Publicación: 15 diciembre 2020

PARA DETECTAR HUELLA GENÉTICA DE VINOS CHILENOS

Innovación liderada por INIA y financiada por FIA busca una metodología que permitirá detectar fraude. La herramienta sería utilizada por el SAG.

Un grupo de investigadores de INIA con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y empresas del sector privado, están desarrollando una metodología de trazabilidad genético-molecular del origen varietal de los vinos. El objetivo del proyecto busca entregar técnicas analíticas para determinar la autenticidad varietal del vino nacional, al rastrear el origen de la materia prima que se utiliza en la elaboración.

Nilo Mejía, biotecnólogo molecular de INIA La Platina, explicó para comunicado de prensa del proyecto, que hoy la trazabilidad en la industria vitivinícola nacional se basa sólo en el seguimiento de documentos, como es la verificación de facturas y guías de despacho de materia prima y productos terminados; así como la declaración de información a las empresas certificadoras para la elaboración del boletín de exportación. Sin embargo, ninguna de estas instancias utiliza técnicas analíticas que generen certeza jurídica, para determinar la autenticidad varietal del vino chileno.

La innovación metodológica en la cual están trabajando actualmente, permitirá analizar la composición varietal más allá del material vegetal que dio origen al vino, al identificar además su mosto (es decir los vinos sin terminar) y los vinos terminados y envasados, aclaró Mejía.

El proyecto soluciona entonces la problemática actual por medio de la determinación de la huella genética del vino; es decir, el análisis de su ADN, tanto en el material vegetal como en sus vinos. Según Nilo Mejía este método es preciso y no está sujeto a efectos ambientales o de manejo de la materia prima.

Impulsado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) en su Convocatoria Nacional 2019, la metodología generará una herramienta de especial interés para el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), ente fiscalizador del cumplimiento de la Ley de Alcoholes N° 18.455, que regula la producción y origen de los vinos producidos en nuestro país y que contribuye a mantener la imagen de Chile como productor de excelentes vinos.

“Esta metodología tiene el potencial de valorizar las producciones genuinas y al mismo tiempo ofrece una herramienta analítica de apoyo que genera una certeza jurídica para las labores de fiscalización que realiza el SAG, institución asociada al proyecto. La transparencia en el uso de materia prima aportaría significativamente a la valorización de la marca país, porque además de calidad el consumidor moderno busca integridad, responsabilidad y autenticidad”, especificó la investigadora y enóloga de INIA, Irina Díaz.

La iniciativa cuenta con la participación de Vinos Lugarejo y de VIGNO como asociados, con quienes validarán los trabajos en materia de análisis genéticos del vino.

“Participar en el proyecto de huella genética, para vinos Lugarejo, es muy importante. No sólo porque queremos saber que la uva que compramos es realmente la que queremos adquirir, sino porque nos motivan nuestros clientes. Queremos que la gente reciba un vino honesto y sepa que lo está comprando es lo que desea probar. Si bien a la fecha no exportamos, sabemos que al momento de iniciar nuestras ventas al exterior, tener un sello de huella genética, realmente será un plus para nuestras botellas”, contó para el comunicado Elina Carbonell, dueña de Vinos Lugarejo, una producción de autor, familiar, con las propias uvas de sus jardines en Nancagua, Peralillo y Paredones.

En el plazo de 3 años, se espera obtener una experiencia piloto de certificación de autenticidad de vinos, a fin de generar un servicio que contribuya a aumentar la transparencia en la industria vitivinícola y valorizar la imagen país a través de productos auténticos.

“Sin duda la industria del vino es nuestra carta de presentación en el extranjero y nosotros, como institución vinculada al Ministerio de Agricultura, hemos tratado de fortalecerla con el trabajo que durante décadas han realizado nuestros investigadores, informó el Director Nacional de INIA, Pedro Bustos.

En tanto, el Director Ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre, indicó que para la Fundación es de suma importancia aportar al desarrollo del sector vitivinícola del país “y hoy el reto en esta línea se encuentra en la disminución de brechas tanto entre productores como con los competidores a nivel internacional. Asimismo, el trabajo en imagen ante los mercados extranjeros se presenta como un aspecto estratégico.

Este importante proyecto nos ha dejado en WiP.cl varias interrogantes, como por ejemplo, cuál será el uso que le dará el SAG: será para detección de agua en el vino o de variedades de uva de mesa. Además, quiénes podrán ser parte, ahora cuando la vitivinicultura en Chile ha comenzado a preguntarse qué valor comercial tienen las variedades desconocidas en sus viñedos. Para responder estas preguntas conversamos con Irina Díaz, investigadora del INIA y parte del proyecto:

“QUEREMOS EVITAR ERRORES COMO EL DE LA CEPA TAMARUGAL”

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