodeado de viñas en Piamonte, pese a no saber el idioma, pero sí de viñas, y han logrado en poco tiempo sentirse como locales. A la pregunta ¿qué vino le regalarías a tu papá?, nos dice: «no lo dudo un minuto: un Barbera d’Alba. Por ser de sus lugares favoritos en el mundo y porque, en un tiempo más cuando lo descorche, de vuelta en Chile, sólo le va a traer recuerdos y emociones de esa etapa que vivió y de ese sueño que cumplió».

Alberto Siegel, hijo de Alberto Siegel, trabaja en el área comercial de la Viña Siegel, fundada por su padre. Le regalaría a su padre o jefe un Ketrán 2013, nos cuenta desde New Orleans. Éste es el gran vino de la bodega, lanzado a inicios del 2018, el cual define Alberto Jr. como una mezcla seductora y elegante de Syrah, Carmenère, Petit Verdot y Cabernet Franc. Un vino complejo y elegante y de gran sutileza, el cual cree es buen reflejo de la personalidad de su padre; «de personalidad mesurada, cariñosa y esforzada, y al mismo tiempo muy estructurado por sus genes alemanes.»

Si Vicente Espinoza, el hijo mayor de Álvaro Espinoza (creador del proyecto familiar Antiyal y responsable de grandes vinos como Viña Carmen Gold y Coyam de Emiliana) tuviera que elegir un vino y una razón para regalarle el día del Padre, elegiría Domaine Oriental cosecha 1990, de Viña Casa Donoso. El año 1990 -nos dice Vicente, quien ayuda en Antiyal en todas las tareas necesarias- es el año en que yo nací, y además, proviene de las tierras que me vieron llegar al mundo: el hermoso valle del Maule. Aquella fue la primera vendimia que tuvo mi viejo a cargo, es su primer vino. Indudablemente en el camino él ha aprendido muchas cosas y se ha perfeccionado en su estilo, sin embargo  aquel vino generaría en él sentimientos muy lindos, recuerdos de un momento único, cuando comenzaba ese camino junto a los vinos, y el momento en el que llegó su primer hijo: yo. Quizás la mejor de sus creaciones», agrega Vicente, con una gran carcajada.

 

Manuela (Manu) Astaburuaga, es agrónoma-enóloga, hija de Sebastián Astaburuaga Correa, fundador de la Viña Correa Albano en 1991. Manu, quien es parte de la 5ta generación de la familia que se dedica al vino, nos cuenta que sus papás viven en una casa de estilo patronal, de adobe, bien grande, la cual sufrió mucho daño con el terremoto el 2010; por lo que hubo un ala que se dejó abandonada. ¿Por qué nos cuenta esta historia? Porque fue allí, donde en 2017 decidieron hacer una bodega garaje. «Aquí, agrega, vinificamos nuestras mejores uvas de Cabernet Sauvignon, Merlot y Carmenère que vienen de un campo en Molina plantado por mi abuelo. La vinificación es de forma artesanal, sin mucha intervención y criamos los vinos por 9 meses en barricas de roble francés nuevas. La primera mezcla la embotellamos hace un año, es cosecha 2018, y este mes pensamos etiquetarla para vender. El vino se llama MANU, y es el vino que le regalaría a mi papá, porque nos gusta decir que es un vino familiar, donde todos estamos involucrados: mi mamá es artista así que nos hace escupiteros u objetos, mi hermano Sebastián es el viticultor y mis demás hermanas nos ayudan degustando. Mi papá y yo tomamos las decisiones más técnicas, lo degustamos los domingos juntos y elegimos juntos las mezclas».


Si esta nota de WiP.cl u otras de nuestra autoría te han sido de utilidad e interés, te invitamos a apoyar este proyecto de prensa de vinos independiente, el primero y único de Sudamérica auspiciado por sus lectores, no por bodegas. Porque para seguir siendo independientes y seguir hablando de vinos como sólo nosotros podemos hacerlo, necesitamos de tu apoyo. Puedes aportar con lo que puedas, desde $1.000o suscribirte y recibir la tarjeta de #SuscriptorWiP con la cual tendrás acceso a descuentos en catas y eventos relacionados con el vino por 12 meses, por apenas $19.900 al año (no por mes).Renuevas tu suscripción anual solo por $16.500.

Tenemos seis ojos detrás de cada nota, de todas maneras si encuentras algún error de información o redacción por favor hacérnoslo saber a contact@wippunto cl (el correo no está escrito como debe ser -.cl-  para evitar motores de búsqueda y spam).


 

Deja un comentario

3 comentarios

  1. Luis Rafael Jofré dijo:

    Felicitaciones a los padres, hijas e hijos de esta hermosa entrevista, Mariana. Un abrazo para ti y todos ellos, Luis Rafael Jofré

  2. […] de Felipe, Eduardo, nos había contado que su padre estaba fascinado con la elegancia de esta cepa (ver nota Día del Padre 2019  acá). Y este Pinot 2012 tiene esa delicadeza que fascina, e intriga. Es liviano, con sabor y aromas a […]

  3. Luis Eduardo Solar dijo:

    Y Alvaro Espinoza, hijo de don Mario Espinoza gran Corredor de Vinos asi como Sebastian Astaburuaga hijo de don Osvaldo Astaburuaga también Corredor de vinos…