BOCASECA, LA INDEPENDENCIA DE JORGE GUTIÉRREZ

Publicado el 20 julio 2023 Por Nadia Parra @vinopatrimonial

Como el mar infinito y su incertidumbre, la calma agresiva de las olas, lo obliga a estar siempre en movimiento. Esta es su historia y sus vinos. Nos lo cuenta Nadia Parra.

Fue en pleno viaje cuando Jorge Gutiérrez, haciendo vendimias en Artesa Winery (Napa 2006) tuvo la suerte de ser reclutado como segundo enólogo por Aurelio Montes Baseden para la vendimia 2007 en su bodega de Apalta (Viña Montes). Viaje del que luego volvería a EE.UU para hacerse cargo del proyecto de Montes USA LLC. Estuvo allí, 5 años a cargo de la operación completa, momento en el que asume haber aprendido muchísimo en contacto con otras bodegas, enólogos, profesionales del rubro de Napa y Sonoma Valley. El proyecto de Montes en Napa y sus vinos Napa Angel, por cierto, tomaría un respiro en 2018 hasta hoy según nota de La Tercera. 

Jorge Gutiérrez sobre la ola junto a su bodyboard, Pichilemu.

Jorge y su inquietud, enamorado del bodyboard en California, del viento, sus olas, su sonido, su aroma y su única certidumbre, su movimiento… y con la noticia de convertirse en padre, decide es tiempo de volver a Chile. Momento cuando, nuevamente Aurelio Montes Baseden le ofrece hacerse responsable de la bodega de Apalta. Cargo que acepta del 2012 al 2016 como responsable de la entonces nueva línea Outer Limits y algunos ensayos de sus vinos íconos.

El constante movimiento, lo que le empuja a querer buscar el oleaje constante, la naturaleza, lo llevan así al inicio de un proyecto propio. Es entonces cuando Jorge, ya en el periplo local, se instala en Punta de Lobos (Pichilemu). Acompaña y apoya a su madre entre otros proyectos. Elije el mar. Y la independencia de decidir qué vinos hacer. Aquí nace lo que en un principio se llamará Boca a boca, para luego en una conversación familiar en relación al dicho popular que se refiere a alguien que bebe mucho, pasaría a llamarse Bocaseca.

Su trayectoria lo hará viajar, de nuevo. Ahora por Chile, en constante búsqueda de los mejores viñedos en territorios específicos. El camino propio lo llevó a Pumanque para hacer un Cabernet Sauvignon;  a Puquillay para elaborar su mezcla blanca de Sauvignon Blanc y Semillón;  a Paredones para hacer su Pinot Noir; al  Itata para su País y en su Guarilihue Alto para un Cinsault. Vinos que todos juntos suman ya entre 5000 a 8000 botellas dependiendo del año.  Todos, vinos que hablan de su búsqueda por distintos terroirs, lo que complementa con micro vinificaciones y diferentes formas de guarda, para dar les  un carácter especial, de trazo único.

La producción limitada de cada vino, trata de representar claramente el sector del que provienen y la variedad de cada lugar. Su estilo de vivificación se adapta a la cepa. La importancia para él es de fermentar de la forma más pura posible, usar levaduras nativas y conseguir vinos jugosos, de rica acidez.

Tres favoritos de la familia Bocaseca

Aquí mis tres destacados, porque  representan de buena manera el frescor que busca Jorge en dos valles, los  que, si bien, tienen diferencias profundas a nivel territorial, los hace conversar y entrega un propio sello.

La mezcla blanca de Sauvignon Blanc y Semillón, nace de parras de más de 40 años en Puquillay, Colchagua. Su vinificación se realiza por separado, macerando primero con pieles durante 3-4 días, antes de que sea fermentado. El vino es guardado en barricas usadas de 300 litros durante 10 meses juntas, para luego ser embotellado sin filtrar. El resultado es un Boca Seca de color dorado, de estructura sólida y envolvente. De buena acidez, buen volumen y peso en boca. Muy versátil para maridajes tal como pescados con salsas cremosas o un chupe de jaiba.

Su País de viñedos centenarios de Guarilihue Alto, se fermenta en barricas abiertas, con un 10% de  maceración carbónica. Luego, se guarda en barrica de 300 litros por 9 meses. Se embotella sin filtrar, sin aporte de madera. Su cuerpo es ligero, fresco y frutal, de taninos suavizados. Vendría muy bien como compañero de empanadas y crudos.

Su pinot noir 100%, de Paredones, una de las zonas más frescas de Colchagua, nace de parras de 15 años dispuestas en lomajes pronunciados, a tan solo 8 kilómetros del Océano Pacífico. Las uvas tuvieron maceración en frío con bayas enteras, y un pequeño porcentaje de maceración carbónica. Luego de la fermentación, tuvo una guarda en barrica de 12 a 14 meses. Su marca es de una fruta fresca, jugosa, de rica acidez.

Todos los Bocaseca, me cuenta Jorge, tienen una línea que los atraviesa:  el Mar. “El mar modera, regula, hace que en Chile no exista rincón que no se vea influenciado por la costa; eso le da un carácter a todo nuestro territorio”. También,  porque es el lugar que escogió para construir su camino independiente.

Los vinos de Bocaseca se a través de venta directa mediante su propia cuenta IG. Valores: $10.000 Rosado, Mezcla Blanca y País/Cinsault y $12.000 Cabernet y Pinot Noir.


Nadia Parra Monroy es autora de la Guía Vinos de Nicho, una publicación de ProChile. Sommelier e Historiadora del Arte, Université Sorbonne París IV y Universidad IUSEK, Master en Comunicación Cultural y Crítica de Arte, Universidad de Girona, España. Master en Proyectos de Impacto Social, Banco Interamericano de Desarrollo, (BID). Ex coordinadora Nacional de Promoción de Exportaciones de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores. Asesora de portafolios nacionales e internacionales, para productores e importadores con foco en pequeñas producciones sostenibles y a escala humana. Fundadora y actual Presidenta de la Asociación de Mujeres del Vino de Chile (MUV). Actualmente es socia y la sommelier detrás del bar de vinos  pop-up WineRebels.


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