LOS OCHO FUNDADORES DE SUR CHILENO

Publicado el 15 junio 2021 Por Equipo WiP.cl

Les presentamos a los viñateros que dieron impulso a la recién creada Asociación Gremial que busca unir y hacer fuerza desde Maule hacia el Sur. Ellos son: Clos de Fous, Berta Family Wines, Massoc Frères, Lomas de Llahuen, Riveras de Chillán, Roberto Henríquez y Pandolfi Price.

La semana pasada les presentamos el por qué de la Asociación Gremial Sur Chileno, hoy, recorremos cada uno de los proyectos fundadores que la conforman.

Riveras de Chillán una tradiciones y modernidad para su sentido de lugar.

Riveras de Chillán es una viña  familiar que nace con tres vinos de la cosecha 2014, elaborados en su bodega propia a partir de 67 hectáreas de viñedos plantados con cepas francesas, en tierras de cepas españolas. Gonzalo Chandía, tercera generación de viñateros, está hoy a cargo del campo plantado principalmente entre los años 1995 y 2000, y que se riega en un 95% con aguas del Río Chillán. Para 2020 este exitoso proyecto suma ya 9 vinos diferentes: 5 monovarietales bajo la marca Rivera de Chillán y sus líneas Reserva y Gran Reserva; y 4 vinos con cuento bajo la línea Vista Bella. Todos, provienen de viñedos propios del campo Vista Bella, Chillán; con excepción del premiado Semillón Noble Escogido 2020, el cual es un homenaje a los vinos del abuelo, los vinos Chudal, y cuya uva proviene de Güarilihue. La antigua bodega de la familia Chandía hoy combina para la elaboración de sus vinos fudres de raulí, tanques de acero inoxidable y las más modernas tinajas de greda italianas.

Lomas de Llahuen Llahuen ha tomado al Pipeño como bandera.
Lomas de Llahuen ha tomado al Pipeño como bandera, además de innovar con Garnachas y nuevas plantaciones de Cinsault en terrazas.

Lomas de Llahuen es un proyecto familiar que nace en 1986 en la comuna de Portezuelo, de la mano de dos hermanos que volvieron de la ciudad al campo, con el sueño de cambiar sus destinos. Con trabajo arduo, durante ocho años cultivaron la tierra de otros, hasta que comenzaron a comprar campos y los plantaron con cepas tradicionales del lugar, como son País y Moscatel de Alejandría. Actualmente sus hijos, liderados por el viticultor y enólogo Gustavo Riffo, siguen con esta empresa familiar, que poco a poco ha ido comprando y rescatando viejos viñedos dentro de Portezuelo, con la finalidad de preservar la cultura campesina y la singularidad de sus vinos Pipeños. Para Riffo éstos vinos deben ser como los de antes: fermentados en madera vieja, chilena, sin el uso de sulfitos, ni de nutrientes. La Viña cuenta con bodega propia, donde además elaboran vinos a granel. También poseen una sala de visitas con vista a las suaves lomas de Portezuelo.

Los hermanos François y Jean Paul se unieron para hacer vinos en el terruño de su región natal.

Massoc Frères es un proyecto que nació mucho antes de que los hermanos François y Jean Paul Massoc, se fueran a especializar en comercio exterior a Europa. Entonces, formaron una empresa con el sueño de un día exportar a Francia vinos chilenos. Al regresar ambos a casa, el Itata, después de muchos años, comenzaron a hacer su sueño realidad, vinificando para la marca Massoc Frères uvas de viejos viñedos que compran a pequeños productores del Valle del Itata; trabajando esencialmente las cepas País, Cinsault y Moscatel. En este camino sumaron como socia a Noëlle Gueneau de Mussy, arquitecta y esposa de François. Actualmente vinifican y embotellan en una antigua bodega ubicada en el sector de Santa Ana, la cual compraron hace un año y han ido restaurando los tres con sus propias manos. Allí, entre viejos fudres y toneles de raulí restaurados, tienen un alambique para hacer grappa y aguardiente, bases de lo que serán sus futuros vinos fortificado, brandy y licor de hierbas. Sueñan a futuro en el mismo lugar recibir el enoturismo y tener su sala de ventas.

Berta Wines tienen viñedos y bodega muy cerca de Chillán desde inicio de los años 90.

Berta Family Wines fue fundada el año 1997 por la familia Errazuriz Domínguez, quienes eligieron el Valle del Itata para su desarrollo, gracias a un estudio de Fundación Chile, el cual concluía que ésta la zona era la más parecida a Burdeos, Francia, para la producción de tintos en base a Merlot. Fue así como plantaron entre 1998 y el año 2006 una gran selección de variedades francesas, sobre suelos en diversas terrazas del río Ñuble. Sin contar con experiencia previa en la zona para estas variedades, con el tiempo se fueron evidenciando las variedades que entregaban los mejores resultados. Hoy, 25 años después, el viñedo cuenta con 85 ha de las cepas mejor adaptadas, como Chardonnay, Sauvignon Blanc, Pinot Gris, Riesling, Pinot Noir y Merlot.  Su portafolio de vinos bajo la marca “Berta Family Wines” se complementa con vinos espumantes y cepas “patrimoniales” que se compran a pequeños viñeteros de la zona. Pablo Herrera es su enólogo desde la primera cosecha y destaca lo fresco y natural de las uvas del sur de Chile, que permiten un manejo con menor intervención del viñedo y del vino.

Clos des Fous es hoy un proyecto 100% en manos de  Francisco Leighton.

Clos de Fous nace en 2010 a partir de 4 amigos, quienes en esos años tuvieron la loca visión de hacer los mejores vinos desde el Norte al Sur de Chile, a partir de las mejores uvas de cada zona. Ellos eran el Doctor en Terroir Pedro Parra, el enólogo Francois Massoc, el viñatero Francisco Leyton y del empresario Albert Cussen. Hoy el proyecto exporta a más de 10 países un total de 14 vinos diferentes, elaborados a partir de uvas propias y del trabajo codo a codo con pequeños productores. Este proyecto, hoy propiedad 100% de Francisco Leyton, se destaca por sus vinos providentes de Cauquenes, donde tienen una de sus bodegas de vinificación, y también en dirección hacia el Sur. Su viticultura busca intervenir lo menos posible, a través de la que llaman intervención razonable, pues cuando hay que intervenir para prevenir enfermedades fungosas se interviene, con la convicción de que para hacer vino tienes una sola oportunidad al año.

 

Viejos viñedos de cepas con largo arraigo en la zona de Itata y Biobío son el foco del proyecto de Roberto Henríquez.

Roberto Henríquez lleva haciendo vinos bajo su marca propia desde el año 2015. Todo comenzó, sin embargo dos años antes, cuando junto con su hermano y dos amigos compraron uvas de País de viejos viñedos de Biobío, además de dos barricas usadas, y se pusieron a hacer un vino en el patio de su casa. Henríquez, enólogo de profesión, ya había adquirido experiencia en bodegas a lo largo de Chile y el extranjero, pero confiesa que era malo para repetir sus fórmulas de vinificación. Cuando empezó a hacer vinos con uvas de viejos viñedos de Itata y Biobío, cuenta que todo fluyó. Hoy tiene 14 etiquetas y clientes en 23 mercados de exportación. Su mayor alegría, en tanto, es ser dueño de 3 campos pequeños de viejos viñedos, que juntos suman 10 hectáreas; además de haberse ganado la confianza de los pequeños productores con los que ha ido trabajando. Su último proyecto consiste en multiplicar una antigua variedad española, la Uva del Rey, encontrada en su campo de Millapoa, y plantarla en las laderas del mismo lugar. Notro tinto y blanco, Cinsault Super Estrella, Semillón Molino del Ciego, País Santa Cruz de Coya, País Tierra de Pumas y País Verde son algunos de los nombres de sus vinos que produce atreviéndose a hacer vinos con la menor intervención posible.

Tinto de Rulo busca potenciar el sentido de origen de sus vinos del Sur chileno vinificando en viejas tinajas de greda.

Tinto de Rulo nació el año 2013 como el sueño de tres amigos agrónomos: Jaime Pereira, Claudio Contreras y Mauricio González, unidos por las ganas de hacer vinos con sus propias manos para compartir entre familia y amigos. Así comenzaron a vinificar en Chillán, en la casa de los papás de Jaime con 3.000 kg de uva País de Itata fermentando en viejas barricas de Roble. El 2015 se trasladan a la actual bodega ubicada cerca de la ciudad de Los Ángeles, en el campo de la familia de Claudio, incorporando en la etapa de fermentación tinajas centenarias propiedad del campo y restaurando viejos lagares de Raulí donde continúan con la filosofía de hacer vinos a la antigua. El objetivo de Tinto de Rulo es trabajar en asociación con pequeños productores de uva, de los valles del Maule, Itata y Biobío, respetando el cuidado y cariño que cada productor tiene con sus viñedos y buscando llevar de forma intacta las características de esos viejos viñedos a la botella. Actualmente producen 20 mil litros anuales de vino con uva proveniente de parras viejas de secano o “rulo” como se denomina a los cultivos regados sólo con agua del invierno, palabra que da origen al nombre del proyecto. El proceso de fermentación ocurre de forma espontánea, no usan levaduras comerciales. Si bien la variedad que dio el inicio al proyecto es la cepa país, hoy producen también Malbec, Carignan, Moscatel de Alejandría y Cinsault siendo el principal destino de la producción la exportación llegando a distintos mercados como USA, Canadá, UK, Brasil y Australia. Hoy están en proceso de agrandar la bodega que sigue dentro del campo que tiene su propia granja, además de cultivos de arándanos, avellanos y cerezos.

Padolfi Price tiene dos líneas de vinos, elaboradas a partir de uvas propias: Los Patricios y Larkun.

Pandolfi Price nace en el Viñedo Santa Inés, Valle del Itata, propiedad desde el año 2002 de la familia Pandolfi Price. Entonces, el lugar con tres causes de agua, entre ellos el Río Larqui, y de gran riqueza de flora y fauna, tenía un viñedo sin riego de Chardonnay plantado en 1992, cuya uva se vendía a grandes viñas de la zona Central de Chile. Un día la familia, sin tradición vitivinícola anterior, quiso entender de mejor manera su particular terroir. Así nació su primer vino, el premiado Los Patricios Chardonnay 2008 de la mano de Francois Massoc. Una vez involucrados con el vino y la agricultura, la familia hoy tiene ha complementado el Chardonnay con Pinot Noir, Syrah, Sauvignon Blanc y Riesling; todas cepas que ya vinifican en la bodega de Massoc muy cerca de allí, y comercializan bajo dos estilos diferentes de vinificación Los Patricios (para sus vinos más complejos y longevos) y Larkún, para sus vinos sin madera, el objetivo siempre es respetar y resaltar el origen y sus características únicas. Desde el año 2015 es Enzo Pandolfi, nueva generación está cargo del viñedo bajo un manejo lo más amigable posible con el medio ambiente. En esa dirección este año instalaron una planta fotovoltaica que genera sobre 100% de su consumo eléctrico dando un importante paso hacia la carbono neutralidad de sus productos.

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