Nuestra editora Mariana Martínez repasa los grandes logros de VIGNO para el vino de Chile, y lo hace de la mano de sus fantásticos 2019.

La semana pasada en Viña Undurraga, los Vignadores del Carignan se reunieron para palpar en una degustación sus nuevos vinos de la cosecha 2019, la más reciente, por cierto que debido a sus excepcionales normas ya puede empezar a llegar al mercado. También, fue una reunión para celebrar que con sus vinos 2018 -recién catados debido a la pandemia por la prensa internacional- obtuvieron en masa altísimos puntajes y también, cómo no, sus primeros 99 puntos. Los más altos, valga también destacar, recibido por los vinos de Chile en la publicación que consideramos de mayor prestigio internacional, The Wine Advocate.

Hace diez años atrás, imaginar que los Carignan del secano del Maule pudieran alcanzar esta hazaña en The Wine Advocate, era sólo un sueño; un sueño a largo plazo. Y aunque puede que éste no haya sido parte de los objetivos iniciales que reunieron en un proyecto Corfo (*) a varias viñas chilenas para destacar las cualidades de los viejos viñedos de Carignan -los que habían ido descubriendo y trabajando de la mano de sus pequeños productores- al cumplir su primera década con tales reconocimientos, es más que una buena razón para festejar por todo lo alto.

Cierto es que entre muchos consumidores la marca VIGNO aún no dice mucho. Todavía al verla en las etiquetas  se preguntan si acaso es una cepa, o el nombre de una viña, o una línea de vinos. La respuesta correcta no es ninguna de las anteriores y puede resultar algo compleja, pero es simple de explicar. Ver las etiquetas del grupo juntas, también ayuda.

Hace un poco más de diez años un grupo de viñas medianas, chicas, y muy chicas, se unieron para crear una marca colectiva, y para poder usarla pusieron reglas estrictas, nunca antes vistas en el vino de Chile. Esa marca era VIGNO. Además, ese mismo grupo llamado los Vignadores del Carignan, se creó como una asociación que se identificaría con un territorio y una cepa, además de defender las reglas autoimpuestas que deberían cumplir para lucir la marca, y también asegurar una alta calidad. Tal como lo hace efectivamente un Consejo Regulador que protege el uso de una Apelación o Denominación de Origen al estilo europeo.

La diferencia propia de estar en el Nuevo Mundo, llevó a los Vignadores a no auto exigirse vinificar ni embotellar en origen, tampoco a estar protegidos por decretos estatales, como lo sería en Chile el Decreto 464. Ser una marca privada bajo la protección del registro de marcas INAPI era para ellos suficiente. Y vaya que al cumplir 10 años de aquella inédita idea en el vino de Chile, ha sido más que suficiente.

En ese camino, las reglas se fueron ajustando, ciertamente. Una ventaja de no estar atados a Decretos o Leyes. Así fue como pasaron de exigir un 65% mínimo de Carignan en sus VIGNO, a un 85%. Aunque, ya con la cosecha 2019 la gran mayoría de los VIGNOS, son 100% Carignan (ver detalle de mezclas en cada vino detallado al final de esta nota). Era lógico que en ese camino, aprendieran a domar la fuerza de taninos, alcohol y acidez de sus vinos, también a alcanzar mayor elegancia y complejidad, y cómo no, identificar las diferencias que entrega la ubicación de sus viñedos dentro de su vasto territorio delimitado, dentro del aún mucho más vasto Valle del Maule.

Y es que otra regla del club era que todo el origen de los VIGNO, independiente de sus cepas, debería estar en el secano costero del Maule, desde el río Loncomilla hacia el limite sur del valle. Además, sus viñas sin riego alguno y en cabeza, deberían tener más de 30 años.

Otra regla más de VIGNO, y la razón por la cual sus vinos de la cosecha 2019 recién salen ahora al mercado: el vino debería permanecer en bodega al menos 2 años después de cosechadas sus uvas. Donde o cómo era guardado, da igual. Sí o sí debe tener una crianza con paciencia: algo que también entendieron sus VIGNadores desde el inicio y que era indispensable para poder causar el impacto que buscaban.

La suma de estas nada de caprichosas reglas, sólo llevaron a un trío de buenas cosas: Primero, pagar precios más que justos por las uvas de viejos viñedos del secano. Segundo, tener precios sobre la media para la venta de sus vinos en el mercado. Tercero, ganarse el prestigio internacional. En ese mismo y preciso orden de factores.

La suma de las nada caprichosas reglas de VIGNO, sólo llevaron a un trío de buenas cosas: Primero, pagar precios más que justos por las uvas de viejos viñedos del secano. Segundo, tener precios sobre la media para la venta de sus vinos en el mercado. Tercero, ganarse el prestigio internacional. En ese preciso orden de factores.

Tres grandes logros y un gran resultado que hoy debería sin complejos envidiarle el resto de la industria del vino en Chile; aún marcada por la importancia de vender vinos buenos, bonitos y baratos. Las 3B que sin duda fueron el impulso para que el periodista Eduardo Brethauer y el enólogo Andrés Sánchez, vieran la necesidad de crear algo como VIGNO, al gestarlo como una novedosa idea en 2009.

Cuando le preguntamos a Andrés Sánchez, cómo ve dónde está VIGNO hoy, nos dice: «Yo tenía una idea que VIGNO podía funcionar porque se juntaron varias cosas: el territorio y los viejos viñedos que dan vinos excepcionales; una historia que Chile no tenía y que le dio un peso real ante el resto del mundo… Los 99 puntos del medio más importante en vinos del mundo, consolida este sueño colectivo; un sueño que tomó mucha generosidad de las viñas que lo conformaron, y que era algo no visto antes en la industria del vino de Chile… Están diciendo que los mejores no son del Maipo, ni de Colchagua, sino  Carignan del secano del Maule… Para mi eso un salto a la Luna, es la innovación más grande en los últimos 20 años del vino chileno. Tiene que ver con consolidar una mirada en un territorio, porque hasta entonces, la industria había puesto la mirada sólo en sus marcas propias».

A propósito de los logros de VIGNO, los que siempre Sánchez vio muy replicable en otros territorios de Chile con otras cepas, nos contó que ya se viene una nueva marca colectiva para el mismo Maule, esta vez sí con la exigencia de vinificar en origen y con la cepa País como estrella. En un par de semanas, prometió, sabremos todos los detalles.

«Para mi es un salto a la Luna -dice Andrés Sánchez, gestor de la marca colectiva a propósito de los 99 puntos de un VIGNO 2018-. Es la innovación más grande en los últimos 20 años del vino chileno. Tiene que ver con consolidar una mirada en un territorio, porque hasta entonces, la industria había puesto la mirada sólo en sus marcas propias».

Hoy conforman VIGNO en orden alfabético, las viñas: Alcance de Jackson Family Wines (por ahora en stand-by), Bodegas RE (Ex Viña Roja o Santa Elena), Bouchon Family Wines, Carter Mollenhauer (desde enero de 2020), Casas Patronales (de diciembre de 2019), De Martino, Emiliana (desde 2018 y sin cosecha 2019), Garage Wine Co., Gillmore, Lapostolle, Miguel Torres, Morandé, Odfjell, P.S. García, Undurraga y Valdivieso. Ya no es parte, pero fue fundador Viejo Almacén de Sauzal. Sólo por un año o algo más, fue parte también del grupo Viña Concha y Toro.

SOBRE LA COSECHA 2019 DE VIGNO

No pudimos estar presentes en la celebración, pero sí pudimos catar luego en casa en calma 13 etiquetas 2019, de las 16 viñas que hoy conforman VIGNO. Más adelante compartimos nuestras notas de cata, pero antes un breve análisis de lo catado y concluido.

• Si fue 2018 la que logró los 99 puntos, y no los ya fantásticos VIGNO de la cosecha 2019, apresúrense por buscar lo que hay en el mercado del 2018.
• Siendo año cálido 2019, sus VIGNOS muestran hoy en general esa gran cualidad que es la alta acidez natural del Carignan, además de cuánto se ha aprendido a manejar en viñedos y bodegas. Nos explica el mismo Sánchez: «Se aprendió a identificar los años cálidos, y que en días de muy alta temperatura la planta cierra los estomas, se bloquea y no avanza la madurez, pero sí avanza por deshidratación. En esto, la formación en arbolito (o cabeza) gracias a los brotes firmes de las cepas mediterráneas como la Carignan, le permite además protegerse de la luz».
• Y vaya que se ha avanzado en encontrar el equilibrio entre esa alta acidez y su también alto grado de alcohol. Tanto, que ya no hay VIGNOS jóvenes que quisiéramos guardar  para no volver a ver en diez años más.
• De allí, que en el grupo ya podemos decir que son todos sus vinos 2019 excepcionales, listos para beber hoy con mucho placer, y cómo no! también para guardar por al menos, al menos… 10 años más.
• Mostrar los vinos por zonas (así los verán separados en las notas de cata) permitió sentir sus diferencias de clima, destacando entre todos ellos las zonas más frías y costeras de Truquilemo y Empedrado, en los que hay una identidad marcada por vinos más frescos en su acidez y a la vez más ligeros; también más tensos y con marcadas notas a grafito.
• Las zonas más cálidas, por el contrario, entregaron vinos de taninos sucrosos, junto con voluptuosas bocas, para sumar texturas incluso licorosas. Mostrando una gran maestría en fermentaciones, dejando atrás la escuela extractiva de Burdeos, donde la Carignan no tiene reino. En nariz, marcados además, con exóticas notas de dulce de guayaba y maquis.
• El grupo en esta cálida cosecha 2019, muestra además que la fuerza de taninos, alcohol y concentración de fruta madura, bien pueden coexistir sin molestar, siempre que haya una rica acidez que acompañe el conjunto.
• La temperatura correcta de servicio (entre 16 y 18°C) será clave eso sí, como siempre, para disfrutar la fuerza multi-dimensional de VIGNO. Porque si solemos decir que el Carignan es una cepa que da vinos con mucho color, mucha fuerza, y mucha acidez, el ramillete de VIGNOS 2019 lo confirman.

13VIGNO EN VERSIÓN 2019

Garage Wine Co. VIGNO Truquilemu 2019 (88% Carignan – 12% Monastrell)

De color profundo, violeta, nariz especiada, con aromas a curry y hierbas, además de notas a casis, grafito y tinta china. De muy alta acidez en boca, y un cuerpo medio a ligero de tanino suave y a la vez con garra en su final. En boca es además muy mineral, muy tenso. Sin duda, de muy larga guarda. Sino quieren esperarlo tanto, descorchar y probar sólo una copa, y dejar abierta botella por varios días. Valdrá la pena esa fuerza de voluntad, aunque esta vez no le pidan más.

Lapostolle Empedrado Carignan VIGNO 2019, Maule (100% Carignan)

De precioso color rubí en capa media, con notas a frutas rojas sobre un dejo a caramelo de leche que se repite en la boca. De cuerpo ligero a medio, con mucho sabor a frutas rojas de rica acidez  y sabor a yogur de ciruela. Tanino firme en su final. Muy elegante.

Carter Mollenhauer VIGNO Truquilemu 2019. Maule (100% Carignan)

Preciso color rubí, de capa media. Si bien en nariz aún se muestra cerrado, su boca si está llena de frutas rojas, muy jugosas. De cuerpo medio a liviano, rica acidez y final tenso. Lindo vino, muy vibrante.

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Bouchon Family Wines VIGNO Carignan 2019, Maule (100% Carignan)

De color rojo en capa media, con una nariz que destaca por sus notas a frutos rojos con cierta evolución  y hierbas. En boca de cuerpo medio a ligero, muy amable gracias a una acidez más bien baja. Su entrada es amable, pero termina con mucha garra. Ideal para quienes gustan de la fuerza pero  de la acidez alta.

Casas Patronales VIGNO 2019 (100% Carignan)

De color violeta profundo, marcado en nariz por notas a eucalipto, hierbas y especias dulces. De cuerpo medio y tanino suave, se destaca por lo goloso de su textura. De final tenso y rica acidez. Todo en equilibrio. Un VIGNO dócil, sin perder carácter.

Odfjell VIGNO 2019 (100% Carignan) el mejor de su historia. Mi favorito hoy del grupo.

Violeta muy oscuro, como la noche, luce además un cambio de botella al estilo Ródano y de etiqueta. Su nariz es de intensidad alta, muy especiada y muy madura, igual que en boca, donde además se siente cálido, voluptuoso, y de acidez media. Se trata de un tinto tan intenso, cálido y lleno de fruta negra, que bien se acerca a un joven Oporto, o tinto fortificado. ¿Un vino acaso demasiado cálido y plano? Para nada, allí está su acidez bien marcada para levantar y tensar todo su conjunto. El más exuberante y seductor de todos. También es el mejor, de su propia historia.

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Miguel Torres VIGNO 2019 Huerta de Maule (95% Carignan – 5%Malbec)

De color violeta, destaca en nariz por ser una explosión de notas a guayaba y frutos negros, entre ellos el maquis. De cuerpo medio a ligero, su textura es licorosa, ágil, y de muy rica acidez. Un tanino con garra en su final le suma tensión. Con mucho de todo, en perfecto equilibrio.

De Martino VIGNO 2019, Sauzal (85% Carignan + 15%de Malbec y Cinsault)

De color rubí oscuro, y notas a frutos negros, regaliz y dulce de guayaba. De cuerpo medio, igual que su acidez, y con tanino muy firme aunque de sensación final muy cremosa. Muy largo en boca, con notas a cenizas y humo en su despedida.

Undurraga VIGNO 2019, Entre Sauzal y Cauquenes (90% Carignan – 10% Cinsault)

De color violeta muy oscuro, con notas en nariz a grafito y maquis. En boca de cuerpo medio a ligero, de tanino amable y dulce, sucroso como dicen los argentinos. Su muy rica acidez le da un final con tensión. Potencia en equilibrio.

P.S. García VIGNO 2019 Melozal (100% Carignan)

De color violeta profundo, con notas a tinta china, casis y maquis. De cuerpo medio a ligero, mucha fuerza, rica acidez y abundante fruta negra. De tanino sucroso, listo para beber hoy, aunque con garra y potencial para muchos años más. Una bomba de seducción.

Valdivieso VIGNO 2019 Melozal (100% Carignan) Vinificado 30% en ánfora y barrica usada.

De muy profundo color violeta, con notas en nariz a tinta china, maquis, y un dejo herbal en su final. En boca de cuerpo medio, tanino sucroso y firme a la vez. Una rica acidez final acompaña un retrogusto muy sabroso, lleno de frutas negras.

Morandé VIGNO 2019 Melozal (92% Carignan – 8% Syrah)

Muy violeta y muy oscuro, con notas a cenizas y humo en nariz. De cuerpo medio a ligero, lleno de fruta negra intensa, con mucha garra y firme estructura. De rica acidez y el dulzor de la fruta negra del Syrah.

Bodegas RE VIGNO 2019 Melozal (100% Carignan)

De color rojo rubí intenso, con notas de grafito, y una leve nota de volátil, acompañada de notas a especias dulces aportadas por la guarda en barricas. De cuerpo medio a ligero, licoroso en su textura, y un tanino final que se garra con fuerza. Muy cálido en su final y a la vez de rica acidez.

(*) VIGNO se formó el año 2009 al alero del Clúster del Vino de la Región del Maule, con el apoyo de CORFO y la Agencia de Desarrollo Productivo. Fue una idea del periodista de vinos Eduardo Brethauer y Andrés Sánchez, enólogo de Viña Gillmore, quienes conversaron con los otros enólogos que ya producían vinos de Carignan, entre ellos Odfjell, Miguel Torres y Morandé. Esta última viña había vuelto a usarla en las mezclas de sus vinos de alta gama. Les explicaron la idea, aunque sin tener muy en claro qué iban hacer, y todos se sumaron. Ganada la postulación a fondos del Estado, 18 de octubre del 2010 fundaron la asociación gremial Vignadores del Carignan, formada por las viñas: García Schwaderer, De Martino, Garage Wine Co., Gillmore, Miguel Torres, Morandé, Odfjell, Undurraga, Valdivieso y Viña Roja. Después se les sumaron Meli, Lapostolle, Concha y Toro, Renán Cancino y Bouchon.

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