Primero crearon sus propios Centros de Acopio, ahora apuestan juntas por la producción de vino embotellado. Una mujer lidera la iniciativa que este año vinificó en bodega de Arauco.

Hoy les contamos la historia de Cooperativa Vinos Valle del Itata AG, y su carrera contra el tiempo iniciada en abril de este año, para vinificar sus primeros 355.000 kilos de uvas.

Con esta hazaña nunca antes contada en medios, WIP.cl comienza una serie de artículos y entrevistas que buscan comprender de primera mano la profunda problemática de la vitivinicultura del Valle del Itata (con sus casi 4.700 productores de uvas y más 10.000 hectáreas de viñedos, según datos SAG 2019). Una problemática que parece tener al floreciente valle en jaque mate, tal como comunica la Colación de Viñateros del Itata en RRSS desde hace años. Ello, debido al bajo precio de las uvas pagado por unos pocos poderes compradores.

El hecho es uno, inédito por demás en el Valle del Itata del siglo XX: Seis cooperativas se unieron en una Mega Cooperativa para a partir de la cosecha 2021 producir vino. El cristal con se mire la hazaña dependerá de cómo se vea que haya sido Viña Cucha Cucha, propiedad de Forestal Arauco, la que ha facilitado las instalaciones para que ello fuera posible.

Centinela de Ránquil, Mosin de Guarilihue, Viñedos de Quinchamalí de Chillán, EcoParras de Portezuelo, Cuvas de Ninhue y Coovicen de Quillón, son las empresas asociativas comunales que lograron sumar -cual Teletón- los 355.000 kilos de uva País durante esta cosecha 2021 con el fin de hacer vino. Y ojalá, venderlo embotellado.

Fue INDAP el puente para que las instalaciones de la bodega de la Viña Cucha Cucha, propiedad de Forestal Arauco desde 2007, recibiera este año la uva de las seis cooperativas; para así, por primera vez hacer un vino en conjunto.

En una visita a Cucha Cucha este mes, pudimos conversar con la Presidenta de esta nueva mega cooperativa, Marlene González, y dos directores de asuntos públicos de Arauco, para conocer esta experiencia única en el valle. De ser exitosa, la iniciativa entregará un valor mucho mayor del invertido por concepto de uvas a cada uno de los viñateros que tomaron la decisión personal de arriesgarse a ser parte.

El acuerdo de cooperación que hoy tiene 250 mil litros de vino País cosecha 2021 guardado en estanques y listo para ser embotellado, tuvo luz verde justo mitad de la cosecha.

Mauricio Leiva Sub Gerente Corporativo Asuntos públicos de Arauco, explicó a WiP.cl que durante la pandemia habían decidido hacer una pausa para reformular el proyecto de Viña Cucha Cucha. “La hacienda Cucha Cucha se compró sin saber que efectivamente el territorio hablaba en código viñatero. Dijimos, capaz que haya una tecla con la cual podamos empezar a hablar en el mismo idioma del territorio. Así surgieron una serie de exploraciones. Una forma fue desarrollar la Viña Cucha Cucha, y con la ayuda de profesionales de gran trayectoria comenzamos a hacer vinos pensando en alto vuelo… Pero con el andar del proyecto dijimos reformulemos, conectemos con la gente de acá, que siempre ha producido vino, y aprendamos en conjunto. Colaborativamente, para desarrollar la actividad de la cual no sabemos nada… Así decidimos que en 2021 no íbamos a vendimiar. Y ahí apareció INDAP, quienes vieron la capacidad que tenemos para vinificar 550.000 litros». Explicó Leiva.

Cabe destaca que Arauco seguirá desarrollando los seminarios de capacitación para productores locales, los que este segundo semestre tendrán foco en enoturismo. Entre tanto, sus 120 hectáreas de viñedos y uvas este año se entregaron a un tercero para su manejo y explotación. La tienda Alma del Itata, tal como habrán visto en WiP.cl y prensa nacional, sigue operando y ahora con alcance a todo Chile, vía on-line.

En paralelo a querer hablar el mismo lenguaje de los viñateros, agrega Beatriz Iturra, jefa asuntos públicos de Arauco, en cada comuna ya se había creado un Centro de Acopio. «El primero fue el de Quillón (hoy Coovicen), y de allí nacieron los demás. Aquí también planteamos hacer una réplica de ese primer centro, en conjunto con INDAP. Este paso permitió que cada comuna estuviera a cargo de comercializar las uvas de sus viñateros, y que el dinero que se ganara quedara en la misma comuna. Estos nuevos Centros de Acopio están comprando al mismo precio de los grandes poderes… La diferencia ahora es que la ganancia no queda para el intermediario llegado del Norte. La fórmula resultó… pero ahora, además de querer vender uva, quieren producir vino”, explicó Iturra.

Marlene González, Presidenta de esta Mega Cooperativa, formada por dos cooperativas, 3 SpA y una sociedad anónima, explica que efectivamente quieren hacer vino, porque en una de las cosas que las seis empresas coincidimos, y estamos afiatados, es que no pueden mejorar los precios de las uvas.

Marlene, elegida presidenta por ser la comprometida secretaria y una de las tres representante legal de la Cooperativa Cuvas de Ninhue, va más atrás para explicarnos cómo llegaron a esta conclusión.

“En Ninhue, cuenta, éramos un comité de 300 viñateros, éramos el más grande del Valle del Itata. Para formar nuestro Centro de Acopio logramos reunir a la gran mayoría, de un total 700. El primer año de reunidos nos pusimos fuertes. Dijimos: no vamos a vender a menos de $300 el kilo. Entonces vino un comprador, Zúñiga & Zúñiga y nos compró, pero como ya había un precio de $100, al poco andar nos dijo compro a $240; después bajó a $190, y luego a $180. Todas las otras empresas lo querían acribillar porque vino a desordenar el sistema… El problema es que Zúñiga & Zúñiga no tuvo las espaldas para pagar. Recién lo hizo en la temporada siguiente». Hoy sigue viniendo esta empresa, cuenta, pero compra a otros y con el precio del mercado.

«Claro que los viñateros quieren un buen precio, dice la presidente de la Cooperativa Viñas del Valle del Itata, pero después de esa mala experiencia dijeron no, preferimos que nos paguen poco pero que paguen a tiempo… Por eso nosotros ya no tenemos esa fortaleza de vender al precio que queremos”.

Hoy, explica Marlene González, ciertamente los centros de acopio en todas las comunas dan la garantía de que el precio mercado llegue directo al productor. Además, sí reliquidan el precio. «Pongamos que $100 es el precio base kilo de uva a inicio de temporada, pero puede que al igual que este año 2021 suba… Quiere decir que nosotros nos ajustamos, entonces el productor va recibiendo su platita dependiendo de la fecha de entrega de la uva.” Los poderes compradores, no hacen eso, agrega.

Marlene explica que “con los acopios entendimos que vender la uva no era suficiente negocio, no vamos a ganar más plata de lo que ya estamos ganando porque estemos facturando más. Por eso viene el tema de hacer vino”.

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La nueva mega cooperativa bajo la forma de AG suma las seis empresas comunales y abarca 133 socios. En total, dice Marlene, suman la uva de más de 1.000 proveedores viñateros del Valle del Itata.

La operación de este año consistió en que cada viñatero, de cada cooperativa, entregó uva a consignación a la Mega Cooperativa, para así tener una ganancia mayor. «Si la uva se compró este año a $120 pesos el kilo, por ejemplo, explica Marlene, la apuesta es que van a recibir por lo mínimo $270 por el vino vendido a granel». La apuesta por lo alto es que cada productor reciba unos $500 por cada 750 ml de vino producido.

Para ser parte, agregó Beatriz Iturra de Arauco, todos los Centros de Acopio por igual fueron invitados.

Para el destino del vino elaborado en Cucha Cucha este año, se están barajando diferentes alternativas. Una es exportar el vino embotellado a China a través de un comprador. La otra, es junto con CencoSud.

“INDAP está trabajando ya en desarrollar un convenido  junto a hortalizas y arándanos, para exponer en las góndolas de los supermercados de la región. La idea es poder tener un vino embotellado bajo una marca propia más accesible y a la vez todos los vinos nuestros posicionados en una góndola. Porque existen los pasillos con vinos pero no están los nuestros, explica la presidenta de la Mega Cooperativa.

La oportunidad de vinificar en Cucha Cucha, agrega Marlene, «fue como traer al presente un sueño que veíamos a años luz, porque  queríamos hacer vino pero que no teníamos la capacidad. En Cuvas de Ninhue, detalla, apenas tenemos dos cubas de 2.000 litros para hacer nuestros vinos finos. Quinchamalí no tiene nada, pero está postulando a un proyecto para vinificar. Todos los otros vinificamos sólo nuestros vinos premium que se van a concursos. «El que sí tiene mucha capacidad es Coovicen, cooperativa que este año produjo un millón de litros y ya se propusieron embotellar. Ellos, destaca, nos aportaron al enólogo para el proyecto, Víctor Vargas, porque creen en esto. Además nos dijeron que aportarían la fruta que faltara para llegar a los 170 mil kilos que nos propusimos reunir entre los seis.

«…Los más chicos aportaron 20 mil kilos, nosotros 70 mil. Tuvimos que ir pidiendo según como se fueron llenando las cubas. Jamás pensamos hacer 355 mil kilos. No lo podíamos creer”.

Marlene recuerda esta hazaña como una Teletón. “Me dijeron un día miércoles hay que vinificar en tal lado. Hicimos una reunión y decidimos cuánta uva debía poner cada uno. Se empezó a vinificar el 23 de abril. En ese momento ya todos tenían su vino hecho. Vivificamos viernes, sábado… Sinceramente fue un trabajo de todos, llegábamos a las 7, 8 AM y nos íbamos a las 2 AM”.

Mauricio Leiva Sub Gerente Corporativo Asuntos públicos de Arauco, explicó a WIP.cl que lo que están haciendo es poner las instalaciones de Cucha Cucha para que puedan hacer la molienda y vinificación. «Obviamente llegamos a un acuerdo, porque hay un costo de energía eléctrica de base, pero todo el espacio de vinificación lo ocupa la mega asociación. La clave ha sido ir aprendiendo como se mueven ellos. El formato que teníamos hasta acá era de una viña grande que también tiene que tener grandes ventas… Pero, reconoce, cuesta vender vino País, Cinsault; Moscatel tal vez menos. Eso es porque estamos acostumbrados a otro tipo de vino… cuando uno quiere vender País o Cinsault en Santiago debe decir que es como un Pinot Noir… Ahora queremos ir adecuándonos y ver cómo convivimos en una forma asociativa”.

Marlene destaca la ventaja que ha significado bajar los costos al utilizar las instalaciones, servicios y laboratorio de Cucha Cucha, y explica que efectivamente a nivel nacional, no conocen sus cepas. «Las conocen en el valle del Itata, Región del Nuble, y Biobío. Y, aunque acá sí se consumen, la gente hace su propio vino».

Para Marlene, el pipeño local entra en otra categoría, es el vino genérico del Valle del Itata. Se vende en garrafas, es blanco o tinto. “Queremos pasar a la botella, pero no sirve la misma vinificación del pipeño. Son otros cuidados. Dentro de las cosas que hemos aprendido en el valle, agrega, es que hay tiempos precisos para cosechar las uvas, si es que uno quiere lograr otro producto”.

«Cuando yo vendo nuestros vinos, cuenta Marlene, voy enseñando a la gente que tienen poca intervención, que no tienen agua, ni colorantes; que si pueden tener levaduras añadidas son algo orgánico. Les cuento que son de cepas ancestrales, que llegaron hace siglos a Chile y que ya es una categoría mejor hoy, y que se están haciendo conocidos. Donde los muestro la gente queda fascinada… Lo único que les digo, es que no intervengan el vino con frutas. Les digo disfruten, es un vino chileno, natural.»

«Hoy como viñateros estamos enfocandos en la comercialización, en las lucas, más que en el romanticismo, en la tradición o lo ancestral, porque eso no produce ni un peso».

Marlene González llegó a Ninhue desde Santiago a celebrar el matrimonio del hijo de un compadre. Eso fue hace siete años. En esa visita se enamoró del paisaje y su gente; así comenzó a volver más seguido y por más tiempo. Hasta que decidió, para mejorar su calidad de vida, dejar su negocio y la vida en la capital. Así fue como compró un pequeño terreno con viñas viejas de País en las afueras de Ninhue. Allí, entre medio de las parras, instaló su casa, donde vive hoy con sus dos hijos. El mayor nos contó orgulloso, que fue operario de la grúa horquilla durante la vendimia en la cooperativa.

La dirigente todavía no hace vino, pero ya lo sueña. Quiere hacer un Asoleado con sus viñas de vega. “Un año hicimos chicha, quedó muy rica; pero luego no he tenido tiempo», cuenta. Este año llevó sus uvas a la Mega Cooperativa por supuesto, y además sumó unos 1000 kilos que compró a otros socios.

Marlene destaca que “hoy como viñateros estamos enfocando en la comercialización, en las lucas, más que en el romanticismo y en la tradición, o lo ancestral, porque eso no produce ni un peso. Los mismos productores no están haciendo hoy ni un manejo a sus plantas. Las están dejando. Las podan, pero no hay un manejo durante todo el año. Ya no limpian las parras, no le quitan la cascarita al tronco, y eso pasa porque sienten que la venta es muy poca». Ese romanticismo debe quedar  impregnado en la gente, agrega, pero también deben enfocarse en vender.

CUANDO NO TODOS REMAN EN LA MISMA DIRECCIÓN

«Yo no estoy pensando individualmente, ni pensando en que con mis socios hemos puesto y puesto. Hoy, tengo dos viñateros en mi cooperativa en contra de este proyecto. Están en contra de que trabajemos con Arauco. No entregaron uva… Por otro lado, el ex presidente de mi cooperativa en primera instancia dijo vamos a luchar por esto y nos pasó su bodega para hacer vino, pero al ver que el negocio daba, nos dio una patada en el poto, y siguió solo con el tema. Entonces qué pasa, que en lugar de comprar la uva a sus propios socios, ahora compra uva a otra gente y más cara, a $180 pesos. Entonces ¿ese es el cooperativismo…» se pregunta Marlene González.

«Cierto, soy romántica, no estoy pensando en mi, estoy pensado en los que vienen detrás mío. Ayer estuve en casa del hijo de un cooperado que me dice que su papá no ha recibido la plata de la uva. Me pregunta: pero cómo si mi papá pasó 12 mil kilos para vinificar. Yo le dije, él es el socio, él toma las decisiones. Fui a la casa, hablé con el productor y le di el precio más bajo que podríamos obtener por el vino. Igual se le abrieron los ojos. Antes le dije, si quiere le pago por kilo. Era más de un millón de pesos vendiendo a granel. Al final me dijo, dejémoslo».

Marlene cuenta que los viejos repartieron sus viñedos entre sus hijos, y sus hijos entre sus nietos. Por eso tienen un pedacito de viñas, y así siguen con la tradición. El trabajo que han hecho en la cooperativa Cuvas de Ninhue junto al SAG es regular a todos los que tienen menos de 0.1 hectárea. «Le ley dice que es de 0.5, pero nosotros pudimos regular de 0.1 para arriba. Así, ahora todos tienen su certificado de Catastro de Cepas, y estamos subiendo la información al satélite con ayuda del SAG». En otras comunas eso se cobra, pero acá no, nos cuenta.

«Nosotros tenemos atrás gente nos picanea todos los días, nos dicen que somos unos traicioneros, que estamos con Arauco. Pero dime tú, ellos están ahí bla bla bla, y nosotros estamos acá y seguimos. Qué han hecho por los demás… Solo enlodarnos y enlodar lo que se está haciendo… Los recursos del Estado sí están bien invertidos. Nuestra cooperativa se formó con fondos del INDAP. INDAP no genera ni un proyecto, si no eres socio. Si llegáramos a quebrar, nuestros estatutos dicen que la repartición de fondos va a la Escuela de Ninhue. Los recursos no son nuestros, son del Estado. Pero ya hay socios, dice, que quieren declararse en quiebra y repartirse lo que quede de infraestructura.

¿Hay acaso temas políticos en todo eso? le preguntamos. Claro que sí, respondió Marlene. No tuvimos permiso para reproducir los detalles. No fue la única vez tampoco que hicimos misma pregunta durante nuestra estadía en el valle. Y es que como les contamos al inicio de la nota, este recorrido de WIP.cl en busca de miradas profundas y diversas de las problemáticas del Itata viñatero, recién comienza.

Hablaremos cada semana con pequeños productores, con medianos y grandes, unos más viejos, otros más jóvenes. Todos ellos, tienen un factor en común: estar haciendo algo en sus viñedos y bodegas por sacar el Valle adelante. También hablaremos, en busca de diferentes miradas, con poderes compradores, y con quienes están haciendo vino y patria con uvas del D.O. Itata.

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