Nuestro cronista gastronómico Rodolfo Plass estuvo en el restaurante de Viña Casas del Bosque, en el Valle de Casablanca. Aquí nos cuenta si volvería y por qué.

La semana pasada tuvimos la oportunidad de ir al restaurante Tanino de la Viña Casas del Bosque, en el Valle de Casablanca. Bajo la consigna «Cocinamos para nuestros vinos», disfrutamos cómo se prioriza la experiencia del maridaje. Fue imposible no recordar la reciente columna de nuestra editora @reinaentrecopas para @7canibales, donde habla de la inmensa necesidad de conocimiento respecto al maridaje; el que debe ser un baile coordinado entre lo que se come y lo que se bebe, sin dejar nada al azar.

De la visita, lo primero que debo decir es que TODOS los platos en Tanino llegaron muy bien presentados. ¡Bellísimos!

Como siempre me gusta experimentar, partí con un Sauvignon Blanc Sour ($4.500) el que pedí seco y así llegó. En la misma línea, pedí el «crudo de avestruz» cortado a cuchillo ($19.500), aderezado con mostaza antigua, cebolla morada, pepino dulce, ciboulette, acompañado de papas confitadas y yema de huevo curada. El vino recomendado de la casa para su compañía era el Espumante de la casa BO (copa $4.500). Este plato me pareció bastante bueno, tierno y con mucho sabor. Sólo me atrevería a decir que las papas estaban un pelín crudas.

Al momento de los fondos, pude probar:

«Pasta y camarón» ($22.500) es un fetuccini sepia y camarón al pil-pil, con salsa aireada de perejil fresco y Parmigiano Reggiano con 30 meses de maduración. Nos advirtieron que era un poco picante el queso y debo decir que sí, el picor invadía mucho la boca.

«Atún sellado y risotto de ajo negro» ($24.500) con aderezo de cilantro, acompañado de risotto de ajo negro, hongos, fruta roja y limón sutil. Estaba bueno pero habría sido bueno que el trozo de atún hubiese sido más grueso para poder darle mejor el punto y lograr ese centro más crudito y tierno. Su compañía en la copa fue Pequeñas Pinot Noir (copa $5.500) y fue perfecto.

«Filete Tanino de Angus» ($24.500) con prosciutto crocante y salvia fresca, puré de hinojo y cebolla asada. Creo que este fue el mejor plato, la mezcla con el puré y lo sabroso de la carne hacían la armonía perfecta junto, esta vez, al Pequeñas Syrah (copa $5.500).

De postre, por un lado, «chocolate y toffee salado» ($6.250); el que consiste en un bizcocho de chocolate, toffee salado, frutillas y helado de vainilla. Maravilloso, pero… cambiaría el bizcocho por un brownie, pero eso es cosa de pigs (golosos).

El otro lado dulce, fue el postre «lúcuma manjar» ($6.400); el que es una panacotta de lúcuma, con crocante de almendras, frutillas y helado de manjar… El cielo. Nada más que decir.

En resumen, Tanino es un buen restaurante. Buena atención, bonitas presentaciones, y con todos los vinos de la viña para tomar por copa, lo cual encuentro entretenidísimo. Debo decir que sí lo encontré caro (consumo aproximado por persona $50.000 p/p). ¿Volvería? Sí vale la pena el desvío o el viaje, pero sumado a los pequeños detalles, volvería después de dar la vuelta por las varias viñas del sector.