PIEDRA SAGRADA, UN GRANDE AL NATURAL DE MAIPO ANDES
100% Cabernet Sauvignon con la menor intervención posible, es el nuevo vino que nace en Pirque, como homenaje a un singular chileno con destacable carrera en el mundo del vino desde su exilio.
Arturo Pérez Rojas, ingeniero agrónomo enólogo economista chileno, es «EL ALMA» detrás del Cabernet Sauvignon Piedra Sagrada, un proyecto nacido a los pies de los Andes, en el Valle del Maipo hace ya casi 20 años atrás. El perfil de su rostro en la etiqueta y en el logo de la viña así nos lo van a recordar siempre, pues Arturo falleció el año 2013, apenas un año antes que naciera su primer vino.
Según nos cuentan sus hijos radicados en Europa, y también amigos de la industria del vino que con tanto cariño lo recuerdan, Arturo Pérez Rojas tuvo gran trayectoria en el mundo del vino internacional; la que comenzó en Chile donde llegó a ser director de la División de Alcoholes y Viñas del Ministerio de Agricultura durante el Gobierno de Salvador de Allende (1970 a 1973).
En este período, le recuerda el enólogo alemán Klaus Schröder (quien entonces estaba a cargo de los vinos de Viña San Pedro) por tener detrás de su escritorio, una foto en gran formato del Che Guevara, en lugar de un retrato del Presidente. Fue gracias a esa visita a su oficina en Quinta Normal, que le dieron las tantas veces negada oportunidad para realizar el examen de enólogo en Chile.
Arturo Pérez Rojas fue además «un director de muy amplio criterio y muy entusiasmado con sus actividades funcionarias, manteniendo una muy buena relación con el medio (al margen de consideraciones políticas), a través de un Boletín DAV. El que trataba muchos temas de la profesión que, en ese tiempo, eran escasos de encontrar, sobre todo para quienes recién se iniciaban en el medio». Así lo recuerda Fernando Herrera, quien como muchos otros chilenos del mundo gremial del vino siguió en contacto con Arturo gracias a congresos internacionales de la OIV, entonces Oficina Internacional del Vino y de la Vid.
Y es que años después, en el exilio, Arturo Pérez Rojas convalidó sus estudios de Agronomía y Enología en Francia y España, y sumó también los estudios de Economía. En el viejo continente incluso, tuvo una estadía por algunos años en Argelia donde fue docente. Y, desde diferentes instituciones asociativas, ya fuera como Consejero Técnico o Director de Instituciones, siempre siguió involucrado profesionalmente en el rubro del vino; especialmente como vínculo entre Chile y Europa a través de la OIV y como su Delegado Oficial Francés entre 1985 y 1995, tal como nos lo relata Víctor Costa. Quien, por cierto, le rindiera homenaje en una reunión anual de la Asociación de Agrónomos Enólogo de Chile en el año 2005.
El Arturo Pérez Ramírez, el médico, junto a su hermano Marco (el músico, quien por estos días está en Chile para la vendimia 2021) nos cuentan que el campo de Piedra Sagrada en Pirque, plantado con 3,5 hectáreas de Cabernet Sauvignon, era donde su padre soñaba tener una casa descanso en Chile; ello después de estar muchas décadas, demasiadas, tan lejos.
El plan cambió cuando él mismo Arturo Pérez Rojas se dio cuenta que estaba justo en una zona de gran prestigio para la producción de Cabernet Sauvignon. Así fue como basado en su experiencia europea diseñó el viñedo plantado en 2002 con una densidad de 4.000 plantas por hectáreas. El doble de lo que se plantaba en Chile en esa época, explican sus hijos. Pensando además en que tuviera irrigación por goteo, construyó el pozo profundo que permite hoy abastecer el sistema de aspersión para prevenir los efectos de las heladas tan comunes en las terrazas del Río Maipo.
El enólogo anónimo a cargo del proyecto en su día a día, es un joven vecino de Pirque, sin embargo el rosto visible detrás de la mezcla es un amigo de la familia. Hablamos del experto en degustación francés Eric Verdier. Para Verdier, un reconocido conocedor de los vinos de los grandes terruños del mundo, existen 7 sectores dentro en este pequeño viñedo de Pirque, los cuales le dan 7 vinos diferentes. Con ellos, es como cada año desde 2014 realiza la mezcla de este vino que le tiene fascinado; y parece haberle abierto los ojos sobre la calidad que Chile sí puede producir.
Verdier, nos dice Marco, no es enólogo, sí especialista en análisis sensorial. De allí, que en su paladar tiene grabados cada uno de los grandes vinos del mundo. Por eso, dice conocer grandes vinos chilenos de esta zona, aunque el origen de Piedra Sagrada es para él único y el más excepcional. Incluso, explica, es un terruño con la valiosa propiedad de ser capaz de reflejar el carácter de cada añada. Ello, con el Cabernet Sauvignon como gran instrumento. Dos grandes verdades sobre Maipo Andes, que ya sabemos en Chile desde hace muchos años.
La singularidad de Piedra Sagrada sin duda, es su carácter de gran vino a un precio de $94.000 la botella, pero elaborado bajo la filosofía de vinificación de un vino natural. Entiéndase, con la menor intervención posible en viñedos y bodegas. Lo que explica Marco, les lleva a evitar el uso de productos químicos en viñedos, así como nada de levaduras comerciales, sulfuroso ni filtraciones en bodega. También, un 65% de barricas nuevas para la guarda del vino por 14 meses. Todo lo que lo convierte en un Cabernet recién llegado al barrio alto del Maipo, más delicado que potente, más liviano que de gran cuerpo, pero siempre de gran estructura y elegancia.
Tuvimos la oportunidad de probar las últimas 3 cosechas que salieron al mercado el año 2020. Me refiero a 2016, 2017 y 2018. Cada una vivo reflejo efectivamente de sus muy particulares añadas.
Piedra Sagrada 2016 es más frágil, en color y en fuerza, nacido bajo un año complicado, con más de 80 mm de lluvias en abril, justo mes de vendimia para el Cabernet. También el más frágil una vez abierta la botella. Por ello, no lo guardaría mucho más.
Piedra Sagrada 2017 es más intenso y cálido, propio de aquel fatídico verano híper cálido de descontrolables incendios. Bien le haría bien, para suavizar su ímpetu, guardar un poco más.
Y Piedra Sagrada 2018, el más frutal y fresco de los tres, es nacido de un año templado, el que dio vinos en general de gran equilibrio, y a Piedra Sagrada, en particular, más concentración y a la vez más frescura. Todo lo que sin duda le invita a guardar por varios años más, aunque también más listo para beber hoy.
Curiosamente, estos tres vinos de la casa se presentaron en 2020, igual que sus cosecha 2014 y 2015, las que fueron destinadas explosivamente a Europa. Sí podemos decirles que 2016 y 2017 estarán próximamente en Chile y Europa; mientras la 2018 ya está en tiendas de El Mundo del Vino y promete estar en todos los mercados, apoyada por los 97 puntos que le otorgó Patricio Tapia para la Guía Descorchados 2021; el puntaje más alto entre todos sus Vinos Revelación. Antes de 2014, las uvas del campo de Pirque se vendían a terceros. Los vinos desde 2014 se elaboran en bodegas cercanas.
¿Por qué Piedra Sagrada? Si también se lo habían preguntado, el relato de sus hijos cuenta que cuando comenzaron dentro del campo la construcción de la bodega que aún no terminan, con los movimientos de tierra apareció una gran piedra que por su peso nunca pudieron mover. Así es que allí la dejaron. Con los años ésta se fue lavando con la lluvia para revelar una hermosa piedra tacita, con perforaciones realizadas por culturas ancestrales. Éstas, casi siempre circulares, suelen estar sobre terrenos planos y cercanas a algún arroyo. Su potente presencia y significado da nombre al proyecto.
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