Y EL MARZAZO SE NOS VINO ENCIMA DE NUEVO

Publicado el 01 marzo 2024 Por Alessandra Lanzarini @alelanzarini

Alessandra Lanzarini, nuestra consultora de bares, está de vuelta para introducirnos con la magia relajante de los cocteles en el mes menos esperado del año. Esta es su historia y la receta del Sbagliato.

Azote brindado por aquel período a veces caótico comprendido entre cierre de verano y vuelta a clases…

Todo lo que es la realidad que viene y nos agarra entre febrero y marzo, cual Dorothy, sus zapatos rojos y el tornado, dejándonos chascones, chuecos y confundidos… A unos más que a otros ciertamente.

Y esto del día extra que este 2024 nos dejó caer, y luego, a quién se dirige uno a preguntar si aporta o resta, o las dudas y porquéses, no es un gran tema, solo es…

Pero de que sucede, sucede.

Y la afectación que ejerce en algunas personas, también sucede.

Así fue como me encontré al filo de lo que podríamos denominar una comedia de equivocaciones o bien una breve racha de confusiones, de pequeños errores o tonterismo puro.

Vale destacar la importancia, actitud y disposición frente a estos sucesos.

El momento en que llorar, reír, sufrir o despotricar es una decisión tan personal en esto de lo que es o no importante.

¿Así como la importancia de llamarse Ernesto. A lo Wilde…

Volvamos.

La confusión, el caos, los errores, las equivocaciones y todo aquel ramillete de pequeñas problemáticas que se nos incrustan a veces en la vida.

A modo personal: adhiero más a la confusión que a la equivocación. Se me hace más amable y lúdico.

Si nos vamos en la postura analítica, filosófica, gramatical… vale destacar que la equivocación no implica error. La confusión no implica falta aunque se puede acercar y demasiado.

Y así sucedió.

Uno de esos días que pareciera que la vida giró su ruleta y te tocó el premiado, sin haber comprado siquiera una ficha, ni la remota intención de hacerlo.

Sana y salva tomé asiento en la deliciosa silla alta de la barra… destino que afortunadamente encontré después de un día que rayó en lo increíble.

La sensación de calma fue lo primero, tras observar detenidamente al par de residentes en este acicalado estandarte hecho paraíso de botellas, cristales y brebajes dispuestos perfectamente en escaparates y repisas al otro lado del mesón. Gratamente mi cara dibujó una sonrisa al identificar dos féminas ejerciendo dominio de tan maravillosa construcción.

¡Gratísimo!

– ¡Hola! Señorita buenas noches, ¿le puedo pedir algo?

Casi en stop motion giró una de las chicas con un majestuoso bigote a lo Mario Palestro, coronando una también majestuosa sonrisa. Súmenle disposición y voz ronca respondiéndome amablemente con sus perlados dientes.

– Buenas noches, ¿le puedo ofrecer algo de beber?

– Oooooh, perdona, no me di cuenta que… _Me interrumpió.

– No se preocupe, ¿qué le gustaría? _Sonrió de nuevo. Yo agradecí a todos los superhéroes. Me relajé y dejé salir la tonelada de palabras atragantadas (¡pobre hombre!).

– Perdona, ha sido un día re loco. Una copa de espumoso porfa! _ Seguí.

Le conté lo rudo de la jornada: La alarma había sonado tarde (que alarma más gila) y así había llegado tarde a la reunión con mi jefe, justo después de darme cuenta en el ascensor que andaba con zapatos de distinto color, idénticos, pero de distinto color. Luego, al notar mi aturdimiento, fui por un café para despabilar, por lo mismo con azúcar, y  resultó ser sal. Que al tratar de juntarnos a almorzar con mi comadre llegamos puntuales a la hora en el Burger, pero con 13 cuadras de distancia. Que se me perdió el celular #nosabiadónde ni cómo. Muy angustiada y muy en el fondo del bolsillo de la chaqueta recién dejada en la lavandería que casi estaba cerrando. Que suerte que ya estoy acá en el bar para ahora sí juntarnos con mi comadre del almuerzo.

-Porfa me convidas un vaso de agua. _ Que paciencia y que capacidad. Seguí con mi patético relato atorándome entre blablableo y en seco me dice:

-¡Sbagliato!

– ¿Que?

–  Le recomiendo un Sbagliato.

–  Perfecto, y ¿por que?

–  Sbagliato en italiano significa confundido o equivocado ¿Le parece?

Y sí, qué adecuado. Amé a mi Sbagliato.

Después él me habló del Sbagliato: nacido de confusión al agregar Prosecco en vez de gin para un Negroni, sus ingredientes y variantes… Y, su propia historia: que tenía cuatro hermanas, tres tías, una abuela sorda, siete gatos, dos perros grandes y dos chicos, un hamster y la certeza de dónde su paciencia brotaba cual fuente de los deseos.


Alessandra Lanzarini Olivari Sommelier & Bar Consultant. Curiosa siempre, comenzó estudiando Ingeniería en Acuicultura en la Universidad Andrés Bello, pero suspendió para explorar su interés en los cruceros. Lo que la llevó a descubrir su pasión por la gastronomía y la hotelería. Después de regresar a Chile, estudió Comercio Internacional y Administración de Empresa. Mientras, trabajaba en destacados hoteles y restaurantes. Posteriormente, ingresó a la Escuela de Sommelier de Chile, y trabajó en diferentes restaurantes, explorando vinos y destilados nacionales y extranjeros. Actualmente, trabaja de forma independiente como sommelier, asesora de bares y desarrollo de coctelería. Sus grandes pasiones: escribir, hacer arte y experimentar con sabores.


 

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MARÍA SANGRIENTA

 

 

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2 comentarios

  1. Ajajajaj entretenida columna como siempre!

  2. […] Y EL MARZAZO SE NOS VINO ENCIMA DE NUEVO […]