Publicación: 17 mayo 2021

ESTUDIO CHILENO CONECTÓ MINERALES EN VIÑEDOS Y SUS UVAS

La investigación realizada en viñedos de la zona Central de Chile, logró identificar que los nutrientes minerales de la roca y suelo son traspasados a las uvas Vitis viníferas.

El estudio  realizado en conjunto con varias universidades de Chile y sus diferentes departamentos, buscaba determinar «Las influencias mineralógicas y geoquímicas de la roca en el cultivo de la vid de la zona central de Chile, y sus efectos en la uva». Sus resultados demostraron que al menos en viñedos plantados con las cepas Pinot Noir y Carmenère, y cuyos suelos y rocas tenían altos contenidos de potasio, sodio, hierro, cobre y magnesio, estos minerales sí pueden traspasarse a las uvas.

Investigación analizó la química de la roca, la química del suelo, la química de las aguas y finalmente, la química de la uva.
Investigación analizó la química de la roca, la química del suelo, la química de las aguas y finalmente, la química de la uva.

La investigación se tituló “Biogeoquímica de los nutrientes minerales esenciales de las plantas a través de la roca, suelo, agua y frutos en viñedos de Chile Central”. Fue publicada en la Revista Científica de CATENA en enero del 2021 y recién la semana pasada compartida por el Diario Los Andes.

El estudio que habría finalizado en 2019, analizó la composición química de la roca madre, el suelo, las bayas y las aguas en cuatro cuencas vitícolas del centro de Chile, para determinar la influencia de los nutrientes minerales del suelo en la producción de vid; en los Valle de Casablanca, San Antonio, Santa Cruz  (Colchagua) y San Javier (Maule).

Liderado por la investigadora Pamela Castillo, el estudio estableció que potasio, sodio, hierro, cobre y magnesio, son elementos que en altas concentraciones en el suelo se traspasan a la planta y pueden ser encontrados en la uva.

“Nos preguntamos si la geoquímica de la roca a partir de la cual se desarrolla un suelo, de alguna manera influye a la química inorgánica de la uva, considerando que además la química de las aguas de lluvia, de riego y subterránea, también podría influir. Analizamos entonces la química de la roca, la química del suelo, la química de las aguas y finalmente, la química de la uva».

La presencia de altas concentraciones de potasio, sodio, hierro, cobre y magnesio en suelos hace que estos elementos se traspasen a la planta y puedan ser encontrados en la uva.

Según explica Castillo en el resumen de la investigación, encontraron que hay algunos elementos que influyen más que otros. «Por ejemplo, descubrimos que el calcio, magnesio y fósforo son altos en las uvas de Pinot Noir, mientras que el potasio y el azufre son altos en las uvas de Carmenère, independiente de la ubicación del viñedo o la geología de éste. Sin embargo, los micronutrientes cobre, zinc, hierro y manganeso poseen un comportamiento particular en las bayas de diferentes viñas, indicando la influencia de la geología y del medioambiente en la química de las uvas”, detalló Castillo.

Al analizar la composición mineralógica y geoquímica de rocas y suelos en dos viñedos que cultivan la cepa Pinot Noir en los valles de Casablanca y San Antonio; como también dos viñedos para Carmenère en los sectores de Santa Cruz y San Javier, se estableció que la composición mineralógica puede variar dentro del mismo terreno.

Entender la química de suelos nos permitiría fertilizar de manera óptima y más específica. Por ejemplo, en un cuartel estudiado dentro de una viña, encontramos un dique de una roca llamada aplita, que es rica en potasio, y las uvas de las plantas que crecían sobre ese dique, efectivamente tenían un alto contenido en potasio, con valores contrastantes respecto del resto de las uvas analizadas en ese cuartel. En otra viña habían dos perfiles de suelo que presentaban una capa de conglomerado con altas concentraciones de hierro y zinc y en este caso, las uvas analizadas sobre ese suelo, también estaban enriquecidas en estos dos elementos”, comentó Castillo.

Brian Townley, profesor asociado del Departamento de Geología y director del proyecto “Influencias geológicas, mineralógicas y geoquímicas en el cultivo de la vid en Chile” (financiado por el Consorcio I+D Vinos de Chile y CORFO) participó de la investigación además junto a Ignacio Serra, Felipe Aburto, Sofía López, Joseline Tapia y Muriel Contreras; de las Universidades de Concepción y Católica del Norte.

El trabajo identificó también que calcio, magnesio y fósforo son altos en las uvas de Pinot Noir, mientras que el potasio y azufre son altos en uvas de Carmenère, independiente de la ubicación.

Para Townley el desarrollo de conocimiento referentes a las influencias geológicas, mineralógicas y geoquímicas en la viticultura, en conjunto con modelos predictivos de clima (asociado con otro proyecto del mismo Consorcio), permitiría al sector agrícola en general, evaluar requerimientos de nuevos predios para efectos de migrar o modificar tipos de cultivo en función del avance del cambio climático. Esto último se encuentra desarrollado en la plataforma digital del Consorcio, VitisGeoClima.

“En el caso de los vinos premium, contar con propiedades específicas del sitio permite establecer condiciones de especificidad, las que hacen un producto único, que no puede ser producido en un sitio distinto. Estas propiedades, en vinos de alta gama y producción limitada, agregan valor al producto, aspectos que se buscan establecer en este negocio”, explicó Townley.

Enfoque integral e interdisciplinario

“Es importante entender todo el sistema, no sólo la uva, comprendiendo que el suelo proviene de la roca, que la roca y el suelo está interactuando con agua y que eso genera cambios químicos que se van a reflejar en la planta. Por esto, este estudio tiene un enfoque que integra varios aspectos que influyen en el medio ambiente de un viñedo, por ejemplo, es de gran interés que hay áreas donde el agua de lluvia es rica en zinc, cobre o hierro, incluso en otros metales, y eso influye en la química del suelo”, detalló Castillo.

Lo eficiente entonces es la viticultura de precisión. “Si podemos conocer cuál es la química del suelo y su geología asociada, podemos saber en qué sectores puede existir mayor disponibilidad natural de potasio o magnesio, por ejemplo, lo que va a depender del tipo de roca parental a partir de la cual se formó ese suelo. Asimismo, es importante reconocer que hay elementos en los suelos de los viñedos que pueden tener un origen antrópico, ya sea por polutantes atmosféricos o por el uso excesivo de agroquímicos. Lo cual reconocimos por altos valores de zinc y cobre en las aguas de riego, en el agua de lluvia y en el horizonte más superficial del suelo”, aclaró Castillo.

El estudio de las características geológicas y geomorfológicas de entorno y sustrato en regiones agrícolas, entrega información estratégica referente a las propiedades geológicas regionales y locales. “En la agricultura en general se puede relacionar con aspectos agrícolas, tipos y calidad de suelos, drenaje y disponibilidad de agua, tipo y calidad de aguas, entre otros; que definen la aptitud de suelos agrícolas para algún tipo de cultivo específico. Al combinar estas propiedades de sitio con el clima, en el actual escenario de cambio climático, se pueden definir entonces criterios para la evaluación y búsqueda de predios agrícolas óptimos. Concepto que se desarrolló en la plataforma digital del Consorcio I+D Vinos de Chile, VitisGeoClima, quienes apoyaron este estudio en particular”, aclaró Townley.

El PDF de la investigación publicada en el directorio científico de Catena puede bajarse gratuitamente desde el siguiente link: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0341816220304550?via%3Dihub.

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