El gran valle ha recibido intensas lluvias desde el lunes 21 de agosto. Esta vez, apenas dos meses después del primer río atmosférico del año, Ríos Maule y Mataquito aumentaron caudales a alturas inesperadas, dejando pérdidas totales en viñedos y bodegas. Si la isoterma hubiera sido igual de alta que en junio, las consecuencias hubieran sido mucho peores.

Foto de portada @huasopazo  en el Maule profundo.

De no creer, esta mañana José Luis Gómez, dueño de Viña Gonzalez Bastías nos enviaba fotos de cómo estaban en las orillas del Río Maule. Hace un par de días que no sabíamos de ellos, ya que suelen compartir cómo van en sus RRSS. De esta manera supimos en junio de este año, cuando llegó el primer río atmosférico que prometía El Niño 2023, que sus viejas parras, centenarias, estaban bajo el agua y el río desbordado  había tocado las escaleras de sus casas y bodegas. Tocaba la memoria de inundaciones anteriores.

Las fotos que recibimos esta mañana por WhatsApp dijeron más. Vimos sus techos bajo el agua. En otros videos, del mismo lugar, en el Maule profundo, la fuerza del Río Maule buscaba su camino al mar. Esta vez comentó Daniela Lorenzo en RRSS, el agua llegó a  Gonzalez Bastías donde no había llegado al menos en 200 años de historia.

Más arriba, en San Javier, en el mismo valle, el Río Maule se metió en campos agrícolas, también se desbordó sobre cientos de hectáreas de viñedos. Entre ellas, 200 hectáreas de Viña Ruchahue, en Las Cañas y viñedos de Bouchon Familiy Wines al lado de Río Maule. Hoy de mañana el río aún no habia bajado y no sabían de las consecuencias.  En un video de Las Cañas se veía gran parte del campo bajo el agua y polines arrastrados por la corriente río abajo. También, vimos esteros en la precordillera de Colbún, que habían permanecido secos por más de una década, ahora llevándose todo lo que había a su paso.

Daniella Gillmore de Viña Gillmore, con viñedos en Loncomilla, Maule, quien compartió fotos de sus viñedos de secano bajo el agua, ya recuperándose y sin mayores novedades, destaca, gracias a intenso trabajo de prevención (entre limpieza de esteros, canales y sacos para contención). También nos recordó como en 2017 se le quemó un viñedo de País, «que quedó carbón, y al año siguiente volvió a brotar. Las parras son nobles, y sobre todo en secano, son mas resilientes que nosotros… En el terremoto del 2010 yo pensaba nos caemos; nos hemos quemado; nos hemos inundado…

En Curicó, valle vecino por el norte, una vez más el pueblo de Licantén quedó bajo el agua. Caterine Reyes del Canto, sommelier de viña La Roncierre, quien hace un par de meses nos contaba de las pérdidas materiales incalculables, esta tarde nos aseguraba que ya estaban trabajando para limpiar viñedos, afectados en junio  pero que el Río Mataquito volvió a taparlo todo. Es probable, dice, que esas ocho hectáreas no logren reponerse al menos en el corto plazo. A nivel agrícola agregó, también el panorama es complejo, los pequeños agricultores agotaron sus recursos. Aun así, nos da esperanza. “La gente está cansada, no han pasado dos meses, pero están con ganas de levantarse. Al menos no hay perdidas humanas y eso es importante”.

Desde Colchagua, valle vecinosde Curicó por el norte, recibimos imágenes del sector más bajo de la prestigiosa Herradura dorada de Apalta, donde reinan sus viñedos centenarios de secano. Ayer estaban bajo el agua. René Cabello, productor de RC Viñedos, y dueño de algunas parcelas del sector,  contaba que ya esta mañana (23 de agosto) el agua había bajado, y solo quedaban pozas por aquí y allá. Afortunadamente. Explicó a WiP que el Río Tinguririca, muy cerca de allí no traía tanta agua como lo hizo en junio, cuando también habia dejado viñedos y pueblo bajo el agua. De haber sido igual sumado al agua caída insitu el río hubiera subido con su fuerza por los canales y esteros,; los que ahora no daban abasto de agua acumulada.

Para Cabello el agua caída en estos viñedos de la parte baja de Apalta es una bendición, más que una preocupación. “Cada cosecha, tras años de sequía, las plantas daban cada vez menos racimos y más pequeños, eran lindos pero sin peso. Esta lluvia finalmente va a permitir que el agua baje a las raíces y llene los estanques por varios años”.

Como presidente de Cooperativa Vitivinícola Campesina de Colchagua (COVICAM) Cabello, no ha registrado mayores daños en viñedos o bodega en Colchagua, sí inundaciones, arrastre de casas y puentes, en lugares donde los cauces recuperaron su camino. A propósito de ello, Cabello nos habló de cómo cada año su madre, de la zona, les recuerda de las inundaciones de los años 86 y 94, y de los trabajos que les porfía deben hacer para dejar canales y esteros limpios, antes de la llegada del invierno.  Un vecino, cuenta, cambió el curso del estero en su campo, y tras las lluvias volvió  su cauce. El agua, proclama Cabello, tiene la mejor memoria del mundo.

Mismas observaciones, por no tener limpios los canales o esteros, o construir sobre ellos, frente a una lluvia que se había anunciado hace dos semanas, se hacen sentir a lo largo de todo el gran valle central y zona sur de Itata y Biobío.  Lo cierto es que en muchos casos, hay que reconocer,  ese trabajo con la cantidad de agua caída (de hasta 600 mm acumulados en la precordillera) no era suficiente.

La Represa del Embalse Rapel (alimentada por las aguas de los Ríos Cachapoal en Valle de Cachapoal y Tinguiririca en Colchagua) nunca en su historia había vertido la cantidad de agua que ahora. Llegó a soltar 3.600 metros cúbico por segundos ayer.  Una cantidad impresionante de agua; agua que lamentablemente rompe caminos, arrasa con campos agrícolas, se lleva puentes, animales y casas, también  se pierde en el mar.  Podría haber sido en todo caso peor. Esta vez, a diferencia de junio, la isoterma ha estado más baja, permitiendo acumular la mayor cantidad de agua caída que en junio, como nieve en las montañas.

Mientras en Maule, Curicó y Colchagua ya va saliendo hoy el sol, ahora las lluvias siguen afectando el valle de Santiago. Esta mañana en el sector Maipo Andes, en Viña Haras de Pirque, los caminos abnegados no permitían el paso. Cecilia Guzmán, su enóloga y gerente, comentó a WiP que no habían podido llegar a la bodega. No hay más malas noticias por ahora, sí registros de agua caída de 90 mm en 24 horas. La sumatoria de lo que va del año llega a 410 mm, el doble de años anteriores en plena sequía. Es decir, entre los excesos, El Niño es buena noticia.

Las lluvias dejarán a su paso reservas para el riego de próximas temporadas, especialmente en el valle costero de Casablanca, donde los tranques ni pozos profundos ya estaban agotadas. Más lluvias deberían llegar a otra zona fuertemente afectada por la sequía, entre Elqui y Limarí, la próxima semana.

¿Qué ha pasado más al sur? Por lo general están más preparados con las lluvias  y las reciben como bendiciones.  Así nos los hizo saber José Sepúlveda de San Nicolas, donde este verano estuvieron varias días peleando contra el  fuego. Sí nos hizo saber  de zonas inundadas por crecida del  Río Ñuble y afectados en zonas donde se construyó sin la memoria de que antes pasaba por allí el río.

Para ayudar a los más afectados ya están redireccionándose actividades, con el fin de que los recursos lleguen a tiempo a los más afectados. Pues los recaudados por incendios a inicio del año, con la campaña Todos por el Vino, aún no se han destinado (según explicaron desde Enotiket, para asegurar sea junto con Fundación Desafío Chile lo más transparente posible).

La primera actividad, de la Ruta del Maule, que se suma en ayuda  en los días previos al Día Nacional de Vino (4 de septiembre), es «Vino & Rock por una Causa con Cretton y Jürgensen en Vino»  en el casino de Talca. Será  el 01 de septiembre a las 20:00 horas. Más detalles pronto en nuestra AgendaWiP. Mientras tanto, atentos a su cuenta https://www.instagram.com/valledelmaule/

Datos para apoyo directo a Jose Luis Gomez y Daniela Lorenzo (Viña González Bastias)

José Luis Gomez Bastias

Banco de Chile Cta Corriente: 1661488910

Rut: 13.354.973-0

mail: jlbastias@gmail.com