CRECEN LOS VIÑEDOS MÁS AUSTRALES DEL MUNDO, Y ESTÁN EN CHILE

Publicado el 17 enero 2022 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Chardonnay y Pinot Noir fueron las estrellas en presentación realizada por INIA de los vinos 2021 nacidos en latitud Sur 46,32°. Aquí todos los detalles sobre la frontera más extrema bañada por el sol de la Patagonia.

El primer lugar en la carrera por ser el viñedo más austral del mundo, sigue siendo de Chile y está según detallan las etiquetas de sus vinos Keokén en la latitud Sur 46,32 ° y Oeste 71,41°; lo que se traduce a las orillas del Lago General Carrera, Chile Chico, Región de Aysén en Chile.

Si bien el proyecto Keokén, desarrollado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) desde la cosecha 2016, tiene sólo fines exploradores o investigación (de ahí que sus vinos no estén ni estarán nunca a la venta), los prometedores resultados logrados hasta ahora, han sumado además agricultores locales, quienes tendrían sus primeras vendimias este año 2022.

Para conocer de los avances logrados tras las cinco cosechas en manos de INIA, y con vinificación y embotellado 100% en su propio origen, el equipo liderado por la agrónoma-enóloga Marisol Reyes se reunió en Santiago con su directiva y un grupo de expertos nacionales. La invitación también fue a empaparse de los detalles de este proyecto que vale mencionar partió en 2010 como un viñedo experimental de Pinot Noir en el mismo campo del INIA en Aysén de la mano de Viña Undurraga.

Es así como Vinolia fue el escenario elegido en Santiago para presentar los avances del proyecto de INIA en su cosecha 2021; en la cual participaron desde sus respectivas disciplinas, el vitivinicultor Pedro Izquierdo y el enólogo Fernando Almeda. Cabe destacar que ambos profesionales viajaron hasta la Región de Aysén varias veces al año junto a la líder proyecto Marisol Reyes. En terreno destacamos, trabaja todo el año Diego Arribillaga, especialista en fruticultura de INIA.

Viñedos en orillas del lago General Carrera, Chile Chico, Región de Aysén.

En la presentación, Marisol Reyes destacó entre las adversidades del proyecto más austral del mundo, la necesidad de proteger sus viñedos de los fuertes vientos patagónicos, los que pueden superar ráfagas de 60 nudos. Para frenar su impacto, explicó, están usando mallas y estructuras resistentes a su alrededor; también deben cubrir las hileras por completo, para evitar que los pájaros devoren sus uvas desde la época en que empiezan a pintar.

Por el contrario, las bondades de Chile Chico para la producción de vino se encentran en su muy particular meso-clima, ubicado detrás de la Cordillera de los Andes, donde tradicionalmente se han cultivado deliciosas frutas de cuatro estaciones. Se trata esta de una gran protección ante los frentes de mal tiempo que llegan desde el Océano Pacífico y que se traducen en una precipitación anual de apenas 250 mm. La latitud extrema de Chile Chico, además permite tener dos horas más de luz al día durante el verano, comparado con la zona central, lo que contrarresta la tardía brotación durante mediados de octubre; para finalmente cosechar a partir de fines de abril. Suficiente agua acumulada en lagos, permite a la vez el riego y control de las frecuentes heladas de primera con sistemas de aspersores.

Viñedos de Pinot Gris en orillas del Lago General Carrera.

Los dos vinos a degustar en Vinolia de Keokén fueron Chardonnay y Pinot Noir, ambos 2021, vinificados en el Centro Amel Aike de INIA Aysén bajo al asesoría de Fernando Almeda. Ambos, además se vinificaron y guardaron 100% en pequeñas cubas de acero, en busca identificar el potencial de la fruta.

El Chardonnay de parras plantadas en 2016 (año cuando INIA tomó liderazgo del proyecto y sumó en el área un total de 8 variedades), destacó por su gran volumen en boca, con 13,5 grados de alcohol, 50% maloláctica y ningún trabajo con borras. Lo que destacó Almeda, abre un potencial aún mayor para el trabajo de los vinos en futuras cosechas. A su vez el Chardonnay destacó por sus notas limpias y frescas en nariz, con aromas a frutas blancas, en perfecta armonía son su volumen.

El Pinot Noir Keokén 2021, en tanto (nacido de las parras más viejas plantadas por Undurraga el año 2010) destacó por un precioso color rubí de capa media, así como una nariz limpia, con notas a frutas rojas, como frambuesas frescas, y una boca liviana de suave tanino, y justa acidez. Sin duda, podríamos decir, sin el filo que se pude esperar de una zona extremadamente fría, o por el contrario, admirablemente madura gracias a los largos días de sol patagónico. Un conjunto de cualidades que abren sin duda un abanico de posibilidades para el futuro trabajo con racimos enteros y otros recipientes en busca de mayor personalidad. O, por el contrario, en busca de la expresión del sol en las latitudes más extremas para la viticultura del Hemisferio Sur.

Según explicó Reyes, en el segundo proyecto de INIA, con dos productores de las comunas de Puerto Ibáñez y Chile Chico, se buscará comercializar los vinos en particular de Pinot Noir y Chardonnay, las variedades más prometedoras según esta investigación. Reyes agregó que «la idea es que se comercialicen asociados al turismo en la zona al principio, pero eso no quita que se venda en Santiago o en otros lados. Las expectativas que se generan con estos vinos son bastante grandes”.

Al final de la degustación en VINOLIA tuvimos la oportunidad de probar Keokén Sauvingon Blanc 2021, del cual llegaron desde Aysén dos botellas. Lo que nos permitió confirmar el carácter de la variedad en esta zona degustado de su cosecha 2016, con bajo grado y volumen, también delicado carácter.

En los próximos años, explicó a su vez el director del INIA, Pedro Bustos, los investigadores de INIA esperan avanzar en el manejo de éstas y otras 5 variedades, entre ellas Tempranillo, y la elaboración de sus vinos; “ya que cada año, dijo, presentan un nuevo desafío. Conjuntamente, la idea es ir transfiriendo las tecnologías generadas y apoyar a todos los productores locales que quieran sumarse a este desafío de producir los vinos más australes del mundo”.

Bustos recordó a su vez que INIA suele dar los primeros pasos exploradores a lo largo de todo Chile en busca de nuevas oportunidades de desarrollo agrícola, para luego acompañar a sus socios en el desarrollo comercial de los productos. Un apoyo fundamental que en el caso de los dos agricultores de Chile Chile tuvo financiamiento de FIA para el desarrollo de sus nuevos viñedos. Un tercer productor, sabemos por RRSS, está desarrollando su viñedo de la mano de Viña Ventisquero. Señales claras, aunque aún no aparecen registros en el Catastro SAG 2020, de que los viñedos más australes del mundo ya van por más.

Pedro Izquierdo, Marisol Reyes y Fernando Almeda, parte del equipo a cargo del proyecto Keokén.

Otros viñedos australes:

Nueva Zelanda tuvo el título del viñedo más austral del mundo, gracias al proyecto Grasshopper Rock ubicado en Central Otago, dentro de la Isla Sur de su archipiélago, en la latitud Sur 45º25.

En Argentina, en tanto, el viñedo más extremo se encuentra en la latitud Sur 45º31 y está entre el Lago Musters y el lago Colihuape, en la provincia de Chubut y es del proyecto Otronia, impulsado por de Alejandro Bulgheroni. El emprendimiento está en la provincia de Chubut, antes llamado «Otrón» por sus antiguos pobladores.

En Chile, el proyecto que precede en latitud al viñedo de Chile Chico es una aventura de Viña Montes, y se encuentra plantado en el Archipiélago de Chiloé. En otoño del 2021 se cosecharon por primera vez de aquí Chardonnay y Pinot Noir. Sin superar los 10°A las uvas serán destinadas a elaborar un espumante.

 

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