¿EFECTO DE LA NIEVE EN VIÑEDOS DE ESPAÑA?

Publicado el 15 enero 2021 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Si se lo habían preguntado al igual que nosotros, buscamos respuestas en la web. Aquí diferentes miradas de lo que se conoce como helada Filomena.

«La nieve siempre es bien recibida en el sector del vino, aunque los efectos de la borrasca Filomena sobre nuestra geografía han excedido límites habituales e incluso alcanzado cifras récord. Se han superado algunas estimaciones iniciales de la Agencia Estatal de Meteorología de España (AEMET) y se han registrado temperaturas mínimas en torno a los 34 grados bajo cero en ciertos puntos del país, así como niveles de nieve acumulada por encima de los 40 centímetros que no se recordaba en décadas, como ha ocurrido en Madrid. La agricultura y la ganadería se han visto afectada de forma desigual». Así nos introduce a efecto climático sus consecuencias www.lagacetadelvino.com.

La nota de www.lagacetadelvino.com explica que las heladas son temidas en el sector del vino cuando la planta se encuentra en brotación pero, ahora, al estar en reposo vegetativo absoluto, no debería verse afectada por este temporal. Así se los explica José Ángel Morosós, profesor de Viticultura de la ETIA de Ciudad Real (Universidad de Castilla-La Mancha): “La vid es de los cultivos que menos van a sufrir con las nevadas y las heladas”. Y puntualiza: “El frío cuando viene en su época es beneficioso, otro tema sería que apareciera cuando se iniciara el lloro de la viña”.

A pesar de resistir el frío, Amorós admite además que “temperaturas de diez grados bajo cero en determinadas zonas no son normales y puede que en la brotación veamos alguna yema que ha fallado”. En cuanto a las temperaturas bajo cero récord a las que se ha llegado, por debajo incluso de -35 grados, al haberse producido tras una nevada “lo que queda debajo de la nieve queda protegido, no suele bajar de los -2 grados ”.

De esta nevada, concluye la nota de www.lagacetadelvino.com sólo queda esperar los posibles beneficios que pueda dejar, al derretirse, que podría contribuir, a nivel de viña, a contar con reservas de agua para el verano, y, a nivel general, a mejorar las reservas hidráulicas.

Esta misma perspectiva nos deja la nota del sitio www.eleconomista.com donde se cuenta que en los viñedos de Marqués de Vargas, ubicados en la Rioja Alta, su enóloga Ana Barrón y el equipo destacan, tras el paso del temporal sobre la Hacienda Pradolagar «que todavía es complicado identificar con los pluviómetros qué supone en litros de agua las precipitaciones que hemos tenido en las últimas semanas debido al espesor que aún tiene la nieve y las heladas que le han seguido. Por ahora, hemos contabilizado unos 21 litros/m2 aproximadamente, aunque seguramente hayan sido más». Ana Barrón indica que «en este momento la vid está realizando su reposo invernal y, por ello, la nieve no supone ningún riesgo. Es más, podemos afirmar que es beneficiosa para su desarrollo, tanto a nivel hídrico, como efecto cicatrizante si la planta tiene cualquier herida, incluso si pensamos en la nieve como insecticida natural».

La misma nota de elconomista.com se destaca que en la finca de Conde de San Cristóbal, con viñas de más de 35 años a 900 metros de altura en Ribera del Duero, «la nieve es un fenómeno habitual». Sin embargo, destaca su enólogo Jorge Peique hacía mucho tiempo, en concreto desde 2009, que no teníamos un espesor de nieve de esta magnitud. «Las precipitaciones en forma de nieve desde el 9 de enero han estado en torno a los 1.820 centímetros de media«. Además, añade: «La nieve en este momento del año es beneficiosa porque aumenta las reservas hídricas de la tierra y, al descongelarse lentamente, el agua penetra en las diferentes capas del suelo». Además, también Peique destacar de nuevo el efecto cicatrizante sobre la madera, como, por ejemplo, en los cortes de poda o heridas de la cepa.

Por su parte, Susana Pérez, enóloga de Pazo San Mauro en Rías Baixas, explicó a www.elconomista.com que el comportamiento de la borrasca Filomena ha dejado unas consecuencias normales para la época del año. De hecho, explicó, han sido las primeras heladas desde el inicio del período de reposo de la vid, por la tendencia que tenemos en los últimos años de inviernos más cálidos en la zona norte. Estas heladas nos ayudan a la acumulación de horas de frío, necesarias para realizar el período de latencia correctamente y asegurar una buena brotación de las yemas posteriormente». Además, agrega «también es conocido el efecto de control de plagas que tienen las bajas temperaturas sobre los insectos, especialmente ácaros que quedan refugiados debajo de la corteza de la planta incluso en reservorios naturales».

¿UN PELIGRO OCULTO?

En Twitter sin embargo, leímos un post de Julián Palacios @viticulturaViva en el que menciona con preocupación los efectos de las heladas de invierno, adjuntando el siguiente texto, y nos recuerda los efectos de una  helada en febrero de 1956: «La vid resiste bien las heladas de invierno, si no son excesivas, por estar toda la planta sin actividad vegetativa. Las yemas son las primeras atacadas a temperaturas de -10 a -15 º con permanencia de 8 a 6 horas, respectivamente. De -15 a -35 se ven afectados el tronco y los brazos. La parte subterránea de la planta tiene menos resistencia, estimándose que para las raíces son necesarios de -7 a -14º pero por estar enterrados, protegidos, se ve afectada primeramente la parte aérea. Las yemas a pesar de su estructura, envuelta de brácteas y materia algodonosa, con estas bajas temperaturas y larga permanencia de las heladas, quedan afectadas poniéndose de color oscuro y no brotando por destrucción del meristemo. En los sarmientos brazos y troncos la parte más afectada es el liber que toma un color marrón grisáceo en lugar del verde característico, y un corte longitudinal a nivel de nudos muestra la destrucción de los diafragmas».

Impacta el relato que copia Palacios a su post sobre la halada de 1956: «En noviembre y diciembre, tuvimos un tiempo cálido. Podíamos trabajar en magas de camisa, y de repente, llegó como un golpe el día de 2 febrero. Por la mañana, iba con los bazos descubiertos, y por la tarde, la temperatura cayó en picado. Entrada la noche, estábamos bajo cero. Los días posteriores, lo más sorprendente, y a la vez, terrorífico, era escuchar las pequeñas explosiones de los olivos al congelarse la savia, muy abundante a causa de las altas temperaturas. Estábamos en casa de noche y oíamos los corajudos de los árboles, como lamentos. Tuvimos que cortarlos todos. Algunos tenían centenares de años». 

«Vamos a estar atentos estos días a la situación, muchas circunstancias tiene que darse para llegar a lo de 1956, pero ojo que estamos con datos históricos… Concluyó Palacios. Mientras además detalla: «El 2 de febrero de 1956 se registraron -32ºC en la estación de Estany Gento(Lleida) a 2120 mts, es la Tª mínima oficial reconocida en España. La semana pasada 2 estaciones registraron -34,1 y -35,8ºC en Lleida y León, aunque no serán reconocidas como oficiales por Aemet». En su post Julián Palacios también dice: «Ojalá no tengamos que acordarnos de 1956». Desde WiP.cl decimos como no, ¡ojalá!

Aspecto del edificio que albergaba la bodega Vall Llach tras hundirse el tejado por la nieve. ACN (www.lavanguardia.com). «Esta noche, a causa de la nieve, se ha derrumbado la parte de la bodega donde vinificamos, embotellamos, etiquetamos y almacenamos el stock de vino”, informaba la bodega a través de un hilo de Twitter.

Que la nieve se haya mantenido en algunas regiones de España, al igual que en la ciudad de Madrid por varios días, junto a temperaturas bajo cero, nos recuerda que en Ningxia, región vitivinícola en la que estuvimos a fines del 2019, los viñedos se exponen a temperaturas prolongadas bajo cero durante el invierno, por lo que es una práctica necesaria enterrar los viñedos cada inicio del otoño.

Mientras, a nivel estructural en el sector del vino español, menciona www.lagacetadelvino.com sí que se han tenido que lamentar pérdidas tras el paso de Filomena. Es el caso de la bodega Vall Llach, situada en Porrat (en el Priorat), fundada por Lluís Llach. Debido a la nieve acumulada, se derrumbó el tejado de la parte de la bodega donde vinificaban y almacenaban el stock de vino. Bodega que hemos sabido estaba en el pueblo, construida en una edificación muy antigua. «Aseguran que han perdido parte de la producción de 2020 y tendrán que evaluar el estado del resto del vino de otras añadas», explica la nota.

Fuente: www.eleconomista.com /www.lagacetadelvino.com

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