BLANCOS Y NARANJOS QUE NOS EMOCIONARON EN 2020

Publicado el 29 diciembre 2020 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Cuesta que se tomen en serio nuestros vinos de uvas blancas, pero aquí compartimos una lista de imperdibles que llegaron al mercado en 2020. Los hay de todos los precios y estilos para darse cuenta que todo cambia.

No voy a olvidar aquella vez, hace más de 18 años, cuando en clases pregunté al profesor por qué los vinos blancos no se fermentaban con sus pieles. Y bueno, yo y mis mis preguntas extrañas. Porque no aportan, me dijo el profesor, más por el contrario, quitan cualidades. Ese fue al menos el mensaje que me quedó grabado, hasta que, aja! aparecieron los vinos Naranjos. Este tal vez este 2020 fue el año en que más los disfrutamos, y nos emocionaron. Sin duda, poco a poco, sus hacedores han aprendido a obtener más cualidades que defectos. Así es como en nuestra lista de los mejores vinos de cepas blancas catados en 2020 no podían faltar. Vamos por todos ellos sin orden definido, como una corriente de emociones, tal como fue 2020.

Hace tan sólo un mes vimos a Daniela de Pablo en una lucha contra el tiempo en redes sociales. Su proyecto, Chekura, había llegado a la final para adjudicare unos cuantos millones en un concurso de emprendimiento del Banco Estado. No ganó, pero la bodega dentro de su campo en La Polcura, valle del Itata va de todos modos. Tiene que ir. Con su pareja Pablo Pedreros han puesto cuerpo y alma en este pequeño proyecto busca demostrar que se puede vivir en armonía con su entorno. Y el entorno no puede ser más lindo, igual que sus vinos con la menor intervención posible en viñedos y bodega. Tienen bajo el nombre Mingaco, un Cinsault y un Moscatel 2019, pero de los dos es el Moscatel el que nos dejó pegados en la copa sintiendo sus aromas. Es una amplificación de todo lo que se percibe por la nariz del campo, a hierbas, flores y ahora en verano a una sesta de frutas de carozo. En boca es goloso, pero con filo a la vez, gracias a la maceración con pieles. Para querer volver al centro de todo. Venta directa @vino.mingaco

Ricardo Baettig  y Carlos Spoerer son los amigos detrás del nuevo proyecto Cárabe (ámbar para geólogos), llamado así porque sus dos primeros vinos son de ese color gracias al contacto de los jugos de las uvas blancas en la fermentación con sus pieles. Y es que lo que querían, era justamente dar un paso más allá si de vinos blancos chilenos se trata. Entonces, según la nueva definición de la OIV, son vinos naranjos. De los dos, fermentados en ánforas, el que más nos emocionó fue el Semillón-Moscatel del Itata 2018, muy cerca de Checura, en Cerro Verde. El vino turbio y color ámbar no tan intenso es otra explosión de aromas, pero sobre todo es fuerza en la boca y una acidez deliciosa. Claro que llama la atención que sea 2018, viejito dirá más de uno, pero si da con uno de ellos, y ojo porque debe ser el blanco de mejor precio/calidad del mercado, compren varias botellas y guárdenlas por otros años más. Sólo podrán mejorar. Vale $13.500. Lo vende Edwards Fines Wines y www.vinosnatural.cl. En Instagram son @carabewines

Otro vino naranjo que emociona es Molino del Ciego Semillón 2019 del Itata, de Roberto Henríquez. No puede dejar de emocionar a su vez, ver cómo este joven enólogo ha crecido elaborando vinos de cepas blancas no tradicionales. Y como él mismo dice, arriesgándose a intervenir lo menos posible en todo el proceso desde la receta enológica. Este Semillón es el mejor de cepas blancas que haya tenido la oportunidad de probar dentro de su portafolio con 14 vinos diferentes. Encanta por sus aromas a damasco, los mismos que llenan la boca junto a un gran volumen, acidez y garra. Así es, los tres puntos en común de grandes vinos naranjos. Una combinación que les permitirá seguir creciendo en la botella. $15.900. Lo vende @AlanGrudsky

Otro naranjo que nos emocionó este año fue el Reptiliano de Juan Ledesma, un bicho raro, sin duda, pero que lo fue mucho más en su primera versión, de ahí su nombre. 2019 es la versión que nos encantó, porque tiene todo lo que ya dijimos que debe tener un gran naranjo para perdurar tiempo en la botella y en la memoria. Sumado a una nariz con notas a cáscaras de naranjas deshidratas y flores blancas. El camino para legar a él no fue fácil, 2017 y 2018 no pasaron la prueba. 2019 fue por el contrario una tormenta perfecta, en la que además de dos semanas de contacto con las pieles, el vino tuvo una guarda bajo velo de flor. Cada cierto tiempo el mismo Ledesma viene a Santiago a hacer entregas desde Chillán. Atentos a su cuenta @terroirsonoro

De Otro Planeta Sauvignon Gris es otro naranjo, esta vez de Curicó, que nos emocionó este año. Elaborado por la dupla Wildmaker’s para Casa Libre ofrece frescura y complejidad por donde se le mire. De uvas orgánicas, fue fermentado con levaduras nativas y sus pieles en tinajas de greda por 10 meses. Como no se filtró luce algo turbio y denso. En nariz es otra explosión de aromas, donde destacan los aromas a flores y notas cítricas, su mayor gracias es en la boca, envolvente, fresca y jugosa a la vez. Una deliciosa rareza.

Hay vida más allá de los naranjos… claro que sí.

El primer blanco de cepas y vinificación tradicional que nos encantó este año fue el Sauvignon Blanc de AltaCima 2018, vinificado de la manera más tradicional posible. Es decir, en acero y sin pieles. Su origen, en los pies de los Andes en el Valle de Curicó, es la clave. Lo que llama la atención de este blanco es su fuerza en boca, con esa acidez tensa, refrescante, que te hace salivar y pide más. Lo tuvimos varios días abierto y no hizo más que ganar. Cómo resistimos a no beberlo todo. Eso, las ganas de ver hasta dónde podía llegar a un precio de $7.900. Hace poco probamos el espumante de la casa Katharina Nature, una mezcla poco usual  mitad Gewürztraminer y mitad Chardonnay, por sólo $12.000. Más que bien puesto, pues, el titulo de viña con la mejor precio/calidad del Descorchados 2021.

Sin embargo la cepa tradicional que más nos emocionó este año, hay que decir fue la Chardonnay, en sus más variadas versiones y lejos de aquel mar de vinos planos y aburridos que por años tuvimos. Veamos.

De Norte al  Sur. Emociona el nuevo Talinay Chardonnay 2019 de Viña Tabalí.  De suelos calcáreos de Limarí Costero, este blanco es todo lo que uno puede esperar si piensa en frescura de la cepa y mineralidad. Encanta por su sensación jugosa, cítrica, y su largo final final. Ahora ya! a $12.990 en la tienda on-line de la bodega (precio referencia $17.900) es un ganga. Otro blanco para comprar por caja y guardar para ver hasta dónde puede llegar, como todos los que describiremos a continuación.

No hay duda que si Chardonnay fue la estrella entre cepas blancas, el Sur de Chile fue la estrella si de origen de trata. De allí nos emocionó el Chardonnay 2018 de P.S. García ($13.900 por botella), un blanco con mucha madera, mucho volumen y a la vez mucha frescura. Para disfrutarlo en la boca por largo rato.

De muy cerca de allí, si acaso no el mismo viñedo, viene el Chardonnay más intrigante del año. Intriga porque es del proyecto de Francisco Baettig, el cual estuvo oculto por muchos años. Y justo en 2020 tenía pensado salir a la luz; así lo hizo y así causó furor. No probamos todos sus vinos, pero de la muestra, el Chardonnay Los Primos 2019 ($55.000), la categoría más alta del pequeño portafolio, fue el que encandiló. Para imaginárselo hay que sumar factor cosecha perfecta 2018, la frescura del Sur y la mano de Baettig para los blancos.

Para cerrar la selección dejamos al rabioso Chardonnay Selva Oscura 2019 de La Ronciere, un vino que dice mucho del potencial del viñedo de esta bodega en la Araucanía. La madera aún manda en nariz pero en la boca la  acidez es reina. Se trata de un vino que emociona por lo nervioso, por lo largo, por lo filoso. Porque 18 años atrás tampoco pensamos que un Chardonnay en Chile podría ser así.

Artículos relacionados:

3 GRANDES VINOS TINTOS PRESENTADOS EN 2020

 

EL BACK STAGE DE DON MELCHOR 2018

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Deja un comentario

Verificado por MonsterInsights