DESPEDIDA A CÉSAR FREDES

Publicado el 13 junio 2022 Por Pablo Morandé

El enólogo Pablo Morandé nos pidió despedirse de su amigo, el periodista que firmó alguna vez como Chacolí o Txacolí. Como siempre sus palabras nos deleitan con pequeñas-grandes historias junto al vino.

Quisiera contar que conocí a César, por una suerte de reclamo o desafío al crítico de vinos que incursionaba en nuestro pobre medio del vino, y que era Chile a inicios de los 80. Siendo pobre, los vinos de verdad eran mediocres, los blancos más que los tintos, por razones naturales. Este crítico usaba el seudónimo de Chacolí, no recuerdo si además lo escribía como vasco Txakoli, creo que así era y más lejano me resultaba su crítica. Pero mi desafío cayó en buena tierra y tuve la oportunidad de conocerlo personalmente y degustar con él.

Mucho me llamó la atención su excelente memoria, cualidad imprescindible para un degustador, su lenguaje de muchas palabras poco comunes en nuestro restringido vocabulario chilensis, también su facilidad para ligar el vino con la buena o sabrosa cocina.

Seguramente el desafío fue ganado por él, los vinos de esa época merecían ser más castigados que premiados, pero su personalidad amistosa le permitía ser honesto en sus descripciones, fuesen privadas o públicas.

César Fredes para revista La Cav, fotografías de Sebastián Utreras.

No recuerdo si Chacolí dejó la pluma al poco tiempo o permaneció por años. En todo caso, su crítica era más fundada y bien versada que la página en El Mercurio Sabatino que tenía el escritor de novelas Enrique Lafourcade, quien recuerdo sentenció un vino rosado de mi autoría para el mercado venezolano y por ello su color cebolla y sabor dulce, como: “Vino para tomar a la hora del té en Centro de Madres, acompañado de queques”. Descripción recordada por César para su uso jocoso.

Con César comenzábamos a conversar más allá de los vinos y me sorprendía con su entretenida narrativa. Junto fuimos jurados en un estrecho grupo de degustadores, y que vinieron en auxilio de los cuatro que fuimos durante las dos primeras ediciones con las que habíamos derribado vinos de fama, por su deficiente calidad. César podía ser más acido en su crítica, pero sus comentarios eran de mayor sutileza.

Compartimos muchos encuentros, degustaciones, comidas, cocteles y vinos en estreno por cientos, que nos regalaron kilos y buena amistad. Lo  convidé a ser Jurado del Concurso de Vinitaly en la bella Verona; tuvimos una semana de mucho aprendizaje de vinos del mundo, juntos y revueltos de todos los continentes. En las tardes, le enseñaba la linda ciudadela de los amantes de Shakespeare y reservábamos espacio en trattorias y también el antiguo restorán La Botiglia, donde en su colección de buenos vinos encontramos Don Melchor con una cosecha de mi responsabilidad enológica, la que destapamos junto al propietario muy sorprendido por la calidad del vino chileno. Un gesto noble de César, que nunca podré olvidar.

Nos encontramos en Jerez para una feria de Vinos Dulces, generosos y licorosos, de todo el mundo. Para mí que mucho quiero estos vinos especiales que entrañan secretos de siglos, era una feria espectacular. Llevaba yo representando a Viña Morandé y a Chile, el mítico Golden Harvest 2.000 en todo su esplendor juvenil. Muy intrigado yo con Chateau d’Yquem quise degustarlo, me dijeron que no. Pero que podría asistir a una vertical de su magnífico vino, de los años 40 a los 90. Para mi un viaje al paraíso.  Me dirigí raudamente al lugar, faltaban pocos minutos para cerraran las puertas y me enfrenté al control de las invitaciones, pero mi calidad de productor de vinos no era suficiente para ingresar: era una degustación sólo para la prensa. Me sentía en el purgatorio golpeando las puertas de San Pedro que me negaba la entrada al paraíso, cuando siento un golpe en el hombro. Era César, que al verme tan afligido me dije: Pablo querido, te presto mi pase de prensa, esta degustación es más importante para ti como enólogo, que para mí como periodista. Mucho me emocionó su gesto de generosa grandeza. La degustación fue una fantasía paradisíaca y en retribución a su generosidad, le relaté a César detalladamente, vino a vino. Me agradeció por haber aprendido de vinos nobles. La Nobleza, ahora era César.

Chateau D’ Yquem, el vino de la AOC Sauternes más famoso, en vertical. El sueño de muchos.

He querido testimoniar  la calidad de persona de César, narrando unos pocos episodios de una larga y fructífera relación, de amistad y profesionalismo, porque nos ha dejado un importante cronista o narrador del vino chileno, del tinto y del otro, con quien tempranamente desarrollamos una buena amistad, la que no coartaba sus opiniones por tratarse de un vino de mi factura.

Trabajamos juntos en la Cofradía del Mérito Vitivinícola, siendo César el primer Cronista Enológico, llamado a incorporarse. Su participación siempre era de alegrías porque nunca pudo concurrir con la totalidad de los atuendos. Así, para una ocasión de gala, olvidó su sombrero y tuve el agrado de regalarle el mío de huaso, de fieltro negro, hecho en la Sombrerería Scapinni en los altos del cine Italia, en el año 1969. Origen, cariño y aventuras universitarias muchas, que nunca le conté a César; tan sólo era un lindo sombrero que merecía pertenecer a un buen y noble amigo.

Adiós y Salud amigo César. Brindaremos por ti con sabrosos vinos tintos y del otro, de esos que te gustaban para una cazuela de pava. O un cordero al palo a la sombra de las Pataguas, cantora con guitarra de cinco cuerdas de alambre, que cantaba a coro contigo rancheras pícaras del Maule profundo y que nos transportaban como máquina del tiempo, desconocidas y ergo no bailadas por la Reina Isabel… Rancheras que quedaron en tu memoria y de algunas entonabas una frase que te daba cuerda para otra, y así incorporabas las rancheras a la conversación y las hacías festivas.

El vino nuestro te dice Gracias, por ser tu referencia y siempre divulgarlo para bien, y hacerlo grande como hoy lo es y más grande como será mañana.

Gracias amigo César.

 

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Un comentario

  1. […] punto de vista técnico, de enólogos, y en viñedos. Un tema clave, también leía el homenaje a Cesar Fredes en WiP. Si miramos atrás, es divertido, uno lo da por hecho pero si uno piensa, los vinos que teníamos […]

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