Nuestro elegido de esta semana en el Valle del Cachapoal es el vino más ambicioso de Viña Valle Secreto. Aquí les contamos por qué es un gran precio calidad entre sus pares.

Del trabajo que ha venido haciendo la Viña Valle Secreto con sus vinos guardados en  huevos de cemento + rosas del mismo lugar, ya les hemos contado antes en WiP. Y, aunque hablar de ello no nos cansa, porque creemos es una idea muy innovadora que da como resultado vinos espectaculares, hoy elegimos un vino de esta bodega que va por el camino opuesto, mucho más tradicional. Se trata de Profundo, el vino encumbrado en lo más alto de su podio de calidad y precio ($50.000). Tal vez, uno podría decir, caro, pero si lo llevamos a pelear con sus pares en calidad, pretensiones y presentación, bien podemos decir es un excelente precio/calidad.

Si revisamos su historia, Profundo nació de la cosecha 2011 a partir de la selección de los mejores lotes del viñedo ubicado en los pies de los Andes, en un valle secreto, dentro del Valle del Cachapoal. Desde esa primera cosecha, hasta 2015, la que actualmente está en el mercado, se ha hecho cada año, aunque su mezcla varía según eso, el año. Y sí, su enóloga Alejandra Vallejo, quien llegó a la bodega a mitad de 2015, nos dice que Profundo no necesariamente se hace cada cosecha; para embotellarlo debe estar la calidad. Algo que, por cierto, no ocurrió hasta 2021 sólo en 2016.

Si hacemos un poco de memoria, recordaremos que en 2016 a lo largo de casi todo el valle central de Chile, llovió en abril, lluvia mil! Lo grave, dice Alejandra, no es que haya llovido mucho, sino que cayeron 80 mm de agua en apenas dos días. Eso significó no poder entrar a cosechar las uvas de madurez más tardía, a tiempo.

2015 es pues, si se dieron cuenta, el primer Profundo de Alejandra, aunque pudo trabajar en él sólo a partir de vinos ya terminados. Es así como su mezcla final -bien detalla en su contra etiqueta- es 38% Cabernet Sauvignon, 22% Carmenère, 20% Cabernet Franc, 10% Petit Verdot y 10% Malbec. Podríamos decir, que sí, es una mezcla bien típica de Burdeos.

El vino como tal, es bien típico de Cachapoal Andes, con sus ya 6 años a cuestas es una explosión de frutos del bosque negros y rojos, con una nariz limpia, con marcadas notas de madera que recuerda a las cajas de habanos, y un paso por la boca que como su nombre lo dice, es profundo. Marcado, además, por esa intensidad del sabor de las bayas del fruto del bosque. Sé que hay quien se ríe de este descriptor, pero quien ¿no habrá comido nunca un plato de frutos del bosque?… Tarea para el próximo verano, o sino a comprarlos congelados. Porque, Profundo es eso, frutas del bosque jugosas que llenan la boca, sumado a una deliciosa acidez y taninos con fuerza, que se siguen puliendo en la botella; y que lo seguirán haciendo por muchos años más, 10 años, sin problema, gracias a la intensidad de su fruta.

Hay madera, además en Profundo, por supuesto! Su guarda fue en un 100% en barricas nuevas, de 500 litros, por 24 meses. Así es que si ustedes buscan sólo la expresión de la fruta, en su estado más puro, este no es vuestro vino; vayan por la línea Origen, guardada en huevos de demento + rocas. Si buscan un gran vino con madera, donde la fruta sigue mandando, éste lo eso.

Y si les gusta la madera en los vinos, va otra gran recomendación de Valle Secreto, su Private Reserve Carmenère 2018 ($15.000) otro gran relación precio/calidad, aunque su precio no lo parezca. Es éste, otro vino que se saborea como un plato de frutas, en este caso de moras y arándanos, con el toque de las espacies dulces propias de la cepa por un lado, con su nota de pimiento rojo; y de clavo de olor y vainilla por el lado de la guarda en barricas (un 30% de ellas, solamente nuevas).

Una vez más, al salir de todo este lio de COVID, los invitamos a ir a conocer su bodega con nueva casa de entoturismo preciosa, además, a los pies de la Cordillera.

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