UN INICIO DE MARZO ATÓMICO

Publicado el 01 marzo 2021 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Hoy les presentamos un vino tinto que nace de la mezcla de una sommelier chilena y un emprendedor libanés, así como de varias bodegas, valles, variedades y añadas. Inspiración para partir los sueños 2021 sin ponernos excusas.

Lo vimos dando vuelta en redes sociales hasta que llegó a nuestras copas de la mano de sus hacedores: la sommelier chilena Alejandra Reid @dvino, y el joven emprendedor libanés Malik El Khoury @the.wine.traveler. Se trata de Atomo, un vino nacido de una historia de amor, sí, flechada en plena pandemia, y también por las ganas de hacer cosas unidos por una pasión: el vino. Pero, tal vez, lo más curioso de la historia detrás de la destacable mezcla Atomo, es que nació de la convicción de un emprendedor nato; de aquellos que ignoran las excusas que aparecen en el camino para echar a andar cualquier proyecto; esta vez, incluso estando lejos de casa.

Malik, debajo de los 30 años, los 1,90 metros de altura y los 70 kilos de peso, es hijo de libanés, pero nació y se educó en Bélgica, la tierra de su madre. Por su charla TED (organizadas por TED Líbano invitado como fundador de una escuela para startups con casa matriz en Francia) sabemos que antes que el vino, o incluso antes que la producción de minerales para uso farmacéutico junto a las empresas familiares, Malik adolescente organizaba fiestas en Bélgica. Y fue, al querer replicar este modelo exitoso en otra cultura muy diferente, al trasladarse con su familia el Líbano, donde descubrió el valor de no dejar a un lado las excusas para atreverse a concretar proyectos.

Su llegada a Chile en marzo 2020, fue como alumno del Master en Gerencia de Proyectos Vitivinícolas de la OIV, y en esa visita, luego de recorrer Uruguay, Brasil y Argentina -aunque no haya sido ese el orden- conoció a Alejandra Reid, sommelier quien desde hace ya varios años ayuda en la organización del recorrido en Chile de este grupo de profesionales del vino. Según nos contó el mismo Malik, antes de que cerraran la frontera con Mendoza, en marzo del año pasado, cruzó a Santiago con varios compañeros literalmente a pie. Desde entonces, no se ha separado de Alejandra. En este tiempo, es como juntos idearon el vino que ella siempre soñaba hacer: «un vino con mucha complejidad, pero sin ser un golpe en el paladar, sino por el contrario que fuera fácil de beber para todos», nos dice. Un vino, además, podemos decir hoy cuando ya está listo para salir al mercado, sin viñedos propios, ni bodega; sí las ganas y la red de contactos.

El plan, sin excusas, lo creó Malik, basado en lo que a él más le entretiene e interesa hacer en el proyecto familiar AINATA Reserve, y cuyos viñedos están en las altas colinas con vista al mar en el Líbano. Eso es, el arte de mezclar. Allá, lo hace para sus dos vinos de mezcla en base a las cepas Cabernet Sauvignon y Syrah plantadas sin riego y en gobelet, para la venta exclusiva en restaurantes de alta gastronomía.

El convertir las uvas en vino es algo que se puede aprender y replicar, lo puede hacer cualquiera siguiendo indicaciones, la mezcla no. Esto cree Malik, quien antes de introducir a su familia en el arte de hacer vinos menos de 15 años atrás, no sabía nada de viticultura o enología.

La segunda semilla para que naciera Atomo fue el recorrer bodegas durante pandemia, visitando amigos enólogos para conocer los vinos de Chile in situ. Así fue como Ale y Malik se enamoraron de varias barricas, para ser más precisos 26, y después de negociaciones las compraron. El siguiente paso, cuentan, fue catar todos los vinos con expertos más esos amigos enólogos, y descifrar qué podía aportar cada vino. Esa info, después de largas horas de discusión, la llevaron al papel y del papel a mezclas que se fueron ajustando con vista al Pacífico solo los dos.

Así luce la etiqueta serigrafía de Atomo Chile, de las cosechas 2018, 2019 y 2020. El protector de su sello técnico Diam es una cera plástica dorada.

Así es como Atomo, pensado además en ser un producto ecológicamente sostenible, es el resultado de la mezcla de 2 Cabernet Sauvingon que suman juntos 67%, 2 Carmenère que suman juntos un 24%, además de un Cabernet Franc (que suma 7%) y un Petit Verdot (que suma 2%). Todos ellos, en más del 85% provienen del Valle de Rapel (sumando claro Colchagua o Cachapoal) y de tres añadas diferentes: 2018, 2019 y 2020. Los vinos tienen guarda en barrica, por supuesto, pero solo un 10% de ellos las tienen nuevas. Además, aunque no lo dice la etiqueta,  un componente tuvo guarda en huevos de cemento.

Alejandra Reid y Malik El Khoury, la pareja detrás de Atomo.

Lo más singular, más allá de usar diferentes añadas, lo que sin duda le da a Atomo ese juego preciso e envidiable, de ser un vino tinto sumamente complejo, y ya muy muy bebible con menos de un año ensamblado en la botella… es que 3 de las 4 bodegas que aportaron con sus vinos para la mezcla (Alchemy, Gillmore y PS García) les dieron permiso para poner sus nombres en la preciosa etiqueta serigrafiada. Una información propia de proyecto colaborativo, nunca antes vista en un vino en Chile; más allá de los legendarios Winemaker’s: marca de vinos que bajo la batuta de un líder comercial con muy buenos contactos y muy creativo, por diferentes cosechas unió de manera titánica el trabajo de bodegas y sus enólogos; y todos ellos aparecían en sus etiquetas, así como en sus mediáticos lanzamientos y catálogos.

Después de saber el alto costo de mandar a hacer menos de 10 mil botellas serigrafiadas y preguntamos por el precio de Atomo Chile (sí, porque el sueño es que haya más around the world reflejando los vinos de cada país) Malik nos dijo: “Vale $35.000 y no puede ser más solamente porque no tenemos el nombre”. Está claro que ni la logística ni el precio de lo que pagaron por todo el proceso fue un regalo; y si así fue, tampoco fueron excusas para dejar de hacerlo.

Como ya será costumbre este año el Club de Compra de #SuscriptoresWiP unirá interesados para comprar Atomo a valor de caja; el que creemos le da una acertada relación precio/calidad. Interesados por una unidad o dos o tres, escribir a contact@WiP.cl; interesados en la caja escribir a @atomo.wine. Pronto en tiendas.


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