UN ÍCONO NO NACE ÍCONO, SE HACE

Publicado el 14 marzo 2017 Por Mariana Martínez @mymentrecopas

Degustamos ochos grandes vinos de Colchagua que se hicieron su propio camino mientras fueron forjando el prestigio de su origen. 

Hay una frase que me gusta para definir lo que es un vino ícono, pues en la ley N°18.455 que regula la producción y venta de vinos en Chile no dice nada al respecto. Es decir vino ícono es un término de marketing, muchas veces mal manoseado. He aquí la definición: un ícono no nace ícono, se hace. Quiere decir que por más que una bodega presente al mercado por primera vez un vino extremadamente caro como su ícono o súper ícono, entre los expertos en realidad no lo será hasta que no logre sumar un historial de calidad tras varias añadas. Es decir no lo será hasta que no se gane el título. Es lo que le hace, en resumen, diferente a un vino súper premium, ultra premium o súper precio.

La cata de vinos íconos que realizamos durante la Fiesta de la Vendimia de Santa Cruz, junto a Pilar Rodríguez en su Food&Wine Studio, prometía justamente eso, vinos del valle que con el andar de sus diversas cosechas se han ido haciendo un nombre. Verán entre ellos diferencias significativas de precio, lo que nos dice que aún podemos conseguir grandes vinos, con gran potencial para seguir mejorando por 10 años más, por precios que no son exorbitantes, también que ninguno está aun en su mejor momento, a pesar de sus ya varios años en botella.

Partimos de menos a más, con los vinos más amables para ir subiendo en intensidad de fruta y fuerza estructural para el gran final.  Avanzamos además de la cosecha 2012 a la más joven 2013. La primera, 2012, más cálida y seca, con vinos de mayor grado de alcohol y taninos muy suaves. La segunda con lluvias concentradas en octubre, y luego en diciembre  (llovió, como dice la ficha técnica de Clos Apalta, lo que había llovido hacía diez años en el valle durante).

 

LOS INVITADOS

viumanent_elincidente20121.- Viu Manent El Incidente 2012 (91 % Carmenère +8% Malbec +1 % Petit  Verdot). $48.500

El primer vino de la degustación fue de los dueños de casa, Viu Manent, y es que el Food&Wine está dentro de la misma propiedad de esta viña. Fue la familia Viu Botini quien propuso la idea y Pilar aceptó con un pero, que no tuviera restricción con los vinos de su carta o actividades. Y así fue y sigue siendo. Partimos además con esta cepa porque es la más amable de todas, aunque siempre gane fuerza y profundidad con el aporte del Petit Verdot. Como buen Carmenère éste tiene aromas marcados a pimentón rojo, además de especies dulces, en boca esta la suavidad de la cepa junto con tensión y mucha fruta. Largo y profundo. Seguirá mejorando sin duda por al menos 10 años más.

2.- Estampa La Cruz Carmeère 2012 (72% Carmenère+ 16% Syrah+12 % Petit Verdot). $ 44.990estampa_lacruz2012

Recuerdo que este  super Carmenère de Estampa nació como super precio sin convencer, era un hueso joven de los viñedos de Marchigüe, difícil de roer. Pero con el tiempo, calladito, se ha ido haciendo su espacio; con el tiempo se ve que han ido aprendido a doblarle la mano a la fuerza del tanino del secano de Colchagua, mientras  comprendimos que necesitaba de la guarda en botella para que se armara y suavizara. Más viejo, mucho mejor. Esta versión 2012 muestra el lado especiado del valle, lleno de frutas negras maduras, dulces, un vino profundo y cremoso a la vez.

neyen2012_3.- Neyén 2012 (50% Cabernet Sauvignon +50% Carmenère) $39.900

Neyén nació como un vino de Chateau, es decir como un hijo único de una bodega concentrada en calidad, y nació de parras viejas  de la prestigiosa zona de Apalta. Su camino no ha sido fácil sin embargo; ha tenido mejores y peores añadas, reflejo del clima. Este 2012, vinificado por Rodrigo Soto, es uno de los mejores que he probado. Con fruta negra neta, madura, ciertos dejos especiados de Carmenère, y la fuerza del Cabernet. Un vino que ya está amable para beber hoy pero que seguirá mejorando con los años.

4.- MontGras Ninquén 2012 (55% Cabernet Sauvignon +40% Syrah) Cerro Ninquén. $29.900montgrasninquen2012

Esta es la joyita mejor guardada de MontGras y para mi el mejor icono precio /calidad del valle. Sus viñedos están plantados en lo que sería la meseta de un cerro descabezado, el cerro Ninquén. En este vino, que vinifica Santiago Margosini, se siente la fuerza del Cabernet, suavizada con la fruta más dulces y carnosa del Syrah, no es una mezcla nada usual, en esta categoría de precios, pero funcional fenomenal. Con cinco años ya se va sintiendo más amable de beber, aunque el tanino está aun presente, brioso, guardaría esperando su mejor momento al menos en unos cinco años más.

ventisquero_pangea2012 5.- Ventisquero Pangea 2012 (100% Syrah) $39.990

Este es el gran Syrah de Ventisquero, de las laderas de Apalta. Para hacerlo trabajan de la mano Felipe Tosso, enólogo de la bodega, y el australiano experto en la cepa, John Duval. Hay en él mucha fruta negra en nariz y boca, junto con notas minerales que recuerdan al grafito. Un vino de gran cuerpo y estructura, con la fruta negra dulce y carnosa que caracteriza al Syrah de Colchagua.

6.- Montes Folly 2012 (100% Syrah) $110.000montes_folly2012

Nació de una locura de Aurelio Montes, la de plantar por primera vez Syrah en las empinadas laderas Apalta. Desde entonces es una leyenda que muestra el lado más potente del Syrah. Aquí hay fuerza, estructura y también marcada presencia de sus 18 meses en barricas nuevas de roble francés. Un Syrah grueso y muy largo en boca. Una bestia negra que seguirá mejorando por 15 años más.

clossantaana_aralez20137.- Clos Santa Ana Aralez 2013 (48% Carmenère + 32% Cabernet Sauvignon y 10% Caberent Franc+ 10% Malbec) $54.000

Este es el vino de Luis Allegretti que sacamos de la cata de novedades para medirlo con los íconos. Es la primera cosecha de Allegretti pero ya es un vino mítico por todo el cuento bien armado que hay a su alrededor. Esta segunda botella mostró las mismas notas de piel de cordero que la primera, y la misma fuerza y suavidad de taninos en bocas. De nuevo generó amor y odio, y de nuevo sacó aplausos por esa capacidad de marcar diferencias y un estilo propio. Esperamos sus nuevas cosechas para seguirle el camino a ser un ícono.

8.- Koyle Auma 2011 (37% Cabernet Sauvignon + 25% Carmenère+ 18% Malbec + 13% Syrah +7% Petit Verdot), Colchagua Andes $62.999koyle-auma2011

Auma es el gran vino del nuevo proyecto de la familia Undurraga. Su nombre es en honor a Alfonso Undurraga Mackenna, el padre del clan que hoy lidera esta bodega con viñedos en Colchagua Andes. Guardado primero en barricas y luego en huevos este vino tiene una corta historia, apenas tres cosechas, pero ya ha logrado marcar un paso firme. 2011 es un gran tinto, de gran cuerpo y estructura, lleno de frutas negras y rica acidez, que aún necesita más tiempo en la botella para llegar a su máxima expresión. No cabe duda que con viñedos más adultos de campos propios seguirá mejorando en sus futuras añadas.

laspotolleclosapalta2013_9.-Lapostolle Clos Apalta 2013 (70% Carmenère, 21 Cabernet Sauvignon + 7 % Merlot +2% Petit Verdot) $120.000

El gran vino de viña Lapostolle, el único hecho por Michel Rolland en Chile, carga a cuestas el título de mejor del mundo, según ranking de la revista Wine Spectator con su cosecha 2005, lo que lo convierte en toda una leyenda. Si las lluvias durante el período de  madurez de las uvas pudieron haber marcado problemas de concentración, la verdad es que frente a sus pares no se sienten. Aquí está Clos como siempre grande y profundo, con el  Carmenère y sus notas especiadas de pimiento rojo y chocolate amargo en la nariz liderando el conjunto. Un gran Carmenère que aún tiene todo un mundo por evolucionar. Lo que nos suma otra gran verdad sobre los grandes íconos, son vinos para guardar y descorchar cuando haya no haya más paciencia para esperar.

 

 

 

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3 comentarios

  1. […] la semana como lo prometimos con la segunda degustación,  de vinos íconos,  que hicimos en Colchagua con motivo de la fiesta de Vendimia de Santa Cruz. Una degustación de grandes vinos y que nos ayuda […]

  2. Muy buena degustación, creo debe repetirse en cada vendimia. Buen vino junto a buena compañía. Ecuación perfecta