Nuestra colaboradora Marcianita Furlanetto estuvo en el Valle de Huasco para conocer esta bodega que ofrece visitas guiadas gratuitas  a sus instalaciones en Alto del Carmen.

En la Región de Atacama, a una hora de Vallenar, Viña Armidita ofrece un panorama familiar para  descubrir la tradición local.

Desde Vallenar, un camino totalmente pavimentado que va bordeando el oasis formado por los ríos Huasco y El Tránsito (ojo que se pone un poco tortuoso al bordear el embalse Santa Juana) los va a llevar al pintoresco sector precordillerano que es la cuna del vino genuinamente generoso dulce Pajarete. Ubicada en la localidad de Alto del Carmen y con una mirada que busca conservar la tradición del vino local, la Viña Armidita –seguro ya conocerán su nombre, también por su Pisco– acoge a los turistas para compartir su historia y la de su dulce vino con D.O.

Cuenta la historia, que el primer dueño del campo, en 1870, fue Nicolás Naranjo, muy conocido por ser un gran filántropo. Él regaló el hospital de Vallenar y financió varios puentes en el territorio. También fue muy conocido porque en 1888 ganó un premio a nivel internacional con sus vinos dulces, ya entonces llamados Pajaretes. Fue en honor a su hija, quien falleció a los 11 años, que le puso al campo Armidita. El mismo nombre, lleva un canal de 14 kilómetros que construyó para transportar  agua hasta la propiedad y así poder plantar viñedos.

Después de la familia Naranjo llegaría al campo la familia Portales Ahumada, quienes comenzaron con la destilación. Su alambique lo traen en 1928, y es el mismo que muestran las hermanas Ramírez a sus turistas en la actualidad. Gudelio Ramírez, su padre, llegó desde Copiapó y su madre, de San Félix; valles aledaños a la Comuna Alto del Carmen. Ambos se criaron elaborando pajaretes, los que siguieron elaborando hasta 1978. También se dedicaban a plantar tomate y ají, entre otras hortalizas. Fue en 2014, cuando ya habían dejado de destilar, que las hermanas  Sandra y Cecilia decidieron comenzar a hacer Piscos de alta calidad. Luego, en tiempos de pandemia comenzaron a ver el valor de este lugar detenido en el tiempo y abrirlo a visitantes. Entre sus atractivos únicos, están sus túneles. Como en  todas las haciendas antiguas, cuenta Cecilia, allí se guardaban los vinos y destilados. También, cuentan, se guardaban jamones ahumados, porque en la zona había muchos vacunos.

En aquellas  construcciones vernáculas, que se ha mantenido casi intactas, las hermanas Ramírez, hoy a cargo de las operaciones de la viña, les van a mostrar sus cubas de vinificación y guarda, junto a su antiguo alambique,  y les van a  explicar sobre los procesos de la destilación del Pisco y elaboración del Pajarete. Además, contarán cómo han innovado desde el 2008,   para poner de vuelta en valor este patrimonio vinícola que llegó al Huasco inicialmente  en el siglo XVII, de la mano de los jesuitas. En seguida, les hablarán de la cosmovisión indígena representada en la chakana (cruz andina), no sin antes presentarles el nuevo túnel que están haciendo en bioconstrucción (en base a paja, barro y mucílago de tuna) para que los turistas puedan hacer degustaciones de manera aislada del mundo exterior.

Por ahora, la degustación se hace en una amplia terraza y, como debía ser, pueden probar sus Piscos, gin, Pajarete y el vino fortificado Armidita, mientras aprenden recetas de cócteles, la temperatura de servicio de cada bebida o escuchan recomendaciones de otras actividades de turismo local. También, como  incentivan la cultura del Pisco, en sus catas, enseñan a reconocer los aromas de calidad en los destilados, y los que no.

El tour en Viña Armidita es gratuito, solo por cortesía cada grupo debe comprar un producto de la casa. Además, pueden comprar allí mismo lo que hayan degustado, además de productos locales del valle, como aceitunas, uvas pasas pisqueras y orgánicas.

También pueden encontrar sus etiquetas en Vallenar, o encargarlas a través de sus redes sociales @pisco_armitidia

¿Lo qué más me gustó en el tour?

Ver cómo su trabajo les enorgullece, junto al cariño y empeño con que mantienen el patrimonio del vino Pajarete.

¿Qué haría si estuviera otra vez en Alto del Carmen?

Me alojaría una noche en ese sector para disfrutar el cielo estrellado anoche. ¡Debe de ser muy hermoso! Aprovecho de comentarles que las hermanas Ramírez ofrecen cabañas totalmente equipadas, por si se motivan a pasar una noche o más en el sector.

Además, les cuento que  ahora en verano tendrán cócteles; tienen 2 tipos y la gracia es que cada persona prepara el suyo, siguiendo las indicaciones que ellas van dando. Para tomar los tours es ideal avisar previamente al WhatsApp +56 9 7139 2514 o al +56 9 4290 4321.

Marcianita Furlanetto Andrzejewski  es brasileña y vive en Chile desde el 2014, donde se dedica a la traducción, principalmente en el área vitivinícola, y clases de portugués con enfoque vitivinícola. Tiene un título en Química Farmacéutica y Bioquímica de Alimentos (PUCPR, Brasil), otro en Lenguas y Literaturas Modernas (ULB, Bélgica) y tomó el diplomado en Comunicación del Vino, en la Universidad Andrés Bello. Además de ser un tema y una bebida que le encantan, el vino le permitió reunir y aplicar su conocimiento en idiomas y las experiencias que trae desde distintas áreas.

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