ESPECIAL HUASCO / LA PEQUEÑA HISTORIA DE SU PINOT NOIR

Publicado el 25 enero 2024 Por Mai-Nie Chang, cofundadora de Viña Buena Esperanza.

Mai-Nié Chang Cabrera, cofundadora de Viña Buena Esperanza, nos cuenta sobre los primeros viñedos de esta cepa de clima frío en el Norte Verde de Chile, de antes y de ahora.

Les voy a contar la historia del Pinot Noir, pero no voy a incursionar en los orígenes franceses o ancestrales de esta atractiva cepa, ni siquiera voy a escarbar en los recovecos de la historia que Chile ha tejido a su alrededor. El ánimo que me mueve hoy, es relatar una historia que pocos saben: la del Pinot Noir en el Valle del Huasco, Región de Atacama, Chile.

Qué relevante podría tener un relato como este, se preguntarán muchos. Es importante, porque históricamente el Valle del Huasco no ha sido conocido por la producción de vinos finos de cepas francesas, sino que más bien por sus Piscos y vinos dulces, elaborados de cepas Moscateles y Pedro Jiménez, desde que tenemos memoria en la Región de Atacama.

Los primeros indicios  del Pinot Noir en esta tierra,  datan del año 1898, cuando don Alejandro Nebel  Ovalle, plantó en los potreros del lado sur de su fundo llamado “Bodeguilla” (a pocos kilómetros de Vallenar, camino al Puerto de Huasco)   entre 14 y 15 hectáreas de cepa francesa Pinot Noir y Cabernet Sauvignon, según registra el libro “Historia del Valle del Huasco” escrito el año 1940 por el historiador Juan Ramos Álvarez.

En el libro, se relata que después de 3 años que el vino fue guardado en las vasijas y posteriormente embotellado, el señor Nebel, entregó al mercado el vino “Romelia”, el cual resultó en calidad superior a sus expectativas y por el cual nace la Viña Romelia. Éste era más bien un tipo de vino que agradó mucho en Santiago y otros pueblos que lo conocieron.

El empresario agrícola, también se entusiasmó con la elaboración de Piscos, especialmente porque ese destilado era el que se producía mayormente en el interior del Valle y los productores se vanagloriaban de la calidad de “sus caldos olorosos y alcohólicos” según relata el libro de Alvarez.

Un señor de apellido Arrouch, oriundo de la localidad de El Tránsito, cercano a Alto del Carmen,  al darse cuenta de lo que Nebel experimentaba, quiso hacer lo mismo: Ensayar con la cepa de Pinot Noir. Lamentablemente el experimento no tuvo éxito, dado que el clima al interior del Valle del Huasco, alejado en más de 80 kilómetros del Océano Pacífico, lo que hizo fue deshidratar las uvas.. Si bien es cierto, lo que Arrouch quiso hacer no funcionó, en su lugar, resultó un delicioso vino dulce y especial, llamado  en este valle  Pajarete.

Cuenta la historia, que la Viña Romelia, fue decayendo debido al “mal suelo” donde fue plantada a pesar de los cuidados de su dueño y las recomendaciones de los expertos en la materia.

La historia dice, que los hermanos Conde compraron el predio del señor Nebel y siendo además ellos, muy competentes en viñedos, quisieron continuar la elaboración del vino Romelia y otros diversos licores; también, destilados. Incluso se dice que llegaron a elaborar Coñac, pero no pudieron continuar con sus intentos, a pesar de su experiencia.

Es posible que en el siglo XIX no había aún tecnología suficiente,  ni los conocimientos necesarios que hoy en día sí se tienen, para manejar una tierra con las complejidades de suelos costeros, calcáreos y con alta concentración de sales. Además, recordemos que en esa época, las aguas que se utilizaban para regar esa área venían directamente desde el Río Huasco, después de haber recorrido cientos de kilómetros desde la cordillera hasta casi llegar al mar. Agua que en su recorrido va adquiriendo las sales de su trayecto,  lo que no pasa hoy en día, ya que las aguas se rescatan de los deshielos en el embalse Santa Juana y se conducen por canales cementados. Todo lo que permite mantener agua más fresca de deshielos.

El libro » Historia del Valle del Huasco» explica Ramos Álvarez, que si en lugar de plantar allí,  hubiera plantado en los alrededores, tal vez pudiera haber resultar, pero eligió la peor terraza para su emprendimiento”.  Finalmente, las vides de Pinot Noir  fueron arrancadas y la historia olvidada. No habría sido conocida sin el empeño del historiador Ramos quien rescató este pedacito  de vivencia tan importante de nuestro valle.

Posteriormente, el año 2009, llegó a la zona Viña Ventisquero, realizando nuevas pruebas con la cepa de Pinot Noir entre otras. Y, si bien es cierto, no plantaron en el sitio exacto de Bodeguilla, eligieron otra terraza con un suelo diferente, lo que les permitió elaborar un vino de altísima calidad: TARA, premiado nacional e internacionalmente. Corroborando que el señor Nebel no estaba equivocado con la cepa Pinot Noir en éste Valle, sino que tal vez, la tierra elegida no fue la correcta en ese momento.

El año 2014, Daniel Llorente, industrial y agricultor de la zona,  se entusiasmó con los alcances y triunfos que alcanzaba Tara, pues su fundo estaba a sólo 8 kilómetros de las plantaciones de Ventisquero, y junto a su amigo, el enólogo José Pablo Martin, iniciaron el 2017  la aventura de plantar Pinot Noir en la terraza Sur del Río Huasco, específicamente en la Hacienda Buena Esperanza, creando  a su vez la Viña Buena Esperanza.  La primera cosecha de BE fue el 2020, creando así su primera etiqueta de Pinot Noir con DO Valle del Huasco.

El Pinot Noir de Viña Buena Esperanza, de inmediato llamó la atención y puntuó sobre los 90 puntos en La CAV y Descorchados en Chile.

El enólogo Martin se entusiasmó con la calidad de la uva e inició su propia marca con algunas de las cepas plantadas en BE. Especial atención causó entonces su Pinot Noir del Valle del Huasco, el cual, con su cosecha 2021, puntuó con 97 y se convirtió en el Mejor Pinot Noir de la Guía La CAV 2023.

Esta historia se está reescribiendo, otras viñas ya están naciendo en el Valle del Huasco costa, incursionando en la elaboración de cepas francesas.

Recordamos al señor Nebel y su Viña Romelia, toda una fuente de inspiración, y  por quien brindamos hoy con una copa de Pinot Noir del Valle del Huasco.


Mai-Nié Chang Cabrera es Cofundadora de Viña Buena Esperanza, ubicada en Valle del Huasco, Región de Atacama, Chile.


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