MIGUEL TORRES CHILE PRESENTÓ ÁNDICA Y SU TOP DE LÍNEA ALMADO
Con el anhelo de proteger a sus campos y viñedos usando políticas sustentables, la bodega sumó a su portafolio nacional una nueva línea de vinos elaborada con uvas orgánicos.
La nueva línea de vinos de Miguel Torres en Chile, Ándica, luce en sus etiquetas la figura del Pegaso, haciendo eco a los pilares más importantes de la bodega: sustentabilidad y la preocupación por el medioambiente.
Ándica estará integrada por vinos que muestran las mejores características de cada variedad, reflejando la identidad de los valles vitivinícolas que dan origen a sus uvas. Su base de la pirámide está formada por vinos de categoría Gran Reserva, los que ya se encuentran en Jumbo a $6.900.
Según destaca nota de prensa de la bodega, el nuevo Sauvignon Blanc Ándica proviene de campos cercanos a la Cordillera de Los Andes en el Valle de Curicó, condiciones que dan lugar a sectores más fríos y frescos, permitiendo lograr vinos de mayor frescor y acidez. Si el viñedo es el que pensamos, este será sin duda un nuevo gran Sauvignon de Curicó.
El Maule, en tanto, es la cuna del Pinot Noir Ándica. Nacido en una zona cercana a unos 20 kilómetros de la costa maulina, su viñedo recibe una importante influencia marina. En tanto, Ándica Carmenere nace en las riberas del Río Maule. Curiosamente, del valle del Itata, proviene Ándica Cabernet Sauvignon. Su viñedo está emplazado en la zona central del valle, sobre suelos de terrazas aluviales.
El vino que posicionará, al menos por ahora, en la cima de la línea Ándica, Almado Mezcla Orgánica 2018 del Valle del Maule ($19.900) nace de un par de parcelas específicas de la bodega familiar. Su mezcla está formada por 60% de Cabernet Sauvignon, 20% Merlot, 12% Tempranillo y 8% Touriga Nacional.
Las uvas provienen en su minoría de terruño de suelos arcillosos bajo un clima fresco en la comuna de San Clemente, en San Luis de Alico. La mayoría de las uvas, en tanto, provienen de un viñedo sobre suelos graníticos del secano bajo el clima más cálido del área de Huerta de Maule. Ambos viñedos son manejados bajo los principios de la agricultura orgánica.
Almado 2018 nace de un gran año, «considerado frío para Chile, y que dio vinos de guarda, en especial del área del secano”, señala en la nota de prensa Eduardo Jordán, enólogo y director técnico de Miguel Torres Chile. Criado por 12 meses en roble francés (del cual un 18% corresponde a barrica nueva) Almado 2018 nos encantó por su fuerza y a la vez elegancia, lleno de frutas roja de muy rica acidez; así como un cuerpo de tanino sucroso y tenso. Sin embargo, precio e imagen se nos escapa como top de línea de Ándica, tal como mencionamos en nuestro primer WipNews TV.
Vale destacar que Almado cuenta además de certificación de uva orgánica, con certificación vegana V–Label.
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