DESPUÉS DE LA TORMENTA. 1er INFORME COSECHA 2021

Publicado el 01 febrero 2021 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Río Atmosférico caído el fin de semana sobre principales Valles Vitivinícolas de Chile, dejó a su paso hasta 100 mm de precipitaciones en Peumo y a las cepas blancas junto a Pinot Noir en alerta.

Tal como se pronosticó para el último fin de semana de enero 2021, toda la zona centro-sur de Chile se vio afectada por las precipitaciones que dejó a su paso el llamado Río Atmosférico; un fenómeno meteorológico poco probable, curioso; pero que cuando ocurre deja por donde pasa elevadas precipitaciones. Los registros a los que pudimos acceder van desde 25 mm en la zona de Panquehue, Valle del Aconcagua, y hasta los 100 mm en Peumo, justo al centro de la tormenta.

Conversamos con enólogos y productores en diferentes sectores para saber cómo se prepararon y  cómo les han afectado estas precipitaciones sin precedentes en mitad del verano; y justamente durante un año cuando se presumía sería de sequía gracias a la presencia de La Niña.

Las zonas menos afectadas sin duda fueron hacia el norte de la ciudad de Santiago. Por Twitter Francisco Baettig enólogo en jefe de Viña Errázuriz, con viñedos a lo largo de casi todo el Valle del Aconcagua, comentaba ante nuestra consulta que sólo habían caído 6 mm de lluvia en sectores cercanos a la costa; entre 15 y 18 mm donde nace el ícono Seña, y unos 25 mm por Panquehue, en Entre Cordilleras, donde nace el gran Cabernet Don Maximiano. Agua que en ningún caso, comentó, significaría riesgos.

Un poco más abajo, en Casablanca Angela Mochi, de Attilio & Mochi Wines, registró 31 mm de precipitaciones. «Nosotros tenemos variedades más tardías aquí en Orrego Arriba, dijo, por lo que las uvas no han pintado aún, a excepción del Pinot Noir que sí nos tiene preocupados». Para evitar problemas con el oídio explicó Angela, estaban hoy lunes azufrando, y debido a que está nublado van a poder cubrir todo el viñedo en el mismo día. «Que esté nublado agregó, es una gran ventaja porque por sobre los 25°C no se puede azufrar las uvas ya que se queman». Para evitar mayores problemas por la humedad post lluvia también deshojaron racimos, para dejarlos más ventilados, e hicieron raleos (lo que significa cortar racimos para concentrar literalmente calidad).

Por otro lado, nos dice Angela Mochi, sé que ha sabido de muchos productores preocupados de la botrytis cinerea en las uvas que ya pintaron porque están acumulando azúcar. Sumado a este problema, cuenta además, hay gente desesperada por falta de insumos para combatirla. Mochi, sin embargo dice ver con buenos ojos los 31 mm de lluvia que cayeron en su viñedo, pues les permitirá dejar de regar durante las dos próximas semanas. Lo que es muy bueno, dice, debido a la escasez de agua que afecta el Valle de Casablanca hace ya dos temporadas.

San Antonio en tanto recibió más precipitaciones que su vecino Casablanca. Viviana Navarrete, enóloga de Viña Leyda, nos cuenta que cayeron 56 mm de lluvia, aunque tienen la suerte de venir de una temporada fría, más parecida a un año como 2018. Por eso, explica, la pinta estaba atrasada y el Chardonnay estaba a medio pintar, mientras el Pinot Noir con apenas un 40% de pinta. «De haber estado todo pintado el desastre hubiera sido grande, dice Navarrete». Por otro lado, junto con la helada de octubre 2020, otro problema que ya tenían era la escasez  de agua para riegos. «San Antonio obtiene agua del Río Maipo, y éste estaba trayendo muy poco caudal, lo que hacía difícil el riego de todo el campo y se llegaba a duras penas a dar 20 mm… Por eso los 56 mm que cayeron en dos días y medio, nos permitió juntar más de dos riegos, y el suelo lo absorbió feliz… El problema va a ser para las variedades más tempranas, dice Navarrete, porque vimos que algunas bayas se empezaron a hinchar y romperse la piel, lo que será peligroso para la botrytis cuando salga el sol. Lo que viene ahora será entonces observar mucho cómo se comportan las uvas. Lo bueno es que Sauvignon Blanc, Riesling y Syrah están duros como palo, porque están aún super verdes».

Además, agrega Navarrete, ahora habrá que aplicar tratamientos en todos los cuarteles. «Nosotros no usamos cobre para secar o cicatrizar, porque afecta los componentes aromáticos de las uvas y en Leyda tenemos todas variedades aromáticas…

… Así es que ojalá que venga mucho viento costero, que es siempre nuestro beneficio, y que seque el viñedo lo antes posible. Pero no es un escenario fácil la verdad; es crucial lo que pase en los próximos días», concluye Navarrete.

Racimos de uvas tintas en mitad de pinta, muestran alguna baya con piel rota.

Misma mirada tiene Sergio Hormazábal (viticultor en jefe de Viña Ventisquero) para sus viñedos en San Antonio. Aquí, también cayeron más de 50 mm de lluvia y ven ya con más alerta a las variedades Chardonnay y Pinot Noir; las dos más adelantadas en su madurez. «A diferencia de Casablanca, donde cayeron 20 mm, nos dice Hormazábal, San Antonio está más delicado porque llovió mucho y estos dos días ha habido alta humedad ambiente. Nosotros estamos aplicando productos orgánicos para las rajaduras de la piel de las bayas, lo que permite cicatrizar. La rajadura, explica, se puede secar, cicatriza y no debiera tener efecto en calidad. Para eso, estamos usado extracto de té y de cítricos, pero la presión de humedad es mayor; los 60 mm no se secan en una día, ni en una una semana… Si hubiera pasado esto un mes después, agrega, hubiera sido peor, porque hay todavía poca azúcar acumulada y los racimos están más resistentes a partiduras y lo que viene después, que es la botrytis y todos los demás etcs. Nadie te puede decir todavía que tiene botrytis, porque nadie sabe todavía», comenta.

«Lo más seguro, explica Hormazábal, es que en los viñedos donde llovió más de 50 mm no volvamos a regar hasta que sea el momento de cosechar las uvas. Lo que es muy bueno viendo el lado positivo, porque había una presión muy alta por falta de agua. Así es que para vinos de calidad, la lluvia alivió la temporada». En Casablanca, en cambio, probablemente retomaran los riegos normales, porque llovió muy poco.

Si vamos al Maipo, sobre los viñedos de Ventisquero, Hormazábal destaca que cayó agua como no ocurría hace más de 150 años, pues no hay registro histórico alguno de semejante lluvia en esta misma fecha del año.

En Trinidad, Valle del Maipo costero se registraron 52 mm; mientras en Maipo Andes, donde proviene el Cabernet Sauvignon ícono Enclave de Ventisquero, cayeron en dos días más de 60 mm de lluvia.

«El año que más había llovido durante enero según los registros históricos, fue 1933 y entonces cayeron apenas 35 mm», cuenta Hormazábal.

En los viñedos de Apalta de Viña Ventisquero en tanto, llovieron 68 mm. La situación aquí, al igual que en Maipo, dice Hormazábal, es menos grave de lo que se esperaba. El suelo está seco, y no hemos visto rajaduras en las pieles de las uvas más que en el Syrah… Entre tanto, agrega, en las demás tintas tardías, como Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Carmenère o Petit Verdot, no hemos visto nada… Pero hay que seguir observando, los días que siguen serán clave».

Benjamín Leiva, enólogo de Lagar de Codega en Cachapoal Entre Cordillera, nos cuenta que allá llovió unos 55 mm. «Si bien es mucha agua, dice, están tranquilos porque no tienen variedades blancas, y los racimos ya están secos. Además, está corriendo viento que ayuda mucho a bajar la presión de la humedad». Por suerte, a la vez, tampoco tuvieron el impacto del granizo, el que sí cayó en sectores vecinos dentro del mismos valle.

Leiva descarta la posibilidad de una baja en calidad ya que sus viñedos normalmente son poco vigorosos y con racimos distanciados.

Leiva se adelanta incluso a ver una linda vendimia 2021, gracias a constantes noches frías lo que ayuda a mantener el frescor en las uvas. “2021, dice, se parece mucho a 2018 por el momento, a excepción de la lluvia claramente».

Los cultivos más afectados con esta lluvia, explica Leiva, son los de uva de mesa, porque están prontos a ser cosechados y tienen más azúcar acumulada. A su vez, las imágenes más impactantes en RRSS que hemos visto durante estos días han sido las de los parrones de uva de mesa caídos al suelo por el peso del agua retenida en hojas y racimos. El resultado en estos casos es de pérdida total.

Parrones de uva de mesa en el suelo debido al peso del agua acumulada en uvas y hojas. En San Vicente de Tagua Tagua se registraron 95 mm de lluvia.

Patricio Letelier, en la Puente Alta, Tilcoco (Cachapoal Entre Cordillera) donde llovió entre 70 y 80 mm, nos cuenta que el agua caída fue para bien, aunque hubiera preferido que no lloviera. “Antes pude hacer ciertas cosas, como deshojar los racimos para mejorarles la ventilación y fijar así también mejor el cobre que aplicamos justo antes de la lluvia».

Letelier, productor de uvas  y vino orgánico/natural, explica que el cobre trabaja a nivel celular y da más elasticidad a la piel de las bayas; también, tiene efecto por contacto con el hongo. “Pero este contacto es menos importante porque probablemente se debió haber lavado con el agua de la lluvia caída; de todas maneras dice, las aplicaciones de cobre sí bajan la presión de hongos en el ambiente».

Después de la tormenta, el día domingo, explica Letelier, gracias a que trabaja con cubresuelos de trébol entre  las hileras, pudo entrar al campo y pasar con el tractor soplando aire con un turbo para secar agua en los racimos, especialmente en Chardonnay y la parte más boscosa del Carmenère.

«Al tener cubertura de suelo, cuando sale el sol, agrega Letelier, permite también que la humedad ambiente sea más baja, y por lo tanto baje la presión de hongos». Agrega  Letelier, «ahora, como hace frío y no hay presión de hongos, mañana temprano voy a aplicar un nuevo producto en base a cáscara de limón para prevenir hongos”.

Tractor con turbo para aire recorrió las entre hileras el mismo domingo, después de la lluvia, para secar viñedos en la Puente Alta, Cachapoal Entre Cordillera.

Noelia Orts, enóloga de Viña Emiliana, también con viñedos orgánicos/biodinámicos en Casablanca, Maipo, Colchagua y Mulchén, cuenta que ya el martes antes de la lluvia habían reprogramado los riegos, y luego el domingo ya estaban pasando turbos para secar lo más posible los viñedos. Algo que dice es muy eficiente, especialmente antes de aplicar el programa fitosanitario orgánico que empezaron hoy mismo en los viñedos con mayor carga y que son destinados a los vinos de entrada. Lo mismo para los Syrah, explica Orts, porque sus uvas están más avanzadas en madurez.

«Para todos los viñedos, siguiendo el manejo biodinámico, explica Orts, aplicaremos además el Preparado 501 de Luz, el que se usa para dar calor, secar y minimizar tema de hongos». Para  las líneas más altas con cargas más bajas, Orts está menos preocupada. «Aunque por supuesto, dice, hay que estar atentos a las cicatrices que pudo haber dejado el oídio ya que será por donde puede entrar la botrytis si se rompen las bayas».

Según registro de Viña Emiliana cayeron 88 mm de lluvia el fin de semana en Los Robles, viñedo este vecino a Apalta, en el Valle de Colchagua.

En Casablanca, donde llovió apenas 24 mm, dice Orts, aplicarán el mismo tratamiento fitosanitario, y tendrán precauciones ya que sus cepas blancas van más avanzadas en madurez.

Matías Ríos, enólogo en jefe de Viña Cono Sur, con viñedos en Aconcagua, Casablanca, San Antonio, Maipo y Chimbarongo (donde se registraron 95 mm de lluvia) explica que habrá que evaluar en uvas de vino los mismos daños que se pueden ver en uvas de mesa. Ríos se refiere a partiduras de uvas y desgarros en los pedicelos; condiciones éstas ideales para hongos, especialmente botrytis.

Además, agrega Ríos, el año venía con producciones de medias a altas, por lo que hay que tener especial cuidado donde haya muchas uvas. «Cuidado en los llamados pelotones, dice, porque con humedad es ahí donde parten las infecciones con hongos».

Ríos destaca sin embargo que hay muchas herramientas todavía, sobre todo en productos orgánicos, sin ningún problema de carencias. «Ahora se deben secar los viñedos, y seguir con mucho monitoreo para sacar focos donde se vea inicio de infección… Hay que ponerle con todo para tener buenos vinos blancos este año, agrega Ríos, nada está perdido; además estas bajas de temperatura, si se trabaja bien en los campos, van a ayudar a la calidad».

«En cuanto a las cepas tintas, explica Ríos, como son más tardíos de cosecha, tenemos muchas más herramientas todavía y las uvas están más resistentes porque están más verdes».

Precipitaciones registradas durante el fin de semana en diferentes estaciones climáticas.

Juan Muñoz, enólogo de Viña La Ronciere con viñedos en Cachapoal y Curicó Costa, nos dice que aún es muy pronto para evaluar daños, sin embargo se adelanta a predecir que las uvas de madurez más temprana, como Sauvignon Blanc y Pinot Noir, serán las más afectadas. «Las dos próximas semanas serán clave», replica.

Mayor preocupación por las cepas blancas, especialmente por Pinot Gris, y por la tinta Pinot Noir, muestra Gonzalo Cárcamo, enólogo en jefe de Viña La Rosa, con viñedos en Peumo, Valle de Cachapoal; sector este más cercano a la costa, donde según sus registros cayeron 100 mm de lluvia en dos días. «Nos sacamos el premiado», dice Cárcamo. Hoy todavía evalúan sus viñedos y están secándolos con helicópteros, además de aplicar botryticidas en base a quillay. «Además, dice Cárcamo, estamos rezando para que no llueva más…

«Lo bueno de todo lo malo, es que estamos aprendiendo bastante aunque sea a porrazos, pero así se aprende. Me recuerdo que antes las vendimias eran bastante iguales», dice el enólogo de La Rosa.

Donde sigue lloviendo y está misma tarde granizaba es en el Maule. Marcelo García, enólogo de TerraNoble, sumó 125 mm de lluvia caída hasta hoy lunes en sus viñedos en la región. García, quien está en la ciudad de Talca de vacaciones pero en cuarenta, nos dice que en este momento le preocupa más el COVID-19, «cómo nos va a afectar a los equipos y turnos, un caso y contacto estrecho…» En cuanto a las lluvias, dice, «me preocupa que se partan las bayas y aparezca botrytis».

Leo Erazo dentro de su tranque ya empezando a recolectar agua durante las primeras lluvias del fin de semana en Cobquecura.

Desde más al Sur, en Valle del Itata, Leonardo Erazo, hacedor de los vinos con su nombre y el proyecto A los Viñateros Bravos, nos cuenta que al saber de la lluvia apretaron el tranco para terminar las construcciones pendientes junto a su nuevo viñedo en Cobquecura; entre ellas, un tranque para recoger agua de las lluvias. «Con los 70 mm que cayeron, nos cuenta más que contento, se llenó  la mitad de su capacidad… Fue linda lluvia, linda agua, porque la viña estaba muy seca  y nuestro viñedo es todo de secano. Estábamos regando con lo que podíamos para mantenerlo, y esta lluvia le va a dar un empujoncito. Es la parte delicada cuando se trabaja a merced de la madre naturaleza», concluye Erazo desde Itata.

También desde Itata, pero más central, Enzo Pandolfi, de Viña Pandolfi Price, registró unos 35 mm de lluvia entre sábado y domingo, y con granizos incluidos. «Al parecer, nos cuenta, el granizo no logró hacer daño a los viñedos pero un rayo cayó bastante cerca y afectó el sistema eléctrico. Desde el punto de vista sanitario no esperamos tener mayores problemas porque la carga está equilibrada y bien distribuida, además tomamos medidas preventivas y ahora estamos pasando con aire por las viñas para bajar el agua libre».

Un tanto más al Sur, en Biobío, Juan Ledesma, productor de los vinos Terroir  Sonoro, nos dice que no ve mayor peligro, apenas hay Chardonnay y Pinot Noir pintando; mientras las parras viejas son resistentes y secaron rápido.

«Además, agrega Ledesma, en las lomas hay buen escurrimiento. Lo que sí me preocupa, dice, es una segunda lluvia en marzo o abril, ahí se va a complicar», concluye.

Muy cerca de allí, aunque más cerca de la costa, Roberto Henríquez, nos cuenta que «no hay nada que lamentar, tal vez cosas menores; quizás para el Moscatel y viñas rastreras que son más sensibles al mildiú o el oídio; ahora vamos a ver qué pasa con la humedad”.

Aún más al Sur, donde llovió menos, apenas 25 mm según registros, la lluvia ha sido recibida de igual manera con mucha alegría. Francisco Baettig, dueño de Baettig Wines en Malleco, la celebró en especial para sus viñedos Los Suizos, cuyas plantas también son de secano. Destacó también en Twitter que en esta zona todas las variedades van más atrasadas siempre con respeto al Valle Central, lo que tampoco despierta alarmas.

PELIGROS DE LA LLUVIA EN ENERO, SEGÚN EXPERTO EN FISIOLOGÍA DE LA VID

Para saber más detalles sobre el momento fisiológico en el que están los viñedos actualmente y las posibles consecuencias de la lluvia, conversamos con Claudio Pastenes. El experto en fisiología de la vid de la Universidad de Chile, explicó a WiP que los problemas mayores serán de sanidad en las uvas  pero también dependerán los efectos más allá del agua caída, de la profundidad y propiedades de cada suelo y el ciclo en qué se encuentren las uvas.

En términos generales, explicó Pastenes, para la producción de vinos de mayor calidad los viticultores están siempre poniéndole freno al vigor de las plantas, lo que es posible a través  del riego; es decir «cerrando la llave». Pero al caer tanta agua de lluvia, explicó, no hay como restringir el vigor, por lo que la profundidad del suelo será clave. «Más profundidad, más agua disponible para la planta; por lo que el agua caída puede significar una semana de riego o incluso hasta 7 semanas».

Por otro lado, explica Pastenes, con la llegada de la pinta (cambio de color en racimos) la planta frena el crecimiento del tamaño de sus uvas y el desarrollo vegetativo, pero si no estaba en pinta el vigor y las uvas van a seguir creciendo; y ahora, gracias al agua caída, lo harán con más fuerza.

Las variedades más afectados, piensa Pastenes, serán las uvas de mesa, y no sólo porque son las más avanzadas en su madurez, sino porque no se procesan una vez cosechadas, como si ocurre con las uva para vino. Por el contrario, después de la cosecha pueden pasar semanas antes de que lleguen a destino, agrega, y en ese período estarán propensas a sufrir más problemas si ya vienen con heridas y hongos desde el viñedo.


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  1. […] más fruta que 2020, y la misma tensión. Efectivamente no habrá Origin 2021; recordemos que el río atmosférico complicó las cepas tintas este verano. Y como antesala se pre3sentó una mini vertical del gran […]

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