Nuestra nueva colaboradora Barbara Lewin de la J., especializada en marketing y comunicación del vino, destapa las cifras de estas dos nuevas categorías.  

“Sobre gustos no hay nada escrito” es una frase que aplica perfectamente cuando se trata de catar o degustar un vino. Lo que a uno le gusta, puede no parecerle un buen vino al del lado. Lo mismo puede pasar con la tendencia de los vinos bajos o sin alcohol. A algunos les gustan, como a otros no tanto.

A pesar de las diferentes opiniones, en los últimos años se ha visto una creciente tendencia de consumo de estos vinos bajos en alcohol, impulsada principalmente por una mayor conciencia el bienestar y salud, así como también una mayor demanda de opciones con menos calorías.

¿Son sólo estas dos razones las causas del alza del consumo? No necesariamente. Estos vinos sin alcohol tienen su lugar y su relevancia en determinadas circunstancias y en ciertos grupos de consumidores. Son ideales para los conductores designados, las embarazadas, aquellos que evitan el alcohol por motivos religiosos o personales, y los amantes del vino que buscan disfrutar de una copa en cualquier momento sin preocuparse por los efectos del alcohol. Todos ellos, antes tenían que abstenerse completamente a una copa de vino, si es que no podían beber alcohol.

Según el informe de mercado de Global Market Reports de Low-Alcohol de este año, se espera que el mercado mundial de bebidas bajas en alcohol crezca de US$1,18 billones en 2022 a US$1,25 en 2023, con una tasa de crecimiento compuesta anual de 6,7%. Por otra parte, un estudio recién publicado por Fact.MR la demanda de vinos sin-alcohol o bajos en alcohol alcanzará los US$5,2 billones el 2033, con un crecimiento compuesto anual de 10% entre 2023 y 2033.

Cuando uno viaja fuera de Chile, se pueden ver góndolas completas de varios tipos de bebidas sin alcohol, como gin, ron, whisky, entre otros. Ya es toda una categoría que los productores adoptaron y los consumidores están acostumbrándose a buscar y comprar para ciertas ocasiones.

En Europa el mercado de vinos bajos en alcohol o sin alcohol ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años. Según un estudio de IWSR, Alemania domina las ventas en volumen de los sin-alcohol. Sin embargo, mercados donde aún es más pequeña la categoría, como USA, UK, Francia y Australia, vienen creciendo más rápido.

Se estima que UK crecerá a tasas anuales de +6% CAGR 2021-2025. En Estados Unidos, un estudio de Wine Intelligence dice que 4 de 10 consumidores regulares de vino están activamente buscando moderar su consumo de alcohol y que consideran comprar este tipo de vino en el futuro.

En Chile ya hay varias marcas que producen y comercializan estos tipos de vinos bajos en alcohol. La forma de clasificarlos en la legislación de nuestro país es dentro de la categoría de “vinos especiales” (Ley Nº 18.455, Decreto N°78, Artículo 19), en los cuales hay dos categorías donde se especifican, dependiendo el nivel de alcohol:

• Vino parcialmente desalcoholizado, son aquellos que tienen grado alcohólico entre 0,5° GL e inferior a 11,5° (que es el mínimo establecido por la ley para ser denominado vino). Uno de los productos en esta categoría son los recién lanzados Casillero del Diablo Belight en sus versiones Sauvignon Blanc y Rosé, con 8,5° GL.

• Vino desalcoholizado, son aquellos que tienen menos de 0,5° de alcohol. En esta categoría está presente hace años la marca SinZero, la que tiene un portafolio bastante completo de varias cepas tintas, blancas, rosé y un espumante.

Siempre hay dos caras en una moneda y en este tema, también hay detractores. Sus críticos argumentan que los vinos bajos en alcohol o sin alcohol no tienen el mismo sabor, textura o complejidad que los vinos tradicionales. Lo cual, en cierta forma, es cierto. Afortunadamente los avances en la tecnología de desalcoholización han permitido a las viñas producir vinos sin alcohol con aromas y descriptores cada vez más parecidos a los tradicionales.

Conversando con Cecilia Prat, Directora Comercial y Socia de SinZero, la primera marca de Chile especializada en vinos sin alcohol, comenta: “Es sabido que el sabor nunca será el mismo a un vino con 12% o 13%, ya que en el proceso de desalcoholización se pierde el componente principal que es el alcohol, por ende son vinos más livianos. Por lo mismo, se le deja un mínimo grado de alcohol (0,5%) de los alcoholes aromáticos, para mantener los aromas del vino”.

Guste o no, el consumo de vinos bajos en alcohol o sin alcohol ya es una categoría instalada en Chile y el mundo, que cada año continúa creciendo. Impulsada, por una mayor conciencia sobre la salud, el bienestar y la capacidad de disfrutar del sabor del vino sin los efectos negativos del alcohol. Ya son muchos los que están interesados en probar estas nuevas opciones y en mantenerse como fieles consumidores.

Bárbara Lewin de la Jara es Ingeniera Comercial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Diplomada en Estrategia de Marketing Digital, especializada en comunicaciones digitales y LinkedIn. Durante más de 12 años lideró los equipos de Marketing de las viñas Aresti y Santa Carolina. Actualmente hace consultorías de marketing y comunicaciones, es mentora a emprendedores a través de una fundación, participa en diversas asociaciones como RedMad y la Asociación de Mujeres del Vino de Chile (MUV). Además, Barbara es atleta de alto rendimiento, tanto alto -que aunque no le gusta contarlo- en 2022 se convirtió en Campeona Mundial Master de su disciplina: Lanzamiento de Disco.

Fuentes artículo:

https://www.researchandmarkets.com/reports/5820079/low-alcohol-beverages-global-market-report#rela3-5677650

https://www.newstrail.com/non-alcoholic-wine-demand-is-estimated-to-reach-us-5-2-billion-by-2033/

https://harpers.co.uk/news/fullstory.php/aid/30586/UK_among_fastest_growing_no___low_markets_.html

https://www.wineintelligence.com/growing-opportunity-for-lower-alcohol-wine-in-the-us-market/ (May 2022)